Aqui estoy de nuevo con una historia que espero sea de su agrado, no sera muy larga pero espero queme acomanian hasta el final, he hecho un esfuerzo por cometer los menos errore posibles, pero si aun hay alguno les pido milperdones... y recuerden que nadie es perfecto... y menos yo... pero amo escribir y compartir mis locas ideas... bueno pes aqui les de jo elprimer capitulo de mi nueva historia, aclaro como siempre, los personajes no me pertenecen son de la traumadora que nos dejo este amargo sabor de boca por un final no definido... jajajajaja, pero la idea de esta historia es toditita mia( con todo y errores jajajajaj) bueno basta de tanta perorata, ya paresco la tia abuela en uno de sus sermones... ojala lo disfruten.


AMANTES

Capitulo 1

La sonrisa dibujada en su rostro no se borraba, se sentía tan dichoso, tan completo, suspiro profundo disfrutando de las imágenes que acudían a su mente sin poder evitarlo. Su sonrisa retorcida se marco aun mas, abrió los ojos después de haberlos cerrado para disfrutar del deliciosos recuerdo de la noche anterior… recargado en la puerta de su recamara que cerrara instantes atrás, se deslizaba hasta sentarse en el suelo, roso sus labios con la punta de sus dedos temiendo borrar su sabor si los tocaba demás, sus manos aun olían al delicioso perfume, las elevo un poco hasta su nariz y volvió a aspirar el aroma… era el hombre mas feliz del mundo… el mas afortunado, la vida al fin le devolvía algo de lo mucho que le había robado, de ahí en adelante, nada ni nadie lo detendría… nada, ni nadie….

Susana miraba por la ventana… se preguntaba una y otra vez que había sucedido?, que había cambiado?, ese brillo nuevo en "su" mirada decía demasiado… a su mente vino una respuesta, pero se negó a aceptarlo, era imposible… los pasos acercándose le sacaron de sus pensamientos… se limpio la lagrima traicionera que le corría por la mejilla, había prometido no llorar mas… su vida estaba arreglada, tenia lo que siempre había deseado.. era feliz... porque, lo era, cierto?.


-Alguien esta muy feliz hoy…- Alberth abrazaba por la espalda a la joven rubia que con una sonrisa plena en los labios, observaba hacia el jardín atravez de los cristales de la enorme ventana.

-Es un día maravilloso, no te parece?- respondía ella y se soltaba del abrazo tomando solo la mano y comenzando a girar bajo ella…

-Estamos de muy buen humor…. Hay algo de lo que deba enterarme?..- preguntaba extrañado.

-soy la mujer mas feliz de la tierra!- regresaba a refugiarse en el pecho del hombre que la recibía gustoso y la encerraba en sus brazos.

-Pequeña… solo espero que no te equivoques…- la separaba un poco para tomarla de la barbilla y levantar el dulce rostro hasta que sus ojos quedaran fijos los unos en los otros,… su mirada tan trasparente le revelo lo que ella se negaba a decir en palabras, Lo había visto.

-Cuando se ama, no se puede equivocar… Alberth.- se soltaba del agarre y la felicidad se borraba de su rostro.

-Cuando amamos profundamente… cometemos errores que nos pueden cobrar un alto precio si no sabemos enmendarlos a tiempo…- miraba como se alejaba en dirección a la salida del despacho.

-Pues entonces serán otros los que paguen los errores que cometieron, no yo, he pagado demasiado y ahora no pienso dar marcha atrás, no esta vez…- lo miraba por un instante antes de salir definitivamente del lugar.

-Solo espero que no sufras pequeña… no se si podre ayudarte a pegar nuevamente los pedazos de tu corazón,- un suspiro nacía con pesar en su pecho… ella era la luz de sus ojos, pero no la única razón de su existir.

- Todo listo tío!- Archie entraba sin llamar a la puerta como ya se le había hecho costumbre y sorprendía al patriarca con una expresión pocas veces vista en su rostro en los últimos años.

