º Ice Queen º
Whenever she is raging
(Siempre que ella está molesta)
She takes all life away
(Toma cualquier vida)
Haven't you seen?
(¿No has visto?)
Haven't you seen?
(¿No has visto?)
The ruins of our world.
(Las ruinas de nuestro mundo)
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Todo era blanco, una chica se encontraba en medio de la nada. "¿Hola¿Hay alguien aquí?" No había respuesta alguna. "No estás sola, Kagome". Kagome miraba hacia todos lados buscando el origen de la voz, una voz femenina que llamaba su nombre. "¿Quién eres?" Una risa hace eco por todos lados, "eso no importa de momento, pero te prometo que todo sufrimiento desaparecerá, ya no estarás sola, me tendrás a mi y nada nos separará" En ese instante, copos de nieve empezaron a caer frente a Kagome, alzando una mano y poniéndola frente a ella, siente el frío de un copo de nieve que toca su mano. 'Ya no estaré sola…' pensó, y se vio envuelta en un brillo que la obligó a cerrar sus ojos.
El sonido de una alarma provocó que Kagome abriera sus ojos, otra vez ese sueño raro, desde hace un año que ha tenido esos sueños, con la misma voz. Antes no eran tan frecuentes como últimamente, tal vez, algo esté por pasar pronto. Kagome se levantó y se preparó para su rutina diaria.
Un año… un año puede parecer corto o largo, dependiendo del punto de vista de cada quién. Finalmente la travesía por completar la perla de Shikon y arrebatarla de las manos de Naraku había terminado. Nunca perdimos la esperanza, en especial con los aliados que lucharon a nuestro lado para derrotar a semejante ser maligno. Sesshoumaru fue uno de ellos, al principio estábamos sorprendidos de que él decidiera unir fuerzas con nosotros, sin embargo nos alegramos. Kouga y Ayame estuvieron ahí cubriendo nuestras espaldas mientras luchábamos contra Naraku. Miroku y Sango despejaban el camino entre tantas entidades malignas, mientras Sesshoumaru, Inuyasha, Kikyo y yo atacábamos directamente al causante de tanto sufrimiento en la era feudal. Nunca pensé que Kikyo quisiera unirse a nosotros, pero de nuevo, si Sesshoumaru pudo porqué ella no. Tras lo que parecían horas interminables de gastar nuestras energías contra Naraku, finalmente tanto esfuerzo dio frutos. Kikyo y yo lo purificamos hasta que no quedó nada de él. Todo había terminado.
Presionando levemente una mano sobre mi pecho, siento el poder de la perla latiendo al ritmo de mi corazón. La perla regresó a mi cuerpo después de haber sido completada, sin embargo el deseo que ella otorga nunca fue cumplido pues nadie tenía algo que pedirle. El agujero de la mano de Miroku desapareció en el instante que Naraku desapareció. Kohaku, el hermano de Sango, quién sobrevivía gracias a un fragmento de la perla incrustado en su espalda, fue revivido por Tenseiga, un gesto extrañamente noble por parte de Sesshoumaru. Y sólo quedaban Inuyasha y Kikyo… por mucho que me duela, finalmente él había decidido con quién pasar el resto de su vida. Kikyo puede ser un costal de huesos y tierra, pero aun así se podría decir que es en parte inmortal, por lo tanto, no había impedimento para ambos de estar juntos. Yo quedé fuera de juego, al parecer su amor nunca fue mío, y tengo que aprender a vivir con eso. Con tal de olvidarme de todo, decidí regresar a mi época, durante la noche, sin que ellos se dieran cuenta de mi partida.
Al regresar aquí me sentía incompleta, como si la mitad de mi ser faltara. No le di importancia y traté de seguir adelante, aunque no había noche que no llorara por un amor no correspondido. Supongo que la mejor decisión que he tomado fue no regresar a la era feudal en un año, y al parecer a Inuyasha tampoco le importó, pues nunca vi que viniera a buscarme.
Mirando hacia la ventana, observo copos de nieve caer del cielo. Mi vida es vacía, antes tenía aventuras sin fin, ahora no tengo nada, más que la rutina que llenaba mi vida desde antes de que cayera en el pozo.
