Los pingüinos en la época Medieval
Skipper, abrió los ojos, estaba confundido, mareado, tenía la impresión de no ser el mismo, estaba en un lugar desconocido, nunca había ido a aquel lugar, creyó.
— ¿Kowalski?— preguntó débilmente— ¿Qué ha ocurrido?
El silencio fue la única respuesta a su interrogante, estaba en medio de la nada, sólo.
— ¿Cabo? ¿Dónde estás soldado? ¿Dónde están todos? ¿Mis soldados…? Mis hermanos, mi familia
Skipper se sintió por primera vez débil y sólo, una lágrima se asomo por la pupila azul de sus ojos, camino un par de horas, hasta que amaneció, y pudo ver la luz del glorioso día. Los recuerdos se comenzaron a disparar poco a poco. El Chronotron de Kowalski fuera de control, gracias a «cola anillada» por cierto, ser succionados por esa cosa, habían logrado controlarlo una vez algún tiempo atrás pero ahora Kowalski realmente había terminado con ellos, siempre con sus inventos, amenazando al mundo, y al fin lo había conseguido. Skipper se dio un aletazo en el pico, se sintió culpable por haber fallado como líder al no poder controlar el «instinto científico de Kowalski»
De pronto en el silencio un grito
— ¡Skipper! ¡Skipper!
Una alucinación, pensó Skipper, la dulce voz de su hermanito, Cabo su soldado, a quién sin confesarlo nunca abiertamente quería mucho. Ahora los remordimientos eran una cruel carga en la soledad, nunca dijo a su equipo el aprecio que sentía por ellos, y ahora ¿si no los volvía a ver nunca más?
— ¿Skipper estás bien?— preguntó esa voz con el leve pero marcado acento de Mérida — ¿Skipper?
Skipper sintió la aleta en su espalda, no estaba alucinando, Cabo había corrido hacía él, lleno de felicidad por haber encontrado a su líder. Skipper instintivamente volteo y abrazo fuertemente a Cabo, quién se extraño de su comportamiento.
— ¿Estás bien Skipper? Parece que el sol te hizo daño
Skipper se dio cuenta de que actuaba un poco más sentimental de lo normal y soltó a Cabo rápidamente.
—Claro que no soldado, no digas tonterías— dijo con rudeza dando unas palmadas en la cabeza Cabo— ¿Y Kowalski, y Rico?
— No sé Skipper, pensé que estarían contigo ¿pero no o sí?
— Lo están, Cabo, no los ves porque un unicornio les disparo con su cuerno mágico y los hizo invisibles
— ¿Hay unicornios en éste lugar? Esto es mejor que en el zoológico, ¡Quiero ver uno! ¿Dónde están Skipper?— dijo Cabo emocionado
Skipper suspiro riendo, y un tanto molesto —Oh Cabo, será mejor que lo olvides— Cabo observo a Skipper extrañado, mientras Skipper lo golpeaba— Sarcasmo, ¿cómo puedo hacer que lo entiendas?
Cabo miro hacia el frente sobando su mejilla recién abofeteada, Skipper siguió su mirada pero no pudo ver nada.
— ¿Qué estás mirando Cabo?— preguntó Skipper un poco enfadado
— La nada Skipper, ¿en dónde estamos?— Skipper quedo mudo, pensativo, había visto que estaba solo pero, cuando vio a Cabo eso no le importo más, pero aún faltaba encontrar a Kowalski y a Rico, además ¿cómo sobrevivirían en ese lugar? Ahora veía realmente la complejidad del asunto.