- Gracias Archie…- se recuperaba al instante esperando que su sobrino no hubiera descubierto su preocupación.

- Te arrepientes de haber venido?...- demasiado tarde, Archie había notado lo que la mirada de Alberth expresara.

- No lo se, espero que no…- respondía sin mucha seguridad.

Las manos le ardían al recordar la suavidad de su piel, blanca cual porcelana, cada beso, cada mordisco, había quedado marcado sobre ella debido a lo delicada que era. Deliciosa, si, el sabor que aún conservaba en su boca era inigualable, su cuerpo perfecto y único, todo a la perfecta medida de su deseo, bueno casi todo, porque el lugar que mas había deseado conocer… era extremadamente estrecho, lo había envuelto con algo de resistencia por ser la primera vez que era invadido, y eso lo había llevado a al gloria al descubrirlo. Su cuerpo comenzaba a reaccionar a los recuerdos, su respiración empezaba a dificultarse como si lo viviera nuevamente, los sonidos que habían creado juntos, persistían en sus oídos sin darle tregua… oh, no, necesitaba saciarse, o sus compañeros se darían cuenta… se dirigió con rapidez a la puerta… demasiado tarde.


-Señora… ha llegado la correspondencia.- La mucama se acercaba hasta donde la mujer permanecía sentada.

-Gracias..- respondía tomado la charolilla con varios sobres en ella.

-permiso..- la mucama se retiraba rápidamente al no recibir ninguna otra orden.

-Algo importante? – preguntaba su madre que siempre la acompañaba a esa hora del día para tomar el te, costumbre que habían adaptado sintiéndose lo que no eran; parte de una familia que desde siempre las había rechazado.

-No, lo mismo de siempre.- pasaba los sobres uno a no hasta que sus manos se detuvieron en un sobre mas grande que los demás.. Lo abrió ante la mirada curiosa de la otra mujer que había notado el detenimiento.- La invitación al baile anual de caridad a favor de la orfandad..

- acudirás?...- preguntaba la mujer mayor volviendo a su bordado.

-Como cada año… sabes que somos la pareja mas esperada.- la tonalidad de la voz mostraba altanería y orgullo.

- por supuesto, no en vano te sacrificaste, ahora eres la mujer mas reconocida y famosa de nuestro circulo a pesar de los mal intesionados rumores.- dejaba el bordado para tomar un poco de su te.

- fue alto el precio, pero, creo que fue lo correcto…- apoyaba la mano sobre su falda acariciando una de sus piernas.

- Lo es, al final has obtenido todo lo que querías… fama, dinero… y amor..- la miraba con algo de picardía.

Susana bajaba la mirada y giraba su rostro en otra dirección para que su madre no descubriera su duda… realmente tenia amor?.


-No, este no me sienta del todo …- era el cuarto vestido que se media ese día, Dorothy estaba sorprendida, nuca antes Candy se había preocupado tanto así por su apariencia.

-Se puede?- Archie asomaba el rostro con precaución.

-Archie!, que bueno que has llegado, ven ayúdame a elegir un vestido…- lo tomaba de la mano jalándolo hasta que llegaron frente al espejo.

-Es verdad lo que veo o estoy alucinando?- Divertido el ojimiel miraba a Dorothy que le respondía con una sonrisa.

-Basta!, no empieces con lo mismo que Dorothy, no hay nada de malo en que desee lucir bien en el baile de caridad o si?- seguía buscando entre los vestido que habían sido enviados esa mañana.

- Pensé que no te agradaba salir de compras…- Archie tomaba uno de los vestido que estaban sobre la cama… - el color marfil le da un poco mas de color a tu piel y los detalles verdes realzan tus ojos, si recoges tu pelo, el escote de corazón hará que tu cuello se vea mas largo y si dejas solo unos mechones a los lados tu rostro se vera un poco mas alargado y tu peinado se vera mas natural… un delicado tocado de rosas a juego con el estampado y …. Serás la reina de la noche..- la besaba en la mejilla.

