Blaine y sus compañeros no podían creer la escena que se desarrollaba frente a sus ojos. La Academia Dalton, una escuela secundaria exclusiva para hombres, dónde se hospedaban cientos de alumnos todos los años, se encontraba ardiendo, y las llamas eran tan altas que parecían estar acariciando las nubes. Todos se encontraban viendo como los bomberos hacían su mayor esfuerzo por apagar el fuego en el viejo edificio, pero parecía casi imposible.
Por suerte era el primer día de clases, y aún nadie se había aventurado dentro del viejo edificio. De hecho, allí era a dónde se dirigía Blaine, con su maleta en mano y su mochila colgando en su espalda.
"Esto es horrible…" Comentó Zach junto a él, observando el fuego que por suerte comenzaba a apagarse. No era el único, por supuesto, la mayoría de los alumnos se encontraban observando el escenario a una distancia segura.
"¿Que creen que sucederá ahora? ¿Dónde nos quedaremos?" Preguntó Thad.
"No se preocupen chicos… De seguro el director Dawson encontrará una solución" Dijo Blaine, volteandose para enfrentar a sus amigos "No nos dejarán durmiendo el la calle, así que tranquilos" Les aseguró.
Blaine era como el líder de sus amigos (Excepto en el coro, dónde Wes, David y Thad dirigían por ser parte del concejo, aunque por supuesto, al ser el vocalista principal de los Warblers, tenía cierto nivel de liderazgo). Siempre fue decidido, un líder, el tipo de persona que tomaría las decisiones cuando las situaciones sobrepasaban al resto. Sobre todas las cosas, era un joven sumamente protector de sus seres queridos.
Le encanta poder defender a sus seres queridos (No que realmente necesitará defenderlos de nadie en Dalton, aunque si así fuera, sabía que podría fácilmente ganar una pelea, no sólo en cuanto a intelecto pero también una pelea física, ya que practica boxeo desde hace años) y poder cuidar de ellos. Si, Blaine era como una mamá gallina. Cuando Wes se resfrío el invierno pasado, Blaine se pasó 2 noches seguidas en su habitación, atendiendolo, trayendo comida para él, poniendo paños fríos en su frente y asegurándose de que tomara su medicina. Cuando Nick se fracturó el brazo, Blaine tomó apuntes por el todo el mes. Cuando David no entendía la clase de matemáticas, Blaine se sentó junto a él y lo ayudó a estudiar por horas. A él simplemente le gustaba cuidar de los demás.
Quizás se deba a que en su casa, con su familia, jamás había tenido el control. Sus padres siempre habían decidido por él. No pudo elegir en cuanto a dónde iba a estudiar, no pudo actuar ni decir lo que realmente quería, no podía ser él mismo… Sus padres siempre tenían la última palabra, y la mayoría de las veces, tomaban las decisiones equivocadas. Por eso le gustaba tanto estudiar en Dalton. Si bien aún debía respetar las reglas del establecimiento, Blaine amaba tener su propia habitación, donde era libre de hacer lo que quisiera.
A pesar de nunca realmente haber tenido una buena relación con sus padres, y de no estar de acuerdo con la mayor parte de sus decisiones, Blaine los respetaba mucho, y se esforzaba por ser el hijo educado y de buenos modales que ellos esperaban. Cualquiera que lo conociera diría que es la persona más encantadora, gentil, dulce y sensible que pudiera conocer.
Algo que quizás muchos no saben, es que Blaine era un romántico. El soñaba con encontrar a esa persona especial, con quien compartiría su vida, su amor, su primer beso, su primera vez… desafortunadamente, aún no la había conocido… o a ninguna otra.
Muy probablemente en consecuencia de su familia conservadora y estricta, que jamás lo dejó ser el mismo, que le dijeron siempre que debía ocultar lo que era frente a los demás (¡Porque nadie podía saber que el hijo menor de los Anderson era gay!), Blaine era un adolescente muy cerrado y tímido en cuanto a sus sentimientos. Mientras siempre se había mostrado fuerte y seguro, su vida romántica era su punto débil.
