SIN PALABRAS
(Unspoken)
Por LavenderGoddessV
Traducido por Inuhanya
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Prólogo
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Giré mi cabeza a un lado mientras cierro mis ojos y pienso en Chikyuu, mi hogar, mi familia, mis amigos, la vida que solía tener, la vida que aún debería estar viviendo. Sus gruñidos están ahogándose mientras recuerdo los estremecedores sonidos de las olas cuando llegaron a la orilla en la isla del duende tortuga. El aroma de pasteles frescos que mi madre solía comprar siempre encubría el olor de su sudoroso cuerpo. Mientras sus labios devoraban uno de mis senos, recuerdo a Yamcha, las nerviosas atenciones de mi enamorado de adolescencia, cómo manejaba torpemente sus manos, no sabiendo qué o cómo tocarme. Kami, extraño los días cuando no conocía más del cuerpo masculino que una tímida virgen. Pero ahora apenas puedo recordarlos.
Él grita roncamente en la noche, siento su semilla vaciarse en mi vientre. Terminó conmigo. Después de unos breves momentos de descansar a mi lado, coloca las cobijas sobre nosotros, envolviendo sus brazos por mis senos mientras comienza a dormirse. Al menos una vez tarde en la noche despertará para tomarme de nuevo, pero hasta ese degradante momento, mantengo mis ojos cerrados, disponiéndome a dormir. No es que lo haga. No he conocido la felicidad del verdadero y pacífico sueño desde que mi hogar fue destruido hace cinco años. Tenía diecinueve años entonces, una pequeña niña que pensaba que tenía al mundo en la punta de sus dedos. Pero rápidamente aprendí lo ingenua que era. Un destino que me entregó a la raza del bastardo que yace a mi lado; los guerreros más temidos y brutales en el universo; asesinos de planetas, destructores de especies y conquistadores de débiles.
Saiyajíns.
El título infundía temor en todos los que sabían de ellos. Su reputación por purgar, violar y saquear planetas precedía casi a todos lados donde aterrizaban. Su sed de sangre los hace un pueblo inescrupuloso que no les importa nadie sino ellos mismos, y aún entonces la lealtad es limitada. Para ponerlo simplemente, son monstruos. Sufriría miles de muertes tortuosas para ver a cada uno de ellos erradicados. Son una crisis en el universo, y para mi horror, debo experimentar su brutalidad de primera mano.
Brolli es el nombre de la bestia que se llama a sí mismo mi amo. Me compró hace cinco años, después de que fuera recogida por uno de los monstruos mercaderes del escuadrón que aniquiló a mi pueblo. Después de ser tirada en una nave, pasé seis miserables meses viajando a esta fiera roca de planeta llamado Vegetasei. Mi primer destino después de llegar fue el Seriichi, lo que nosotros habríamos llamado una subasta. Después de ser desvestidas, aseadas y vestidas con ropa indecente, fui vendida como esclava. Estaba parada en frente de lo que parecían ser cientos de bárbaros babeantes, ondeando su dinero en el aire, esperando poder comprar sexo por las próximas noches.
Me dijeron que fui una afortunada. Aparentemente mis rasgos Saiyajín, combinados con mi exótico cabello y ojos azules me hicieron un buen premio. Sentí como una eternidad que estaba por ser degradada por los ávidos ojos de la raza asesina que robó mi vida, pero cuando todo terminó quedé cara a cara con el hombre que había ganado el derecho de reclamarme - el hombre que actualmente duerme junto a mí.
Un miembro de la fuerza élite, Brolli era uno de los compradores más ricos. He tenido un largo debate conmigo, de si ser entregada o no a una élite era una ventaja o desventaja. Era bien sabido que los guerreros de muy alto rango trataban mejor a sus esclavas, mayormente porque podían adquirir tantas y dispersar sus torturas más bastamente. Pero con los guerreros de clases más bajas la longevidad de una posesión sería grotescamente más corta, aunque más horrorífica. Y aún, estando como tantas noches que me quedé despierta, rezando por que la muerte viniera y me llevara, los beneficios tal vez no valían la permanencia del término de miseria.
