Los nervios me estaban atormentando. Me sentía como si estuviera encerrada en una caja que cada vez se hacía más y más pequeña, dejándome sin aire. Aire, no podía respirar. Necesito aire, rápido.
"Bella, estás bien?" La dulce voz de Edward me hace volver a estar consciente de mis alrededores. Qué me había preguntado? Que si estaba bien? JA, No! Quería gritarle en la cara. Cómo podía estar bien. Esto era demasiado. Todo mundo iba a pensar que estaba embarazada. Eran muy jóvenes, por qué casarse? Es que no podía simplemente convertirme para evitar que siguiera envejeciendo y ya. Teníamos toda la eternidad para hacerlo formal. Odiaba el matrimonio y en este momento odiaba a Edward por estar obligándome a casarme con él.
"Sí, solo necesito un poco de aire" Le dije con voz temblorosa. Le mandé una sonrisa tímida. El me contestó con esa sonrisa torcida que tanto me gusta. Me dirigí a la puerta. Él me sostuvo de la muñeca. Le volteo a ver, preguntándole sus intenciones con mis ojos. Él me jala hacia su duro y frío cuerpo. Nuestros labios se encuentran. Me dejo perder en la sensación. No dura mucho. Se aparta. Le sonrío. Estaba enamorada de este hombre y él lo sabía. Me deja ir. Salgo a toda velocidad por la puerta. Bajo las escaleras tratando de no ver las decoraciones que adornaban a toda la casa. Alice se estaba emocionando demasiado con este asunto. Jamás la debimos de haber dejado estar a cargo de la organización del evento. Iba a ser la boda más estrafalaria de toda América. Un pequeño escalofrío recorre mi cuerpo y mi estómago se encoje, haciéndose nudos. Ya faltaba muy poco para que el día llegara.
"Bella! Hablé con Rose. Me dijo que tu vestido ya venía en camino! Que emoción. Te va a encantar, lo he visto" Alice, la pequeña pixie, estaba más agitada que de costumbre, prácticamente saltando de arriba abajo. Su sonrisa expedía felicidad. Era contagiosa.
"Genial" Dije, sonriéndole con lo que esperaba pasara por emoción. Si se dio cuenta de que en realidad lo que sentía era aprehensión, no me lo dijo, sino que con una última radiante sonrisa siguió caminando rápida y elegantemente hacia lo cocina, en donde los tres, sí TRES, chefs que había contratado, estaban creando el menú del gran día.
Salí a la parte delantera de la casa. Estaba lloviendo. Que novedad, pienso con algo de sarcasmo, aunque la verdad, ya me estaba empezando a gustar bastante este clima nublado de Forks. Al principio lo odiaba. No veía cómo iba a hacerle para vivir en un lugar en donde llovía casi todos los días. Ahora no veo como podría vivir sin la constante y fiel compañía de esas gotas de agua.
"Todo bien Bella?" Me volteo para ver a Carlisle acercarse. Le sonrío. El me responde con una sonrisa igualmente cálida.
"Solo necesitaba un poco de aire" Le dije quedamente. Estaba ahora ya a mi lado, contemplando la hermosa vista que teníamos en frente. Siempre me ha gustado el que se pudiera ver el límite del bosque de Forks desde aquí. Tenía algo de tranquilizador ese interminable laberinto de árboles.
"Un poco demasiado?" Su pregunta me hace soltar una pequeña risa, nada agraciada.
"No sé que estoy haciendo" Y lo decía enserio. Qué me pasaba? De verdad acabo de vociferar mi más grande miedo a Carlisle, el padre de mi novio? Va a pensar, no, va a saber, que no estoy segura de querer casarme con su hijo, lo que no era en sí cierto. Amaba a Edward, era solo la boda la que me hacía sentirme así.
"Bella, te gustaría acompañarme a dar un paseo por el bosque?" Su pregunta me sacó de onda. No esperaba que esa fuera su respuesta. Nunca había hablado mucho con el líder de la familia. Jamás habíamos pasado mucho tiempo juntos, la idea de dar un paseo sola con él me ponía nerviosa, pero era Carlisle, no podía decirle que no.
"Mmm sí, claro" El me sonrío agradecidamente, como si supiera que cruzó por mi mente el ferviente deseo de negarme. Me extendió su mano, yo la tomé. El frio de su piel se amplificó por todo mi cuerpo, haciendo que tuviera un escalofrío.