De vuelta en el presente, el incendio finalmente se había acabado, y los bomberos se encontraban ahora dentro del edificio, revisando los daños. Sin embargo, cualquier estudiante podía decir, con tan solo observarlo desde el exterior, que se encontraba completamente destruido.
"¿Señor Dawson?" Preguntó Wes Montgomery, monitor de pasillo, miembro del comité escolar y líder del coro, entrando en la nueva 'oficina' del director. La única parte de la Academia que se había salvado era el gimnasio, que se encontraba separado del resto de la escuela. Mientras todos los alumnos se encontraban 'acampando' en la cancha de baloncesto, el director se había instalado en la pequeña oficina del entrenador.
"Adelante, Wes" Dijo el hombre mayor, quitándose los lentes y frotándose los ojos con cansancio, sentado en el escritorio. Frente a él se encontraban pilas de papeles, esparcidos por toda la superficie.
"Lamento molestarlo señor" Dijo educadamente Wes, tomando asiento frente al director.
"Está bien, ha sido un día agitado" Respondió el hombre mayor. Se veía extremadamente cansado, y tenía arrugas en su rostro que lo hacían parecer mayor de lo que realmente era.
"Lo sé… ha sido un día loco, el incendio si que fue devastador… Si se me permite preguntar, ¿Ya saben cómo comenzó?" Preguntó Wes.
"Al parecer fue un cortocircuito en una de las aulas. Normalmente no habría causado tanto daño, pero la academia es antigua, los edificios son viejos, hechos en su mayoría de madera… El daño es irreparable, y tendremos que comenzar una construcción desde cero" Dijo él "Lamentablemente, esto nos llevará años…"
Los ojos de Wes se abrieron como platos "¿Años?"
El director asintió con una sonrisa tensa y triste "Los dos edificios destruidos tenían más de 180 habitaciones, incluyendo las aulas, los baños, las salas de descanso y la cafetería"
"Pero… ¿Dónde se supone que estudiaremos este año?" Preguntó Wes, bastante preocupado.
"Por esta noche, les pediré a los alumnos que se acomoden en la cancha de basketball, en el gimnasio, en los vestuarios… inclusive en las duchas. El edificio es grande, debería haber lugar suficiente para todos" Dijo William Dawson.
"Por supuesto señor, yo me encargaré de acomodarlos…" Dijo Wes de inmediato.
"Sin embargo, y en vista de que no dispondremos de la escuela este año… he pensado en una solución un poco diferente..." Mencionó, aunque se veía incierto.
"¿De que se trata?" Preguntó el alumno.
El director se acomodó mejor en su escritorio, suspirando. Sabía que no era lo más conveniente o lo más cómodo para sus alumnos. Así mismo, sabía que sus padres estaban pagando mucho dinero a la escuela, en parte para cubrir la estadía de sus hijos… Pero no veía otra salida. Era el fin de Dalton.
Carole había sido una madre soltera desde siempre, ya que el padre de Finn había muerto antes de que él siquiera hubiera nacido. Finn había sido el centro del universo para su madre, trabajando doble turnos para asegurarse de que a su hijo nunca le faltara nada, y que se sintiera amado y valorado. Ella no quería que Finn jamás se sintiera menos querido que otros niños solo porque no tenía un padre, por eso se encargó de dárselo todo, su atención, su tiempo, su amor, su vida.
Y entonces, un día, conoció a Burt Hummel, y su pequeña familia cambió por completo. Burt resultó ser un hombre extraordinario, era protector, sensible, amoroso… Era un buen hombre. Finn tenía 15 años entonces, y ambos veían partidos juntos, hablaban de football y de niñas, iban a ver los juegos, comían comida chatarra, veían películas de acción… Por primera vez en su vida, Finn tuvo un padre, y se sentía realmente genial.
Carol y Burt llevaban ahora 2 años de casados, y las cosas eran geniales… Pero a pesar de todo, la llegada de su nuevo padrastro a su vida no había sido solo felicidad. Con él, habían llegado sus hijos, y Finn se llevaba bien con la mayoría de ellos… Excepto por uno.