Mis primeras noches fueron lejos de peores. Después de llevarme a su lujoso hogar, fui bañada apropiadamente y preparada para él. Aunque el vestido que usaba parecía ajustarse para una princesa, hizo poco para escudarme del hecho de que iba a volverme la prostituta privada de un hombre. Cuando entró a la habitación en la que fui ubicada, tenía una mirada completamente condescendiente en su rostro. Removió su ropa y luego me ordenó hacer lo mismo. Cuando me senté en silencio, sin inmutarme bajo su demanda, se tornó violento conmigo, me quitó la ropa y me lanzó rudamente sobre su cama. Yo pateé, rasguñé y golpeé su expuesta piel, pero mis forcejeos sólo sirvieron para alimentar su pasión.
Me tragué mis gritos cuando metió su grueso miembro dentro de mí. No le daría la satisfacción de saber que junto con mi orgullo había tomado mi virginidad. Aunque lágrimas bajaron continuamente por mis mejillas mientras continuaba violándome durante la noche, no susurré un sólo murmullo en respuesta. Estaba en shock.
Cuando finalmente terminó conmigo, la noche se había vuelto mañana y él estaba listo para dejar que mi golpeado y lastimado cuerpo fuera atendido, para que pudiera estar disponible para su uso la noche siguiente. Secretamente, juré acabar con mi propia vida, condenando las consecuencias, justo para no darle la satisfacción de tenerme otra noche. Pero nunca tuve la oportunidad después de recibir una mordaz amenaza de Ezria.
Ezria era una especie de matriarca de la casa. Estaba a cargo de todos los sirvientes, y más específicamente, de consolar mujeres. La anciana me levantó en sus fuertes brazos y me llevó al tanque de recuperación de los sirvientes. Estuve ahí por cinco horas antes de que mis heridas físicas fueran curadas. Cuando salí de la máquina curadora, me dieron una modesta bata y luego me mostraron mi habitación. Todas las mujeres del amo tienen su propia habitación, más para su conveniencia que la nuestra, pero nos daba algo de privacidad.
Una vez que estuve dentro recibí una honesta evaluación de lo que sería el resto de mi vida. Aparte de ser el revolcón del amo en cualquier momento durante el día, también tengo que hacer el trabajo como un sirviente. Es la responsabilidad de sus mujeres esperar por él de pies y manos, y degradantemente, por alguno de sus camaradas cuando estuvieran en su casa.
Apenas medio escuché mientras Ezria enlistaba mis deberes; mi mente aún estaba girando con varias formas para, tan indoloramente como fuera posible, tomar mi propia vida. Después de ver la ventana abierta en mi habitación, decidí romperla y usar los vidrios rotos para cortar mis muñecas. Parecía un plan perfecto, y podría haber funcionado muy bien, si mi mente no hubiese sido lo consciente suficiente para escuchar la advertencia final de Ezria.
"Y no pienses en acabar con tu propia vida." Algunas veces creo que leyó mi mente mientras lo decía. "La regla del amo es que masacrará a todo el personal por el acto egoísta de uno, así que no te atrevas a considerar terminar tu vida a expensas de las nuestras!" Sus palabras aún me persiguen hasta este día. Cada vez que pienso que he tenido suficiente, veo los rostros de mis compañeros sufriendo, asesinados por mis acciones. Es esa imagen la que me ha mantenido viva hasta este día; eso, y el entumecimiento que hace más fácil de vivir la vida.
Después de una semana, luego un mes, y luego un año, la poca vida que tenía en mi estaba completamente extinguida. Destrozada es lo que estoy ahora, física y mentalmente. Creo que una parte de Brolli está gratificada de saber que él me ha hecho el entumecido e inmóvil cuerpo en la cama que soy hoy. No puedo sentir nada más cuando me toma. No puedo llorar, gritar, maldecir o pelear más con él. Estoy vacía, completa y totalmente dominada por otro ser vivo.
He visto hacerlo incontables veces con las doce mujeres que compró después de mi. Cinco aún están entre su esencia. Tres han muerto en su compañía, y cuatro fueron vendidas subsecuentemente. El amo es particular con sus tipos de mujeres. Le gusta tener muchas para seleccionar. En su harem privado nunca ha habido menos de veinte mujeres fuertes, algunas compañeras de cama voluntarias y muchas siendo retenidas como yo. Pero nos usa a todas. Afortunadamente desde que me ha tenido por tanto tiempo, su interés parece haber decaído. Sólo soy llamada, en promedio, una vez al mes para su placer. Un asombroso decline considerando que solía quererme noche tras noche. No es que me esté quejando, por supuesto, sólo puedo esperar que me degrade a ser una simple esclava de la casa. Al menos eso no es tan degradante.
