Dragón de oro

"El poder es un medio no un fin...el objetivo del poder es el poder"

George Orwell, 1984

Despertó a un magnifico mundo nuevo, uno que estuvo a punto de purificar

"Mi legado será de destrucción, el humano no caerá victima de ellos…los amos del mundo…eso y me venganza, esa es mi razón"

1. La cicatriz

AÑO 834

Dos años posteriores a la posguerra, Ciudad del Oeste se levanta como la principal capital del planeta, siendo la única que se sostenía luego del colapso económico que se desató en los años de guerra. La guerra desatada en el año 827, fue producto del ataque naval de una nación débil contra la capital del sur, el presidente del sur, un presidente interino reclama al presidente del mundo una declaración de guerra y en una decisión impresionante para el mundo en ese momento, la obtiene sin ningún problema, las cuatro capitales mundiales, junto con sus naciones envían a miles de jóvenes a la guerra del Sur, la guerra cuesta las vidas de estos jóvenes, muchos de ellos, hasta el día de hoy, se consideran perdidos en acción. La guerra se detiene en el 832 tras haber cobrado miles de vidas y dejando tras de sí, una crisis económica mundial de la que solo siete empresas no se encuentran afectadas, entre ellas la corporación capsula, con su nuevo presidente Truman L. Brief. Este último, un joven prometedor quien prefiere permanecer lejos de las cámaras y la prensa, a diferencia de su madre, quien estuvo en el medio de la visión mundial , se pensó que el pequeño seria igual a ella, de hecho su foto como recién nacido apareció en las principales portadas de las revistas más importantes del mundo; otras cinco fotos del heredero Brief, durante su infancia hasta sus ocho años aparecieron en los medios, para posteriormente desaparecer hasta el año 832 cuando su nombre resonó en diversos programas y revistas de negocios, su rostro era desconocido para muchos.

Ciudad del oeste

Centro Neuropsiaquitrico Joshep T. Snell

En la primavera del año 834 la neuróloga Elizabeth Favela comenzaba su trabajo en el renombrado hospital Joshep T. Snell. Favela comenzó su carrera en la milicia de ciudad del oeste como una exitosa Médico, sin embargo no tenía la menor idea de que dos años después de haberse graduado la guerra comenzaría y sería la comandante en jefe de un batallón. La vida después de la guerra jamás sería la misma para la coronel Favela, recordaba llevar el mando de su batallón, pero no recordaba cómo fueron atacados, solo sabía que unos soldados enemigos, les habían emboscado junto al rio y uno de sus soldados salvó a todo su unidad, incluyéndola, lo tenía claro; pero a la vez difuso, como si fuera parte de un sueño. Últimamente en sus sueños se tornaban muy lucidos… tenía miedo, se soñaba atada a una silla con cables en la cabeza, con imágenes bizarras de su pelotón en el medio de un campo selvático atados a sillas, mientras ella corría con su arma en la mano y uno de los soldados le perseguía con un rifle apuntándole en la cabeza hasta que ella lograba voltearse y matarle de un solo disparo. Los sueños se volvían cada vez más lucidos al punto de que no sabía en qué momento soñaba, únicamente diferenciaba la realidad cuando despertaba en el medio de la noche agitada, con el corazón palpitando a todo lo que podía ir. Favela miraba la pared de su habitación y se recostaba nuevamente, sabía que tenía el síndrome de estrés postraumático, pero no sabía hasta que nivel podría llegar.

El hospital Joseph T. Snell fue el único que le abrió las puertas debido a que era controlado por la milicia de ciudad del oeste. A pesar de todo, de su historial académico y logros militares, el síndrome de estrés postraumático se volvió su cruz, su martirio y el único lugar que le abrió las puertas a pesar de su enfermedad y que no tomó en cuenta su depresión o inestabilidad fue aquel hospital dirigido por militares. Aquellos que causaron su enfermedad, su caída, eran los únicos que le abrían las puertas. Sin ellos, oficialmente…su carrera estaba muerta.