- eres único…- le devolvía el beso

- lo se, pero aun no me respondes…. Desde cuando te gusta ir de compras?..- movía un poco los vestidos para sentarse a la orilla dela cama.

- no me gusta del todo… pero creo que es tiempo de que cuide un poco mas de mi imagen… y así, lograr que la tía me quiera un poco mas…- Sonreía y lo miraba través del espejo de cuerpo entero que tenia frente a ella.

- Sabes que como mentirosa no eres buena?, pero me alegra que estés mas animada… ya era tiempo que alejaras esa sombra de tristeza que ensombrecía tus ojos… y si me lo permites, estaré encantado de acompañarte la próxima vez que desees ir de tiendas…. Hay unos modelitos que escogiste… que de verdad están… - arrugaba la nariz en señal de desagrado… y corría hacia la puerta tratando del librarse de un almohadazo… su risa se escuchaba alejarse después de cerrar la puerta.

-Crees que tengo mal gusto Dorothy?- desilusionada se volvía para ver a la joven que aun sonreía por la actitud de aquellos dos que jamas dejarían de comportarse como un par de chiquillos.

Las tristezas parecían haberse alejado de la familia Andrey desde que decidieron permanecer unidos y Candy había aceptado su verdad. Al fin una verdadera familia se había formado después de las desgracias vividas.

-Que te divierte tanto?..-Alberth cuestionaba a su sobrino apenas este se colocaba frente a él sentándose en la silla delante de su escritorio.

-Candy,… esa gatita si que esta extraña últimamente, imagínate… fue de compras, y vaya que se desquito por todo el tiempo que no lo había hecho…- sonreía aun divertido.

- Lo se, y no tengo un buen presentimiento de ese cambio…- se dejaba caer sobre su sillón.

- a que te refieres?- Archie se incorporaba un poco atento a la posible respuesta.

- A caso es lo que pienso, lo que temes?- George dejaba el folder que había mantenido entre sus manos para observar la mirada de Alberth…

-Que es lo que temes?...- Archie preguntaba ansioso.

-Nada, Nada, son solo figuraciones mías, es imposible que algo a si pueda pasar… aunque si sucediera…. No, no quiero pensar en eso, probablemente sea que ella ha decidido salir adelante y olvidar el pasado…- Alberth tomaba los documentos que George dejara sobre el escritorio y fingía revisarlos pero sin poder apartar de su mente los pensamientos que lo habían estado atormentando desde el día anterior. George confirmo sus dudas con la actitud del rubio, miro a Archie que permanecía confundido, le sonrió, era muy joven para comprender, Alberth también lo era, pues solo se llevaban algunos años de diferencia, pero la vida tan diferente que había llevado le habían dado mayor madurez.

-Todo listo?, no quiero escusas de parte de ninguno para la asistencia al baile de caridad, hace bastante tiempo que no acudíamos a este baile, así que a pesar de los rumores que seguro rondan y rondaran, no quiero que falte nadie… y eso te incluye Archivald… no creas que me he olvidado de ti… y de Candy por supuesto.- La tía Abuela detenía su perorata cuando llego al lado de George y se tomo de su brazo.

-no se preocupe tía, todos estamos preparados y no habrá ningún contra tiempo..-George palmeaba con cariño la mano de la anciana que permanecía apoyada en su antebrazo.

-Incluso…. Tu "dolor de cabeza" no lo será esta vez…- Archie mencionaba con gesto travieso.

-Candy?...- La tia se sorprendía y con la mirada exigía saber mas..

-Si, esta ahora en su alcoba preparando el vestido para el fin de semana, se fue de tiendas y arraso con todo lo que se le cruzo el camino… esta bastante entusiasmada…- la sonrisa no se borraba en el rostro del joven

-no exageres…- Alberth continuaba serio y al parecer molesto no había levantado la vista ni para recibir a la tía.

