Otra vez, se había quedado completamente frito en clase de química. Pero como no hacerlo? El no paraba de hablar y hablar...le daba sueño, no podía evitarlo! Pero al parecer la explicación de "ha sido culpa de mi organismo" no había sido suficiente para que el jefe de estudios no lo castigara con dos horas extras de química durante dos semanas, en las cuales él estaría únicamente con el Sr. White como tutor.

-Lo siento, . Pero esto es un muermo- Jessie Pinkman, el castigado, se quejó mientras suspiraba-No entiende que es un tostón, que...no me va a servir para nada, en la vida real- se quejó.

-Al contrario, Jessie. La química puede ser muy útil, aunque ahora mismo no lo veas- Walter le dijo calmadamente, dejando sus gafas sobre la mesa y frotándose ambos ojos -Mira, sabes que no soy tonto. Te gusta la meta, verdad? El cristal- le dijo directamente, suspirando él mismo.

Los ojos de Jessie se abrieron y lentamente subió la cabeza hacia su profesor de química -Yo...yo...- tartamudeó el adolescente que apenas había cumplido los dieciocho, estupefacto.

-Ya, eso suponía. La metanfetamina, Jessie. O la meta, como tú quieras llamarla, esta creada a base de un proceso químico que hasta un chico de tu edad podría hacer, si apruebas este curso- dijo con una suave sonrisa- ¿Qué, es útil?-

Jessie sonrió esta vez, y negó con la cabeza -Muy listo, , pero no cuela. No soy tan tonto-

Walter se volvió a poner las gafas y negó con la cabeza -Te propongo un trato, Jessie. Un tanto...peligroso, para ambos. Yo te enseño a fabricar metanfetamina-no de una manera practica, claro, solo teórica- y tu apruebas mi asignatura.

El joven pensó un momento, suavemente pasando la mano por su cabello rubio antes de mirar a su profesor de nuevo "Haré...todo lo que pueda, Señor White. No por lo de la meta, claro. Pero aprenderlo sería la ostia" dijo finalmente con una gran sonrisa, lo que hizo que el otro volviera a sonreír.

-Tenemos un trato entonces?- Preguntó Walter, a lo que Jessie asintió. -Hora de empezar, entonces. Aunque tu no lo veas, tienes potencial, Jessie...-

-Si, para meterme en problemas. Para eso tengo un don que no se imagina- Le cortó Jessie con un suspiro, mirando a otro lado -No intente...animarme, señor White. Se que soy un mierdas, siempre lo he sido. La oveja negra de la familia, el idiota del instituto. Usted es de los pocos que no me trata así, y no quiero que empiece a hacerlo ahora.

El profesor escuchó con atención cada palabra de su alumno -Deberías saber que no es así, Jessie. Te darás cuenta de ello pronto- Concluyó la frase con una pequeña sonrisa y una suave palmada en el hombro de Jessie, animándolo una vez más.