No sé muy bien de dónde ha salido esto. Supongo que después de leer unos Katie/Oliver de Dryadeh. Por eso le dedico este capítulo, porque me ha abierto la mente a nuevos pairings.
Disclaimer: nada de lo que reconozcáis es mío. Sólo el tiempo, el aburrimiento y la imaginación.
Empezar
Iba a perder el tren. Genial, su primer año en Hogwarts y ni siquiera era capaz de ser puntual. Todo era culpa de sus padres. Por un lado su madre, que había aprovechado hasta el último instante para sacarle tres carretes de fotos. Y su padre intentando infundirle ánimos que sólo lograban ponerla más nerviosa. Si no le importaba en que casa terminara, ya podría no decirle nada. Se dejó abrazar fugazmente por sus progenitores y le dio un gran beso a su pequeña hermanita, de apenas cuatro años.
-¡Escríbenos pronto Katie! –fue lo último que escuchó de su madre una vez subida a duras penas al tren. Dedicándoles una última sonrisa se giró dispuesta encontrar un asiento.
Empujando su pesado baúl fue pasando compartimientos llenos de gente, cada vez más convencida que se pasaría las horas de viaje de pie. Sin apenas esperanza echó un vistazo a uno de los últimos compartimentos y al ver sólo un ocupante en él se alegró tanto que abrió la puerta dando un sonoro golpe. Algo avergonzada por su ímpetu se sonrojó bajo la curiosa mirada del chico. Parecía tres o cuatro años mayor a ella y sus ojos verdes la miraron de arriba a abajo de forma analítica. Intimidada intentó articular algunas palabras con sentido:
- Los demás compartimentos están llenos...y yo, bueno...si no te importa que me siente aquí...
El chico asintió sin quitarle los ojos de encima y Katie entró baúl en mano, cerrando la puerta tras ella. Miró el estante donde se suponía que debía dejar su baúl con incredulidad. Lo cogió desganada e intentó levantarlo. La fuerza de gravedad hizo su trabajo cuando apenas había levantado el baúl. Suspirando lo cogió de nuevo con fuerza, demostrando que su cuerpo menudo podía levantar más peso del imaginado, aunque el estante estaba demasiado elevado para lograr nada. Fastidiada soltó una maldición por lo bajo al tiempo que le propinaba un golpe al baúl. Pero cuando se disponía a hacer un tercer intento, unos brazos fuertes cogieron su equipaje colocándolo tranquilamente en su sitio. Katie se giró dispuesta a darle las gracias cuando se dio cuenta que ni siquiera sabía su nombre.
-Perdona¿cómo te llamas?
El chico pareció sorprenderse ante la pregunta, pero la respondió tranquilamente.
-Oliver Wood.
Katie sonrió nerviosa, sintiéndose aun analizada por el tal Wood.
-Gracias, Oliver. No tenía ganas de pasarme el trayecto haciendo intentonas de colar el baúl allí arriba.
El chico soltó una corta risotada antes de dejarse caer en el viejo asiento. Katie hizo lo mismo en el asiento frente a Oliver, aunque con un poco más de gracia. Se miraron durante unos silenciosos segundos hasta que el chico lo rompió.
-Aun no sé tu nombre.
-Katie.-dijo ella sonriendo- Katie Bell.
Oliver la miró a los ojos antes de volver a hablar.
-¿Te gusta el quidditch, Katie?
La chica se quedó sorprendida. El quidditch siempre era un buen tema para romper el hielo, pero ese chico había sido muy directo con la pregunta.
-Sí, me gusta... Me gusta jugar.
Katie se sintió agradablemente sorprendida al ver un brillo en los ojos del chico. Una extraña conexión de ideas hizo que una imagen de hierba mojada por el rocío apareciese en su cabeza.
-Sabes, creo que tienes una buena constitución para ser cazadora. Éste es tu primer año¿no?
Katie asintió preguntándose a dónde quería llegar Oliver Wood.
-Pues espero que quedes a Gryffinfor.-Sonrió sinceramente- Éste es el último año de uno de nuestros cazadores. Podrías probar suerte el año próximo...
Katie sintió una agradable calidez que se extendió a lo largo del día en aquel vagón, hablando de quidditch, de las clases, comiendo ranas de chocolate y hablando de quidditch de nuevo.
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-Eres muy inteligente y capacitada para los estudios. Una gran mente, sin duda en Ravenclaw destacarías.
-Pero Gryffindor es también una buena casa. Quiero ir a Gryffinor.
El Sombrero calló unos instantes en la mente de Katie.
-No eres cobarde, pero sigo pensando que Ravenclaw es tu lugar.
-Y yo sigo pensando que Gryffindor es perfecto para mí. No me levantare de este taburete hasta que no me coloques en Gryffindor.- Katie cruzó los brazos mostrando su resolución.
Katie esperó un largo minuto en que ni ella ni ningún otro abrió la boca, aunque algunos esperaban que "Bell, Katie" fuera enviada a alguna casa, llevaba casi cinco minutos de reloj con el Sombrero en la cabeza.
-Eres terca, muchacha. Quizás no será tan desacertado enviarte a ¡Gryffindor!
La casa de los leones prorrumpió en aplausos cuando el sombrero gritó el nombre de su casa. Katie dejó el Sombrero sobre el taburete con una sonrisa radiante y las mejillas sonrojadas por ser el centro de atención. Se dirigió rápidamente a la mesa leona y el corazón le dio un vuelco cuando Oliver le hizo señas para que se sentara a su lado.
-Parece que no tendremos que enfrentarnos en el campo de quidditch.-le susurró en la oreja mientras "Anderson, Lucy" se iba a directa a Ravenclaw apenas habiendo rozado el Sombrero. Katie sonrió mientras aplaudía, con la certeza interna de que tenía por delante unos años inolvidables.
Hasta aquí este primer capítulo. Aviso de que sólo tiene uno más. Sé que es corto, pero surgió así.
¿Qué os ha parecido? A mi sinceramente se me ha hecho raro escribirlo, nunca me había planteado esta pareja.
Críticas y todas las opiniones que queráis en un review ;)
Un beso y hasta la próxima.
