Holaa, sé que estoy escribiendo otro fanfic que aún no actualizo, pero me picó el bichito de esta trama y me propuse subirlo para animarme a terminar la historia. Como les mencioné en mi otra historia, estoy en la fase final de los examenes en la universidad, aproveche las 2 horas que viaje en bus para escribir esto, espero que les guste, no sé si la historia esta muy trillada o alguien ya había tomado la trama, agradecería si alguien me lo dice.

Disclaimer: Los personajes no son de mi propiedad, pertenecen al mangaka Masashi Kishimoto.

La enfermedad de trastorno de personalidad multiple no es un chiste, este fanfic no busca burlarse o realizar una sátira sobre personas que sufran esa enfermedad. Además me he tomado ciertas licencias para cambiar cosas que tienen que ver con la medicina, por lo que no será 100% apegado a la realidad en asuntos de enfermedades, hospitales, etc.

También posiblemente se encuentren con un poco de OoC.

Resumen: AU. Hinata ha sufrido un accidente en el que se ha golpeado la cabeza, a simple vista no parecía nada grave, sin embargo el pequeño incidente ha desatado lapsus en los que la joven libera todo su lado loco extrovertido. Naruto es el novio de la tierna y dulce Hinata, sin embargo Sasuke Uchiha conocerá el otro lado de la joven, el que fue liberado por culpa de un accidente. Sasuhina.


Primero encuentro, primer ataque.

"Qué sería de un día sin alguien que

hiciera buena compañía,

no quiero saber."

Este bar es una mierda, la oficina es una mierda, ser oficinista es una mierda, este trago es una mierda, también las películas de crepúsculos son una mierda, y en general todas las películas basadas en libros lo son, pensó Sasuke Uchiha bebiéndose un buche de pseudo alcohol de categoría que a él le parecía nada más que orina.

Paseo su vista por el vulgar bar en el que se encontraba, era el que estaba más cerca entre la oficina y su departamento. Otra vez había sido un asqueroso día en la oficina, su jefa seguía acosándole e insinuando que si no cedía en ciertos actos carnales jamás recibiría un asenso, y Dios sabe que el prometedor Uchiha hacía muy bien su trabajo, jamás se esperó que al enfrentarse a la vida laboral iba a necesitar algo más que su talento para llegar a lo más alto y cambiar el mundo de las finanzas como siempre había planeado.

Estaba atrapado ahora en un cubículo de dos metros cuadrados, y qué decir del computador con window xp, su única salida de ese pequeño fuerte donde apenas podía estirar las piernas al trabajar, era ceder al intento de complicidad que había creado su jefa, cambiar ese cubículo por una verdadera oficina a cambio de tener que escuchar los gemidos de esa vieja junto a su cuello, ¡y quién sabe cuanto costaría cambiar esa chatarra de PC por al menos un ordenador Apple! No quería ni pensarlo.

Definitivamente eso estaba fuera de sus planes, si sus piernas necesitaban estirarse saldría a caminar durante la hora del almuerzo, si el ordenador se trababa lo golpearía o soltaría toda clase de improperios con el fin de desahogarse. Sasuke Uchiha no se vendía.

El joven de negros cabellos y pálida piel suspiró, sacó su celular y, con los codos apoyados sobre la barra del bar, comenzó a bajar por el inicio de su Facebook, acto que realizaba casi por inercia ya que ni siquiera leía las publicaciones o se detenía a observar alguna fotografía en particular, la verdad solo quería centrar su mirada en algo para no tener que observar la decadencia del lugar en el que estaba, y del que, sin embargo, formaba parte del paisaje y del conjunto.

Algo le llamó la atención, una mujer se sentaba junto a él en la barra, pudo verla por el rabillo del ojo, ella al parecer le dedicó una fugaz mirada mientras se acomodaba en el taburete junto a él. Genial, pensó el joven rodando los ojos hacia la nada, otra acosadora esta noche, no tenía suficiente con su jefa, además ya había rechazado a dos aquella noche y al parecer serían 3.

No es que Sasuke Uchiha fuera gay, pero se había criado con una madre muy cariñosa y atenta, además había visto todos los líos en los que su hermano Itachi se había metido por mujeriego, todo ellos factores que lo habían llevado a respetar a las mujeres pero también aborrecer a muchas que solo buscaban un rato con un hombre apuesto.

