Hi...

Nota previa:

Esta es la primera vez que publico algo de esta pareja que no es un one shot y es... uhm.. I'm sorry, pero me moria por escribir HongIce y se me antojó escribir algo sencillo, que fuera ligero, divertido, con muchos mal entendidos romanticos, celos y un toque de drama adolescente...

uwu terminé por escribir una historia ridicula, es humoristica por lo que créanme, no hay mucho que tomar en serio.

¡Eso no significa que no me esfuerce! lo hago. son my Baby OTP y por lo tanto merecen todo uwu

Pareja y modalidad: HongIce, AU, uso de nombres humanos. Wang Jia Lóng y Emil Steilsson.

Advertencias: Base cliché en muchas historias, simpleza, situaciones ridiculas, y un prologo.

Resumen: Jia Lóng y Emil han sido comprometidos sin que ellos pudieran tener opinión al respecto, ahora tendrán que lidiar con aquella situación mientras viven su ya de por si pesada vida adolescente. Lo único que tienen en común es que ninguno de los dos quiere ese destino. Y desde luego, no podrían llevarse peor.


Prólogo,
o mejor conocido como: "La culpa es de los padres"

Cuando el Sr. Wang visitó aquella ciudad por primera vez, jamás imaginó que sería de esa manera, una ciudad amplia con rascacielos que se alzaban imponentes, alumbrados de diferentes colores acompañados del fulgor de un cielo rosa a la caída del anochecer. Oslo, Noruega era muy diferente a como se la había imaginado –cortesía de los libros desactualizados y a su renuencia por las redes. Había llegado ahí, por que soñaba con poder extender su empresa hasta los confines del norte de Europa y Oslo, desde luego parecía ser la ciudad que le ofrecía la bienvenida. Ahí, se topó no solo con las mil y un posibilidades – a futuro– que la ciudad ofrecía, sino también a cierta conveniencia del siglo pasado en el mundo moderno.

Oslo, no solo era contradictoria, sino que su puerto le recordaba a su hogar –actual– y lugar de nacimiento del segundo de sus hijos. En una breve semblanza, se podría decir que el Sr. Wang se había escapado de Shanghái junto con su esposa e hijo recién nacido, Yao, hacia Hong Kong y habían vivido ahí desde entonces, viendo sus sueños crecer y multiplicarse, así como su familia.

Ahora, se encontraba en el comedor del gran First Hotel Ambassadeur, donde se estaba hospedando junto a su familia, su esposa Chen, su hijo Yao de 11 años y su recién nacido hijo Jia Lóng de tan sólo 9 meses de edad. El Sr. Wang charlaba amenamente con el dueño de aquella afamada cadena Hotelera de Noruega, el Sr. Steils Gunnarson, un hombre fuerte de cabello platinado y ojos profundos que provenía de un remoto lugar en el norte de Europa, Islandia. Y que, siempre estaba acompañado de su ahora esposa, una joven local – y divorciada– de nombre Aurora, quien se encontraba en avanzado estado de embarazo.

El Sr. Wang les platicaba sus grandes ideas empresariales mientras el Sr. Gunnarson le escuchaba con atención y las damas se limitaban a hablar de sus hijos. El pequeño Yao miraba a la ventana aburrido y a ratos jugaba con su hermanito haciéndole gestos.

–Tengo 7 meses… – fueron las palabras de Aurora, la mujer embarazada – pero no es mi primer hijo, es el segundo… tengo uno de mi matrimonio anterior.

Ante aquellas palabras la Sra. Wang trató de no sonar sorprendida, como si no acabase de escuchar una barbarie. Aunque interiormente estaba escandalizada.

– ¡Oh! …¿Y Cuantos años tiene?

–Tiene 5 años ya… se llama Lukas – dijo ella con orgullo – y ahora esta en la escuela.

– ¡Oh! ¿Y como se llamará el bebé?

–Emilía, será niña. – Contestó con una sonrisa – nos lo dijo una gitana, y bueno…ya lo comprobamos en el ultrasonido.

Al escuchar estas palabras, el Sr. Wang detuvo su plática y miró a su interlocutor, el Sr. Gunnarson le devolvió el gesto y asintió, entonces se apartaron unos minutos antes de regresar al comedor junto a sus contrariadas esposas.

– Cariño – el Sr. Gunnarson – hemos hablado y ¿recuerdas que pensábamos sería lamentable que nuestra hija se tuviera que hacer cargo de los hoteles sola, ya que, Lukas se encargará de la empresa de tu exmarido?

Mientras tanto, el Sr. Wang tomaba la mano de su esposa y acariciaba la cabeza de su hijo menor.

–Chen… las oportunidades para abrirnos camino se han incrementado… tu sabes como son las uniones, son importantes…

Ambas mujeres miraron con sorpresa a sus cónyuges.

– Hemos decidido que, Emilía y Jia Long estén comprometidos en matrimonio y se casen cuando sean mayores.

Ellas miraron a sus esposos con incredulidad, pero ellos parecían hablar muy en serio. Por su lado Yao rio levemente mirando a su hermano en brazos de su madre y después regresaba a su malteada de fresa.