"¿Tienes frío?"
"Nada fuera de lo extraordinario" El me mira con el ceño fruncido, como deliberando si estaba siendo sincera o si solamente no quería sonar como si me estuviera quejando. Parece que optó por sinceridad por que comenzó a caminar. Mano a mano nos dirigimos al bosque.
Llevábamos caminando unos buenos diez minutos. El silencio era un poco incómodo, pero no sabía que decir para romperlo. Lo único que se me ocurría eran preguntas demasiado estúpidas, como ¿Cómo estás? O ¿Crees que haga un buen tiempo mañana? No sabía ni por qué estaba tan angustiada por querer decir lo correcto. El silencio nunca me ha molestado, no entendía por qué en esta situación en particular lo encontraba tan molesto e incómodo. Probablemente tuviera algo que ver con que era Carlisle con quien estaba caminando, el patriarca de los Cullen.
"Siento que te esté haciendo caminar tanto Bella, pero presiento que querrías un poco de privacidad por algunos momentos" Habíamos llegado a un pequeño claro. No había mucho en él, solo un árbol caído en medio de un terreno plano. Era perfecto.
"Gracias. Sí necesitaba un respiro" Le dije, esperando no haber sonado completamente absurda. ¿Por qué me importaba tanto cómo sonaba? Que frustrante. Estaba siendo demasiado consciente de mi misma. No entendía por qué.
"Entonces Bella, ¿no te quieres casar con mi hijo?" Sentí un gran nudo en la garganta. Me puse nerviosa. ¿Qué? ¿Soy tan obvia? ¿Me va a decir que me vaya de su casa? ¿Me va a llamar convenenciera? ¿Qué estaba insinuando? ¿Qué le contesto? No, la verdad es que la idea de matrimonio me produce arcadas. Sonaba horrible, aun para mis propios oídos.
"No te preocupes. Supongo que es normal. Yo también estaría nervioso si fuera tú. Apenas tienes dieciocho años Bella. Edward ya vivió muchas cosas, tu no. De hecho, me preocuparía más el que no sintieras un poco de aprehensión en estos momentos"
"No es que no amé a Edward, es solo que el matrimonio siempre me ha parecido una invención absurda del hombre. No veo por qué Edward me está pidiendo que haga esto para cambiarme. Es como si…"
"Quisiera asegurarse de que cuando te conviertas sigas estando con él?" No quería admitirlo, pero sí. Ese pensamiento me ha estado acosando desde que se me propuso. Pensaba que no tenía derecho a dudar de sus intenciones, pero ahora que Carlisle me lo estaba conformando mis dudas no hicieron más que acrecentarse. Podía ser acaso posible de que Edward dudara de mis sentimientos? No le he probado ya de que él es mi todo. No fui a salvarlo hasta Volterra, aun después de que él me hubiera destrozado el corazón tan solo unos pocos meses antes? Si alguien debería de estar dudando los sentimientos del otro aquí, era yo, no Edward.
"Por qué? Ya le he demostrado que mi amor hacía él es genuino. No debería de estar pidiéndome que me casé con él para asegurarse de mi sinceridad. En todo caso, debería ser yo la que debería estar requiriendo pruebas de su amor, pidiéndole que no me haga casarme con él, por ejemplo"
"No creo que ninguno de los dos debería de estar necesitando pruebas de nada" Rayos, tenía razón, como siempre.
Hubo un silencio que se extendió por algunos minutos más, envolviéndonos con un extraño sentimiento de paz, dejándome perderme en mis pensamientos, algo que no había podido hacer desde que regresamos de Italia.
"Bella, amas a Edward? Es él de verdad la mitad de tu alma? La persona con quien quieres pasar toda tu eternidad junto a?"
"Por supuesto" Le dije sin pensarlo. Claro que amaba a Edward! Desde el primer momento en el que lo vi me enamore de él. No había persona a la que hubiera querido jamás tanto como a Edward Cullen. Todo su ser me encantaba. Su noble alma y su increíble generosidad y bondad por no mencionar su hermosa sonrisa torcida y su perfecto rostro. Estaba completa y absolutamente enamorada de él, pasara lo que pasara.
"Entonces por qué no te quieres casar con él?