Burt Hummel había quedado viudo con 5 niños a su cargo hace ya 8 años. Chris y Carson, los gemelos mayores, Kurt y Jeff, los gemelos del medio, y Judith, quien era solo una bebé cuando su madre había muerto.
No era la situación ideal, por supuesto, y sobre todo considerando que Burt no solo tenía su propio taller mecánico, que le ocupaba mucho tiempo, sino que también se había postulado para senador. Pero a pesar del dolor que estaba sufriendo Burt, decidió continuar con su campaña. Si, estaba devastado por la muerte de su esposa, pero al menos podía ocupar su mente en el trabajo.
Y eso fue lo que hizo, Trabajó hasta tarde, tanto en el taller como en el senado, viajó a distintos lugares, visitó gente, hizo entrevistas, firmó documentos, dio discursos, tomó decisiones… Hizo todo lo que pudo para mantener su mente ocupada, nunca permitiéndose tener un solo momento libre, porque sabía que en cuanto tuviera un descanso, su mente viajaría a la memoria de su esposa, y era simplemente demasiado doloroso.
Pero Burt no consideró lo duro que esto fue para sus hijos. Chris y Carson tenían 13 años, Jeff y Kurt 8 y Judith solo 2 cuando su madre murió. Y entonces su padre los abandonó. Nunca estaba en casa, a penas si lo veían… Al principio, habían tenido a las típicas niñeras adolescentes, las cuales realmente no les prestaban atención y los enviaba a dormir temprano, para poder escabullir a sus novios a la casa…
Entonces los gemelos mayores cumplieron 16 años, y Burt dejó de contratarles niñeras, ya que los niños eran lo suficientemente mayores para cuidar de sus hermanos.
Pero claro que no lo hicieron.
Después de todo, eran dos adolescentes de 16 años… Lo último que querían era quedarse atrapados en casa cuidando de sus hermanos menores. Por eso, mientras su padre se encontraba quién sabe dónde, los adolescentes se escapaban para ir a fiestas, para encontrarse con sus novias (o novio, en el caso de Chris), y todas las otras típicas cosas de los adolescentes.
Finalmente, y al cumplir los 18, ambos empacaron sus maletas y se dirigieron a la universidad de Nueva York sin mirar atrás. Después de todo, su padre nunca había estado con ellos, y si bien querían y extrañarían a sus hermanos, eran jóvenes y no tenían por qué hacerse cargo de ellos. Era su oportunidad para estudiar y forjarse un futuro. Nadie los culpo por irse, era lo que se esperaba de cualquier joven de 18 años… Pero aún así fue duro.
Pero eso fue hace años… Hablemos un poco de la actualidad.
Judith, a sus 10 años, era la niña más inteligente e independiente que jamás habías visto. Luego de que sus hermanos mayores se fueron a Nueva York, su padre contrató nuevamente una niñera para ella, ya que aún era muy pequeña. Así fue como la señora Lidia llegó a su vida. Ella era una mujer mayor, atenta y amorosa, quien se encontraba muy sola ya que sus hijos y sus nietos jamás la visitaban. Por eso, pronto desarrolló un lazo con Judith, y pronto se convirtió en una abuela para ella, jugando juntas, tejiendole suéteres y preparando galletas.
Si, la consentía, pero también, al verla tan sola, le enseñó cómo ser una niña independiente y como valerse por sí misma. Ella le enseñó a Judith a cocinar y, de hecho, la menor lo hacía realmente bien. Además, hacía sus deberes sola, limpiaba su habitación, se iba a dormir a una hora adecuada, guardaba sus juguetes luego de jugar… En resumen, era una niña que había aprendido a cuidarse sola.
Jeff encontró consuelo con su mejor amigo Nick, quien en aquel momento asistía a la misma primaria que él. Nick era un niño educado, con una buena familia, adinerada y muy amorosa. De inmediato aceptaron al nuevo mejor amigo de su hijo, y así fue como Jeff comenzó a ir a la casa de Nick todas las tardes a jugar y a hacer los deberes. Muchas veces también se quedaría a comer, lo cual por supuesto, implicaba que se quedaría a dormir (Porque no había forma en que los padres de Nick dejarían que Jeff regresara soloa su casa tan tarde en la noche). A sus 16 años, era un joven alegre y animado, quizás incluso un poco hiperactivo e infantil, siempre con mucha energía y una gran sonrisa para todos.