-Doctora Favela-le llamó su jefe, mientras recorrían un pasillo del hospital- estará a cargo del caso Ranvier

-¿Ranvier?- le fue extendido un expediente

-Le daré un resumen clínico muy rápido, doctora…Ranvier era una célebre científica, antes de los 20 años entró a trabajar en la corporación capsula, en el proyecto del chip, ahora conocido como "perfect match"…Ranvier robó su propio trabajo mucho antes de que llegara a concretarlo

-¿Qué quería?

-…quería destruir el mundo actual y sus bases, no sabemos que le llevo a ellos, solo que quería hacerlo. Pensó que desapareciendo el chip estaría más cerca de lograrlo…pero perfect match siguió su curso…tal vez recuerdes mejor a Susan Ravier…es mejor conocida como la terrorista de año nuevo

-¿LaGrange? –Preguntó impactada- ¿la terrorista que estuvo a punto de volar un edificio?

-Ella misma

-Dijeron que murió

-Dijeron- dijo el médico haciendo un alto énfasis en la palabra- debería saber que hay una gran diferencia entre la teoría y la practica- Favela asintió mientras dirigía su mirada al expediente- tuvo un evento isquémico cerebral, una obstrucción completa de la carótida interna derecha y parcialmente en la izquierda…cuando llegó al hospital tenía más de tres horas de evolución. El cerebro era carne molida, solo conservaba funciones básicas

-Respiraba y era todo

-Así es…no podía hacer otra cosa, incluso la visión…no recibía información en el cerebro, simplemente se apago ; cómo ves fue la perfecta candidata para un tratamiento experimental

-Le colocaron un stent; pero no fue todo…

-El estudio Marley consistió en una cirugía retiraron la arteria dañada permitiendo el paso de oxigeno, en un principio pensamos que no hicimos la gran diferencia, al año siguiente se le añadió un medicamento experimental que permitía la regeneración de las neuronas, hasta el día de hoy no se conoce en el mercado

-¿Funcionó?

-Júzgalo por ti misma- habían llegado ante dos puertas blancas, Favela sentía su corazón palpitar sin control, el resultado del estudio más prometedor del mundo estaba detrás de esas puertas, el médico abrió las puertas dejando ver un cuarto de hospital, una cama con control remoto, un lujoso sillón, un enfermero colocando un suero y en una silla de ruedas, una mujer delgada con el rostro pálido, las manos flácidas, vestía una bata azul y una pijama blanca, sus ojos vacios miraban hacia una ventana, parecía no escuchar el ruido de las puertas ni percibir que era mirada por dos médicos

-Susan- le llamó el médico- ¿Cómo te sientes?-aquella solo alzo la mirada. Ladeo la cabeza pero nada dijo, regresó la mirada a la ventana

-¿Movió la cabeza?- Favela no podía creer lo que sucedía, estaba totalmente impresionada, esperaba ver grandes avances en un papel electroencefalografico y una mujer que apenas se movía, postrada en cama tomando terapia para relajar los músculos

-Su avance desde el coma irreversible, del más del 85% de la muerte cerebral comprobada, gracias al tratamiento Marley se volvió en un daño axonal difuso…como si hubiese sufrido una contusión fuerte en todo el sistema nervioso…lleva 3 años en ese estado, pero no hemos logrado que avance más

-En sí mismo, ese es un gran avance- dijo Favela impresionada sin quitarle la mirada de encima-impresionante

-Lo es…Ranvier- pero ella no respondió- ella será tu médico de ahora en adelante, es la doctora Favela

-Favela…- repitió Susan sin mirarla, como si solo repitiera el nombre sin más que tan solo repetirlo, sin tener conciencia de ello.

-Mucho gusto, Susan- y tomó su mano en un acto de amistad, Ranvier de inmediato volteo al sentir que su mano rosaba con otra, le miro furiosa; nunca antes ni después Favela vio una mirada como aquella, casi fulminante, si los ojos de Ranvier hubiesen sido armas, muy seguramente Favela hubiese muerto.