"Cómo supiste que Esme era la indicada. La persona para ti?" Le pregunte, tratando de desviar su atención. Se dio cuenta de mis torpes intentos de distracción, obviamente, pero no dijo nada, se lo agradecí.
"No lo sé, simplemente lo supe. Había algo en ella que creí era especial. No solo por su belleza, sino por su bondad. Eso era lo que siempre había buscado en una mujer y en Esme lo encontré"
"O sea que si hubiera sido fea no la habrías transformado?"
"La transformación la habría hecho atractiva de todas formas, pero aun si ese no fuera el caso, no lo sé, supongo que sí"
"Pero como habrías sabido que tenía un corazón bondadoso? No la conocías antes de transformarla. La cambiaste para salvarla"
"Eso es lo que me gustaría pensar Bella, pero en realidad no lo sé. Tal vez desde el momento en el que la vi supe que era para mí"
"Eso suena a cuento de hadas, lo sabes verdad? Digo, no tengo nada contra ello, amo a Esme y estoy muy feliz de que la hayas hecho tu pareja, pero hablando enserio, no había forma de que supieras el tipo de persona que era hasta que no lo hubieras conocido. Pudo haber salido como un vampiro sanguinario y egoísta, no afable y amoroso. No tenías forma de saberlo"
"Estaba muy solo Bella, necesitaba a alguien"
"A quien sea" Me oí a mí misma decir. No podía creer que las palabras hubieran salido de mi boca. Volteé a ver a Carlisle horrorizada. Que grosera. Que insensible. Que desagradecida. Me odié en ese momento. ¿Por qué dije eso? ¿Qué me pasa? No estaba en lugar alguno para recriminar las acciones de un hombre como Carlisle. Si algo había probado ser, era honorable, desinteresado y en todo el sentido de la palabra, una buena persona, o vampiro.
"Y cuando a viste a Edward no viste solo a un chico muy atractivo que había tomado un particular interés en ti? No pensaste en él como tu salvador? No te enamoraron sus actos heroicos y su aura supernatural? No te sentiste atraída a él por su físico, por el misterio que suponía?"
Me estaba retando? Había hecho enojar al siempre afable y paciente Carlisle?
"No, por supuesto que no! Vi a alguien compasivo, inteligente y sensible"
"Vamos Bella, no te mientas a ti misma. Viste lo que querías ver y una vez que pusiste tus ojos en él, no tuviste tiempo para formar una opinión crítica. Todo fue demasiado a prisa. En casi ningún tiempo Edward ya estaba introduciéndote a un mundo de fantasías, de cuentos de hadas. Un mundo fascinante que daba un nuevo propósito a tu hasta entonces aburrida vida. Siempre sentiste que no pertenecías, cuando viste que había otro mundo en el cual eras aceptada, te sentiste completamente exultante. No encajabas en tu sociedad de humanos, pero nosotros, los hermosos vampiros, te recibimos con los brazos abiertos"
"Cuando Edward se fue mi corazón se fue con él"
"¿Pero porque lo perdiste a él, o porque te fue arrebatado el mundo prometedor que suponía su presencia? Bella, estas enamorada con mi hijo o estas embriagada con el mundo que él supone? Por qué si no es a Edward a quien quieres, bien te puedo cambiar y aceptar en mi familia. No matrimonio no compromiso"
¿Qué me estaba proponiendo? ¿Por qué me estaba diciendo estas cosas? ¿Qué le pasa? ¿Estaba acaso insinuando que estaba simplemente usando a Edward? ¿Qué no le amaba sin que solo, como criatura egoísta, buscaba mi propio beneficio? ¿Es esto posible? ¿Acaso le estaba entendiendo bien? Dios, como quería darle una bofetada en este momento. De hecho, deseaba fervientemente el poder hacerlo.
Antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba haciendo, antes de que pudiera cambiar de idea, de contenerme, de hacer algo por evitarlo, mi mano ya había impactado con el duro rostro de Carlisle. El impacto resonó por todo el bosque. Un dolor penetrante me atravesó toda la muñeca.
"Puta madre!" Grité, sosteniendo mi mano cerca de mi cuerpo. Bien Bella, no solo le pegaste al padre de tu novio, el líder de tu futuro clan, sino que en el proceso lograste romperte unos cuantos huesoso. Dios si eres estúpida. La pena de lo que había hecho hizo enrojecer mis mejillas. Advertí la mirada de Carlisle, quien en el momento me estaba preguntaba si me encontraba bien.