Claro que se sabía atractivo, y no vamos a mentir, a él también le interesaba el físico de las mujeres, pero no en un bar, no con alguien por una sola noche.

Cualquiera se preguntaría entonces ¿Qué hace un joven de 24 años en un bar si no es para emborracharse y buscar mujeres fáciles? Da para reflexionar, y eso es lo que precisamente hacía el Uchiha, reflexionar sobre lo que se había convertido su vida, y así había sido una vez a la semana desde que había entrado a la vida laboral. Pensaba en qué había hecho con su vida, en su juventud llena de sueños, en el Sasuke Uchiha adolescente enamorado de la vida, que tenía una banda de garaje, que quería ser veterinario, pintor, filántropo, activista vegano, surfista, lechero ¡en fin! Con todo había soñado ese optimista adolescente, quien jamás se hubiese imaginado que a los 24 años estaría atrapado en una empresa de mala muerte con una jefa que lo acosa sexualmente. No recordaba cuando fue que había perdido el rumbo hacía una carrera universitaria insípida y aburrida que lo llevaría directo a la amargura propia de un hombre de 40 años con hijos y con una mujer que le es infiel.

Pero vamos, tampoco era un emo resentido con la sociedad, si algo sabía muy bien es que era inaceptable culpar a los demás por su actual situación, ya que sus propias decisiones lo habían llevado a lo que era hoy, sus propias acciones y por sobretodo su propio miedo lo habían conducido a su pequeño cubículo , con ese traste que se hacía llamar ordenador, y visitando un bar de mala muerte al menos 1 vez por semana, solo para regodearse en el hecho de que habían putas y alcohólicos en ese local que tenían una vida mas triste que él ¿Era eso consuelo? Él no lo sabía, pero era lo más cercano que podría llegar a tener siguiendo su actual rutina.

Pronto una suave voz femenina interrumpie su ensimismamiento, giró a ver hacía donde se había sentado la chica de hace un rato, pero al parecer no era ella, quien se encontraba ocupada con una bebida alcohólica. Giró su cabeza hacia el otro lado, una rubia le sonreía con total falsedad, enseñando una corrida de dientes que emulaban perfectamente un collar de perlas y destacaban brillantemente entre sus labios rojo carmesí.

-¿Te puedo ayudar en algo? –inquirió Sasuke, había sido lo mejor que se le había ocurrido.

La sonrisa de la rubia flaqueo por un leve momento pero la restableció enseguida. Sus ojos se pasearon por todo el cuerpo del Uchiha, y con nuevo impulso le volvió a hablar.

-Pues te ves muy solo –dijo con una voz aterciopelada –pensé que quizás querrías un poco de compañía.

El Uchiha arqueo una ceja con ironía, lo cual hizo desestabilizarse de inmediato la perfecta sonrisa de la mujer, de todas maneras siguió ahí esperando por una respuesta verbal.

-No necesito a nadie –respondió intentando sonar cortés -Me gusta estar solo. –Recalcó fuertemente la última palabra.

La joven rubia soltó una confundida risita, y con la misma sonrisa que había formado en su rostro al llegar, se alejó hacia la mesa en donde estaban sus demás amigas, quienes empezaron a gritar y hacer escándalo burlándose de ella, en parte también porque estaban muy ebrias. El semblante de la rubia se descompuso apenas se sentó a la mesa.

Sasuke volvió su atención hacia su celular, esta vez con el fin de quizás leer alguna noticia en internet, o quizás leer alguna sinopsis sobre un nuevo videojuego, pero entonces su vecina junto a la barra carraspeo fuertemente y giró su cuerpo, completamente hacía él, sobre su taburete.

-¿Es que acaso eres gay o qué? –preguntó, el alcohol se notaba en su forma de pronunciar, su voz era muy suave pero hablaba muy fuerte.

El aludido la miró usando su famosa técnica de levantaunacejaymandalosalamierda, pero al parecer el exceso de etanol en el organismo de la chica no permitió que notara su mal humor. Se trataba de una chica de al parecer su misma edad, tenía el cabello largo y lacio de un tono azabache -su flequillo le hacía recordar a las protagonistas de esos animes shoujos que veía su vecino de cubículo en el trabajo –su piel era muy blanca, incluso más que su propia tez, además llevaba un vestido color lila bastante recatado que, sin embargo, contrastaba demasiado con su exceso de maquillaje, el cual no intentaba ser para nada disimulado … ¿Qué hacía una mujer como ella en aquel lugar? ¿Es qué ahora ella intentaría atacar?