"Soy sólo una chica…"
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En las tierras centrales se alza una gran montaña, sobre la cual esta erigida una gran ciudad, Yummar, la capital comercial del mundo de los youkai. De diferentes razas, diferentes procedencias pero de la misma naturaleza demoniaca son sus pobladores. Aquí se comercian joyas, armas, armaduras, alimentos, esclavos entre otras cosas. La ciudad no sólo es famosa por su comercio, si no por las importantes reuniones político-militares de todo el país. Los gobernantes del norte, sur, este, oeste y centro se congregan aquí para discutir materias importantes correspondientes a sus territorios. Aquí los youkais son más que bienvenidos, sin embargo la suerte no es la misma para los humanos, quienes la mayoría son esclavos o sirvientes, y ni hablar de los hanyou, quienes son vistos con desprecio por la mayoría al ser resultado de la mezcla entre razas.
"¡Lord Sesshoumaru! Espere a su leal sirviente amo, no me deje atrás." Sesshoumaru, sin voltear la mirada fijada hacia el frente, gruñó levemente. "Apresúrate, Jaken." "¡Si Lord Sesshoumaru!". Ambos se dirigían hacia la gran fortaleza ubicada en el centro de la ciudad.
Un guardia los detuvo. "Identifíquese", "¡¿Soldado insolente, que no ves que es el mismísimo señor de las tierras del oeste?!" contestó Jaken. Los ojos del soldado se abrieron más de lo que estaban al reconocer quién estaba frente a él. Haciendo una reverencia les permitió el paso. "Bienvenido Lord Sesshoumaru, los demás Lords lo esperan en la sala de reuniones." Sin contestarle al soldado, Sesshoumaru atravesó las grandes puertas, dirigiéndose al salón de reuniones, seguido por Jaken. Finalmente llegaron ante una gran puerta de madera con detalles dorados, Jaken abrió la puerta y Sesshoumaru entró, tomó asiento y observó a su alrededor.
"Pensé que no vendrías, Sesshoumaru" Una voz barítona, lo saludó. Sesshoumaru miró hacia la dirección donde había venido la voz, hacia el lado derecho. Ahí se encontraba un gato youkai, su cabello era corto, con algunas largas hebras de cabello que cubrían un poco su rostro, una pequeña trenza que llegaba a la altura de su hombro colgaba del lado derecho de su cara. A pesar del cabello que cubría parte de su rostro, aún era visible una marca en su frente, un rubí en forma de sol, el símbolo del Este. Sus ojos eran verde esmeralda con pupilas de gato. Las facciones de su rostro eran varoniles, atractivas e irresistibles. Las marcas que adornaban su rostro y sus brazos eran de un color rojo oscuro. Una sonrisa burlesca adornaba su boca.
"Aquí estoy, Taiyo, eso es lo que importa. Ahora, deseo escuchar los detalles de esta reunión." Sesshoumaru dirigió su mirada al resto de los youkai ahí reunidos. En frente de él se encontraba un dragón youkai. Sukai, señor de las tierras del norte, su cabello azul marino llegaba más allá de su cintura, encima de su cabeza tenía dos cuernos delgados de dragón. En su frente llevaba la marca que lo hacía legítimo heredero de sus tierras, una estrella dorada de seis picos y en el centro un zafiro redondo. Sus ojos eran azul casi transparente, cuya mirada hablaba de un ser experto en las cuestiones de la vida. Las facciones de su rostro le daban la madurez que lo caracteriza, sin perder lo atractivo.
Del lado izquierdo de Sesshoumaru, se encontraba un cuervo youkai. Kodoku, señor de las tierras del sur. Su cabello era negro era rebelde, llegaba hasta sus hombros y unas hebras de cabello recorriendo su frente sin cubrir la marca del sur. Una cruz plateada con una esmeralda en forma de gota en el centro. Sus ojos eran del color del rubí. Detrás de él se veían claramente unas grandes alas negras.
