Creo que estoy empezando a shippear a estos dos...
#PALABRAS: 373.
AVISO: Este fic participa en Reto Especial "Desempolvando Retos" del foro "The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons".
RETO UTILIZADO: Reto Especial de Aniversario: "Parejas al azar"
DISCLAIMER: Ninguno de lo personajes me pertenece, son propiedad de la CW.
EN SECRETO
−Sabes que te quiero –Katherine sonreía
−Yo también te quiero –le contesté.
Me marché de su habitación de motel poco después, contento de saber que todo saldría bien. Katherine me amaba. No me lo diría si no lo sintiera de verdad. Pero, por si acaso…
Por si acaso, prefería seguir ocultando la piedra lunar en un lugar en el que nadie pudiera cogerla, ni siquiera la propia Katherine. La piedra era lo único que me daba poder; sin ella, no sería útil para nadie.
Llegué hasta el lugar. Me dejé caer al maloliente y sucio pozo, y una vez abajo, comprobé que estuviera donde debía. Sonreí, y volví a trepar al exterior. Tendría que cambiarme de ropa antes de que todo el mundo llegara a la mansión Lockwood.
−Hola, Mason.
Una cara que conocía muy bien apareció frente a mí en cuanto puse un pie en el suelo. La mujer, tan hermosa como lo era Katherine, me dirigió una sonrisa que me dejó claro que sabía de la localización de la piedra. Pero yo sabía que ella no lo desvelaría. Ella no la necesitaba para nada.
−Nadia –saludé, devolviéndole la sonrisa−. ¿Qué te trae por aquí?
−Te echaba de menos −la mujer me agarró del pelo a velocidad vampírica y me acercó a ella hasta que nuestras caras estuvieron a milímetros de distancia. Tragué saliva, nervioso−. Me parece que conozco un secreto tuyo, mi pequeño perrito.
−No vas a decírselo a nadie, ¿verdad? –le hablé con cautela, casi temeroso.
Sabía que el mejor modo de tratar con ella era darle lo que quería. Al igual que con Katherine. Al fin y al cabo, eran muy parecidas.
−Claro que no. Tú también sabes mi secreto –el agarre en mi pelo endureció−. Así que tranquilo. Siempre que conozcamos los secretos del otro, estaremos en la misma página.
Dicho esto, me besó. Yo le correspondí, deseoso. Ojalá la piedra fuera mi único secreto. Nadia era el otro, el peor de todos. Nadie podía saber de ella. Sobre todo Katherine. Si la vampira supiera que tenía una relación con su hija…
Pero aquello no importaba. No, porque nadie sabría nunca de la relación que había entre Nadia y yo. Siempre nos besaríamos y nos amaríamos en secreto.