-Debe de evitar hacer eso, doctora- dijo Lyrin el enfermero- pedirle permiso al menos

-Doctora Favela, es el enfermero designado para Ranvier, Victor Lyrin- aquel le extendió la mano y ella la estrecho sin problema- trabajaran como equipo. Lyrin lleva más de 10 años cuidando de Susan Ranvier, sabe todo sobre ella- Favela le miro esperando algún tipo de confirmación, aquel solo asintió- no muchos han trabajado con Ranvier después del proyecto Marley, simplemente se le dejo evolucionar- Susan Ranvier, una vez más regreso su atención a la ventana- ahora solo necesitamos que se vigilen sus avances, en un futuro todo lo que se uso en ella podrá ser utilizado en la población exterior.

Aquel había sido un día largo, recostada en su cama, Favela no dejaba de pensar en los avances de Susan Ranvier y el proyecto Marley. Junto a su cama se hallaban decenas de artículos sobre el proyecto; pero lo que le llamó la atención fue, sin duda, que en ninguno de ellos figuraba el nombre de Susan Ranvier. Los proyectos, a lo máximo que habían llegado, según los artículos, eran en un chimpancé. Nada se sabía sobre esa mujer que despertó meses después de una invasiva cirugía y un tratamiento poco convencional… ¿Por qué? pensando en todas las posibles razones se quedo dormida. Una vez más, sus sueños se centraron en su escuadrón y como ella misma se veía a través de un espejo completamente sedada, conservando a duras a penas la conciencia. Se horrorizo cuando vio claramente su cerebro expuesto y como era insertado algo plateado y muy pequeño en él, mientras ella no podía hacer nada más que observar pasivamente, "capitán Favela" un hombre vestido completamente de blanco.

"Este es su corazón" veía un hombre de blanco sosteniendo un corazón entre sus manos, latiendo rítmicamente "¿lo ha observado bien?...tendrá un marcapasos" y ella, en una respuesta que no estaba segura si lo emitió desde su mente o desde su boca esgrimo que no tenía necesidad de marcapaso "capitán Favela, usted necesita del marcapaso, necesitamos de eso para subsistir"…"Si está bien, caballero"

Despertó debajo aun se encontraba llena de los artículos sobre el proyecto Marley, en su mente, se encontraban pedazos de su sueño, retazos a los que no hallaba ni pies ni cabeza, simplemente estaban ahí, esperando a ser armados, esperando, simplemente esperando a que su mente tomara el hilo y lo reconstruyera nuevamente, pasaron varios minutos antes de que Favela tomara su diario y comenzara a escribir. En él viejo cuaderno se encontraban fechas con descripciones detalladas de sus sueños posteriores a su regreso de la guerra del sur, inclusive había logrado hacer dibujos burdos sobre cerebros, corazones, soldados y hombres en batas blancas a los cuales los ponía como "Los caballeros". Ahora, detallaba el hilo de su sueño e incluso hacia dibujos rápidos, terminó, lo más rápido que pudo, estaba segura que más tarde podría recordar por completo; pero ahora necesitaba estar lista para el trabajo.

Favela llegó puntual a su cita de trabajo, preparo el expediente de su paciente. Para ese momento, Ranvier estaba sola, Lyrin había ido a casa descansar, durante ese lapso una enfermera del turno, designada al momento se encargaba de ella, pero no era lo mismo; estando bajo el cuidado de Lyrin sus avances eran notorios, junto a otra persona no solo se estancaba si no que parecían retroceder.

-Buen día, señora Ranvier…se que puede hablar, lo leí- la mujer la miro de soslayo sin emitir el menor sonido, detuvo su mirada en ella unos instantes y la regreso al piso-no es fácil quedarse en una silla de ruedas, se que necesitan de camilleros para pasarla a ella.