-Que pasa hijo, no me vas a decir que estas celoso de que Candy ponga empeño en su persona?...- La tía se soltaba de George y se encaminaba a donde Alberth para tomarle el rostro con cariño y depositar un beso en su frente…- y si así fuera, estaría de acuerdo contigo… de la chiquilla que un día adoptamos…. No queda ni la sombra.

George miraba de reojo a Archie que parecía encontrar todo gracioso… él no lo veía así, si los temores de Alberth eran ciertos, entonces habría problemas nada gratos.


-Estas enfermo ?..- la joven entraba como si fuera su propio espacio y sonreía burlona.

-Que se te ofrece?,- respondía de mala manera y sin cerrar la puerta.

-Confirmar tu asistencia al Baile de Caridad….- balanceaba el sobre que le había sido entregado.

- ya entregaron las invitaciones?- sorprendido tomaba el blanco y elegante papel.

-Pensé que ya habías recibido la tuya….- se cruzaba de brazos y en su delicado rostro levantaba una ceja, un gesto clásico en ella.

-supongo que la enviaron a casa…- Le devolvía la invitación después de leerla

-Entonces iras… por supuesto, tu ESPOSA no se perdería el evento que mas espera durante todo un año.- dejaba escapar una risa burlona mientras salía del lugar dejando a un joven bastante pensativo y distraído.- te veo luego… continua con … lo que sea que estabas haciendo…- con esas palabras atraía la mirada del joven que se sonrojaba en cuanto ella guiaba su insinuante mirada unos centímetros debajo de su ombligo… esos pantalones eran demasiado traicioneros, revelaban claramente su estado.


Los días pasan sin poder detenerse, el tiempo corre sin parar en su marcha, Por mas naturalidad que deseaba mostrar le había sido casi imposible disimular por completo su nerviosismo y su emoción por esa noche, al fin estaba frente al espejo admirando la figura que aquel hermoso vestido le daba a su cuerpo, Alberth nunca se equivocaba con sus regalos, el vestido que ahora lucia era esquicito, perfecto, hermoso, y el juego de gargantilla y pendientes eran el complemento exacto, se acomodaba una y otra ves el peinado, no deseaba que este fuera a descomponerse. Quería estar hermosa, nunca se había preocupado por como la vieran los demás, pero ese día era diferente, había recibido varias notas durante los días anteriores, notas que aceleraban su pulso y su respiración por las palabras que le eran dirigidas… y esa noche al fin podría desahogar un poco su agitación.

-Lista! – alberth la abrasaba por la espalda como ya era su costumbre y depositaba un beso en su cabello perfumado.

-Alberth, queme despeinas!- se alejaba de él y volvía a retocar su intacto peinado.

-Nunca antes te había importado… de hecho siempre deseabas que te "ayudara" con cualquier escusa para no asistir a las "pesadas" reuniones de sociedad.

-Lo se, y también recuerdo que tu me insistías en que disfrutara y no le diera demasiada importancia a lo que ocurriese a mi alrededor… bueno pues es lo que pienso hacer hoy.

-Pues para no darle importancia a lo que suceda a tu alrededor te estas preocupando demasiado por lucir perfecta…- La miraba tratando de descubrir aquello que miraba en sus verdes pupilas pero que se negaba a aceptar.

-solo quiero verme bien y que no me critiquen por mi apariencia, acaso eso es un pecado…- tomaba el abrigo que había dejado en el respaldo de uno de los sillones de su salita de estar personal. Alberth la seguía observándola… estaba nerviosa.- Porque me observas tanto?...

-Estas hermosa esta noche…- respondia y arrancaba en ella una de sus hermosas sonrisas.

-anda vamos que nos deben estar esperando- no se sentía capaz de discutir con el, lo tomaba del brazo para salir de su habitación.

-Espera… solo quería entregarte esto..- le extendía una hermosa cajita metálica labrada.

- Que es?...- la tomaba con curiosidad.

- Te pertenece a ti…- le ayudaba a descubrir la joya y ella ahogaba un gritillo de sorpresa.

