N/A: Esto es un RPF, es decir que está basado en personas reales y no en personajes. No conozco a ninguna de las personas mencionadas (¡ojalá lo hiciera!) y todo lo que sigue a continuación es todo producto de mi imaginación después de pasar un rato escuchando cantar a Santana mientras miraba imágenes de Naya y Di en Internet intentando olvidarme por un rato de que es época de finales. No soy dueña de Glee, de sus personajes ni de sus historias, mucho menos de sus actores, y no pretendo ninguna ganancia con esto.

Aclarado lo que era necesario aclarar, espero que disfruten de la historia. ¡Gracias por leer, comentar y favoritear! (ni siquiera sé si eso es una palabra, pero vale igual)

TODO ME LLEVA A TI

"Todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan" - "Si tu me olvidas", frag., Pablo Neruda.

Capítulo 1

Pasó sin que me diera cuenta. Un día llegué al set de Glee y la vi a ella y me sonrió y algo invisible ató mi corazón al suyo sin darme aviso. Nos hicimos amigas, nosotras dos y las demás chicas del cast; íbamos a comer, a bailar, dormíamos en la casa unas de otras. Tontébamos como si fuésemos pareja aunque nada más lejos de eso y las teorías románticas que los fans construían en torno a todas nosotras nos hacían reír todas las veces.

Hasta que un día Naya me dijo que creía que se había enamorado de Heather.

Y yo me dí cuenta que me había enamorado de ella.

Y el lazo que invisible que ataba mi corazón al suyo empezó a apretarme hasta que lo único que podía sentir era dolor cuando la veía coquetear (esta vez en serio) con alguien que no era yo.

Estaba de regreso en Los Ángeles con algo de tiempo libre después de terminar de grabar algunas escenas de The Family, así que decidí pasarme por el set de Glee para pasar un rato con mis amigos, a quienes no veía desde que grabáramos el episodio "I Do". Fue entrar a los estudios donde se estaba grabando "Lights Out" y notar que algo no andaba bien con Naya, pero entre el bullicio y el movimiento y las escenas manteniéndola ocupada no había podido acercarme un momento a preguntarle si estaba bien. Sin embargo terminado el día, con todo el cast y el equipo reunido en el auditorio no me quedaban dudas. A lo largo de los años fui aprendiendo a leerla: sus muecas cuando algo la disgusta, cómo arquea las cejas cuando no cree lo que está escuchando, cómo se le arruga la nariz cuando está conteniendo la risa, su cara de piedra cuando se está mordiendo la cara interna de sus mejillas para no quebrarse; el modo en que pestañea mucho cuando no quiere llorar o cómo mueve un pie y mira hacia todos lados y hacia ninguno cuando está impaciente por abandonar una situación que la pone incómoda, justo como estaba haciendo mientras el director terminaba de dar algunas recomendaciones para las escenas que se iban a grabar al día siguiente. En cuanto Ryan dijo que eso era todo y que podíamos volver a casa salió casi corriendo del set hacia el estacionamiento ignorando las miradas de todos. Estaba gris y tronaba; una tormenta se preparaba sobre el Pacífico.

Todos sabíamos que algo pasaba (todos sospechábamos qué era lo que pasaba) pero yo fui la más rápida en levantarme y salir atrás de ella. Heather, que estaba sentada conmigo algunas filas más atrás que el resto porque tampoco aparecía en ese episodio, quedó petrificada en su lugar, incapaz de reaccionar.

-¡Nay!- le grité mientras se acercaba a su Ranger Rover pero no me escuchó o hizo como que no me escuchaba -¡Naya!- apuré el paso y la agarré de la muñeca antes de que tuviese tiempo de meterse en su coche. Se dio vuelta con brusquedad mientras se liberaba de mí. Sus ojos negros brillaban de lágrimas contenidas -Nay...

-No Di, no digas nada, porque vos también sabías, todos sabían- me dijo enojada pero un segundo después estaba mirando el piso y hablando bajito – Alguien podría haberme dicho algo... Yo...

Me mordí el labio inferior.

-Yo... estaba yéndome a cambiar y escuché a Bee preguntándole cómo estaban ella y su bebé y...

En cuanto me enteré que Hemo estaba embarazada pregunté si Naya sabía pero nadie estaba seguro y nadie quería ser el primero en averiguarlo. Pasaron los días y Naya no decía nada y pronto se hizo obvio que nadie le había contado la buena nueva. Que Hemo había decidido no contarle. No era nuestro lugar decirle y...

Era obvio que esto iba a pasar.

-Cielo, no nos correspondía, tenía que hacerlo ella...

-Pero... pero...- las lágrimas se liberaron de sus ojos y empezó a llorar -Yo... Heath me prometió, me prometió que nada iba a cambiar entre nosotras aunque yo... Me dijo que éramos amigas antes que nada. Y... y no cumplió Di, no cumplió...

Se puso a llorar desconsoladamente; los hombros le temblaban y balbuceaba cosas que no llegaba a entender. Se apoyó contra la Rover y se dejó caer hasta terminar sentada en el piso, las rodillas levantadas contra su pecho, y me agaché a su lado tratando de consolarla. Pero lloraba cada vez más fuerte y en un momento empezó a faltarle el aire y empecé a desesperarme. Sabía que a Naya le agarran ataques de ansiedad cuando está muy mal y entonces se ahoga y no puede respirar y sé que de nosotros la única que sabe calmarla es Heather. Tantas cosas de Naya que sólo sabe Heather, que le fue dado conocer a medida que se hacían más cercanas y su relación jugaba peligrosamente en el límite de la amistad y otra cosa. Nunca supe cómo lo hacía, pero en ese momento Naya sólo me tenía a mí.

-Nay, cielo- le empecé a decir mientras la tomaba de las manos, viendo horrorizada como cada vez le costaba más llenar sus pulmones de aire -Nay, respirá- se me acababa el tiempo, un relámpago cruzó el cielo, Naya seguía ahogándose en su llanto -Por favor, calmate, todo va a estar bien.

Naya negaba con la cabeza.

-Por favor...

Sentía que me empezaba a faltar el aire a mí mientras sus ojos me miraban buscando ayuda . Entonces hice lo único que se me ocurrió. Llevé una mano mía a su pecho y apoyé una mano suya en el mío mientras empezaba a respirar profundamente.

-Nay, respirá conmigo- empecé a decirle- Inspirá... expirá... inspirá... Así Nay, muy bien, inspirá... expirá... - y con cada respiración mía sentía como se iba calmando la suya hasta que sólo quedaron los sollozos y esa mirada triste que no se apartaba de mis ojos. Con una tranquilidad que no sentía le sonreí -Todo va a estar bien.

Por sobre el capó de la Rover vi acercarse a Heather y a Lea, una expresión de preocupación y culpa colmando los rasgos angelicales de la rubia, y mi mirada alcanzó para que entendieran que no tenían nada que hacer ahí. Naya no podía enfrentar a Heath en ese estado y Lea enseguida se dio cuenta y se la llevó, diciéndome un "Gracias" mudo.

-Vamos- le dije a Nay ayudándola a levantarse y llevándola hacia mi auto. Hizo un puchero pero no dijo nada. Rodeé sus hombros con mi brazo y ya no intentó protestar más.

La mañana siguiente fue la primera vez que después de haber compartido la cama me desperté con mi pecho contra su espalda, mis brazos alrededor de su cintura y mi nariz escondida en el hueco de su cuello.