Es mi primer Fic y la primera vez que escribo algo, espero que os guste. Este Fic trata de la una parte de la infancia de Rachel Duncan de OB en la que se enteró de que era un clon y las razones que la atan a los neolutionistas.
Rachel llevaba desde que nació viviendo con su "tío" Aldous, cómo él le hacía llamarlo. Solía viajar con él a todas partes pero a los nueve años decidió dejarla con unos compañeros de investigación, a los que ella llamaba mis amigos de blanco ya que eran científicos neolutionistas que se dedicaban a experimentar con células madre, realizar implantes,..
Un día por casualidad escuchó una conversación a hurtadillas que no le gustó nada:
-… he estado cuidando de ella toda su vida- dijo Aldous
-Ellos quieren que pases más tiempo con ella, que la influencies más a nuestro favor- espetó una voz desconocida
-Llevo nueve años criando a nuestro pequeño experimento biogenético, os toca a vosotros encargaros de ella
-¿A caso crees que queremos tener a un pequeño bicho experimental campando a sus anchas por las instalaciones? La única razón por la que no está en un orfanato es porque la necesitaremos para convencer a las demás clones
Rachel no necesitó oír más de esa conversación, ahora todo le encajaba; ahora entendía por qué su tío se enfadaba tanto cuando salía a jugar fuera de casa y por qué le pegaba cuando descubría que hablaba con desconocidos o incluso que les contaba cualquier cosa sobre ella. Salió corriendo hacia el pequeño cuarto donde estaba viviendo en las instalaciones, y cuando entró y cerró la puerta rompió a llorar.
Algunas horas más tarde, poco después de que consiguiese tranquilizarse, Aldous fue a verla a su cuarto con una expresión seria en la cara.
-Rachel, tenemos que hablar- dijo este
-Claro, dime tío- respondió ella
-Me voy de viaje a otro país, me voy a América, pero tú tienes que quedarte aquí y prometerme que te portarás bien ¿de acuerdo?
-V-vale - susurró triste y dolida por todo lo que no le ha contado
Él se despidió con un abrazo y Rachel se prometió a si misma que no volvería a cogerle cariño a nadie nunca y que haría lo posible por no ser un bicho experimental nunca más.
Algunos meses más tarde, Rachel, consiguió el permiso del jefe de sus amigos de blanco para poder empezar a estudiar la carrera de derecho con sólo diez años. Dejó de celebrar sus cumpleaños, dejó de hablar con la gente y se centró únicamente en sus altas notas y su carrera como abogada.
