Aclaración: los personajes no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi.
Mas allá del tiempo.
—¡Sia,Sia!—grito a pleno pulmón aturdiendo a todos en la casa.—¿Donde se metió ahora?
Busco en cada rincón de la casa hasta en la bodega donde su abuelo guardaba todas la reliquias del pasado pero no había rastro de la pequeña de seis años. Su niña solía desaparecerse por largo rato y nadie sabia donde demonios podía estar muy pocas veces la encontraban, tenia miedo que algo malo le sucediera.
—¿Que ocurre, ma?—quiso saber curioso por la histérica mujer frente suyo, escucho sus gritos antes de subir esa larga escalera. Sus dorados ojos fueron donde miraba la ojimarron sin encontrar nada.
—No encuentro a tu hermana.—murmuro preocupada.
Soltó un suspiro cansino. —¿Te fijaste en el templo?
—No...—frunció el ceño, llegaron en una exhalación, deslizo la puerta de madera sin la menor delicadeza y tuvo ese viejo sentimiento de nostalgia cuando en el pasado lo hacia para viajar a otra época. Se regaño mentalmente y mando ese pensamiento al fondo de su mente.—¡Sia! ¡Bájate de ahí¡—
La niña ladeo su rostro, miro a su madre y sonrió alegre, con gracia de bailarina se giro, sus cortos y lacios cabellos que lo traia a la altura de sus hombros fueron acompañaron el movimiento como un velo de árabe. Lucia despeinada y agitada por todos sus juegos.
—¡Me encontraste!—su voz se tiño traviesa con esos ojos dorados brillando con picardía.—Yue ven a jugar conmigo.
—¿Cuantas veces te dije que esta prohibido jugar en un templo sagrado?—regaño suavemente.—a tu abuelo no va a gustarle que estuviste acá.
—Vive enojado.—encogió los hombro restando importancia.—es solo un pozo.
—Ven cariño, baja y entremos a la casa...—le tendió la mano para que bajara. Dudo por unos instantes, quería protestar la estaba pasando tan bien con su mundo de fantasías donde ella era una una guerrera princesa...
—Esta bien, ¿Pero jugaras conmigo?—poso sus enormes ojos miel en su hermano, esperando ansiosa su respuesta. No le gustaba quedarse sola con sus abuelos por no eran divertidos siempre haciendo tareas aburridas. Yue asintió.
—¿Y Buyo?—pregunto mirando por toda la habitación.
—Debe estar comiendo. Es hora de dormir.—murmuro acostando a la pequeña, la arropo como siempre contando algunas historias de sus viajes, las mas parecidas a cuentos, entonces la historia del zorrito que tuvo su primera batalla con una joven princesa demonio fue la que esa noche cobro vida, recordando nostalgicamente a ese pequeño que lo consideraba su propio hijo. La niña rubia tenia una gran fasinacion por esos relatos, escuchaba atentamente todos y los guardaba en su mente como un tesoro invaluable pero había dos historias que no se cansaba escuchar, del medio demonio traicionado por su gran amor y de las legendarias batallas del Inuyoukai.
—Apaga la luz...—murmuro cansado de las preguntas inquietas de su hermana no lo dejaban dormitar unas horitas, ella no se dormía fácilmente se la pasaba murmurando y jugando con cualquier cosa a su alcance. Siempre fue muy especial, tenia un carácter fuerte y belicoso, algo solitaria siempre jugando sola porque con otras chicas estaba silenciosa y quieta en un lugar apartado aunque con los que confiaba era una chiquilla normal feliz.
—¡Espera falta Buyo!—protesto sentándose en la cama.
—Tks—chasqueo.—no soporto el olor a gato.—espeto enojado.
—Me tiene sin cuidado.
Ambos hermanos se miraban filosamente desafiando al otro y ninguno se dejaba vencer.
—Basta los dos a dormir y punto.—agrego antes que replique, los tapo y entrecerró la puerta.
El gato apareció una hora mas tarde echándoselo toscamente a los pies de su pequeña dueña, gustosamente se lamió las patas delanteras que aun tenían sabor a su comida. Ambos chicos dormían plácidamente y en la casa Higurashi reino el silencio poca veces presenciado pero mas anhelado. El felino comenzó a juguetear con un hilo del cobertor girando perezosamente.
—Mmm... Buyo...—susurro adormilada, tallándose los ojos—ven durmamos...—añadió quiso alzar al gordo animal pero este rasguño odioso y salto a la ventana.—espera te vas a caer...
Lo vio saltar a fuera, salio de la cama y también salto por la ventana a pesar que estaban en la planta alta no le hacia nada. Logro atrapar cerca del templo.
—Gato tonto...—mascullo, curiosa se quedo parada frente a la puerta corrediza.—¿Porque no puedo jugar ahí..?—corrió la puerta mirando el vació templo con un simple y percudido pozo de madera tapado con un pergamino tonto de su abuelo sin comprender el problema.
El animal se erizo salio corriendo despavorido del lugar.
—¿Que le paso?—confundía se dispuso buscarlo pero algo la sujeto y la jalo hasta el interior del pozo.
—!Mama¡—grito a pleno pulmón antes de ser envuelta por algo azulado y violáceo, no encontraba el final de la caída, era como si su cuerpo se deslizara suavemente en ese extraño lugar. La desesperación acudió a ella que no a paraba de llamar a su madre de un momento a otro sintió algo rocoso contra suyo, cerro sus ojos por el impacto temiendo lo peor. Alzo su rostro dudosamente y con recelo abrió sus ojos encontrándose con un cielo nocturno y estrellado.—¿Fue un sueño?
Como pudo tomo la regadera que se abrazaba a las rocas del pozo ¿No tendría que haber unas escaleras? pensó escalando. Cual fue su sorpresa encontrarse con un enorme bosque en vez del templo, nunca su hubiera imaginado tal cosa y ni en sus mas locos juegos.
—¿Donde estoy?
Continuara.
Hola, acá dejo esta pequeña historia que hace tiempo me hace ruido en la mente, es algo escasa pero así se dio, prácticamente se escribió sola. Espero que les gusten y dejen sus comentarios.
Muchas gracias desde ya.
Saludos :)
