¡Hola, ya veía venir que se asombren de verme con una nueva historia si todavía tengo otras por terminar –cosa que prometo hacer- pero se me ocurrió contar esta historia, pura y exclusiva de Ron y Hermione, con algo de Harry y Ginny que no pude evitar. Les cuento que la historia transcurre en el sexto año de nuestros amigos, y si va bien…quizás siga en séptimo, ya veremos. Les cuento que los capítulos están contados desde el punto de vista de Ron o Hermione, este primer capitulo va desde Ron, los próximos ya verán.

Bueno, sin más preámbulo los dejo con la historia.

YOGINNY

CUANDO FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE VISTE LAS ESTRELLAS

Las callecitas de Kidlington eran demasiado angostas por estas partes. Las casas, todas iguales. La gente no asomaba todavía, era demasiado temprano. Todo era tranquilidad, salvo porque una lluvia de llamas de colores rojo, amarillo y anaranjado, encerraban una casa hasta extinguirla en toda su extensión. Delante de la casa un grupo de diez personas admiraban el macabro espectáculo.

No era la primera vez que Ronald Weasley veía ese vecindario. Ya había ido el año anterior a buscar a su amiga Hermione para acompañarla hasta La Madriguera, y había caminado hasta la casa que ahora se incendiaba. Parado, congelado, miraba la escena. Un traslador en forma de tacho de basura, lo acababa de llevar a un callejón a una cuadra de la casa de la castaña. Todavía en su cabeza vagaban las palabras de su padre, Atacaron la casa de los Granger. Como había saltado en su lugar, hizo que su madre tirara toda la sopa en la cabeza de George, pero poco le importo, si Hermione estaba en peligro…no, ni siquiera quería pensarlo.

Corrió la cuadra que los separaba, sin importarle que le faltara el aire y que el dolor en sus brazos, recuerdo de la aventura en el Ministerio, lo hiciera perder el equilibrio. Se detuvo cuando estuvo a unos metros de la casa. La parte de arriba estaba ya destrozada, las llamas habían consumido todo, la casa solo se mantenía en pie por la parte inferior que poco a poco se iba rindiendo ante el calor. Un poco de agua que tiraban un grupo de hombres lo saco de su ensimismamiento. Giro sobre sus talones y observo a las personas que estaban allí.

Un hombre con un balde lleno de agua se lo pasaba al profesor Lupin, a la vez que había recibido el balde de su padre y de Bill, por ultimo el profesor intentaba apagar el fuego. Ron miro la expresión del hombre, según el recordaba había sido luna llena hacia poco, seguramente todavía estaba débil, pero como lo conocía bien, sabia que no dejaría que nadie tome su lugar. Más atrás pudo descifrar a dos aurores que antes había visto en Grimmauld Place el año anterior, junto a Tonks, que ahora tenía el pelo rubio como Malfoy. Junto a ellos pudo ver a la Profesora McGonagall junto a los padres de Hermione que estaban con cara asustados y cubiertos con una manta compartida. Pero lo que más la asusto es no ver a Hermione.

Se acerco a ellos con pasos decididos, pero por dentro el miedo lo estaba devorando. La señora Granger fue la primera en notar la presencia del pelirrojo y al verlo le sonrió calidamente.

-Hola Ronald-le dijo la mujer reprimiendo un temblor.

-Hola señora Granger-le contesto el y luego le dio la mano fuertemente al señor Granger-señor Granger.-cuando se quedo en silencio, no supo bien como, pero la señora Granger sabia exactamente lo que estaba buscando.

-Hermione esta por allá atrás-le dijo la mujer con una sonrisa comprensiva. Ron le agradeció la información y camino entre más aurores y trabajadores del ministerio que acababan de llegar, hasta que la vio. Hermione Granger estaba sentada en la banca de la plaza frente a su casa, cubierta con una manta gris oscura, tenia el pelo alborotado y lleno de ceniza, pero lo que más le dolió a Ron fue verle los ojos. Tenía la mirada perdida en algún lugar en sus pantuflas antes blancas, y los ojos cubiertos de lágrimas.