Pero Kurt… Kurt había estado solo. Luego de la muerte de su madre, se retiró del mundo. Ya no hablaría con nadie, ni siquiera con su gemelo Jeff. Contrario a sus hermanos, Kurt perdió su camino. No tuvo a nadie que lo guiará. Y así comenzó a tomar decisiones equivocadas…
En primer instancia, a pesar de ser muy inteligente, Kurt tenía muy malas calificaciones. Principalmente por su falta de interés, jamás hacía sus deberes, no estudiaba para los exámenes… Y quizás esto sea algo normal en los niños de 8 años… La diferencia, es que Kurt no tuvo ninguna persona que lo animara, que se asegurara de que hiciera su tarea o que lo obligara a dejar de ver la televisión y ponerse a estudiar.
Por otro lado, Kurt estaba aburrido. Con Jeff siempre en casa de Nick, y Judith pegada a las faldas de la señora Lidia, Kurt no sabía qué hacer durante el día. Y casi siempre, su aburrimiento desencadenaba en… problemas. No era un mal niño, simplemente uno con mucha imaginación, pero nadie con quien jugar... Como aquella vez que decidió redecorar su habitación, y comenzó pintando las paredes… y todos los muebles, la cama, la tv, su ropa y básicamente todo lo demás en el cuarto.
O cuando jugó a ser un buzo en el océano, utilizando la tina llena de agua… Si, quizás había inundado un poco el baño, pero solo era agua… ¿Cuál era el problema?
Su actitud se volvía aún peor cuando su padre llegaba a regañarlo. Es decir, el pequeño Kurt no lo veía en todo el día, y cuando lo hacía lo único que su padre hacía era gritar. Quizás si le hubiera preguntado a su hijo por que se comportaba de aquella forma, habría entendido que Kurt estaba solo y triste, y que inconscientemente, trataba de llamar la atención de alguien, quien fuera…
Pero Burt llegaba cansado, y sólo gritaba y castigaba a su hijo. Y en lugar de corregirlo, solo lograba que Kurt guardara rencor en su contra. Finalmente, luego de unos años, Burt dejó de tratar de entenderse con su hijo. Es decir, sus otros hijos habían sido tan buenos y habían sabido comprender las circunstancias, siendo excelentes niños… Pero Kurt no, había sido egoísta e incomprensivo, y sólo provocaba problemas…
A sus dieciséis años, cualquiera te diría que Kurt estaba irremediablemente estropeado. Fumaba, bebía en exceso, se juntaba con malas compañías, era rebelde, no seguía órdenes, salía a fiestas, tenía malas calificaciones, se metía en problemas en la escuela… La verdad es que él estaba simplemente solo. Abandonado. Ignorado…
Jeff había tratado de acercarse a su hermano, pero finalmente se rindió, y decidió dejarlo a su suerte. Cuando sus hermanos mayores se mudaron, dejó de compartir habitación con su gemelo para mudarse al viejo cuarto de Carson, dejando a Kurt sólo en el sótano.
Judith… bueno, ella quería mucho a su hermano, y no le gustaba cuando su padre le gritaba, o cuando su hermano lo ignoraba. A su corta edad, sentía mucha lástima por Kurt, y no entendía como nadie parecía notar lo triste que era su hermano… Pero ella era sólo una niña, y no podía hacer una gran diferencia. Sin embargo, ella era quizás la única que se llevaba bien con Kurt.
Luego, llegaron Finn y Carol,y las cosas cambiaron… Su padre comenzó a pasar más tiempo en casa, y comenzó a conectarse más con sus hijos… Excepto con Kurt, quien sentía tanto rencor hacia su padre que no lo dejaría entrar en su vida.
Finn era un buen niño, y al principio habían sido amigos, pero luego Finn lo había traicionado, demasiado preocupado por su reputación entre los populares como para seguir hablando con el "raro" de la escuela… Y con ese apodo no solo se referían a que Kurt era distante y solitario… sino también a que era gay.