- Es hermoso…- son su mano delicadamente enguantada tomaba el bello broche que representaba la insignia de los Andrey… labrado con mas delicadeza y un poco mas pequeño que el que portaba Alberth, además estaba adornado con piedras preciosas. Él lo tomo de sus manos y lo coloco con cuidado en un lado de su cintura, el vestido pareció haber sido elaborado para que el broche quedara a la perfeccion en ese lugar, ella levanto el rostro que habia seguido los movimientos de Alberth para poder verlo a los ojos, el termino su labor y encontró sus cielos con las esmeraldas de ella.

-Nunca olvides quien eres… Candice Andrey.- Aquellas palabras encerraban mucho mas de lo que aparentaban, ella lo leyó en las azules pupilas, no supo que responder, el tomo su mamo y salieron juntos hacia donde los demás ya esperaban.


Los murmullos se levantaron apenas si aparco el coche con la insignia del águila con la A al centro, las miradas de los que también llegaban se posaron en las puertas que eran abiertas por algunos sirvientes uniformados para la ocasión… las mujeres dejaron escapar varios sonoros suspiros en cuanto aparecieron dos de los caballeros, que viajaban en el primer coche, después, fue inevitable ignorar los que fueron mayoría cuando la imponente figura del gallardo patriarca apareció saliendo del coche principal, por supuesto los caballeros que los observaban no pudieron dejar de ver discretamente y con "respeto" al resto dela familia, Candy era sin duda un bello ejemplar de la mujer perfecta, y esa noche parecía resplandecer aun mas… con educación fueron saludando con una leve inclinación de cabeza a las personas conocidas y no conocidas que les abrían paso durante su corto trayecto ala entrada principal… una vez que cruzaron el umbral.. las demás personas s e arremolinaron para entrar justo detrás de ellos, Los Andrey eran un espectáculo que muy pocos se querían perder.

Un coche de ultima moda aparcaba un poco distante de la entrada… la acumulación de personas había evitado que pudieran estacionarse mas cerca.

-Pero que les pasa?. – Susana parecía molesta de que alguien mas le estuviera robando la atención, por lo regular esa clase de aglomera miento solo sucedía hasta que ellos aparecían… no podía haber alguien mas interesante que ellos… por lo menos no en New Yorck.

-Calma querida, seguro sucedió algún percance, con tanta gente no me extrañaría que alguien haya sufrido algún accidente..- La madre de la joven le tomaba la mano para reconfortarla.

-Vamos!- la fría voz de su adorado esposo la hacia volver el rostro hacia la puerta ya abierta y donde un guapo y mas que atractivo actor ya le extendía la mano para auxiliarla como era debido. Ella acepto mirándolo ensoñadora, un suspiro salió de su pecho, nunca podía evitarlo al verlo, lo amaba, lo amaba demasiado, tanto que no le había importado nada con tal de estar a su lado, pero ese seria su secreto hasta la tumba.

- Gracias..- con su acostumbrada voz dulce y pacifica, se abrazó al torso del hombre a su lado, eran tan pocos los momentos en que podía lograr abrazarlo que no los dejaba pasar por nada.

- No hagas eso por favor… te he dicho que no me gusta que la gente vea esa clase de muestras afectivas… no es correcto…- la alejaba delicadamente y se reacomodaba el saco de su frac el rostro de Susana se entristecía y buscaba la mirada de su madre buscando apoyo pero esta le hacia una señal de que Terrece tenia razón.

Ofreciéndole solamente el apoyo de su brazo, Terrece camino junto a su "Esposa", el brillo de su mirada destello misteriosamente cuando descubrió el auto que era movido frente a la entrada principal por uno de los mozos… el no había podido esperar para recibir aquel servicio, sus pies deseaban estar en el interior del salón lo mas pronto posible, y al ver aquel elegante auto y saber perfectamente a quien pertenecía sus piernas por si solas tomaban la iniciativa acelerando su paso.

