Holaaa
Bueno, aquí estamos de nuevo, con una nueva historia, y con una nueva OC ^^
Se me ocurrió hace unos días, y empecé ayer el primer capi, mientras estaba en la aldea xD
Bueno, aún no se como será todo, pero espero que os guste ^^
Adiosh y gracias por adelantado por leer.
...
Un niño pequeño corría por el campo.
El viento agitaba su pelo azul oscuro, que le tapaba uno de sus hermosos ojos color avellana. Pero no le importaba.
Entre sus brazos sostenía algo que no quería estropear, y de vez en cuando se paraba a comprobar que estaba ileso.
- ¡Rose! Roselyn, ¿Donde estás?
La niña apareció de entre las flores, intentando que las que había recogido no se le cayeran del vesido, que mantenía recogido con el brazo.
Al igual que el niño, tenía el pelo azul oscuro y los ojos color avellana, solo que ella los dejaba a la vista echándose el pelo hacia atrás con una diadema.
- ¡Nathan! -Gritó la niña mientras sonreía al ver a su hermano gemelo.
- Rose, mira, mira. Me ha costado mucho hacerla, espero que te guste.
La niña lo miró con curiosidad, hasta que él dejó al descubierto lo que antes había protegido.
Nathan se había pasado la tarde esforzándose, tanto buscando las flores más bonitas del campo como haciendo la bonita corona de flores para su hermana.
- ¡Hermanito, me encanta! ¿Es para mí?
- Claro. Una princesa tiene que tener una corona.
Los dos hermanos se sonrieron cariñosamente, mientras Nathan le ponía suavemente la corona a Roselyn.
esta sonrió, mientras giraba sobre si misma, como si bailara para lucir una nueva joya y un vestido de princesa, y no se daba cuenta de que ya no tenía ninguna flor.
Tras un rato de risas, se sentó junto a su hermano en el campo.
Cuando se aseguró de que la estaba mirando, hizo un mohín de disgusto.
- Jo, Nathan... yo no se qué podría darte... tú eres un niño, no te gustan las flores...
- Pero tú me gustas. Y tú también eres una flor.
- ¡No soy una flor! Solo tengo nombre de...
El niño le puso la mano en la cabeza, a modo de una caricia mimosa.
- Ya está... no te enfades, hermanita. No me tienes que dar nada. Te hice la corona porque quise.
- ¿De verdad no quieres que te regale nada?
- Con que estés siempre a mi lado y sigas siendo mi hermanita, me vale.
- Eso no tiene sentido. Sabes que hemos nacido iguales, no puedo dejar de ser tu hermana.
- Por eso.
Roselyn se levantó del campo y abrazó a su hermano mayor.
- Siempre te querré, Nathan.
- Y yo a ti, Rose.
...
Roselyn se despertó despacio y se incorporó un poco en la cama, mientras apagaba el despertador.
¿Qué demonios había sido ese sueño?
De nuevo había soñado con él...
Se levantó de la cama y se sentó en su tocador, para luego empezar a peinarse.
De pequeña siempre llevaba el pelo largo y ondulado atado en dos coletas bajas, pero hacía poco se lo había cortado, luciéndolo algo ondulado por debajo de los hombros, y con un flequillo algo desigual por encima de los ojos, que seguían siendo de un hermoso color avellana.
Se puso una bata por encima del pijama y salió de su habitación.
Miró la puerta que estaba frente a frente con la de su cuarto, y puso los ojos en blanco mientras comenzaba a bajar las escaleras y dirigirse a la cocina.
- Buenos días, Rose -dijo su madre, sonriéndole mientras ponía el desayuno en la mesa.
- Hola, mamá.
- Pareces cansada, ¿Has dormido bien?
- No, he... tenido una pesadilla.
En realidad no sabía como calificar lo que había soñado.
- ¿Has tenido una pesadilla? -Dijo el chico que acababa de entrar en la cocina- ¿Qué pasaba?
Nathan cogió una tostada para luego sentarse frente a su hermana gemela.
Como siempre, llevaba el pelo largo y ondulado atado en una coleta alta, con el flequillo tapándole el ojo izquierdo.
Roselyn puso cara de circuntancia.
- Venga, cuéntame, no me gusta que atormenten a mi hermanita pequeña, aunque sea en sueños.
- Cállate, Nathan.
- Que mal despertar tienes...
- El que tú me provocas, hermano.
Los dos se sonrieron irónicamente.
- Ya está bien, niños. dejad esa rivalidad vuestra por un momento y comed.
- Vale...
Los dos desayunaban en silencio, mientras su madre se aseguraba de que no hacían nada sosprechoso para fastidiarse mutuamente.