El chico camino lentamente hasta que ella cayó en que alguien la estaba mirando. Lentamente levanto los ojos y se encontró con la mirada azul frente a ella. Se levanto de un fuerte impulso y se abrazo a su amigo como nunca antes lo había hecho. Había rodeado con sus brazos la cintura de Ron y apoyado la cabeza en el pecho del pelirrojo. El chico se asusto un poco. Su corazón había comenzado a latir fuertemente cuando la vio, pero ahora que la tenia tan cerca, sentía que en cualquier momento iba a abandonar su pecho. Rodeo a la chica con un fuerte abrazo y en un impulso, que sabe Merlín de donde salio, le dio un tierno beso en la cabeza.

Estuvieron así en silencio por un largo rato. El estomago le había empezado a doler, y todo era, porque al escucharla llorar abrazada a el, había sentido tristeza y alegría a la vez. Hermione se desahogo y quedo mucho más tranquila, pero no se movió ni un centímetro. Esta vez solo había movido sus brazos a cada lado de su cara, pero el pelirrojo siguió abrazándola. Segundos después, que parecieron eternos, Hermione alejo un poco su rostro para verle la cara.

-Hola-le dijo con los ojos todos rojos.

-Hola-le contesto Ron con una sonrisa sincera. A pesar de todo, estaba feliz de que ella estuviera bien.- ¿Ya estas mejor?-le pregunto.

-Un poco, gracias-le dijo la chica mientras terminaba por completo con el abrazo y se dirigía nuevamente al banco donde había estado sentada. Ron si decir palabra, la imito y se sentó junto a ella. La miro por un rato, mientras ella había vuelto a mirar sus pantuflas.

-Tenia mucho miedo de…-empezó el chico pero Hermione negó con la cabeza. Ron la miro pidiéndole una explicación y la chica se volvió a verlo con una sonrisa.

-Gracias, Ron-le dijo-Gracias por estar cuando más te necesito.

Ron abrió los ojos cuanto pudo y quiso decir algo pero no supo que decir. Sintió como la cara se le estaba volviendo roja y se malició por eso mismo. Luego de una lucha interna le devolvió la sonrisa, pero todos conocemos a Ronald Weasley y el no soportaba los silencios cargados.

-Esto…y ¿Cómo es que no hay vecinos chismoseando por acá?-pregunto mirando para cualquier parte, pero de reojo vio como la chica rodó los ojos y los puso en blanco para luego empezar a hablar.

-Deberías saber a estas alturas que el ministerio se encarga de eso-empezó con una postura clara de saber bien lo que decía-hechizaron la casa para que pareciera que nada pasa por si alguien anda por aquí, y tiraron unos polvos para sueño profundos varios metros a la redonda, Ronald.

Ron la miro por un rato, decididamente esa era la Hermione normal, la que siempre se daba cuenta que le costaba unir dos cosas, por más obvias que sean. Y la verdad no era que el era un poco idiota, sino, que todo le era más difícil cuando ella estaba cerca, era como si su mente se bloqueara y solo frases fáciles o estupidas, que no requerían demasiada atención salían por su boca, que más podía hacer, si todos sus sentidos solo se encargaban de admirarla.

-Eh…si…esto…-Ron no sabia que decir, nuevamente el clima se estaba poniendo cargado, cuando Hermione salto de su lugar sobresaltada, y no hizo más que asustar al pelirrojo que comenzó a mirar para todos lados, esperando que un mortífago saliera de cualquier parte.

-¡Harry! ¡Ginny!-Hermione grito a sus espaldas. Delante de ambos un chico de pelo color azabache con anteojos redondos y ropa demasiado grande para el, estaba parado junto a un pelirroja, con el pelo recogido en una desordenada cola y usando ropa que decididamente no le pertenecía. Ron analizo por un segundo la ropa de la chica y la reconoció.