Jeff también era gay, pero el asistía a SSHA (Summit School of High Art), una escuela especializada en arte, con gran diversidad y políticas de tolerancia cero ante la intimidación. Nick se había inscrito esa secundaria, pero era extremadamente cara. Sus padres, por otro lado, hablaron con el director (un viejo amigo del padre de Nick) y lo convencieron de darle una beca, ya que Jeff era muy talentoso y tenía una hermosa voz, para que no se tuviera que separar de su mejor amigo. Por lo tanto, Finn no tenía problemas en hablar y ser amigo de Jeff, ya que nadie en McKinley lo conocía. Quizás si Jeff hubiera sabido como Finn discriminaba a su hermano por ser homosexual, la relación entre ellos habría sido mucho peor. Pero el hijo de Carol no era tonto, y no le había contado a nadie de ese pequeño detalle. Y Kurt… bueno, él nunca hablaba con nadie.
¿Y Carole? Ella lo entendía. Entendía la tristeza y soledad de Kurt. Se sentía tan triste por el niño, sobre todo luego de que Burt le contara su historia. Ella de inmediato entendió la mala conducta de Kurt, y trataba de conectarse con el niño a toda costa. Muchas veces trató de hacer que su esposo se reconciliara con su hijo, pero Burt decía que era un caso perdido. Según él, Kurt era la oveja negra de la familia, y no podía hacer nada para cambiarlo... después de todo, su hijo ya tenía 16 años, ya era demasiado tarde.
Para ella era difícil llevarse bien con Kurt, ya que era un chico solitario y serio… Pero habría momentos, cuando Carole le daría una galleta extra sin que nadie lo supiera, o cuando lo cubriría por alguna travesura o problema que había causado… Y Kurt le daría la más pequeña, pero verdadera sonrisa, y sus hermosos ojos brillarían un poco. Y en ese momento, Carol sabía que todo el esfuerzo valía la pena.
Finn Hudson se encontraba sentado en su habitación, frente a su laptop, observando atentamente la página frente a él.
A decir verdad, el adolescente se sentía un poco aburrido en su nuevo hogar. Puck llevaba ya 2 meses en la prisión juvenil, y extrañaba a su mejor amigo, aquel con el cual podía jugar videojuegos, jugar al football y hablar de niñas. Claro, Judith era una niña completamente adorable y, de hecho, le gustaba jugar con ella al príncipe y a la princesa encerrada en la torre, pero no era lo mismo que estar con Puckerman.
Jeff también era bastante cool, pero odiaba el football, y al único videojuego que jugaba era al Just Dance con su novio Nick.
Y por supuesto, estaba Burt. Claro que podía hablar de football todo el día con su padrastro, pero simplemente no era lo mismo que su mejor amigo. Además, a pesar de que Burt era genial, no podía entrenar con Finn debido a su corazón… Había sufrido un infarto hace poco, y no podía realizar ningún esfuerzo.
Por eso, cuando abrió su ordenador esa tarde, y se enteró en las noticias, no pudo evitar sonreir. Al parecer, la Academia Dalton de Westerville había sufrido un gran incendio y los alumnos estaban siendo inscriptos en distintas escuelas de Ohio. El director estaba buscando la ayuda y solidaridad de las familias cercanas, que pudieran hospedar a los alumnos durante ese año.
La academia se encontraba en un campus enorme, llamado Westerville. Y aunque la localidad más cercana a éste era Ohio, la mayoría de sus estudiantes provenían de ciudades más lejanas… Por eso Dalton había instalado los dormitorios, hace tantos años, frente a la clara asistencia de niños de distintos lugares. He ahí el problema. Ohio era la opción más segura, ya que se encontraba sólo a media hora del campus, y los alumnos podrían fácilmente inscribirse en cualquiera de las escuelas. Pero sólo había una escuela con dormitorios es Ohio, y no era ni la mitad de grande que Dalton. Por esto, mientras que encontrar una nueva escuela era la parte fácil, los alumnos también necesitaban un lugar dónde hospedarse.