La mujer le miro fijamente y por un momento, Favela distinguió un atisbo de asombro, no le era indiferente, simplemente fingía que lo hacía, se desataba del mundo que pretendió destruir, el que entregó en las manos de los amos del mundo, pero mucho tiempo había pasado desde ese entonces, para cuando Ranvier despertó el mundo había cambiado por completo y no tenia las armas para combatirlo ¿De que servían las ideas en un cerebro activo si el cuerpo no le respondía? no tenia los medios para expresarse. Al principio el habla era inexistente, también todo movimiento, apenas lograba parpadear a voluntad, durante unos años su gran logro fue permanecer sentada derecha sin desparramarse en su silla de ruedas. –Ranvier- la voz de la doctora le saco de sus pensamientos- he leído cuidadosamente su expediente y se sus logros, estoy segura que un ser humano normal, bajo las mismas circunstancias no hubiese mostrado estos logros, el proyecto Marley tan solo fue ejecutado en el sujeto de estudio perfecto…la clave es su función cerebral- aclaró la garganta y prosiguió- se que su padre biológico tenía problemas con la ateroesclerosis al igual que toda su familia paterna … y su madre con genes privilegiados, jamás se enfermaba, su expediente dice que murió accidentalmente.- Ranvier miro a Favela en la frente, en la sien izquierda se encontraba una cicatriz de guerra perceptible solamente para aquel que la buscara deliberadamente, era menor a dos centímetros y no sobresalía mucho de su piel. Favela tenía una aversión a esa cicatriz, no era por vanidad porque un sencillo mechón de cabello podía ocultarla, la sensación de molestia y frustración se intensificaba cada vez que la miraba y peor aun con un solo roce de los dedos; el hecho de que en ese momento Ranvier le mirada deliberadamente en la cicatriz la enfurecía, simplemente se levantó y se apartó de su paciente. Una sonrisa malévola se esbozo en el rostro de Susan, sus ojos destellaban una vivacidad muy pocas veces vista; tal pareciera que había encontrado en Favela lo que desde hacía mucho tiempo antes estaba buscando. En ese momento la doctora Favela no lo sabía, pero estaba a punto de convertirse en el sujeto de estudio de su paciente. Cuando por fin la medico dejó de sentir esa sensación que le hacía arder por dentro y sentía que le destruía por dentro pudo regresar con su paciente; pero aquel rostro de satisfacción y esa chispa en su mirada le había sorprendido.

-No sabes nada de mí- susurro Susan Ranvier en una voz quebradiza, Favela cerró la puerta no deseaba ser interrumpida.

.

Era de noche, estacionaba su lujoso deportivo fuera del estacionamiento del hospital Joseph T. Snell. Habían pasado un par de meses desde la muerte de su padre, pero parecía no afectarle en lo absoluto, nunca hablaba de ello ni tampoco buscaba que se hablara de él.

Desde su entrada a la organización había un tema que no le dejaba en paz desde hacía cinco años, el paradero de Susan Ranvier y su destino final

-Bienvenido, Señor Brief- le abrió la puerta, Truman L. Brief se limito a asentir

-¿Dónde está?

-Sígame- le guio por una serie de intricados pasillos, tenía el semblante frio, tratando de ocultar su ansiedad, en el seria sencillo ya que muy pocas veces se había sentido ansioso, todo en su vida lo había calculado, inclusive el día de su boda y las características personales de su esposa. Llegaron a una habitación con un vidrio polarizado, podía ver perfectamente como una mujer de unos 40 años se hallaba sentada en su silla de ruedas con la barbilla apoyada en la mano, repentinamente sus ojos se ladearon y se encontraron con la fría mirada de Truman, sonrió satisfactoriamente

-Ranvier…debieron matarte cuando tuvieron la oportunidad- la saiyajin desvió la mirada- No hay que temer- dijo el médico- no es la misma, este es lo más que pudo lograr y en si mismo significaría un gran avance si pudiésemos embotellarlo y venderlo

-Yo no temo a insignificancias, por otra parte es cierto aquello de que sus avances son únicos, ella salió del límite de la muerte cerebral y regreso consciente con la capacidad de sostenerse- se dio la media vuelta y se dirigió a la puerta- mátela

-Pero señor- replicó el médico- ella es la fuente de toda la investigación, si muere…- emitió un largo suspiro, Truman estaba decidió eliminar a todos aquellos relacionados con Eva, excepto claro a él mismo y a su hija, aunque ella no le interesaba demasiado.