— No te preocupes Cabito, estaremos bien, los cuatro, encontraremos a Rico y a Kowalski y volveremos al presente… al futuro
Cabo abrazo tiernamente a Skipper — Skipper ¿crees que…?—
— ¿Kowalski y Rico estén bien? Por supuesto Cabo están bien— interrumpió Skipper
—No Skipper eso no era lo que iba a preguntar— dijo Cabo un poco impaciente— Quería decir si crees que…
— ¿Nosotros estemos bien? Sí no te preocupes encontraremos alimento, agua y refugio al menos por esta noche
— No Skipper eso tampoco— dijo Cabo molesto
— ¿Si volveremos a comer chimichanga con esa deliciosa salsa? Está bien, está bien yo nada más decía— dijo Skipper apenado — Entonces dime Cabo qué es lo que ibas a preguntar qué es tan importante
— Bueno pues— dijo Cabo emocionado— ¿Crees que pueda encontrarme a un unicornio?— dijo al fin aliviado
Skipper hizo un gesto de solemnidad —Tal vez Cabo, quizás— mientras iban caminando por lo que creyeron era una gran alfombra verde, bajo el cielo azul y el sol que no les pareció tan intenso como el de Nueva York.
— Skipper, ¿crees que…?—
— Cállate Cabo.
2
Los dos hermanos caminaron por poco tiempo, el paisaje comenzó a cambiar, y Skipper aún con los recuerdos confusos, comenzó a sentir que algo no andaba bien, pero no supo decir de qué se trataba, tal vez era el lugar, recordaba Nueva York, pero ningún otro lugar por el momento, aunque sabía que había visitado distintos países alguna vez.
— Skipper, ¿Kowalski, él crees que nos encuentre pronto?— pregunto Cabo tiernamente
— ¿Encontrarnos, a nosotros? Más bien ¿a mí?— dijo Skipper mientras abofeteaba a Cabo por tercera vez en un par de horas —Nosotros los encontraremos antes, o me dejo de llamar — Skipper hizo una pausa dramática como las que acostumbraba hacer para, dar suspenso a sus frases— ¿Cómo me llamo?, ah por supuesto yo el capitán Skipper, salvaré a todos mis soldados que parecen bebés llorones. Eso no aparecerá en la bitácora por esta vez. ¡Cabo! ¿Dónde está mi grabadora?
— No lo sé Skipper, Kowalski fue el último en tocarla—
— Está bien puedo sobrevivir sin la tecnología del siglo XXI, pero no sin ¡mi taza de café!
Skipper había recordado su más valioso tesoro, que por ahora no estaba con él, la mera idea de perder su objeto favorito, lo enloqueció.
— Debemos encontrar a esos tres— grito Skipper alarmado
— ¿Tres Skipper?
— Así es Cabo, debemos encontrar a Kowalski, a Rico y a mi taza— Grito aún más— ¡Cabo, comienza la operación! ¡Papá encuentra a sus pollitos!
— Baygasyhgdsf— exclamo Rico
— ¿Doris? ¿Eva?, no puedo decidirme por una de ustedes— grito Kowalski
Rico, observo extrañado a Kowalski, y le dio un golpe en la espalda, Kowalski abrió rápidamente los ojos y se sonrojo, — Lo dije, o…—
— Ajá— exclamo Rico, seguido de otros balbuceos típicos en él.
— ¿Y Skipper, y Cabo?— cuestionó Kowalski.
— No lo sé— pudo pronunciar Rico
— ¡Que locura, pero finalmente se cumplió mi sueño! ¡He logrado lo que ningún otro científico humano o animal, hombre o bestia! Ni Peter Higgs y su bosón pudieron contra este súper genio, ni Einstein y sus agujeros de gusano— Exclamó Kowalski con alegría— Ahora según mis conocimientos sobre geografía debemos estar en lo que es posible sea ¿Canadá?, ahora habrá que encontrar a Skipper y a Cabo. Tal vez estén cerca. Vamos Rico.
— Ok— dijo Rico mientras seguía el paso acelerado de Kowalski.
— Disfruta de este magnífico paisaje Rico, seguro esto debe ser Oslo en la época del renacimiento ¡Oh la época de Leonardo Da Vinci, no, no de Galileo! No puedo esperar conocerlos— Grito Kowalski, llevando en todo momento las partes destrozadas de su Chronotron.