-¡Ginny! Esa es ropa de Harry-dijo caminando hasta su hermana y el que pronto dejaría de ser su mejor amigo si había pasado lo que el creía.

-Si-dijeron los dos al mismo tiempo y ruborizándose un poco.

-A Ginny, Duddle le tiro un vaso con jugo y bueno, tu mama pensó que era mejor que se cambiara sino agarraria un resfriado-explico Harry mirando para cualquier parte. Ron analizo a su hermana y luego a su amigo, parecía verdad lo que decían, así que decidió dejar las cosas así.

Hermione paso junto a el y le dio un abrazo de hermana a Ginny, después se volvió a Harry vio que el chico la miraba con culpa, de cualquier forma Hermione se puso en puntas de pie y le dio un beso en la mejilla derecha. Ron trato de controlarse para no abrir los ojos todo lo que quiso, así que únicamente sintió como sus orejas comenzaban a hervirle.

Hermione volvió hasta Ron y se paro junto a el. El pelirrojo contuvo las ganas de sujetarle la mano, para que Harry comprendiera que no podía acercarse a la castaña. La miro por un rato, se estaba abrazando a si misma, ya que una brisa fresca había comenzado a surcar por esas calles. Se le acerco lentamente y le hablo al oído.

-¿Tienes frió?-le pregunto. La chica ni se movió y asintió con la cabeza. Ron se quito torpemente la campera que lo cubría y se lo tendió a la chica que le devolvió una sonrisa, de esas que hacen sonrojar hasta el menos tímido, y el mismo tuvo ganas de correr y golpearse la cabeza contra un árbol por lo obvio que estaba siendo.

¿Obvio? Si no hay nada con lo que ser obvio, pensó mientras intentaba relajarse el mismo para que la chica no note que el corazón le había comenzado a latir a mil por hora.

Harry y Ginny por su parte habían comenzado a lanzarse miradas cómplices, mientras reprimían una risa. Sin embargo nada de eso le importo, Hermione no había rechazado su abrigo, así que el con solo eso se conformaba. Estuvieron así un rato, parados en silencio hasta que a lo lejos diviso que el señor y la señora Granger caminaban hacia ellos.

-Hermione, hija-le dijo su madre llamando la atención de la chica que se había quedado mirando el fuego que aun consumía su casa-necesitamos hablar unos minutos-le dijo mientras extendía la mano a su hija. Hermione se volvió a mirar a Ron y el en un gesto de apoyo le sonrió, luego tomo la mano de su madre y se alejaron lentamente.

-Bueno-empezó Ginny chocando sus manos delante de Ron, que había visto a su amiga y a sus padres alejarse-¿nos vas a decir que esta pasando con Hermione?

-¿Cómo que esta pasando?-pregunto Ron anticipando a donde iba la pregunta de su astuta hermana. Harry había vuelto la vista hacia el y lo miraba con el ceño fruncido.

-Vamos Ronald, no te hagas el tonto…-le dijo Ginny divertida-si te vimos como la mirabas…

-No se de que me estas hablando enana-le dijo enojado. Ginny tenso su rostro, lo había hecho, la había hecho enojar. Sin lugar a dudas, tenia un don, siempre que estaba en situaciones complicadas, sabia que decir exactamente para hacer enojar al otro y desviar la atención, pero sabia bien que eso con Ginny no funcionaria mucho tiempo.

-Bien-le dijo su hermana- hacete el tonto…pero yo me voy a enterar…-le dijo como amenaza y Ron como buen Weasley le creyó. Nunca debías hacer enojar a su hermana, sino la pagarías; y ahora le tocaba tratarla bien y comprarle algo para comprar su amistad.

