Hola a todos! Hace mucho que quería escribir algo sobre estos dos pero no se me ocurría nada hasta que llego esto que no sé qué sea (?. Ojala les guste.

Disclaimer: Naruto le pertenece a Kishimoto-sensei.

Advertencia: Narrado desde el punto de vista de Ino Yamanaka. Situado después del capítulo 699 del manga.


Tulipanes

Capítulo único

By Megumi Kurosaki.


¿Qué pensará de mí? No, más bien… ¿Qué dirá de mí? ¿Dirá que soy insoportable? ¿Histérica? ¿Qué lo obligo a hacer cosas que no quiere? Bueno, eso es verdad pero… pero no es porque yo sea mala ni nada de eso.

¿Dirá que soy mala? ¿Qué soy la peor de todas? ¿Qué soy…? No, no, me tengo que calmar. Él no diría eso. Pero, si no es eso, entonces, ¿Qué dirá? Capaz dice que no me necesita, que no tiene por qué estar conmigo. ¿Si dice que va a dejarme? Bah, yo no le doy motivos.

¿O si le doy?

¿Lo he tratado mal? Algunas veces. ¿Le he gritado? Una infinidad de oportunidades. ¿Él se ha quejado? Nunca. ¿Es eso malo o bueno? A ver, por un lado es bueno porqué quiere decir que me… me… un minuto, no es bueno, es malo. ¡Malísimo! No se queja porqué habla a mis espaldas. No, tonta, eso es imposible, pero y si fuera así… ¿Qué diría? No creo que diga cosas malas, es probable que diga cosas lindas.

Lindas.

Ahora que recuerdo, no suele decirme cosas lindas.

Preciosa esto, preciosa lo otro pero ningún otro cumplido ni halago.

¿Será que él no cree que sea preciosa? ¿Qué lo dice pero no lo siente? ¿Será por eso que jamás me dice nada? ¿Se lo dirá a alguien más?

No.

No, sería algo imposible. Además, ¿con quién podría estar además de mí? No se habla con mucha gente por obvias razones. No creo que le diga cosas dulces a alguna otra chica de la aldea. Ay, el solo pensarlo me revuelve el estómago.

¿Pero y si…?

Me duele la cabeza de tanto pensar en el asunto. ¿Qué me interesa lo que diga o no diga de mí? No me importa.

¿No me importa?

— Soy un desastre – me dije a mi misma cuando de pronto siento que tocan la puerta. Ni me inmuto, no quiero ver a nadie. La persona insistía, yo ni me movía. De todas formas, si fuera importante, para mí no lo seria. No estaba.

Los golpecitos eran peores y sentía que la persona me tronaba el cerebro. Así que decidí, a duras penas, abrir la maldita puerta.

Eso si, si se trataba de Naruto, no tendría compasión. Le tiraría una maseta por esa cabeza de chorlito que tiene.

— ¡Ya voy! – grité para que dejen, al menos, de molestar con esos ruidos. Eso fue suficiente para que del otro lado de la entrada hubiera puro silencio. Ahí yo, hecha una terrible furia, abrí con una gran exasperación para después sorprenderme de la situación derrapando en mi rostro una gran incógnita.

No había nadie.

— ¿Quién habrá sido el chistoso? ¡Lo voy a…! – detuve mis palabras bruscamente al sentir que mis pies descalzos pisaban un pequeño tallo. - ¿Y esto? – fue lo que pregunté mientras levantaba una hoja que decía algo particular.

Para Ino.

De Sai.

Ahogué un grito de emoción con mi mano desocupada. ¿De qué trataba todo esto? Si bien el papel me dejo anonadada, lo que me mató fue lo que hace unos minutos había pisado.

Una flor.

Contrario a lo que parecería, no me enojó el que me dé algo como eso teniendo yo una florería, sino que me sonrojé violentamente, como si me atacara un gran calor porque entendía no solo el significado de la flor sino también de lo que Sai podría llegar a decir de mi persona.

La flor era un tulipán jaspeado.

"Tienes unos ojos preciosos".

FIN.