Sus brazos comienzan a moverse y lo siento tomar uno de mis senos. Después de acariciarlo por unos momentos, lo liberó y se movió para envolver sus brazos alrededor de mi cintura y haló mi cuerpo contra el suyo. Siento su erección clavarse en mi muslo; parece que me quiere de nuevo.
Él no hace movimiento inmediato para tomarme, y estoy confundida por esto hasta que su mano toma mi mejilla y gira mis ojos para encontrar los suyos. Sus órbitas ébano miran los míos evocadoramente mientras pregunta, "Por qué aún me rechazas después de tantos años?" Mi primera idea es que debía estar bromeando en hacer tan absurda pregunta, pero cuando continuó, me di cuenta que verdaderamente es ignorante. "He sido un amo benevolente, no?" Acaricia mi cabello. Quiero gritarle, maldecirlo por tener las agallas de promulgar tan afectuoso gesto, pero como siempre, no digo nada.
"Hm… deseo que pudieras decirme qué pasa por esa linda cabecita tuya, Aioro." Hago una mueca internamente mientras escucho el nombre que me dio. Tengo un poco de culpa en usarlo. Después de todo, nunca le di el privilegio de darle mi verdadero nombre. "Entonces tal vez pueda cambiar la forma que sientes por mi." Quiero reírme de él. Se supone que las élites son los más listos de los Saiyajín y aún, es inconsciente de mis razones para odiarlo. Una parte de mi quiere separar mis labios y decirle cómo me siento verdaderamente, pero no lo haré. Él no merece tal privilegio después de los años de infierno por los que me ha hecho pasar.
Supongo que está aburrido de hablar conmigo porque retira las cobijas de nosotros y comienza a abusar de mi cuerpo una vez más. Me tiene de manos y rodillas; claramente quiere recordarme que simplemente soy su mascota de placer, y que sus previas preguntas son de genuina confusión, no preocupación. Es un poco más rudo conmigo de lo usual mientras hundo mi cabeza en mi almohada para amortiguar mis gruñidos. Con cada golpe se vuelve más violento. Parece que estaba más disgustado con mi complacencia de lo que imaginé.
En algún punto agarra un mechón de mi cabello, y me obliga a arrodillarme con él. Su mano rodea mi garganta, y por un breve segundo ruego en silencio que sea mi hora para cruzar los límites de esta dimensión a la siguiente, pero la presión que aplica no es la suficiente para terminar mi miserable existencia. "Sabes," sus labios están justo contra mi oído derecho mientras su cola comienza a deslizarse por mi pelvis. Un nudo se forma en mi garganta mientras lo siento separar más mis piernas. "He sido muy paciente contigo, Aioro, pero debo ser honesto, tu desafianza se está añejando." Con un rudo empujón su cola hizo lo que temía, entró en mi cuerpo.
Es una forma de tortura tener un hombre dominando tu cuerpo forzadamente, pero otro tipo de mortificación cuando sabe cómo hacer que tu cuerpo responda voluntariamente a él. "Ahora, creo que es justo darte una advertencia de que si no te vuelves más receptiva de avances, entonces tendría que regresarte al Seriichi, y comprarme un cuerpo más complaciente." Él enfatizó las palabras en el mismo momento que mi cuerpo colapsó débilmente contra el suyo. Maldición! No es justo cómo mi cuerpo me traiciona, y lo ansioso que él lo explota. "Te gustaría eso?"
No responderé. Aún si aturde mi mente con sus gentiles suministros, no le permitiré creer que algún día vendré a él voluntariamente. Mi falta de reacción parece enojarlo, y abruptamente remueve su cola de mí y luego lanza mi cuerpo sobre la cama para que pueda terminar lo que comenzó. Después de escuchar un gruñido de felicidad de sus labios, siento su enorme cuerpo colapsar sobre el mío. Fui sofocada por unos momentos antes de que saliera de mí y rodara a mi lado. Su mirada me perforó.
"Piensa lo que dije, Aioro," sus dedos subieron y bajaron por mi espalda. Me siento vomitar. "Eres una de mis favoritas; odiaría tener que entregarte." Él selló su admisión mordiendo mi hombro juguetonamente. Piensa que ha ganado. Nunca lo hará.