Kowalski y Rico caminaron unos momentos a través de un bosque que poco a poco se fue convirtiendo en jardines, hasta que se encontraron con una construcción esplendorosa a los ojos de Kowalski y un poco aburrida y fuera de onda para Rico.
— Esto no parece ser Canadá— dijo Kowalski— es peor.
3
— Wow, es el castillo del príncipe Compartelot, — dijo Cabo al borde del colapso
— Cabo, durante mucho tiempo he pensado— hizo una pausa suspirante — decidí que no mataría tu ilusión, menos tu inocencia, tu corazón es bueno, y no quiero que te conviertas en un irónico fracasado, pero aquí no hay lunacornios.
Cabo agacho triste la cabeza, entre un corto lloriqueo, y Skipper se sintió un poco triste de verlo así.
—Es decir— dijo con un poco de tartamudeo— aquí no hay lunacornios, pero tal vez en otro lado…
Los ojos de Cabo se iluminaron, y abrió la boca para hablar
— No quiero más comentarios Cabo, concéntrate en buscar a Kowalski y a Rico— Exclamo Skipper
Skipper, supo que algo estaba mal, tenía un mal presentimiento, sus instintos se lo decían como siempre, sabía que había algo que no podía recordar, y que no estaba seguro de que era.
— Sabes Rico, aunque nunca he estado en el país en el que creo que estamos— pauso momentáneamente— gracias a mis investigaciones, sobre el gran misterio, que hasta ahora… en el futuro… hasta hace… bueno sé que me entiendes
Rico lo miro con expresión irónica, mientras asentía levemente
— Bueno, mientras vivíamos en Central Park, exactamente hace algunas horas, he estado investigando lo que le ocurrió a Skipper — dijo en forma de susurro
Rico frunció el ceño, pensaba en ¿qué cosa era lo que le había pasado a Skipper? ¿Cuál de todas? Kowalski noto su indiferencia ante lo que estaba hablando.
— Rico, sabes que es a lo que trato de hacer referencia, el oscuro pasado de Skipper— Murmuro Kowalski
Rico pensó y pensó «Oscuro pasado» eso le intrigaba de Skipper, pero no pudo saber a qué se refería.
— ¿A qué te refieres Kowalski?— dijo Rico con dificultad
— Lo que ocurrió y qué Skipper nunca quiso decirnos—
Rico comenzó a perder la paciencia, miró a Kowalski enfadado y regurgito un martillo
—Me vas a decir ¿o qué?— dijo Rico con el martillo golpeando levemente su aleta
Kowalski retrocedió algunos pasos, conocía a Rico y sabia también que nada lo detendría para golpearlo o hacerle cualquier otra cosa, ni siquiera su cercano parentesco.
— Tranquilo Rico, te diré, según yo esto es Rosenborg, es decir, creo que estamos en… Dinamarca
Rico abrió la boca y sus ojos se posaron sobre los de Kowalski, Rico regurgito una bomba de humo y una dinamita que casi explota sobre el pico de Kowalski.
—Habrá que encontrar pronto a Skipper, antes de que sea tarde y su paranoia lo ponga en peligro— dijo Kowalski mientras tomaba la aleta de Rico y juntos corrían.
Cabo se sobresalto y corrió, Skipper se extrañó pero lo siguió con velocidad moderada.
— ¡Kowalski, Rico!— dijo Cabo al alcanzar a sus hermanos— creí que nunca los encontraríamos
— También me alegra volver a verlos, pero por ahora lo más importante ¿Skipper estás bien?— dijo Kowalski, sin dar tiempo de respuesta— Rosenborg, tranquilízate, nadie te conoce aún no hasta el futuro antes de nuestro presente, ¡una paradoja!, los daneses aún no te odian.
