Cambio de cuerpo.

Akako observaba Kaito caminar por la calle, tenía un nuevo plan para conseguir que Kaito le obedeciera… o por lo menos par gastarle una broma. Había sacado la idea de uno de tantos programas que salían en la TV, se trataba de algo clásico y al parecer bastante simple. Un cambio de cuerpo (o de mente, lo que sea daba lo mismo.) el hechizo era sencillo y estaba a punto de terminarlo. Justo en el momento en el que Kaito tocara a alguien ambos intercambiaron sus mentes y por supuesto la única forma de revertir el hechizo era consultando a ella, por supuesto no se lo pondría fácil.

solo bastaba con esperar el momento en el que Kaito tropezara con alguien y ese momento llegó en un cruce de semáforo. Otro chico, con una vestimenta casual muy similar a la de el mago cruzaba la calle en sentido contrario y sin prestar mucha atención, justo en el centro chocaron uno con otro. Akako rio, el cambio estaba hecho. Los dos jóvenes se disculparon sin verse siquiera y siguieron caminando por donde se suponía era su camino mientras la bruja se partía de la risa.

Dos metros más adelante notaron que algo estaba mal, sacudieron su cabeza al mismo tiempo y notaron que caminaban al sentido contrario de su ruta, únicamente giraron y siguieron su camino nuevamente sie verse el uno al otro. Akako no entendia la situacion, ¿no deberían haber notado ya el cambio? Esta vez sin cuidados persiguió a quien ella creía que era el mago en el cuerpo de otro. Se dirigió a parque en donde al parecer estaba su amiga Aoko y el detective de Londres.

—¡Kaito!— exclamó feliz la muchacha. Eso estaba mal, no se supone que debería ver a Kaito, debía ser cualquier otra persona menos él.

—Hola Aoko —saludo a la niña— Pomposo— se a Hakuba

—¿Y ese milagro?— exclamó el detective

—¿De qué hablas?

—Te peinaste — señaló, él miró confundido

—¿Peinado?— cuestiono, trato de verse a sí mismo, y con sus manos únicamente sacudió su cabello —¿Mejor?— pregunto y ambos asintieron. Ya sin importarle que le preguntaran Akako salió de su escondite y tomó a Kaito por los hombros para mirarlo bien. Se llevó una enorme sorpresa cuando vio a su amigo con su apariencia habitual sin ni un solo cambio. La próxima vez que intentara un hechizo así se aseguraría de que su víctima no tuviera un hermano gemelo.

—¡Akako! ¿Que haces aqui?— Sonrió la castaña

—¿Quieres acompañarnos?—ofreció Hakuba — vamos a ir a… —se perdió en la conversación nuevamente un intento fallido, decidió solo aceptar las cosas y dejarlo así después de todo no parecía haber afectado a nadie.

En algun parque del distrito Beika Sonoko y Ran esperaban a su compañero de la escuela. Lo vieron llegar caminando había algo extraño en él.

—Hola Ran —saludo —Sonoko, ya estoy listo para ir al cine. En ese instante Sonoco lo noto, eso era lo que no quedaba bien.

—¡Que le paso a tu cabello! — exclamó alarmada

—¿Mi cabello?

—Si, estas totalmente despeinado—Comentó Ran mientras sacaba algo de su bolsa

—¡Oh eso!— dijo restándole importancia— camino a aca me tropecé con un chico en la calle, seguramente en ese momento me despeine

—Bueno — comento Ran acercándose a él con un peine en la mano— esa no es excusa — tomo su cabeza y acomodo su cabello para que quedara con su peinado característico de siempre — Ahora si eres tú — sonrió al verlo

—No Ran —Dijo sarcástico —Soy mi gemelo malvado.