¡Hola a todos! Bueno este es mi segundo fic, el primero de Harry Potter y va sobre el último año de James Potter y compañía en Hogwarts, y sus vidas hasta aquel desgraciado incidente...Snif, es tan triste. No podía evitar escribir este fic, porque me encantaría saber como era la vida de todos estos en Hogwarts, y como nuestra amiga Rowling no nos lo ha contado...Bueno, espero que les guste. ¡Ah, y ya saben, dejen reviews,please!

No hace falta decir que Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a J.K Rowling, y alguno más que aparecerá pues me pertenece a mí. Disfruten, tenna rato.



Claroscuro, by la arwen-chang





Recuerdos



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1 de septiembre. En la estación de Hogsmeade, Hagrid, el gigantesco guardabosques de Hogwarts, esperaba la llegada del tren q traería a los nuevos alumnos de primero para llevarlos al castillo. Entre los jóvenes se encontraba James Potter, un chaval no muy alto y bastante flacucho, de cabello muy alborotado y ojos castaños tras las gafas redondas. En aquel momento trataba de arrastrar el enorme baúl por el andén mientras miraba con curiosidad el lugar. Cientos de jóvenes se arremolinaban allí con sus baúles, algunos llevaban jaulas con lechuzas u otros animales. James acarició a su gata Artemis y se dirigió al lugar donde un hombre enorme hacia señas a los de primer curso para que se acercaran.

-Hola-dijo el hombre-Me llamo Hagrid y soy el guardabosques de Hogwarts. Acompañadme por favor.

Los chicos le siguieron hasta un embarcadero. Allí Hagrid les fue acomodando en unas pequeñas barcas de madera y empezaron a atravesar el lago en dirección al colegio. Pronto apareció ante ellos Hogwarts. Era mucho más grande de lo que James había imaginado. Sus cientos de ventanas estaban iluminadas y parecían darles la bienvenida. Muchos no podían contener los murmullos de admiración al ver el castillo.

-Muy bien, hemos llegado-dijo Hagrid- Id bajando con cuidado.

James se dispuso a bajar, pero al levantarse chocó con un chico que estaba sentado junto a él. Trató de sujetarle pero el muchacho perdió el equilibrio y cayó al agua ante las risas de los demás.

-Lo siento, discúlpame, no fue mi intención-dijo tendiéndole una mano y tratando de aguantar la risa.

-Ya-dijo el chico fríamente sin aceptar la mano que le ofrecía.

-Me llamo James, James Potter ¿Y tú?

-No te importa-contestó el chaval groseramente levantándose. Su pelo grasiento y su ropa chorreaban.

-Tampoco hay que ponerse así- se oyó una voz tras James.

Al volverse se encontró a un chico de pelo negro hasta las orejas que se reía con ganas.

-Hola. Me llamo Sirius ¿Tú eres James, no?

-Sí- dijo él sonriendo-¿Le conoces?

-Bueno, tuvimos un pequeño incidente en el Expreso. Yo intentaba mostrarle a otro chico un truco de magia que me enseñó mi prima y accidentalmente apunté hacia él. Le salieron unas cosas muy feas en la cara, pero ya está bien. Es un tipo muy antipático.

-Ya.

-Venga chicos, seguidme.

Hagrid les condujo hasta el castillo. A las puertas del comedor les esperaba una profesora de expresión severa. Parecía joven, pero el apretado moño y las gafas le hacían ver como si fuera más vieja.

-Buenas noches, soy Minerva McGonagall, subdirectora de Hogwarts. Bienvenidos al colegio. Ahora, pasaremos al Gran Comedor y seréis seleccionados para alguna de las casas en las que se divide Hogwarts: Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw o Hufflepuff. Acompañadme.

Las grandes puertas se abrieron y penetraron en el Gran Comedor. James y Sirius lo miraban todo con la boca abierta, era sencillamente espectacular.

-Mi madre me había dicho que era genial, pero no me imaginaba esto-susurró Sirius.

-Es enorme. Me encanta-dijo James.

-Atención, por favor-dijo la profesora McGonagall- Ahora os colocaré el Sombrero Seleccionador y él os dirá a que casa perteneceréis. Debeis sentaros en esta butaca cuando os llame.

James y Sirius se miraron emocionados.

-Espero que me toque Gryffindor-comentó James- Allí estuvieron mis padres, creo que es la mejor casa.

-Yo mientras que no me toque en Slytherin...-contestó Sirius.

Se interrumpieron cuando oyeron que el Sombrero comenzaba a cantar una curiosa canción.

A Hogwarts habéis llegado

llenos de ilusión

Dejad que os explique

Con esta canción

En Hogwarts hubo cuatro magos

Que trabajaron con tesón

Se dividieron en cuatro casas

Me hicieron por esa razón

Si sois valientes de corazón

Gryffindor es vuestro destino

Si tenéis una mente clara

A Ravenclaw os envío

Para los ambiciosos

Slytherin sera vuestro hogar

Si sois habilidosos y trabajadores

A Hufflepuff os he de enviar



-¡Johnson, Rachel!-anunció la profesora McGonagall

Una muchacha de cabello castaño y que parecía muy nerviosa se sentó en el taburete. El Sombrero tardó unos instantes en gritar:

-¡Hufflepuff!