Al notar que él no respondía la chica volvió a insistir.

-¡La tía estaba muy buena! –exclamó claramente ebria -¿Es que acaso andas en tu periodo?

El pelinegro esbozó una sonrisa casi imperceptible, si la mujer frente a él hablaba así era 100% seguro que no intentaba flirtear, así que decidió responderle.

-También debe tener muy buenas E-T-S

La joven lo miró confundida, pero en vez de preguntarle, ladeó su cabeza unos 45 grados hacia la derecha, gesto que según Sasuke, le quitó años de encima y la hizo parecer una dama decente por al menos unos segundos. El joven puso los ojos en blanco.

-Enfermedades de transmisión sexual.

Ella rió por un largo momento, lo cual lo hizo confundirse.

-Vaya, si –logró decir después de su ataque de risa –debería saberlo, me lo enseñaron en la Universidad.

-Dudo que en tu estado puedas recordar las lecciones de la universidad –indicó él.

La mujer hizo gestos de indignarse, cruzando sus brazos sobre su pecho.

-No estoy ebria –dijo pronunciando claramente mal –Solo soyg frgancesa.

El Uchiha volvió a rodar los ojos, esta vez divertido.

-Que fait une fille comme toi dans un lieu comme celui-ci? –preguntó Sasuke, siguiéndole la corriente.

De nuevo se cruzó por su mirada una mezcla de indignación y odio. Abrió levemente los labios para decir algo, pero volvió a cerrarlos de golpe. Se giró bruscamente hacia la barra, haciendo que su largo cabello se moviera junto a ella y llevará una suave ráfaga de aire con aroma florar hacía las vías olfativas de Sasuke, en medio de ese vulgar lugar que apestaba a vomito, cigarrillos y licor, esa pequeña brisa aromática había sido un gran respiro, tanto así que lo había descolocado por completo justo en el momento en el que ella había dicho algo.

-¿Qué dijiste? –quiso saber.

-Que te jodas.

-Ah.

El pelinegro se removió incomodo en su taburete, que extraña interacción había sido aquella. Pocas eran las mujeres que se acercaban a él para conversar o insultarlo, como en este caso. La situación lo tenía un poco confundido, pero no negaría que se estaba divirtiendo, era difícil para él encontrar mujeres con quienes hablar que no estuvieran constantemente coqueteándole.

-Soy Uchiha Sasuke –se atrevió a decir al fin.

La joven lo miró por encima del hombro con una clara mueca de desprecio en su hermoso rostro, pero duró poco, pronto una sonrisa abarcó su faz.

-Hyuga Hinata –se presentó ella.

Pero luego no dijeron nada más. Se quedaron uno junto al otro, ella bebiendo más de la cuenta y él mirando a las musarañas mientras se perdía en su mente. Ambos asumían la compañía del otro, aunque no dijeran ni una palabra, ambos habían tenido días difíciles que querían olvidar.

-¿Sabes qué es una mierda? –preguntó Sasuke intentando romper el hielo.

Ella solo respondió con una mirada.

-Crepúsculo.

-Lo es… -hizo una larga pausa, como si reflexionara algo muy serio. Final mente soltó:

-Uchiha, estoy muy ebria.

-Lo sé.

-Deberías llevarme a casa.

Sasuke levantó una ceja y la miró divertido, vaya chica con la que se había encontrado esa noche.

Pronto salieron del bar. Sasuke tuvo que pasar su brazo por la cintura de la chica para ayudarla a caminar, estaba muy ebria, en cualquier momento caería o resbalaría con un charco de vomito. En parte le preocupaba mucho la razón del porque una chica que lucía así estaría ahí bebiendo como si fuese un leñador de 100 kg en vez de una joven de 50 kg.

Bajo el holgado vestido se ocultaban unas suaves curvas, una pequeña cintura pero que contrastaban drásticamente con unas anchas caderas, Sasuke pensó en la suerte que tenía la chica por haberse cruzado con un tipo decente –dentro de lo que el pensaba sobre ser decente –y no con un pervertido, que de inmediato la hubiese atacado sin dudarlo al ver sus bien formados pechos.

-¿Me estás mirando los senos, Uchiha?