Harry sonreía por detrás de ellos, pero había algo raro en sus ojos, y eso raro, Ron sabia bien que era. Lo miro por un rato viendo como sus ojos se perdían y la mirada se le nublaba. Harry era como todo un mundo, nunca no sabias como iba a reaccionar, pero el tenia que decirle que lo tenia a el, que la tenia a Hermione y a Ginny también. El chico lentamente levanto su vista y la poso en Ron, le sonrió falsamente y Ron sintió que ahora más que nunca el-niño-que-vivió necesitaba de su ayuda y el estaría allí.

Nunca le había importado ser la sombra de aquel chico, sabia que Harry lo que más odiaba era la fama, y por eso el prefería ser el amigo en la oscuridad. Nunca nadie supo que el gano el juego de ajedrez en primer año, que el ayudo a Harry a entrar a la Cámara de los Secretos, que el había arriesgado su vida más de una vez por su amigo, y que lo volvería a hacer, no importa que, el arriesgaría su vida por su amigo, y más de una vez pensó que el se haría pasar por Harry solo para darle tranquilidad por un momento.

-¿Qué estas enamorado de Harry ahora Ron?-interrumpió sus pensamientos las molesta voz de su hermana. El chico de la cicatriz comenzó a reír fuertemente, mientras que Ron tenía ganas de patear a la chica allí presente, pero decidió usar otra técnica: el sufrimiento.

-Entonces Ginny-empezó parándose derecho y cruzándose de brazos-¿Cómo fue que estas usando la ropa de Harry? ¿Tu mejor sueño se hizo realidad?-la pelirroja se puso de tantos colores en un segundo que Ron no pudo contener una sonrisa. Harry por su parte había comenzado a toser ruidosamente.

-Veras Ron-empezó Harry-mi primo se quedo mirándola por un tiempo con la boca abierta y no se dio cuenta que tenia el vaso lleno de jugo y se tropezó con la alfombra y le tiro todo el jugo encima.-concluyo Harry con una sonrisa divertida.

-¿Si?-pregunto Ron relamiéndose por la situación-¡que conveniente!-le dijo a Harry que se puso serio de un momento a otro-¿y vos Potter no dudaste ni un segundo en ofrecerle tu camisa a mi hermanita?

-Ronald-lo llamo Ginny-cuando sigas con este jueguito te va a ir muy mal-lo amenazo la pelirroja.

Ron le sonrió divertido, pero cuando estaba a punto de contestarle un largo suspiro detrás suyo le llamo la atención. Se giro para encontrarse con Hermione que los miraba algo más relajada.

-¿Todo bien?-pregunto Harry acercándose ala chica.

-Si…-dijo ella-mis padres van a ir con nosotros a La Madriguera hasta que logremos arreglar la casa…

-¡Que bien!-dijo Ginny saltando y abrazando a Hermione. Ron sonrió feliz y dejo que su hermana abrazara a la castaña todo lo que el quería abrazarla.

Harry se acerco hasta el con las manos en los bolsillos. El pelirrojo le sonrió y empezaron a caminar hasta su padre dispuestos ya a volverse a La madriguera. Esta vez Ron sonrió, Hermione estaría con el y esta vez el la protegería, aunque sea con su vida, nadie nunca le haría daño.

El camino hasta La Madriguera se había hecho de lo más largo. El ministerio tuvo que mandar un auto el doble de grande para que todas las personas que tenían que viajar a La Madriguera entraran.

Ron iba sentado en el segundo asiento de un auto color café mirando por la ventana como comenzaba a amanecer. El sol estaba algo oculto entre unas espesas nubes, dibujando graciosas figuras entre los rayos que lograban colarse a través de los árboles camino a su casa. Junto a el iba Harry que estaba sumido en sus pensamientos, mientras que de vez en cuando daba cabezazos símbolo de su cansancio. Junto al moreno, y ahondada en un profundo sueño iba Ginny. Hermione por su parte iba con sus padres en el asiento de atrás. Ron de vez en cuando se giraba a mirarlos.