El youkai restante se encontraba a lado de Sukai, era un youkai Búho, Yoake, señor de las tierras del centro. Su cabello color amatista era puntiagudo al frente, y atrás largo y liso hasta la mitad de la espalda. En su frente portaba la marca que lo acreditaba como el gobernante de estas tierras. Una amatista en forma de pluma, rodeada de diminutas gotas de diamante. Sus ojos eran casi igual de dorados como los de Sesshoumaru, sólo que un poco más pálidos.
"Señores, es posible que nuestras tierras peligren, ante la eminente aparición de un extraño ser, el cual destruyó una ciudad cercana a los límites entre el sur y el oeste" comentó Kodoku, mirando de reojo a Sesshoumaru.
"¿Una ciudad entera?" preguntó Sesshoumaru levantando ligeramente una de sus cejas. "Así es, la destruyó en cuestión de minutos, dejando casi nada en pie" respondió Kodoku. "¿Hubo sobrevivientes?" preguntó Taiyo. Kodoku cerró sus ojos y levantando su rostro hacia arriba dijo "Muy pocos, y la mayoría no vio ni que fue lo que pasó. Aunque he traído un guardia, él pudo ver lo que sucedió y vivió para contarlo". "Entonces que lo traigan ante nosotros" dijo Sukai. Yoake asintió su cabeza y enseguida las puertas se abrieron revelando a un ave youkai vendado del brazo y el pecho. "No te molestes en hacer reverencia" dijo Yoake, al ver que el youkai intentaba dolorosamente doblarse para saludar como era debido a los Lords. Sukai señaló una silla, para que el guardia se sentara. "Ahora cuenta al consejo lo que viste, con los detalles que puedas recordar" habló Kodoku.
"Si señor… Nosotros teníamos en el calabozo una prisionera, la encerramos porque ayudó a unos ladrones a escapar. Ella no tenía nombre, no hablaba, no hacía mucho por su vida… Como no sabíamos que era, pues no se sentía en su aura si era youkai, hanyou o humana, decidimos meterla al calabozo y mandarle un aviso a Lord Kodoku para que dispusiera de ella… yo estaba cuidando su celda… hasta que escuché una voz masculina y ahí comenzó todo…recuerdo bien las palabras, pues eso fue lo que inició la masacre…"
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FLASHBACK
En un rincón oscuro del calabozo, se encontraba prisionera una mujer, la oscuridad no dejaba ver sus rasgos, a duras penas se veía que estaba sentada con las piernas encogidas y rodeándolas con sus brazos, la cara oculta entre sus brazos. Entonces una voz resuena por todo el lugar. Una voz masculina.
¿Oh, porqué estamos tan tristes?
¿Nos sentimos lastimados por sus malvadas mentiras?
¿Y todas esas palabras vacías?
¿Estamos sedientos de venganza?
Una pequeña risa se escuchó salir de la joven al escuchar las palabras de ese misterioso personaje…
¿Que nos gustaría hacerle a la ciudad?
¿Podríamos hacerla…bailar?¿Con el animal?
Esta vez la risa es aun más prolongada que la anterior, y con un aire cínico…
¿Podríamos¡¿Podríamos?!
Dinos, qué nos gustaría hacer…
Levantando lentamente la mirada, entre la oscuridad, se podría apreciar un par de ojos plateados que brillaban con malicia…
"...quemarlo... quemarlo todo..."
En ese instante, una potente energía inundó el calabozo, las paredes se hicieron hielo, después con un rayo que salió de sus manos, quebró el hielo, quedando en liberada de su prisión. La joven subió a una gran ave negra que la esperaba afuera de la prisión y sobrevoló la ciudad. Con sus manos empezaba a arrojar bolas de fuego. Pero no cualquier fuego, era un fuego azul y plateado. Bien dicen que el fuego quema, pero también el hielo. Ella hablaba mientras dejaba sentir su poder sobre varios sectores de la ciudad.
"Arde cariño, arde, deja que el fuego te consuma
Nunca me gustó como se veía esta ciudad
Quémate, ahora…"
Un rayo de luz la interrumpió, miró de donde venía y se dio cuenta que los guardias comenzaban a perseguirla.
"Correré, ellos saben lo que he echo
Tomo mis pertenencias y empiezo a marcharme de ésta montaña"
"Detente, o sufrirás las consecuencias" gritó un guardia.