-Han tenido años para investigarla- replico sin ninguna emoción- si quieren más pueden hacer un clon…

-Señor…no se mueve, si acaso mueve los dedos, es indefensa

-El mayor error en toda la historia es considerar que esta mujer es inofensiva o si acaso que el daño que puede causar es menor a lo esperado…ella debe de morir si queremos un logro mayor

-Señor, solo un poco de tiempo, tengo un medico trabajando en ella, lograremos exponenciar todo lo que ha hecho gracias al proyecto Marley, su cerebro será la cura a todo

-Sera valorado ante la junta, no puedo prometer nada, pero lo único seguro es que tiene que morir, si tenemos algún tipo de resultado más allá de satisfacer mi propósito…será una ganancia.

Subió de nuevo a su Mustang, manejaba a toda velocidad pronto habría una junta con los amos del mundo y daría su informe final.

Se sentía honrado de que aquella junta se llevara a cabo en la torre de la corporación, rayaba cerca de la media noche, dejo su auto estacionado y lo encapsuló, subió al piso más alto de la torre donde se encontraban los amos de todo amo, 5 ancianos, un hombre joven y 2 mujeres de mediana edad

-Novus Ordum Seclurum- se inclino ante ellos, mientras le observaban a la expectativa

-Me temo que los rumores eran ciertos, señores

-Díganos- exigió uno de los ancianos con la voz casi resquebrajada- ¿ella regreso a la vida?

-Así es, en teoría no puede hacer nada más que sentarse y mover los ojos y los dedos de las manos; sin embargo me pareció que ella pudo sentir mi presencia

-¿Qué hizo al respecto señor Brief?- aquel sonrió maliciosamente, disfrutando de aquella segura victoria de la cual estaba seguro sería aplaudido

-Morirá sin duda, no podemos dejar vivir a una mujer como Susan Ranvier- un gélido silencio gobernó la sala, Truman se sentó en uno de los cómodos sillones

-¿Por qué lo hizo señor Brief?- interrogo una de las mujeres

-Es un peligro, su madre la subestimaron y casi se pierde todo, ella fue subestimada esperando una muerte temprana y también estuvo a punto de acabar con todos los planes…dejarla vivir es un peligro, matarla una prioridad

-ANNUIT CŒPTIS- se levantaron al mismo tiempo- hágase tu decisión Truman Lautrec Brief, has demostrado que eres capaz de ser amo de todo amo- dijo uno de los ancianos.

Era irónico, aquel hombre había estado desde el proyecto que dio vida a Samuel Lautrec, votó para eliminarlo y ahora, frente a él, tenía a su hijo, un hombre que estaba a un paso de lograr los sueños y metas de los amos del mundo

-Este es un obsequio- extendió un caja negra y la abrió-eres amo de todo amo, esto lo demuestra, de tu mano nos llevaras al éxito prometido, a un mundo magnifico, nuevo, resucitado, donde nosotros gobernaremos

-Novus Ordun Seclorum-contestó Truman mientras sacaba el anillo en forma de dragón de oro con un ojo con incrustaciones de diamantes- de mi mano, el nuevo orden gobernara eternamente

Quizá eran las cinco de la mañana cuando llego a su hogar en la corporación capsula, no se asombro de ver a su abuelo mirando frente a la ventana, era un hombre de cabello canoso, se había dejado una barba de candado, había perdido algo de musculatura desde que su abuela, Bulma Brief, había fallecido años atrás, aun así no dejaba de admirarlo, Vegeta fue la figura paternal que jamás encontró en Samuel Lautrec, era su héroe, su ídolo a seguir, aunque al conocer las enseñanzas y preceptos de los amos del mundo, no entendía la razón de porque no domino la tierra cuando tuvo la oportunidad

-De nuevo no dormiste, abuelo- se sentó en uno de los sofás esperando alguna respuesta

-Ni tú tampoco- volteo, le miro con esa mirada cansada que se resistía al paso del tiempo- ¿y ese anillo?