De inmediato la mente de Finn comenzó a pensar en la idea. Dalton era una escuela solo para hombres, y tal vez, si sus padres aceptaban hospedar a otro niño, finalmente tendría a alguien para jugar videojuegos y hablar de football.
Además, tener a otro adolescente viviendo con ellos podría ser genial. Él no tenía nada en contra de los gays (No importa lo que Kurt dijera), pero sería divertido tener a otro chico hetero en casa. Alguien que entendiera y que hablara de mujeres con él. Y de senos. La palabra prohibida en la casa.
No tardo ni 5 segundos en imprimir la información, y bajó corriendo las escaleras con entusiasmo, buscando a sus padres.
"¡Mamá! ¡Burt!" Gritó al tiempo que descendía.
"¡En la cocina!" Le respondió su madre. Al entrar, encontró a su madre preparando la cena y a su padrastro sentado en la mesa con el periódico, quien a juzgar por su mono aún firmemente sobre sus hombros, acababa de llegar del taller.
"No creerán lo que acabo de ver en internet" Dijo Finn entonces. Conocía a sus padres, y sabía lo compasivos y solidarios que eran. Por lo mismo, sabía que la única forma de conseguir que estuvieran de acuerdo con la idea de hospedar a un estudiante de Dalton, era logrando que sintieran lástima por los niños de la escuela "Sucedió un terrible incendio en la Academia Dalton" Dijo entonces, fingiendo angustia.
"¡Oh no, eso es terrible!" Dijo de inmediato Carol, volteando y prestandole toda su atención a su hijo.
"¿Hubo algún herido?" Preguntó de inmediato Burt, preocupado.
"Por suerte no lo hubo" Respondió el adolescente "Pero la escuela quedó totalmente destruida…" Dijo tristemente. Quién diría que las clases de actuación con su novia Rachel valdrían la pena después de todo "Ahora hay muchos alumnos que no tienen lugar dónde estudiar ni dónde dormir, y están pidiendo a las familias de los alrededores colaboración para hospedarlos…" Informó.
"¿Por qué no simplemente van a casa?" Preguntó Burt entonces.
"Porque no todos los niños de allí viven en Ohio… la mayoría de ellos vienen de otras ciudades. Ohio queda solo a media hora, es una de las ciudades más cercanas al campus" Explicó Finn. Podría no ser muy listo, pero sabía que debía informarse bien antes de hablar con sus padres, por lo cual hizo su investigación.
"Oh Burt, es terrible… tantos niños sin un lugar dónde vivir, sin un hogar… Deberíamos ayudar, ¿No lo crees?" Dijo Carole, y Finn casi salta de alegría ante su sugerencia.
"Me encantaría solo decir que sí, pero no puedo… Estamos hablando de traer un extraño a vivir con nosotros…" Opinó Burt.
"Por favor, estamos hablando de niños que asisten a la Academia Dalton, estos chicos son muy educados y respetuosos, son casi caballeros…" Los defendió Carole, su corazón de madre no podía soportar la idea de no ayudar a estos niños "Vamos Burt, son niños de entre 13 y 18 años… esos niños podrían haber sido nuestros hijos… de ser así, ¿No te gustaría que alguien los hubiera ayudado?" Dijo ella entonces. El corazón de Burt se ablandó un poco ante lo último.
"Supongo que tienes razón en eso" Respondió su esposo, asintiendo lentamente con la cabeza. Finn sabía que la decisión estaba casi tomada "Pero, ¿Dónde hospedaríamos a otro niño?" Dijo el hombre mayor.
"Puede quedarse en mi habitación, yo no tendría problema" Dijo Finn de inmediato.
"Tu habitación no es lo suficientemente grande cariño" Dijo Carole, finalmente volteandose y revolviendo nuevamente la olla con comida "Si vamos a hospedar a otro niño, necesitamos espacio para otra cama, espacio para su ropa, sus pertenencias, quizás incluso otro escritorio…"
Su madre tenía un punto. Su casa era grande. De hecho, tenía 4 habitaciones, pero solo la de sus padres era lo suficientemente grande. Las demás tenían un buen tamaño, pero sin dudas no eran para dos personas. Finalmente, Finn suspiró, sabiendo lo que tenía que hacer.