"Nunca tuve la oportunidad de probar que no era culpable
Siempre parecía que me culpaban
por cada pequeño crimen, que ni siquiera puedo nombrar"
En lugar de detenerse, lanzó una bola de fuego más grande que las que había lanzado anteriormente, y los destruyó.
"Todavía corriendo, derrotada en mi mente
Ni siquiera traté de defender mi propio orgullo
El padre nunca es como el hijo
Ellos dicen que hemos robado, yo no soy culpable..."
El ave en que iba montada, comenzó a bajar a tierra, ella se bajó del ave, y caminando por las calles de la ciudad, iba quemando todo lo que cruzara por su camino, destruyendo edificios y seres vivos.
"La historia siempre va, cuando la furia en el interior
ha estado encerrada durante mucho tiempo..
se apodera de nosotros..
Y todos nosotros estamos forzados a obedecer…"
Un aura llena de furia que emanaba de ella, era percibida por cualquier youkai a varios kilómetros a la redonda, un aura demasiado potente. Nuestro amado parentesco nunca aprendió a encajar
"Es un fósforo hecho en el infierno
ahora toda la montaña arde
y cada hombre obtiene lo que ningún hombre merece
Ahora pago por mi nombre, vivo mi vida en pecado
Qué tan poco puedo pedir de la gente?
Esta ciudad se queda en desorden
Hasta que las reglas sean las mismas para todos"
Ella recorrió cada rincón de la ciudad, asegurándose de que todo fuera consumido por las llamas… Campanas suenan por toda la ciudad, arde, arde hasta que todo desaparezca Al terminar, se dirigió a la cima de la montaña, algunos soldados sobrevivientes la siguieron hasta allá…
"He corrido por esta montaña, sin culpa alguna
Los árboles y rocas, cada cueva, cada hoyo
Les arrojé una advertencia, "Cuidado, esta montaña
estallará en su cara, mi última intención de salvarlos..."
Juego terminado, lo que era una broma ahora es real..."
"Escalé la montaña
Y cavé una tumba por cada día de dolor.
Está en el pasado, este momento es tan frágil.
Yo soy como me hicieron con años de abuso, así que arde!!!!"
Y todo fue en vano, pues sólo la siguieron para encontrar su propio fin en sus manos, perecieron al ser congelados con su magia…
"Es un fósforo hecho en el infierno
ahora toda la montaña arde
y cada hombre obtiene lo que ningún hombre merece"
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"Entonces ahí desapareció sobre el lomo del ave negra que la había ayudado a salir…" Concluyó su relato el guardia. "Te puedes retirar a la enfermería, tus servicios no son requeridos de momento" Le dijo Kodoku. "Si mi Lord, con su permiso" y el guardia salió por la misma puerta donde había entrado. Kodoku dirigió su mirada al resto de los Lords, todos tenían el mismo gesto de estar pensando en lo que se les había contado, excepto Sesshoumaru, que ya bien era conocido por no mostrar sus emociones, aunque se podía adivinar que pensaba lo mismo a través de sus ojos. "¿Supervisaste el daño en la zona, Kodoku?" preguntó Sukai, sacando de sus pensamientos a Kodoku. "Si, estuve ahí, y era una vista desértica". "¿No notaste nada raro¿Alguna peculiaridad?" era el turno de Taiyo de preguntar. " Hm de echo si sentí una característica familiar, pero no le tomé importancia porque sé que es casi imposible que fuera verdad. La Perla de Shikon." Ahora si Kodoku logró captar la atención de todo el consejo.
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N/A: Inuyasha no me pertenece. Sukai, Yoake, Kodoku y Taiyo son mios.
Este es el primer capítulo de lo que espero sea una buena historia. Si surge alguna duda, háganmelo saber. Actualizaré tan pronto me sea posible.
Lo que está en negritas dentro del flashback, es la traducción de una canción "Sonata Arctica – Wildfire". Si tienen la oportunidad de escucharla, háganlo. En lo personal me agrada para hacer correr la adrenalina. En fin. Dejen sus comentarios. Reviews!.
"…burn it…burn it all…"
Vampire Dream
