Capitulo 1 "Retrocediendo en el tiempo"

Era un día soleado en el Sengoku, normal… bueno, lo era hasta que se escucho un gran grito de una muchacha diciendo: "abajo!"; las aves salieron despavoridas volando e Inuyasha yacía en el suelo en un gran cráter bajo de él.

-ERES UN GRANDISIMO TONTO INUYASHA!- grito a todo pulmón una joven de cabello azabache –Me iré a casa… y ni se te ocurra seguirme!-

Sin esperar mas, Kagome tomo su mochila y se marcho, no sin antes despedirse de sus amigos, los cuales miraban a Inuyasha suspirando, siempre era lo mismo, Inuyasha hacia un mal comentario hacia Kagome y ella lo estampaba en el suelo con rabia.

-Inuyasha, cuando aprenderás- suspiro Miroku mientras le tocaba el trasero a Sango.

-Pervertido!- chillo esta y le estampo la mano en la cara –Usted tampoco aprenderá!-

Sango lo fulmino con la mirada y se adentro dentro de la cabaña de Kaede junto con Kirara mientras que Shippo movía negativamente la cabeza, no había remedio con ellos, pensó el pequeño kitsune mientras cerraba los ojos cansado.

Kagome iba caminando hacia el pozo con los puños cerrados mientras refunfuñaba, Inuyasha era un idiota!, ella siempre preocupándose por él, y este siempre diciéndole comentarios desagradables, menudo tonto!. Al llegar ni siquiera dio una mirada hacia atrás, solo salto hacia el interior del pozo y estaba tan cegada por la rabia, que no se percato que la luz del pozo mientras la transportaba era ahora azul y le estaba tomando mucho más tiempo que el acostumbrado en llegar a la otra época; una vez que Kagome volvió a tocar el suelo del pozo, dio un leve suspiro y miro hacia arriba, ella se sorprendió al ver que no estaba el techo del tembló que esperaba ver, sino el mismo cielo del que acababa de salir minutos atrás, que había sucedido?. Extrañada, Kagome subió por las enredaderas del pozo y le pareció sumamente agradable el lugar, estaba muy silencioso y solo se escuchaban una que otra vez el sonido que emitía algún pájaro, realmente antes no se había percatado de la tranquilidad del lugar; dejo su mochila a un lado y se sentó a la orilla del pozo, entonces volvió a mirar hacia el interior de este, quizás solo se equivoco y la volvió a mandar de vuelta al Sengoku, sí, eso debe ser, así que Kagome decidida se dio media vuelta para volver a saltar al pozo y cuando lo iba a hacer, una mano se enrollo como tenaza en uno de sus brazos y tiro hacia fuera del pozo, haciéndola caer de trasero, ella hizo una mueca de dolor y se sobo, enseguida alzo la vista para mirar a la persona que la había arrojado para que no saltara y se sorprendió al ver que se trataba de Sesshomaru.

-Que pensabas hacer humana?-

-Sesshomaru…- susurro inconscientemente.

-Qué?, como es que conoces a mi hijo?- exigió impaciente el taiyoukai.

-Tu hijo?!- chillo Kagome asombrada.

El taiyoukai hizo una mueca de molestia al escuchar chillar a la humana, es que acaso no sabía que ellos tenían oídos sensibles?; por otro lado, Kagome estaba totalmente sorprendida, acaso…?, ella negó con la cabeza y examino más detalladamente al demonio frente a ella, alto, de cabello lacio plateado recogido en una coleta, ojos color ámbar, orejas puntiagudas, rayas irregulares en cada una de sus mejillas color azul, llevaba un kimono blanco con algunos diseños azules, armadura que cubre su pecho y hombros, un obi rojo donde llevaba sus espadas y una gran estola colgaba de su espalda. No podía ser cierto, acaso era el gran Inu-No-Taisho?, el padre de Sesshomaru e Inuyasha?, pero que hace vivo?, no es que estaba muerto?, no lo entiendo!, pensó Kagome desesperada.

-Te he hecho una pregunta humana, responde!- gruño Inutaisho al ver que la joven no le respondía.

-Esto no puede ser cierto, que está pasando?- susurraba Kagome para sí misma sin prestarle atención al poderoso taiyoukai.

Inutaisho irritado por la insolencia que estaba teniendo esta humana hacia él, la agarro de los brazos, levantándola para luego sacudirla; inmediatamente al ser tomada, Kagome presto atención a lo que pasaba a su alrededor, fijando su atemorizada vista en los ojos dorados frente a ella, los cuales estaban irradiando gran cólera e irritación, ella lo miraba asustada mientras se dejaba zamarrear a causa del miedo, tenia terror de que si se movía, este taiyoukai la fuera a matar enseguida.

-Humana, no volveré a repetirlo, quien eres?!- exigió mientras apretaba el agarre en los brazos de Kagome.

-Yo… yo… Kagome…- tartamudeo sin dejar de mirar al demonio.

-Bien humana, ahora dime como es que conoces a mi hijo Sesshomaru?-

-Yo… NO!, DEJAME!- chillo mientras le pegaba una patada en las partes bajas a Inutaisho.

Este último abrió sus ojos a más no poder y enseguida soltó a Kagome mientras se agachaba un poco, tratando de soportar el dolor; Kagome no lo pensó dos veces antes de salir corriendo a todo lo que daban sus piernas mientras gritaba por ayuda, ahora sí que estaba segura de que Inutaisho la iba a matar, pero es que había entrado en pánico al no saber que decir o hacer, solo reacciono como cualquier chica que está siendo acosada por un hombre, solo que este no era un hombre en sí, era un taiyoukai que con tan solo levantar su mano la mataría. Inutaisho apenas se recobro del intenso dolor que sintió, volteo su rostro hacia la dirección en donde la humana había salido huyendo, sus ojos parpadeaban a rojo mientras trataba de controlar a su bestia.

~Hay que castigar a la perra por su osadía, ve por ella!.

Inutaisho gruño fuertemente y salió tras la hembra que le había causado aquel gran dolor, como se atrevía a hacerle eso?, lo pagaría muy caro.