"Bueno… Cuando Jeff se mudó a la habitación de Carson, dejó su vieja cama en el sótano" Dijo él. Y era verdad. Por supuesto la habitación de Carson ya tenía una cama en ella, al igual que la de Chris, que era ahora el cuarto de Finn "Y es lo suficientemente grande para dos personas… Es decir, antes Kurt y Jeff compartían ese espacio, ¿Verdad?" Preguntó.
Los ojos de Carole se iluminaron ante la idea, y sabía que ya la había convencido. Entonces ambos se voltearon a ver a Burt.
El hombre no parecía del todo convencido, pero entonces observó los rostros esperanzados de su esposa y su hijastro y suspiró, rendido.
"Muy bien, hagámoslo" Decidió, antes de que pudiera arrepentirse.
Carole chilló contenta, ya emocionada con la idea. Corrió a su esposo y lo abrazo por la espalda, demasiado alegre como para preocuparse por las manchas de aceite en el mono de su esposo, que sin dudas mancharían su ropa. Burt sonrió al sentir sus brazos, sintiendo que había tomado la decisión correcta.
Y Finn no podría estar más en éxtasis. Lo único que lamentaba era que el pobre chico tendría que compartir habitación con Kurt, su odioso hermanastro.
"¿Quería verme director Dawson?" Preguntó Blaine, al tiempo que tomaba asiento frente al escritorio.
"¡Blaine Anderson! El líder de los Warblers… ¿Como has estado? Bueno, además de lo obvio" Dijo amablemente el hombre. Se veía cansado, pero aún así mantenía firmemente su amable sonrisa.
"Bastante bien, tuve unas buenas vacaciones, pero estaba emocionado de estar de regreso. Dalton es mi familia… Aún no puedo creer que ya no estudiaré aquí… " Dijo él en respuesta, sin olvidar sus impecables modales, a pesar de sentirse cansado, triste y malhumorado. Habían sido 2 días horribles desde el incendio.
"Lo sé, yo tampoco puedo creerlo… Pero estas cosas suceden, y hay que seguir adelante. Todos extrañaremos Dalton, pero estoy seguro de que encontrarás un nuevo lugar al cual llamar hogar… Y hablando de eso, tengo buenas noticias para tí" Dijo él, sacando unos papeles dentro de una carpeta y entregandoselo a Blaine, quien los tomó un poco desconcertado. Al abrirlos, vio que era información sobre una familia de Ohio… Los Hummel-Hudson
"Encontramos una familia que se ha ofrecido a hospedarte. Los Hummel-Hudson, son una bella familia conformada por Burt Hummel, Carole Hudson y sus cuatro hijos, Finn, Jeff, Kurt y Judith. Finn tiene 17, y Judith tiene 10, pero Burt y Jeff de hecho tienen la misma edad que tú, 16 años. Además, estoy enterado que 2 de ellos son parte del Glee Club, y la pequeña asiste a clases de teatro.. creo que podrás llevarte muy bien con ellos, tienen mucho en común" Mencionó entusiasta el director.
"Oh, eso suena muy bien" Dijo, entusiasmado ante la idea de finalmente dormir en una cama de verdad.
"Si está bien contigo, te enviaremos de inmediato. Tendrías una semana de prueba, para ver si te acomodas bien y si estás cómodo con la familia".
En ese momento, Blaine se encontraba sonriendo ampliamente ante las buenas noticias "Claro que si director" Dijo sin dudar "¿Cuando me mudaría?" Preguntó de inmediato.
"Mañana mismo" Dijo el director, contagiado del entusiasmo de uno de sus alumnos favoritos.
Con renovada energía, se colocó de pie "Muchas gracias director Dawson, iré a contarle las noticias a los demás" Dijo alegremente, y luego de despedirse, salio casi saltando de la oficina.
Al fin, parecía que el año empezaba a mejorar.
No hubo mucho sobre Kurt en este capítulo, pero lo habrá en el siguiente. Espero lo hayan disfrutado!
