Capítulo 1 "En Privet Drive"
El verano en Privet Drive había sido menos tedioso que otros años. Al parecer las palabras dadas por Ojo LocoMody habían surgido en tío Vernon el efecto que la orden esperaba. No eran que le hablaran y lo hicieran sentir querido (no, en ningún caso), pero al menos lo dejaban ver la televisión y deambular por la casa y por las calles sin la menos réplica ni queja. De hecho, tía Petunia se comportaba en forma "hasta agradable" con él, dándole más comida a la hora de la cena y sin llamarle la atención por nada.
A pesar de que eso no le importaba para nada, de igual forma agradecía el gesto. Ya que de por sí su vida ya era miserable. El sentimiento de culpa que sentía por la muerte de Sirius le carcomía el alma. Ahora si que estaba solo, solo en el mundo. Estaba muy resentido con Albus Dumbledore. No quería saber de él. Y de sus amigos, bueno, si es que así podía llamarlos. A penas una lechuza con cartas de tres líneas cada una para el día de su cumpleaños. En todo caso, no los culpaba tanto, al menos tenía el consuelo de saber que la Orden les estaba prohibiendo escribirle y contarle nada y era obvio que lo querían en la casa de sus tíos hasta que fuera la fecha de ingreso en Hogwarts.
Había sido un verano difícil. En las noches venían sus peores pesadillas y temores. Pero Harry no quería pensar en eso. El nudo en la garganta que llevaba dentro lo tenía enfermo. Quería gritar, correr, llorar, pero no, no podía desahogar su pena. Solo la almohada lo escuchaba. No tenía con quien conversar ni contarle nada. Pero a su vez, él no quería hablar con nadie, y la sola idea de tener que conversar con alguien el tema, lo aterraba.
Esa mañana, recibió una lechuza. Era de Ron, esta decía:
Querido Harry:
Disculpa por no haberte escrito antes, debes estar furioso conmigo. Pero antes que te enojes más, te comunico que hoy te pasaremos a buscar con mi papá, así que prepara tu baúl ¡que hoy vamos por ti !
Ron
- Bueno- pensó Harry. Ya quedan solo unos días para el inicio de las clases. De todas formas tenía que comprar los libros para el comienzo de su sexto año en Hogwarts.
- Me iré hoy, mi amigo Ron vendrá junto a su papá a buscarme. - Al no obtener respuesta Harry dio media vuelta listo para subir a hacer su equipaje cuando tu tía Petunia le dijo:
- ¿Cómo que te irás hoy? - todavía faltan unos días para el inicio de tus clases.
- Si, pero tengo que ir a comprar mis útiles para el curso- le respondió sorprendido Harry.
- Si, pero esa gente - ¿no los puede comprar por ti?- no me gusta la idea de que te vayas antes, si gustas yo puedo llevarte a la estación el día de clases. No quiero que abandones la casa.
Harry no sabía qué decir. La cara que debía haber puesto en ese momento debió contener menos sorpresa que la de Tío Vernon, que casi fulminó a su tía Petunia con la mirada.
- ¿Qué tonterías estás diciendo Pe- Petunia? - ¿Cómo que vas a llevar a este chico tú a la estación? - ¿te has vuelto loca?- gritó
- Pues, ya oíste Vernon- dijo la tía sin inmutarse siquiera.
Tío Vernon miró a su señora como si realmente se hubiera vuelto loca. Harry no sabía qué decir. Era realmente el primer gesto de "generosidad" de su Tía hacia él y eso definitivamente no era alentado por las amenazas de la Orden hacia sus tíos, era un gesto de verdad.
- Pues no sé Tía- le dijo Harry
- ¿Hay alguna manera de comunicarme con ellos? -¿Que no sea por tú método? claro- le preguntó Tía Petunia conteniendo la mueca que hacía cada vez que se refería al mundo mágico.
- No, no sé, quizás si pudiera hablar con Hermione, quizás ella me pueda ayudar- pero Tía ¿Por qué no me puedo ir?- le preguntó Harry muy extrañado.
- ¡Porque no quiero!- ¡y no me preguntes más!
Hermione no podía creer lo que Harry le estaba diciendo por teléfono. -¿Qué tu tía quieres que te quedes hasta el último día? - ¿Harry estás seguro?
-Sí- le contestaba aún más sorprendido Harry.
-Bueno, yo hablaré con los Weasley cuando vengan por mí, deben estar por llegar. - No te preocupes por tus libros, yo me encargo. En verdad ¡no lo puedo creer!- le dijo Hermione al cortar el teléfono.