-Podríamos ir un poco mas despacio…- Susana parecía suplicar sacándolo de su trance emocional, el corazón de la ex actriz latía apresurado pero no por la velocidad de los pasos de Terry que se había visto obligada a seguir, sino por el cambio en la mirada del actor y por supuesto ella también reconocía el símbolo de los Andrey.

Un leve temblor la recorrió de pies a cabeza, era fiel seguidora de las notas sociales en los diarios, y había leído un articulo que rumoraba la aparición de la familia mas importante de los estados americanos después de la familia presidencial, se auguraba una asistencia mayor que en los últimos años para el baile de caridad en la ciudad, y si el rumor era cierto seguro que en esa ocasión los huérfanos recibirían mucho mas de lo que se recaudaba en años pasados…. Esas notas le habían dado un motivo para preocuparse pues las fotografías que parecían en la prensa incluían a una mujer que ella conocía, pero que lucia sumamente diferente a la que ella recordaba, Candice era bien llamada "heredera mas codiciada del país", y no era precisamente por su dinero. El corazón se le agito y sus sospechas crecían.


La celebración había dado comienzo, ellos llevaban mas de media hora recibiendo saludos de personas que remotamente recordaba y no por conocerlas, sino, por que había escuchado mencionarlas en alguna otra ocasión, era interminable la cantidad de hombre y mujeres que le presentaban sus saludos "casuales', la educación que ameritaba el apeido los obligaba a responder a cada uno de ellos con una sonrisa, y a agradecer los halagos con humor, estaba cansada ya de hacer aquello, pero esta vez valdría la pena, su mirada no paraba de buscar discretamente desde la mesa que les había sido reservada, la principal por supuesto, sentía la mirada de la Tía abuela que constantemente la checaba esperando un comportamiento adecuado al apeido, la celebración era acompañada de un enorme bufete, con los mas esquicitos aperitivos…" los mismos de siempre".. pensó para si, pero en esa ocasión con tal de escapar a aquel asedio iría a buscarlos feliz, de pronto su mirada chispeo al encontrarse al fin con su anhelado objetivo, sin pensarlo se disculpo y se puso de pie dirigiéndose al salón del bufet antes de que pudieran cuestionarla.


Susana se veía cansada por la agitación que a la que inconsciente mente la había obligado, así quela había llevado a la mesa que se les había asignado y se había deshecho de ella con la escusa de buscarle algo de beber, ignorando a los meseros que ya se acercaban con charolas repletas de diferentes bebidas… camino deprisa antes de que Susana pudiera sugerir tomar lo que los mozos ofrecían… llego al área del bufet, y desde ahí pudo enfocar a la perfección la mujer que tanto le había robado el sueño, sonrió al verla tan educada y elegante saludando a personas que estaba seguro jamás había visto, no le importaba, la sola imagen de su sonrisa le parecía adorable, fue un par de minutos los que espero hasta que al perecer ella al fin sintió su mirada, la vio ponerse de pie y disculparse sin dilación, su elegante caminar la distinguía de todas las mujeres que hubiera conocido, su mirada se encontró con la de el una vez mas, su cuerpo se incendio, ella se detuvo a un par de pasos y entonces…

-Hola!- saludo de manera natural pero su voz le recorrió el cuerpo completo

-Hola!,- respondió y su seductora sonrisa ladeada apareció cuan depredador a punto de tomar a su presa. Ella sintió electricidad explotando en cada una de las células que formaban su cuerpo.

Al fin estaba frente a frente nuevamente, su mundo se cerro con discreción en sus miradas que decían mucho mas que lo que pudieran decir con palabras, los dos tomaron una copa de champán y ocultando una sonrisa la llevaron a sus labios en un brindis solo de dos… a lo lejos unas pupilas del color del cielo llamearon y una mano femenina toco el brazo del dueño de aquella mirada tratando de suavizar la situación. Demasiado tarde, él ya estaba de pie y su vista fija en un solo objetivo.


y que tal?, les gusto... meresco un review?, jajajajaja, gracias mil y nos seguimos leyendo!1