La chica se dirigió sonriente hacia su mesa, ante los aplausos de sus compañeros.

-¡Adams, Susan!

-¡Ravenclaw!

-¡Thomas, Andrew!

-¡Gryffindor!

-¡Black, Sirius!

Sirius se fue muy nervioso hacia el taburete. La profesora le colocó el Sombrero y este no tardó mucho en decir:

-¡Gryffindor!

Sirius se fue muy contento a la mesa de Gryffindor, donde todos le vitoreaban. Le sonrió a James y se sentó.

-¡Snape, Severus!

El chico al que James tiró al lago se dirigió hacia la profesora con expresión de malhumor. El Sombrero enseguida gritó enseguida:

-¡Slytherin!

El chico se fue sonriente. James se ponía cada vez más nervioso. Los alumnos se sucedían.

-¡Evans, Lilian!

-¡Gryffindor!

-Pettigrew, Peter!

-¡Gryffindor!

-¡Potter, James!

¡Por fin! James se dirigió hacia el estrado temblando. La profesora le colocó el Sombrero sobre su pelo alborotado.

-A ver, a ver. Veo una mente clara y dispuesta. Tú podrías ir a Ravenclaw. Pero también es valeroso, mucho ¿A dónde enviarlo? Uhm sí, será mejor que seas...¡Gryffindor!

James se levantó muy contento y se sentó junto a Sirius

-¡Estamos juntos! ¿No es genial?

-Sí-dijo James-Lo es

El banquete fue fabuloso. El director, Albus Dumbledore, se levantó y les dirigió unas extrañas palabras. Aunque James había oído que era un gran mago, en aquel momento le pareció bastante absurdo.

-Está medio loco-comentó Sirius con la boca llena.

-Que va-les dijo un chico con la cara llena de pecas-Es un mago estupendo, me lo dijo mi padre. Me llamo Petter, encantado.

-Yo soy James, él es Sirius.

-¿Vosotros sois de una familia de magos o muggles?

-Magos-contestó James

-¿Hay magos que vienen de familia muggle?-preguntó Sirius-Yo nunca he conocido ninguno.

-Yo soy de familia muggle-comentó una chica de pelo rojizo y brillantes ojos verdes-Mis padres se pusieron muy contentos cuando recibí la carta. La verdad es que fue una sorpresa, yo siempre pensé que la bruja era la tonta de mi hermana.

Todos se rieron. La cena siguió hasta tarde y luego un chico muy alto les dijo que le siguieran y les condujo hasta la torre de Gryffindor. El chico dijo unas palabras y la señora del retrato se apartó para dejarles paso. Era un sitio muy acogedor, decorado con banderas rojas y amarillas y con una hoguera encendida al fondo. El prefecto les condujo a su dormitorio, que tenía un letrero donde ponía "Primer curso". Había cinco camas allí. James y Sirius vieron que sus equipajes estaban al pie de sus camas. Se pusieron en camas contiguas y hablaron hasta tarde con Petter y el otro chico de la habitación, Adrian. La quinta cama estaba vacía.

Aquella noche James tardó en dormirse. Había sido un día muy emocionante, y mucho mejor de lo que esperaba. Seguro que allí se iba a sentir como en su casa.

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-¡Eh, James, despierta!

James se dio la vuelta. Su amigo Sirius le zarandeaba y se reía.

-¿En que estabas pensando, tío? Venga que llegarás tarde al partido de quidditch.

-Voy. Oye Sirius, ¿Te acuerdas de nuestro primer día en Hogwarts?

-¿Qué si me acuerdo? ¡Fue memorable! Fue el día en que se empezó a fundar nuestra sociedad...-Sirius puso ojos soñadores- Ese día nuestro primer objetivo en la vida quedó marcado: Molestar a Severus Snape.

James se rió

-Bueno, en realidad no se fundó completamente, faltaba Remus.

-Sí, nuestro amigo Remsie no llegó hasta el tercer trimestre, ¿Verdad?

-Sí, si no llega a ser por él, no nos habrían aprobado ni la mitad de las asignaturas.

-Bueno, teníamos cosas más importantes que hacer, como encontrar el modo de que la maldita gata de Filch no nos pillara saliendo del castillo a altas horas de la noche. Remsie era un poco aguafiestas, ¿no? Nos obligaba a trabajar. Desde el primer día...

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Era una mañana del mes de abril. Dumbledore llegó en mitad de la clase de Herbología junto con un chico bastante alto para su edad y de pelo castaño. Dijo unas palabras a la profesora Sprout y luego se marchó.