Skipper pensó unos instantes, «Daneses, odio»
— ¿Esto es Dinamarca? ¿Copenhague? ¡Huachinango Adobado!, debo salir de aquí— grito Skipper mientras corría
— Creo que la infrarregue— dijo Kowalski, mientras señalaba a Skipper
— No hay que dejar que huya — comento Cabo antes de ir tras su líder, a la vez que Kowalski y Rico lo seguían
Skipper se deslizo, por el camino principal con el corazón acelerado, el mal presentimiento que había tenido por horas, se consumo, hasta formarse en una idea sólida de lo que lo atemorizaba. Dinamarca, un par de años antes… después, el pescado, los sándwiches, las poderosas y resplandecientes explosiones que iluminaron aquella trágica noche, en la que su orgullo, dignidad y reputación habían sido manchados y arruinados en aquel lugar, por aquel, su gran enemigo desde entonces, alguien que se había hecho pasar por su mejor amigo, y que secretamente lo había apuñalado por la espalda, riendo con esa cruel carcajada, producida por su piquito «de payaso» como Skipper solía decir, por estar llena de colores, esos ojos azules, que decían ser sinceros… Hans
A Skipper le había dolido la traición de un «amigo», Skipper se tomaba muy enserio esas cosas, aunque no solía decirlo abiertamente, porque según él, demostrar cualquier tipo de afecto hacia alguien, podía ser usado en su contra, además de que significaba debilidad, pero más rompió su mente y corazón el no haber intuido que Hans lo traicionaría, desde ese día juró que no volvería a confiar en nadie más, y prácticamente se había encargado de cumplirlo, hasta el grado de desconfiar de sus propios hermanos, no podía fracasar, él era el líder.
De pronto el cuerpo de Skipper, se tambaleó, iba tan distraído pensando en todo lo que había pasado, que no se dio cuenta cuando Cabo, Kowalski y Rico lo habían atrapado entre sus aletas.
— ¿Skipper estás bien?— cuestionó Cabo alarmado
— Skipper, ¿acaso no te lo dije que eso aún no pasa? Aunque ya paso en el futuro, estamos en el presente, que alguna vez fue el pasado— Menciono Kowalski en tono persuasivo
Skipper se detuvo, y tomo aliento, suspiro y decidió no huir más.
— No te preocupes Skipper, estarás bien con nosotros, tu familia, recuerda que somos una gran familia feliz — dijo Cabo tiernamente, mientras él, Kowalski y Rico abrazaban cálidamente a Skipper
— Sabes Cabo, a veces un poco de tus frases, cursis de unicornios y arcoíris y de que el mundo puede ser mejor son buenas, recuerda que dije a veces— dijo Skipper con una sonrisa — ¡Es bueno tenerlos a mi lado soldados!
Skipper recordó levemente el cómo había formado su familia, el mortal peligro al rescatar a ese huevo desconocido, al oponerse a la naturaleza, su primera misión juntos, y todo por encontrar al último integrante del equipo, ver nacer a Cabo era algo que jamás podría olvidar, algo muy especial, apreciaba tanto al gordito ridículo ese….
— ¡Basta de cursilerías!— Grito Skipper un poco fastidiado— sin objeciones Cabo.
Kowalski, supo por lo que Skipper pasaba, jamás intentaba huir, y ahora era el turno de la ciencia para ayudar…
— ¡Kowalski!— dijo Skipper como de costumbre— análisis, necesito saber todo sobre este infierno actual… pasado… bueno, fechas, datos, el lugar exacto de nuestra ubicación, los hippies y traidores, es decir, forma de gobierno del lugar, espero no sean tan corruptos como en el futuro, además muy importante, hay ¿algún descendiente directo de Hans aquí?
Kowalski, guiño un ojo y se deslizo rápidamente, Skipper movió la cabeza y finalmente los tres hermanos se sentaron, sabían que la investigación tardaría algunas horas.
4
Skipper recargó su rostro sobre una de sus aletas, mientras un gran bostezo salía de su pico color naranja, el sol hacía un efecto en él, el sol y la espera, deseaba tenderse de lleno sobre el cuidado césped verde claro y dormir una pequeña siesta.
Rico, dormía placenteramente recargado sobre un árbol cercano que le proporcionaba sombra.