La señora Granger, era una mujer de gran altura. Tenia el mismo cabello que Hermione, solo que más oscuro y corto. Caminaba con elegancia y sonreía a todo el mundo. Cuando Ron la conoció, pensó que Hermione se debía llevar bastante bien con ella, y no se equivocaba. El señor Granger, era otra historia, era un hombre serio e incluso a veces parecía gruñón, pero por lo que Hermione le decía, parecía ser que cuando se reía, no paraba. Pero en ese momento no importaba, ni la señora Granger sonreía, ni el señor Granger estaba serio; los dos tenían la mirada perdida, en algún lugar del paisaje y se sujetaban las manos dándose apoyo.

Ron había cabeceado dos veces, cuando por fin llegaron a La Madriguera. Se bajaron lentamente y la señora Weasley salio a recibirlos, poca atención le presto a sus hijos, y entro a casa con los nuevos invitados. Ron vio como Hermione le sonreía a su madre agradecida y entraba a la casa detrás de ellos.

Estas si que serian unas vacaciones diferentes. Miro a Harry que hablaba con Ginny y decidió que mejor cuidaba bien esa nueva "amistad" entre su hermana y su mejor amigo, así que echando una ultima mirada a Hermione que se había perdido detrás de la puerta, se volvió al ojiverde y a la pelirroja.

El primer día de la estadía de los Granger en la casa Weasley, transcurría normal, o bueno, tan normal como la situación se lo permitía. El señor Weasley se la pasaba junto al padre de Hermione intentando armar una mesa para una radio que el había llevado; la señora Granger y Molly Weasley se la pasaban haciendo cosas de la casa, solo que la relación entre ellas no era color de rosas. La señora Weasley ya había discutido que ella cocinaría, mientras que la madre de Hermione, se negaba a comer cosas raras y malas para los dientes.

Ron por su parte, poco le importaba todo eso. El estaba cómodo, sentado en su sillón viendo a Harry comerse la cabeza pensando en como ganarle el partido de ajedrez, mientras que las piezas de Ron ya se relamían por la victoria. Su madre se había perdido escaleras arriba junto con la señora Granger, y Hermione y Ginny estaban metidas en su habitación, haciendo quien sabe que cosas.

Cuando Harry por fin parecía haberse decidido por un movimiento, unas pisadas fuertes distrajeron su atención. De las escaleras bajaba Ginny bastante enojada, roja, seguramente por haber discutido con alguien y perdido. Se paro delante de los chicos con los brazos como jarra en sus caderas y miro el tablero.

-¿Es tu turno Harry?-pregunto al moreno que solo asintió con la cabeza. Ginny miro a Ron, que ya se veía venir la venganza de su hermana, y se acerco al tablero, movió una pieza y se alejo divertida. Ron que no había dejado de mirarla como estudiando el porque de su enojo, volvió en si cuando Harry grito.

-¡Jaque! ¡Jaque!- gritaba el chico saltando-¡Sos una genia Ginny!-dijo mientras le daba un abrazo. Ron levanto una ceja y los miro enojado. Decididamente Potter se estaba pasando.

-Ejem ejem-dijo Ron en un casi idéntico sonido al que cierta inaceptable profesora hacia-eso fue injusto Ginny.

-No…eso fue justamente lo contrario-le dijo la pelirroja apartándose del abrazo de Harry sin el más mínimo sonrojo. ¿Qué esta pasando acá? ¿Porque no se sonroja? Esto me huele a podrido.

-Porque vos te hayas peleado con alguno de tus noviecitos no es para que vengas a desquitarte conmigo-había dado en la herida. Ginny lo miro con los ojos tirando maldiciones asesinas a todas parte y agarrando un almohadón le dio de lleno en el centro de la cara a Ron.

-Quedarías muy bien para cazadora-escucho decir a Harry. El comentario no hizo más que irritarlo y agarrro el almohadón más grande que encontró y se los tiro, pero lejos de golpearlos cayo a los pies de Harry que se hizo para atrás, chocando con una mesa y cayéndose sentado al suelo.