-Atención chicos. Este es Remus Lupin y va a ser compañero vuestro a partir de ahora. Ya ha sido seleccionado para Gryffindor. Portaos bien con él.

Como de costumbre James y Sirius no hacían demasiado caso a lo que decía la profesora. En aquel momento estaban tratando de guardar pus de bubotúberculo sin diluir en la mochila de Sirius para una bromita que pensaban hacer. Pero por lo pronto lo único que habían logrado era abrirle varios boquetes a la pobre mochila y destrozar el libro de Encantamientos de James.

-¿Qué tal si lo guardamos en el bolsillo de la túnica. No creo que le pase nada-propuso Sirius.

-Ni hablar. Mi madre me ha dicho que tres túnicas en un curso son suficientes y no piensa comprarme ni una más.

-Está bien. Tengo una idea.

Sirius hizo una especie de sobre con algunos pergaminos y guardó el pus.

-Ya está.

-¿La profesora Sprout no se dará cuenta de que hemos cogido muy poco en la botella.

-Bah, no te preocupes. Yo la entretendré un rato y tú dejarás el pus en su mesa. Así no sabrá cual es nuestra botella hasta que nos hayamos ido.

-A veces me da miedo lo rápido que solucionas estas cosas.

-Gracias, muchas gracias- dijo Sirius haciendo una reverencia.

-Venga chicos, la clase ha acabado. Id trayéndome las botellas.

-Allá voy.

-Suerte.

-Eh, profesora Sprout, ¿Puedo hacerle una pregunta?

-Claro Black.

-Pues verá...

Mientras Sirius le planteaba un complejo problema de mandrágoras a la profesora, James se marchó rápidamente de allí teniendo cuidado de no derramar el contenido del sobre. Entonces se encontró a Severus y su pandilla de Slytherin, que para variar se estaban dedicando a molestar al prójimo. Esta vez habían elegido al chico nuevo como víctima.

-Hola narigón- saludó James-¿Qué, tratando de hacer amigos?

-No te metas en lo que no te importa Potter. Ya se que eres incapaz de no ir dándote aires por ahí, pero haz un esfuerzo, ¿Quieres?

La pandilla de Slytherin se rió con ganas. El chico nuevo miró a James interrogante y este le dirigió una sonrisa.

-Verás Snape, lo único que soy incapaz de hacer es dejar que vayas estorbando a todo ser viviente que encuentras por el camino. Así que lárgate de aquí o atente a las consecuencias.

-¿Ah, sí? ¿Y que vas a hacer Potter?

James observó que Sirius había dado la vuelta detrás de los Slytherin y le hacía señas sugiriéndole algo.

-Está bien, Snape. Debo reconocer que yo soy el metomentodo y tú simplemente tratas de volverme hacia el buen camino-comentó James con una amplia sonrisa.

-¿De que hablas Potter?

-Que sí, que tú tienes razón ¿Por qué no hacemos las paces?

-Eh...

-Vamos, aquí delante de tus amigos reconozco tu superioridad. Venga- James le sonrió y le tendió la mano.

-Bueno, por fin has entrado en razón-dijo Snape con una sonrisa retorcida.

Sin que Snape se diera cuenta, James se escondió el sobre con el pus en la manga, y cuando las dos manos iban a unirse...

-¡Ay! Maldito seas Potter.

-Uups, lo siento-dijo James, angelical

Tras Snape, Sirius se retorcía de risa en el suelo. James cogió al chico nuevo del brazo y se marcharon al castillo para lavarse.

-Siento que no podamos quedarnos, tenemos clase-les dijo Sirius aun riéndose mientras los Slytherin trataban de ayudar a Snape. Pero cuando les dieron la espalda, Snape decidió que también él podía vengarse.

-¡Furnunculus!

-¡Cuidado!-gritó el nuevo empujando a James-¡Impedimenta!

Snape se cayó de bruces ante las risas de los tres Gryffindor, que se alejaron riendo.

-Oye, que guay, ¿Cómo sabías hacer eso?-preguntó Sirius

-Bueno, en seis meses sin colegio tenía que hacer algo ¿No? Se me el libro de Encantamientos de memoria.

-Ha sido genial. Me llamo James, él es Sirius ¿Y tú?

-Yo soy Remus Lupin, encantado

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A partir de aquel día la sociedad quedó formada. James Potter, Sirius Black, Petter Pettigrew y Remus Lupin formaban una pandilla temible, y se hacían llamar a sí mismos "Los merodeadores" Además de hacer bromas a todo ser desprevenido que pillaban, su meta era sobre todo molestar a Severus Snape de todas las formas posibles. Incluso ahora, en séptimo año, aquella rivalidad continuaba.

-Venga, James, vuelve a la Tierra. El partido...

-Sí, ya voy.

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Bueno, espero que les haya gustado (disculpen esa horrible canción, no pude evitarlo) y que dejen reviews!!!!!!^_^ Hasta la próxima!