Cabo por su parte, corría cerca del lugar persiguiendo y jugando con las mariposillas de colores que rondaban a las flores del jardín dónde se encontraban, sonriendo y silbando, de vez en cuando cantando una cancioncilla de su programa favorito, según lo que Skipper pudo identificar. Cabo se acercó a un arbusto lleno de flores, y brincando aun se puso a olfatear y acariciar los pétalos de algunas flores.
Un grito se escuchó, Skipper se levanto alerta, de golpe y corrió hacía el origen del grito, que pudo reconocer, el sueño que lo mantenía aturdido, lo hizo marearse un poco, pero al final el llego a tiempo. Era un grito agonizante de dolor.
— ¡Skipper!— escucho el pingüino líder mientras corría en la dirección del grito
Y ahí estaba, tal como lo había imaginado, tirado en el suelo, a punto de llorar.
— Cabo ¿qué te pasa?— dijo Skipper un poco preocupado
Cabo contuvo las lágrimas, sabía que a Skipper no le gustaba verlo llorar, ya que si lo hacía en ocasiones, terminaba recibiendo una bofetada, por ser "un soldado débil" aunque después terminaba consolándolo.
—Skipper, algo me atacó— dijo Cabo a punto de llorar
— ¡Hans!— grito Skipper alterado— Sal y dame la cara danés traidor, sabía que regresarías, Rico dame una de esas bazucas nuevas que compramos la semana pasada— Skipper extendió su aleta para recibir la bazuca que exigía— ¿Rico, la bazuca? ¿Rico? ¿Rico?
Skipper giro su cabeza y vio que Rico aún dormía plácidamente, furioso dio la vuelta para ir a despertarlo.
— Pero Skipper— dijo Cabo deteniéndolo— no me atacó Hans
Skipper se detuvo, y contuvo el aliento— Entonces ¿quién fue Cabo? ¿Qué otro enemigo nos está pisando los talones?— preguntó Skipper con furia
Cabo bajo la mirada.
—Anda Cabo, háblame hijo— Dijo Skipper preocupado
Cabo levantó lentamente una de sus aletas, y se la mostró a Skipper, quien un tanto escéptico la tomo.
— ¿Qué es esto Cabo?— dijo Skipper confuso
— Un insectito me picó Skipper
Skipper, sin darlo a conocer se sintió relajado, aunque a la vez también un poco molesto.
—Cabo— dijo Skipper, mientras golpeaba a Cabo una vez más— esto no es un mortal peligro— Skipper se detuvo y pensó un momento— Vamos Cabo, tal vez si sea mortal.
Cabo y Skipper corrieron, mientras Skipper lanzaba un aletazo a Rico, quien enseguida se levanto y los siguió en la carrera que llevaban.
Kowalski entró a un callejón repleto de gente vestida como en época de dragones y princesas…
— ¡Eso es!— dijo estupefacto— esto es la edad media, el único lugar donde se puede investigar es en los monasterios, casi los únicos lugares donde hay los suficientes libros, ¿cómo pude haberlo olvidado? tal vez viendo los dibujitos, me dé una idea si hay algún peligro que pueda perseguir a Skipper.
Kowalski se sintió orgulloso, una vez más de su cerebro, solo tendría que entrar de incognito a un monasterio, que justamente encontró al dar un par de pasos más, para que nadie lo viera, así que pensó seriamente en como lo haría.
El pingüino científico, tuvo una idea que inmediatamente puso en práctica, con un par de telas de un comercio, él se vistió como un galante caballero medieval, y deslizándose por una reja de una pared, logro infiltrarse sin ser visto.
Atravesó un cuarto donde encontró algunos escribas plasmando sus ideas, y posteriormente un cuarto que olía según él a la gloria de la ciencia. Al cual no pudo soportar dejarlo pasar, así que sin pensarlo se adentro en él.
5
— ¡Rico, necesito que rastrees a Kowalski!
— Pero Skipper…— dijo Cabo
—Sabes que me tienes harto con tus peros ¿verdad Cabo?— dijo Skipper desesperado.