-Pocos reflejos de buscador ¿eh?-le dijo Ron al chico que cambio su sonrisa por un gesto de dolor.

-Muy inteligente Ronald-le dijo Ginny ayudando a Harry a levantarse. El pelinegro se paro y se alejo por completo de Ginny al ver la cara de su amigo pelirrojo.

-¡Ba!-le dijo Ron sin darle importancia y volviendo al tablero a ordenarlo para una nueva partida, ya que en medio de la guerra de almohadones las piezas habían huido en busca de refugio.

-Yo esta vez paso, Ron-le dijo Harry tocándose todavía la pantorrilla.-Ya te gane una vez…-le dijo riéndose. Ron se enojo, pero lo hizo aún más cuando Ginny comenzó a reírse también. Los miro por un rato y al darse cuenta que sobraba, decidió mejor ir a ver a Hermione.

Subió los primeros escalones de a dos y al llegar a la puerta, vio que el cartel que antes decía solo "Ginny", ahora también incluía a la castaña. Toco la puerta débilmente, y desde adentro escucho un más débil aun: adelante.

Abrió la puerta con cuidado y se encontró con la castaña mirando por la ventana, dándole la espalda a la puerta. La admiro por un rato. Estaba sentada en el marco de la ventana, con las piernas junto al pecho y el pelo moviéndose por el viento sobre su rostro, que la obligaba a cerrar los ojos. El cielo estaba completamente cubierto.

-Parece que va a llover-dijo, intentando empezar una conversación. Hermione se volvió lentamente a mirarlo y luego bajo la vista, parecía, por primera vez en su vida, no tener respuesta. Ron aceptaría incluso que empiece a retarlo por algo, que ese incomodo silencio.

-Deberías comer algo…-le sugirió-tengo una rana de chocolate…-le dijo sacando de su bolsillo un paquetito de colores vivos. Hermione miro en silencio como el chico se acercaba y le extendía la golosina.

-Gracias Ron…-fue lo único que dijo y Ron vio como Hermione abría el paquetito y se comía su ultima rana, ya no le quedaban más hasta la próxima salida que seria en una semana, así que tendría que terminar comiendo esas plumas de azúcar que no eran sus favoritas, pero al final eran comida, así que daba igual.

Ron vio como la chica miraba la figurita y levantaba los ojos y los fijaba en Ron. El chico creía que en cualquier momento la castaña rompería en llanto, así que le esquivo la mirada, al tiempo que sentía una patada en el estomago. Se volvió a verla y la figurita ya no estaba, Hermione había vuelto a ver por la ventana.

-Hace mucho que no veo las estrellas….-dijo la chica. Ron no entendió si hablaba de esa noche o de otra cosa, pero igual mucha importancia no le dio y se sentó a su lado, pero en el suelo. Desde donde estaba podía ver perfectamente el rostro de Hermione, estaba triste. Prefería un millón de veces que pusiera cara de enojada o que perdiera la paciencia por su culpa, que verla así.

El silencio se hizo presente entre los dos. Ron no sabia que decir, pero en parte no le molestaba. Miro a la chica y vio que dormitaba. Se sentó bien en su lugar, notando que el sueño estaba apunto de vencerlo a el también, así que decidió mejor partir. Se paro y se estaba yendo, cuando recordó que no podía dejar a Hermione allí. Se aproximo lentamente notando como las manos le comenzaban a sudar, sin saber porque.

-Hermione-la sacudió sin la más mínima delicadeza-Hermione…Hermione-le dijo empujándola del brazo, haciendo que casi la chica se caiga y se despierte sobresaltada.

-¿Que paso, Ron?-dijo parándose rápidamente-¿Paso algo malo? ¿Dónde están mis padres? ¿Y Harry? ¿Y Ginny?...