-Si.

-Eres un maldito descarado.

-Lo sería si lo estuviese disfrutando, pero no es así.

-Yo sabía que eras gay.

En la cabeza de la chica había un gran parche blanco, que abarcaba el lado izquierdo de su cabeza, además ese lado del cabello hacía sido rapado, lo que le daba una imagen de chica ruda, esto llamó la atención de Sasuke.

-¿Qué te ha pasado en la cabeza? -inquirió rozando la gasa del parche.

Hinata solo se encogió de hombros. Entonces el asunto paso a la historia.

Pagó un taxi, primero pasaría a dejar a Hinata Hyuga a su departamento, luego se iría al suyo, de todas maneras vivían relativamente cerca. La pelinegra estuvo la mayoría del trayecto callada, al parecer se estaba quedando dormida, y cabeceaba contra el hombro de Sasuke cada veinte segundos, murmuraba nombres, nombres de mujeres y hombres. A el Uchiha se le cruzó por la mente que el actual estado de su nueva "amiga" era culpa de algún hombre, no supo por qué, pero sintió una leve decepción por el hecho, pero también una gran curiosidad.

Cuando el taxi se detuvo se encontraban frente a un edificio de departamentos, no eran de lujo pero parecían bastante decentes. Sasuke ayudó a Hinata a bajar, y la condujo hacia el acensor.

-¿Crees que puedas llegar sola a tu depa?

Hinata solo lo miró, una sonrisa cruzo su rostro, luego arrastró al joven hacia dentro del ascensor, presiono el piso 4, lo miró con la misma sonrisa en el rostro.

-Cada vez que estoy en un ascensor pienso que sería muy excitante tener sexo aquí dentro. –Soltó con una voz tan dulce que el comentario definitivamente era chocante por el hecho de haber salido de sus pequeños y rojos labios.

-Pues no será conmigo –aclaró Sasuke, empezaba a creer que le había tendido una trampa para llevarlo a su departamento.

Bueno, no soy precisamente una doncella en apuros, pensó, quizás no podría negarme a su trampa…

El ascensor se detuvo y Hinata salió tambaleándose desde dentro, Sasuke la alcanzó en el pasillo y la volvió a tomar por la cintura para estabilizarla. En el departamento 413 Hinata golpeó la puerta estrepitosamente.

Definitivamente estaba confundido, aunque pronto notó que ella no llevaba ni siquiera un bolso, de seguro había perdido las llaves y vivía con alguna compañera de piso, pues su amiga no estaría muy feliz de levantarse a las 3 am a abrirle la puerta por…

Un joven rubio abrió la puerta, llevaba pijama puesto y por su expresión le costó entender bien la escena que tenía en frente. Al parecer era su novio.

-Naruto-kun –exclamó Hinata y se colgó del cuello del ojiazul –hagamos el amor… -el chico ni siquiera ayudo a su novia a mantenerse de pie, algo lo había sorprendido demasiado.

Las orbes azules de Naruto Uzumaki se posaron en el pelinegro frente a él, frunció el seño, el tipo era mas alto que él, y al parecer también había estado bebiendo.

Sasuke se adelantó a los hechos.

-No malinterpretes nada, solo la vi en el bar –aclaró rápidamente –la traje a casa porque en serio me preocupó que anduviera sola así en ese estado. Deberías agradecérmelo.

La expresión de seño fruncido y labios entreabiertos no cambio ni un poco.

-Hinata-chan… -logró murmurar -¿Hinata-chan está ebria?

A Sasuke le pareció estúpido responder una pregunta tan obvia, prefirió no seguir perdiendo el tiempo en ese lugar, dio media vuelta y se dirigió de nuevo al ascensor.

Volvería al taxi y al llegar a casa dormiría lo que le quedaba de la noche.

En el departamento de Naruto, el joven sorprendido aún, observaba como su novia se desnudaba completamente y se metía en su cama.


Espero que les haya gustado. Recuerden, cualquier cosa dejen en rewies, si consideran que la trama es muy televenovesca o si está muy trillado. Me interesa mucho saber su opinión, además de que me animan a seguir y saber en que debo mejorar.

Me queda 1 semana y media y llegan mis ansiadas vacaciones, entonces actualizaré más seguido, mi otra historia, y si esta les gusta pues también la seguire, todo depende de sus rewies y de su aceptación.