—Lo sé Skipper, pero ¿por qué es tan urgente?— cuestionó Cabo a su líder
—No es nada Cabo cabito, nada con importancia, pero siempre es bueno un antídoto— menciono Skipper nervioso
Rico se sentó a medio camino, fatigado de tanto correr, deseo tener su auto, tan veloz, todoterreno, con turbo y ese magnífico color rosa con los detalles de las flores amarillas, ah claro y como olvidar la carita feliz en la antena trasera, que Cabo felizmente había colocado ahí.
— ¿Qué ocurre soldado?— preguntó Skipper
Rico contesto a su interrogante con una serie de gruñidos y palabras o intentos de palabras sin sentido.
—Rico tiene razón Skipper— dijo Cabo débilmente— desde hace un par de horas que mi pancita hace ruidos extraños, tengo hambre y también estoy cansado.
Skipper se detuvo un momento y escucho, su estomago hacia las mismas expresiones, necesitaba alimento.
—Pensándolo bien, a mí también me están rugiendo las tripas— dijo Skipper un tanto apenado
— Pero Skipper ¿qué podemos comer si aquí no hay…?
— ¡Rico! No te comas a Cabo ¡Escúpelo ahora soldado!— grito Skipper, mientras Rico ejecutaba su orden
—Encontraremos algo, solo hay que buscar bien. Rico ¿hay algo en tu estómago?— pregunto Skipper
—Nada de nada
—Aw—exclamo Skipper agobiado— tendremos que seguir caminando hasta encontrar algo.
—Pero Skipper— dijo Cabo— mis patitas ya están cansadas, ya no puedo caminar más
—Es caminar Cabo u ofrecerte en sacrificio para nuestros estómagos— dijo Skipper en tono maquiavélico— yo pido las aletas, y un trozo de esa pancita redondita, y Rico no intentes comértelo todo, se compartido conmigo, tu líder.
— ¿Skipper?— dijo Cabo preocupado, mientras Rico regurgito un par de cubiertos, una soga y un litro de combustible, acompañado de una caja de cerillos.
Skipper sonrió— Rico te falta un poco de leña para ese asador— Skipper miró la cara de preocupada de Cabo— bromeo Cabo, ¿en realidad creerías que dejaría que Rico te devorara?
—Tú tampoco ¿o sí Skipper?— preguntó Cabo
—Por supuesto que no Cabito— dijo Skipper sonrojado— Rico ya guarda eso
—Ese olor ¿lo sientes Skipper?— preguntó Cabo
—Por supuesto que sí. Vamos Rico llévanos a ese delicioso lugar— ordeno Skipper, mientras seguían a Rico por un callejón.
«Ese olor» comentó Kowalski, mientras avanzaba "oculto" en la habitación, casi oscuras iluminada simplemente por un rayo de luz que penetraba por una pequeña ventana.
Lenta y sigilosamente, avanzó hasta una de esas cosa de donde provenía el olor, levantó lo que podría llamarse una "tapa" y tomo un cucharón de madera que se encontraba en su interior.
Probó un poco del líquido que le pareció placentero, los bebió lentamente y cuidando de no quemarse.
Caminó unos paso y llego a otro utensilio, ¿qué había ahí? Era…era… pescado cocinándose. Se preparó para degustar un poco, tomo una especie de tenedor de madera, todo estaba en orden para poder disfrutar de aquel manjar.
De pronto, algo lo cambio todo, ya no estaba bien; no había nadie, tenía el tiempo, y lo más importante… tenía el hambre necesaria y suficiente para devorarlo todo, para devorarse a sí mismo si no comía algo.
Pero una sensación no lo dejaba satisfacer su necesidad alimentaria.
Pensaba en Skipper, Cabo y Rico y eso le impedía alimentarse, él comería pero, ¿ellos estaría bien, vivos? También tendrían hambre seguramente.
Mientras lo pensaba, entre sí comía o no, una mujer gorda salió de una puerta que no había visto, y con una escoba corrió al pingüino de la habitación y la vivienda.