Mientras se quedaba dormido de nuevo, cierro mis ojos y espero que pueda ser sacada de mi pesadilla por al menos un tiempo. Aunque sé que no lo haré. No tengo más esperanzas o sueños de escape. No tengo fuerza suficiente para desear por mi caballero de brillante armadura para salvarme. Porque la fría y dura verdad es que mi vida es incambiable. Vivo solamente para el placer de uno de los hijos de perra que destruyó mi hogar. Nunca sabré qué es sentir placer, no vivir con miedo, conocer el consuelo de la compañía y me atrevo a decir el amor.
Lo que queda de mi corazón se rompió ante la idea. Amor, apenas puedo recordar lo que se siente ser amado. No es, por supuesto, que importe ahora. El recuerdo sólo me hace querer más de lo que he perdido. Porque la verdad es que vivo por otro. No hay libertad para mi, ni paz, ni esperanza. Mi alma está muerta. Sólo puedo rezar que mi cuerpo pronto le siga.
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Él grita, ruega por mi piedad, pero no le muestro ninguna. No merece ninguna por el infierno por el que me ha hecho pasar por los últimos veinticinco años de mi vida.
Mi padre, Vegeta, rey del gran Imperio Saiyajín - corrección, pronto antiguo rey del Imperio Saiyajín no gobernará más mi vida. Es mi hora para levantarme. Por años he soñado con este momento, cuando sería lo fuerte suficiente para derrotar finalmente al bastardo que ha hecho de mi vida una pesadilla viviente desde el día que nací. Nosotros los Saiyajín no sentimos gran afecto por nuestro igual, mi padre sabía que algún día yo tomaría su trono, igual como algún día mi hijo me hará lo mismo, pero no castigaré a mi mocoso con el destino que mi padre me dio.
Me mira con furia en sus ojos mientras comienza otro asalto sin sentido. Fácilmente lo golpeo, para los aplausos de todas las élites se me rodean. No me quieren para suceder a mi padre, no soy tan ingenuo como para creer que su estímulo es genuino, pero disfruto del falso sentimiento. Ellos no son tan idiotas como se ven; saben a qué lado deben prepararse para cambiar. Es inevitable. Finalmente está pasando.
Una vez que ha sido puesto de rodillas, le pregunto a mi padre si tiene unas palabras finales. Para mi shock, sí, y con toda la crueldad que le queda por dentro, escupe sus amargas sílabas, "Tú, muchacho, no encajas para tomar mi lugar. Eres muy suave, igual que tu madre."
Resoplo cuando lo escucho mencionarla. No tiene derecho para hablar de ella! Agarrándolo por la garganta levanto su golpeado cuerpo en el aire mientras reto su declaración. "Muy suave!?" Él no titubea en su comportamiento. "Veremos lo suave que soy."
La multitud no pudo desviar sus ojos o silenciar su estruendoso canto mientras golpeo a mi padre hasta matarlo. No siento remordimiento mientras lo hago. El hombre era un verdadero cobarde detrás de su dominante exterior. Merece morir una muerte tan humillante.
Cuando termino, mis guantes, armadura y rostro están salpicados y manchados con la sangre de mi padre. Después de desintegrar su cuerpo rápidamente con mi respiro final de energía, expongo mi reclamo al trono, y desafío a alguien para probar mi capacidad. El silencio se extiende por varios minutos antes de que Nappa se adelantara; era el consejero y líder militar de mi padre, si había alguien para comenzar un motín, sería él.
Siento mi aliento atascarse en mi garganta por un momento antes de que el enorme hombre se arrodillara ante mi y jurara su alianza. La multitud pronto siguió al ponerse de una rodilla, juraron honrarme como su nuevo rey. Nunca permitiría el leve alivio que siento, pero una parte de mi está complacida de que no tengo que matar a ninguno de ellos por disidir. Las purgas políticas eran la forma de mi padre de gobernar; preferiría usar mi avanzado intelecto para mantener a mis inferiores en línea.
Levantando mi mano en reconocimiento de su testamento, dispenso unas breves amenazas para asegurar que las 'suaves' declaraciones de mi padre sean refutadas, y luego anunciar que mi primera orden será examinar con cuidado y limpiar los sectores purgados que mi padre arbitrariamente ha designado en el pasado. Desde que no recibí evidentes signos de concurrencia o desafianza por mis planes, asumo que todo está bien y tomo aire para regresar a mi castillo para comenzar a erradicar la esencia de mi padre de mi fortaleza.
Vegetasei ahora es mía para gobernar, y así lo haré en una probabilidad que contradice a mi predecesor.
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Traducciones: Chikyuu - Tierra
Ningen - Humano
Seriichi - Mercado de Subastas
Aioro - Azul