- Ah, mamá, hoy tengo entrenamiento, y no se si habrá concentración, así que no te preocupes su llegó muy tarde, que estaré en el instituto.
- Muy bien.
- No lo entiendo, Nathan. ¿Por qué sigues en el equipo de fútbol en lugar de volver al atletismo? se suponía que solo ibas a estar con ellos provisionalmente para ayudarles, pero...
- ¿Me creerías si te digo que me gusta muchísimo el fútbol?
- De ti ya me espero cualquier cosa. En fin, no importa. Haz lo que quieras. Es una pena, en el club de atletismo tenías mucho futuro.
- ¿Y crees que en el de fútbol no?
- Pues mira, no sabría que decirte.
- Mejor. Cuando dejes tus idioteces de gimnasia rítmica y vengas a verme jugar, lo comprenderás y podrás opinar.
- Iré a verte cuando las ranas críen pelo. O mejor, algo más improbable todavía, iré el día que tú vengas a verme a mí en un campeonato.
- Sigue soñando...
- Chicos, ya basta. Dejad de pelearos aunque sea un poco, y corred o llegareis tarde a clase.
- Vale...
Los dos hermanos salieron de casa tras despedirse de su madre, y caminaron hacia el instituto riñendo entre ellos,como siempre.
Su madre los observó desde la puerta, entre divertida y cansada de verlos discutir.
- Parece mentira... con lo inseparables que eran antes...
...
Nathan y Roselyn llegaron al instituto, y ya cada uno se fue por su lado, Rose con su amiga Charlotte, y Nathan con Mark y Jude.
- ¿Has vuelto a soñar con él?
- Si... No le basta con darme la lata por el día, también está ahí por la noche...
- De verdad, sigo sin entender lo que te pasa con tu hermano, si es un cielo.
- Charlie, no me ayudas.
- Anda... lo que a ti te pasa es que exageras demasiado, y por eso siempre sueñas con él. Además, es tu hermano, no es raro que pienses en él.
- Tal vez tienes razón... Pero el sueño sigue siendo el mismo...
- ¿El del campo de flores?¿Cuando te regalaba la corona?
- Ese. No se por qué lo estoy recordando ahora, si eso pasó hace... ¿siete años? No me acuerdo... La cuestión es que es un sueño tan real, todo es igual, tal y como lo recordaba.
- Entiendo...
...
- Rose parecía volver a estar de mal humor -Dijo Jude a Nathan mientras caminaban.
- Pues si. No se lo que le pasa últimamente, pero suele levantarse de lo mas malhumorada... Ella dice que son pesadillas, pero yo no acabo de creérmelo.
- Si que es extraño. Ella suele ser muy alegre.
- ¿No estará pasándolo mal por culpa de un chico, no? -Nathan se puso muy serio de repente, como si estuviera buscando un culpable del mal humor de su hermana.
- No te imagines cosas raras, Nathan. Sabes que a Roselyn no le interesan demasiado los chicos.
- Vale, eso es verdad... Se centra demasiado en la gimnasia como para eso... La verdad, Jude... es que está sí, distante conmigo... desde que ocurrió todo ese lío con la academia Alius.
Jude lo miró, comprensivo.
Y "distante" no era la palabra exacta.
El día que habían descubierto que Nathan estaba en el equipo Emperadores oscuros y habían jugado contra él, Roselyn había aparecido de repente en medio del campo, deteniendo a su hermano.
Nathan recordaba ese día con desconsuelo.
Su hermana ya estaba algo mal de antes con él, pero ese día había sido la gota que colmaba el vaso.
"¿Y dices que con esto quieres demostrar que no eres débil?¿Que puedes ser más poderoso? Pues a mí solo me has demostrado que sí eres débil de verdad. Débil... y patético". Es lo que su hermana le había dicho con desprecio.
Y él la había ignorado, riéndose de ella.
Roselyn, que se había arriesgado por su hermano, enfrentándose a él. No le sentó bien lo que Nathan hizo.
Y cuando él volvió a ser el que era, Rose se limitó a ignorarle.
Ya no quería tener nada que ver con él, solo lo consideraba su hermano de nombre.
Ahora se hablaban un poco más, pero a riesgo de discutir todo el rato.
Jude sabía que Nathan estaba arrepentido por todo lo que había hecho, y estaba convencido de que Roselyn lo sabía.
Pero la chica era bastante rencorosa, todo había que decirlo.
Y no lo perdonaría tan fácilmente.
CONTINUARÁ
Inazuma eleen no me pertenece a mí, sino a Level-5
Roselyn Swift es un personaje propio inventado por mí.