"Carlisle, perdón. No sé en qué estaba pensando. No sé qué me pasa. Lo siento muchísmio" Estaba balbuceando estupidez y media, lo sabía y no me importaba. Trágame tierra. El peor momento de la vida Isabella Swan, sin duda.
"Bella, tranquilízate" Se estaba riendo? Eran carcajadas contenidas las que estaba escuchando venir de Carlisle. En serio? Le acababa de pegar y él se estaba riendo? Que chingados?
"Te estas…. Riendo?" Ante eso no se pudo contener más. La risa salió a borbotones por su boca. No parecía capaz de contenerse. Se rió y se rió y se rio. Tenía una risa angelical, noté. Jamás había oído a Carlisle reír, ahora no podía soportar la idea de vivir un día más sin escucharla, era hermosa.
"Carlisle! No da risa! Te pegué! Me deberías de estar odiando oo no sé algo!" Ya se había calmado un poco, lo suficiente como para volver a acercarse a mí, ahora viéndose un poco preocupado. Tomo mi mano en las suyas, examinando el daño.
"Lo siento Bella, es solo que de todas las reacciones que esperaba de tu parte, golpearme, te aseguro, no era una de ellas. Hace ya mucho tiempo que alguien no lograba sorprenderme así"
De verdad no estaba haciendo nada por ayudarme a contener la pena que sentía en ese momento. No podía creer que enserio le hubiera dado una cachetada a Carlisle! A Carlisle! De todas las personas fue a él a quien le pegué, pues bien, se lo merecía. Me llamo zorra oportunista, tenía que hacer algo y golpearlo pareció tan buena respuesta como cualquier otra.
"Es mejor que regresemos para que pueda checar bien esa mano Bella" Su voz sonaba bastante angustiada. Lejos estaba ya cualquier humor en ella. Sus ojos comunicaban la misma preocupación que sus palabras. Tal vez sí me rompí algo.
"Probablemente sea buena idea, sí" Empecé a caminar. Carlisle dejó ir mi mano. No volteé a ver si me estaba siguiendo, sabía que así era.
Pasaron algunos minutos sin que ninguno de los dos dijera nada. Finalmente, ya no lo aguante más. El ambiente estaba demasiado tenso.
"Edward se va a enojar" La idea de que Edward se enterara de lo que acababa de pasar entre Carlisle y yo me provocaba un sentimiento nauseabundo. No quería que oyera las preocupaciones de su padre. No quería que dudara aún más de mis intenciones. ¿Cancelaría la boda?
"No se va a enterar si no quiero que se entere. Hay formas de esconder algunos pensamientos de él. Podemos decir que te caíste dando un paseo por el bosque, si no quieres admitir que me pegaste"
"JA, si creo que eso sería mejor, pero no porque me avergüence de haberte pegado"
"Entonces por qué?"
"Por lo que dijiste que me hizo querer pegarte"
Silencio.
"Bella, lo siento. Me pasé un poco de línea, lo admito. Es solo que siento que estas siendo presionada por todos. Nadie te está dando la oportunidad de tomar una decisión racional y objetiva. Con la promesa de convertirte en una de nosotros, en todo el sentido de la palabra, y la emoción de hacerte la novia perfecta en una boda que francamente siento se está saliendo un poco de control, no creo que haya mucho espacio para que tu des un paso atrás y te preguntes que es lo que realmente quieres"
"Lo dices como si pensaras que no amo a Edward"
"No, lo digo como si supiera que amas a Edward, pero con la duda de que es lo que realmente amas más, a la persona en sí, o las posibilidades que amarla supone"
"Por qué me estás diciendo estas cosas Carlisle?"
"Por qué no tolero ver como alguien está siendo manipulado"
"Crees que estoy siendo manipulada?"