-Un regalo de unos socios- contesto con cierto recelo, sentía que su abuelo podría atravesar su mente con la mirada. El anciano saiyajin solo asintió

-Tú hija estuvo llorando toda la noche, fue muy difícil para su nana calmarla…no me dejo conciliar el sueño- no contesto, tal parecía que muy poco le interesaba el estado de la niña-…me recuerdas a mí, cuando apenas llegue a este planeta

-¿En verdad?-pregunto entusiasmado, él solo asintió. Vegeta, el príncipe de los saiyajines, era el único que lograba hacer surgir alguna emoción en el joven. Quería llegar a ser como él. Truman consideraba que su abuelo era un hombre que se vio sujeto a las circunstancias, que sin duda pudo derrotar a Gokú, si no fuera porque aquel necio murió en el Cell game, antes de que Vegeta llegara a demostrarle su superioridad; se vio preso en una familia como si la tierra lo hubiera domado, su abuela era un ser que se vio sujeto a adversidades del destino; estaba seguro que bajo otras circunstancias el planeta seria suyo; por supuesto él jamás hubiese existido, desde que tenia la consciencia de la realidad del mundo, Truman siempre se preguntó porque su abuelo nunca quiso acceder a tomar el mundo, teniendo tantas veces la oportunidad.

-Abuelo…yo…-pero aquel no le prestó atención se dio la media vuelta para irse a dormir, tras la muerte de Bulma, le era difícil conciliar el sueño

-¿No sientes nada por la muerte de tu padre?- preguntó antes de subir las escalera

-No- respondió, pero no había emoción alguna en aquel "No", no lo dijo con desdén ni tampoco con orgullo o dolor, simplemente lo dijo con una frialdad que helaba el alma. Vegeta subió las escaleras dejando a su nieto más joven en el medio de un sinfín de dudas, aunque tenía que reconocerlo, Truman era el más interesante de todos, pero sabía que esa peculiaridad no era un don y que detrás de él se escondía un mar de secretos que se sumergían en los diamantes del ojo de aquel anillo de oro en forma de dragon.

Su teléfono celular sonó

-Señor…de inmediato- dejo todo de lado, salió nuevamente, solo se escuchó el rugido de su potente deportivo., recordando la primera ocasión que le vio cuando aun aspiraba a formar parte de aquella organización.

Favela regresaba a casa a diferencia de lo que pensó, solamente tuvo un logro, el que Ranvier le dijera "No sabes nada de mi" pero después de eso no obtuvo ningun otro avance y frustacion, todo eso pasaba por su mente mientras estacionaba su auto…cual fue su sorpresa al ver a Lyrin el enfermero de Ranvier

-¿Qué haces aquí?- le preguntó intrigada

-Solo venia a despejar un par de dudas

-¿Cuáles dudas?

-En realidad solo es una y solo es esta…Capitan Favela, dígame que sucedió con su escuadrón- y en ese momento, Favela escucho un zumbido dentro de la cabeza y en ese momento sin supiera como unas palabras comenzaron a fluir –mi escuadrón y yo estábamos frente al rio, estábamos a ocho horas de tomar el próximo vuelo a casa, la guerra había sido ganada, mi gente quería descansar, llevábamos días caminando, entonces unos guerrilleros atacaron a todos, poco pudimos hacer había balazos y granadas por todas partes, de mi escuadrón solo uno logro mantener la entereza, a mi me habían herido en la sien, que de inconsciente, pero ese soldado nos salvo a todos, no hubiéramos salido con vida sin él" lo dijo fríamente, como si un robot lo repitiera en un programa determinado.

-¿Tienes idea de lo que dijiste?- Favela estaba extrañada, sabía que lo había dicho, pero en efecto no era algo que recordara del todo bien, y en verdad su voz era monótona, , metálica, casi programada

-Te veré mañana, doctorcita, en el café west 77, a media noche

-¿Por qué ahí?

-Ahí comenzó la historia y ahí terminara