-Tranquila Hermione, están todos bien…tranquila-dijo sujetándola de los brazos, ya que la chica había comenzado a caminar por todos lados de la habitación sobresaltada y con una mano sobre la cabeza. Hermione lo miro estudiando si lo que había dicho era verdad y relajo los hombros.

-Eh…me voy a dormir…lo mejor será que también duermas…-le sugirió y la arrastro hasta la cama. La sentó y se estaba marchando cuando ella lo llamo.

-Ron…

-¿Si?

-¿Te quedarías conmigo hasta que Ginny llegue?-le pidió la chica y Ron se sintió enrojecer. Ella estaba sentada con la espalda apoyada en el respaldo de la cama y lo miraba expectante. Ron trago saliva y se acerco a la cama. Se sentó junto a ella imitando su posición y Hermione sonrió.

-Gracias-le dijo la chica. Ron le sonrió y Hermione se acomodo para dormir.

Bien, Ronald…tienes que ser fuerte…, pensó mientras la veía dormir. Hermione estaba recostada de costado, mirando hacia Ron con el ceño ligeramente fruncido y el cabello alborotado cayéndole por la espalda. Realmente es hermosa, pensó dejando escapar un suspiro y sujetándose la cabeza con una mano.

A quien engañaba, era tan obvio que a veces el mismo se asustaba, quizás hacían ya dos años que se había dado cuenta que lo que sentía por la castaña eran más que celos de hermano protector, más que ganas de amigo de pasar tiempo con ella, de verla. Era otra cosa. Cuando una mañana se descubrió sonriendo mientras pensaba en ella, se dio cuenta que lo que pasaba era serio, pero por más que lucho para que no fuera verdad, ese sentimiento estaba allí.

Si cada vez que abría la boca para decir algo de ella, tenia la sensación que le estaba gritando al mundo que se había enamorado de su mejor amiga. Veía a los gemelos reír, cuando la más mínima mención de su nombre causaba efectos en el. Veía a su madre sofreír nostálgica cuando Ginny hacia un comentario desubicado respecto de ellos dos, y no dejaba de preguntarse si Hermione sentiría algo más que amistad por el.

La chica era completamente diferente a el, aunque quizás fue esa diferencia la que los hizo amigos desde un comienzo. Hermione era, en el completo significado de la palabra, insoportable; le gustaba leer, cosa que a él no; no le gustaba volar y por ende no soportaba el Quidditch, a diferencia de el que había nacido para volar sobre una escoba. Pero, sin embargo, los dos se preocupaban demasiado por Harry, y eso termino uniéndolos, y eso termino haciendo a Ron enamorarse de su amiga castaña.

Se acomodo en su lugar, quedando a la misma altura de la chica y la miro con una sonrisa. Sabía que nunca se animaría a decirle lo que sentía. Sabia que ella se merecía lo mejor que el mundo pueda tener, aunque eso mejor tenga por nombre "Vicky", el lo aceptaría en silencio, incluso por un tiempo pensó que Harry seria lo mejor para ella, pero después se dio cuenta que le dolería demasiado, así que prefirió a Krum.

Vio que Hermione esbozaba un intento de sonrisa y se pregunto con que estaría soñando. Se volvió a mirar la ventana y vio que el cielo estaba ya despejado. Un montón de estrellas se amontonaban junto a la ventana como queriendo todas ser vistas por el pelirrojo. El chico se volvió a Hermione y le corrió el cabello de la cara.

-¿Alguna vez viste las estrellas con los ojos cerrados?-le pregunto al oído y Hermione sonrió, esta vez por completo. Ron la miro sonreír y se juro que el haría todo lo posible para que algún día ella pudiera ver las estrellas mientras dormía, como el lo hacia cada vez que unos ojos miel y un cabello castaño cruzaban por su mente, como cuando el soñaba con ella.

Hola! No se ustedes, pero me encanto como me salio el capitulo, no quiero hacerlo demasiado meloso, creo que me quedo bien…espero sus reviews! Y muchas gracias a todos!