"Eso es para ti decidir, yo solo te digo lo que veo. Mira Bella, estoy aquí, puede que hasta el momento haya parecido un poco distante, pero estoy disponible para lo que necesites. No te puedo decir que te amo como mi hija, porque francamente sé muy poco de ti, pero sí quiero que sepas que estoy para ti como un extraño dispuesto a hacerse tu amigo"
Ya habíamos llegado a la casa. Las palabras de Carlisle resonaban en mi cabeza con una fuerza atronadora. Hoy mi día no había pasado como esperaba, el hombre parado junto a mí era el responsable de ello. Me había planteado cosas que yo misma me había estado preguntando, pero que hasta el momento había logrado evitar. Ya no podía fingir ignorancia, no después de todo lo que había escuchado. Carlisle tenía razón, lo sabía, simplemente no había querido aceptarlo. Me daba miedo. Realmente sí era egoísta y más que un poco oportunista. Un pesado sentimiento me embargo. ¿Qué estaba haciendo?
"Gracias Carlisle, aunque no creo que debiste de haber dicho lo que dijiste. No era tu lugar"
"Lo sé, lo siento"
Fue entonces que Edward salió de la casa. En dos segundos ya estaba parado enfrente de nosotros. Sus ojos dejaban entrever la preocupación que sentía, así como el enojo y confusión que lo embargaba.
"Qué pasó Carlisle?" No me pasó desapercibido el hecho de que no se dirigiera directamente a mí. Me enojo.
"Me caí" Dije antes de que Carlisle pudiera responder. Edward me vio con aun más preocupación. Tomó mi mano entre las suyas. Muy delicadamente comenzó a trazar pequeños círculos con su pulgar, mandando pequeños escalofríos por todo mi brazo. Se sentía bien.
"Tenemos que llevarte al hospital Bella, creo que te has roto algo"
"Ya la atiendo yo en mi despacho Edward, no te preocupes"
"NO!" Wow, no puedo decir que me la esperaba. ¿Qué le pasaba a Edward? ¿De dónde vino una reacción tan violenta? Incluso Carlisle parecía sorprendido.
"No te vas a acercar a ella. Es tu culpa que esto pasara" Acaso había leído sus pensamientos? No me había dicho Carlisle que podía ocultarlo si quería. Volteé a ver al vampiro rubio, parecía igual de confundido que yo.
"Si no le hubieras pedido que te acompañara a dar un paseo por el puto bosque, en donde hay mil y un peligros diferentes, esto no habría pasado! Ahora como se supone que va a sostener el ramo de flores? Va a estar lastimada durante su boda y es todo tu culpa" Su reacción era por decir poco, exagerada. Qué le pasaba? Este no era mi Edward. Carlisle no quería lastimarme. No puedo decir que fue un accidente, sin embargo tampoco le echaría la culpa a él, sobretodo porque fue mi propia estupidez la que me llevo a pegarle, aun sabiendo que probablemente lo único que conseguiría sería lastimarme.
"Edward, cálmate. No fue su culpa, fue mía. No quiero ir al hospital. Carlisle es perfectamente capaz de atenderme en su despacho"
"No Bella, vas a ir al hospital a que te revisen bien"
"No seas absurdo Edward"
"No seas estúpida Bella"
Ouch, acaba de verdad de decirme eso? Qué está pasando? Me insulto? Ooo como me dieron ganas de abofetearle con mi mano izquierda. Al diablo si me la rompía! Se lo merecía
"No puedo creer que acabas de decirme eso"
Se veía bastante apenado. Parecía como si el tampoco pudiera creer las palabras que acababan de salir por su boca.
"Lo siento mucho Bella, es solo que estaba muy preocupado cuando desapareciste y ahora que estas aquí estás lastimada" Su voz sonaba llena de preocupación y aflicción. Sus dorados ojos me dejaban ver la sinceridad de sus sentimientos. No podía permanecer enojada con él por mucho. Me amaba.
"Está bien Edward, pero no quiero ir al hospital"
"Lo que tú quieras amor"
Volteé a ver a Carlisle. Nos estaba viendo con preocupación. Reconocí en sus ojos el genuino interés que tenía por nosotros. Parecía molesto por lo que acababa de ocurrir, pero sobretodo, era como si se sintiera resignado. No por primera vez en el día considere la veracidad de las palabras pronunciadas en el bosque.
"Es mejor que entremos" Dijo Carlisle, quien comenzó a avanzar hacia la casa. Inmediatamente Edward y yo le seguimos, aunque no antes de que nos diéramos un beso cariñoso en los labios. Amaba a Edward y él me amaba a mí.