Error de cálculo

Claro que lo que menos esperaban, fue lo que sucedió un par de meses después, el Sr. Wang y su familia habían regresado a Hong Kong, con la esperanza de comunicarse pronto cuando la empresa rindiera los suficientes frutos para instalarse en Oslo también. Hasta entonces, todo había quedado en un hasta luego, aun a pesar de la remota comunicación que a veces mantenían las dos partes. Aurora se había sentido mal un día y terminó por tener a su bebé una semana antes de lo esperado, pero claro, todo estaba dispuesto en casa para recibir a Emilía.

– ¿Dónde esta mi hija? – Preguntó eufórico - ¿Dónde está mi princesa EmilíaSteilssdóttir?

La enfermera rio levemente entregándole el bebé a su padre. – Querrá decir, príncipe – dijo ella cuando el hombre sostuvo al pequeño en brazos. – Tuvo un saludable varón, felicidades.

¿Cómo le iba a explicar eso al Sr. Wang?

O espera…

–No tiene que saberlo, posiblemente… con el tiempo se le olvide…


La nuestra es una tonta y ridícula comedia romántica

Capítulo uno.

16 años después.

–No puedes estar hablando en serio…

Jia Long miraba estupefactamente a su madre quien, en exceso, dramáticamente se limpiaba la orilla del ojo a fin de evitar que una lágrima arruinara su impecable maquillaje.

– ¡Oh, Cariño, no nos juzgues tan duro, es por tu bien también!

Aquel día, casi al final de sus vacaciones de verano, Jia Long se enteró de algo que cambiaría para siempre el resto de sus días, los días de una vida que había sido decidida incluso antes de que él aprendiese a hablar para negarse y vociferar su opinión – que desde luego sería negativa. Pero no hubo tregua, Jia Long, y el resto de sus familia, empacarían sus cosas para ir hasta Oslo… a vivir.

La empresa del padre había rendido los suficientes frutos para expandirse en varias partes, pero la más esperada era Oslo, y por lo tanto la más vigilada, y por motivos varios, el Sr. Wang tenía que asegurarse de estar presente en las decisiones de su empresa – y de la vida de su hijo, desde luego.

–No

No importó realmente cuanto se negó, al final, él, su hermano mayor y sus padres despegaban rumbo a Oslo, sin que a Jia Long le interesase realmente el lugar, él, lo único que quería era regresar a Hong Kong, a casa, a donde se sentía en su ambiente, con sus amigos…su mundo.

Una segunda noticia le fue informada en cuanto, furioso se cruzó de brazos y refunfuñó en su asiento.

–No pongas esa cara, querido, después de todo, iremos a conocer a tu prometida.

¿A su qué?

Jia Long la miró incrédulo – ¿mi…qué?

–Tu prometida – repitió como si se tratase de lo más normal del mundo.

–…. ¿De…que se trata todo esto?

–Fuiste comprometido cuando eras un bebe de brazos – Yao respondió sonriendo – y en realidad tienes suerte, ella aún no nacía pero viene de buena familia y la mamá era muy hermosa, aún recuerdo ese momento…

–…. – trató de contener un impulso de gritar, de un día para otro resultaba que tendrían que cambiarse de casa, a otro país, uno en el que ni siquiera podía pronunciar las frases básicas debido al tan oh, complicado idioma Noruego, y no sólo eso, sino que además resultaba que se encontraban en el avión en pleno vuelo para conocer a una chica de la cual no sabía nada, ni su nombre y que minutos antes no sabía de su existencia y que, resultaba ser su prometida.

– ¡No pueden estarme haciendo esto! – se quejó, pero claro, aquel grito de disconformidad pasó de largo por los oídos de sus padres, y hermano. Jia Lóng miró a Yao, quien fingiendo demencia se concentró en la ventana.

–A mi no me digas nada, no está en mi poder contradecirlos.

Con eso, Jia Lóng maldijo su suerte y el hecho de que su hermano fuera tan respetuoso a la moral y deseo de sus padres. "Esto es estúpido" pensó clavándole la mirada.

– ¿Por qué no te comprometieron a ti?

–Por que sería 11 años mayor que ella– respondió de forma vaga, aun sabiendo lo poco convincente y lógico del asunto.

–Como si eso importara.

–Bueno, también al hecho de que yo no planeo dedicarme a la empresa de nuestro padre, hay mejores planes para mí y ya lo sabes, pero calma, aun no la conoces, dale una oportunidad – Al oírlo, Jia Lóng volvió a maldecir su suerte por segunda ocasión en el día.

A sus 16 años y casi 17, Jia Lóng había pasado de ser un pequeño niño para convertirse en un fuerte y atractivo adolescente de cabello rebelde, con un peculiar interés en películas de acción, las artes marciales, la buena comida, las cosas de moda, electrónicos, y cosas que muchos catalogan de inapropiadas, además de estar dotado con una personalidad irreverente y sarcástica detrás de una mascara de indiferencia. Toda una joya. Una joya que, desde luego jamás se había detenido a pensar en una novia por el resto de sus días, ni siquiera pensaba tanto en las chicas, no tenía necesidad de salir con una y dedicarle su tan preciado tiempo de comics. El día que él quisiera una, la buscaría, él sabía que aquello no le costaría ningún trabajo. Jia Lóng volvió a bufar enojado por lo que le estaba sucediendo. Aquello era demasiado estúpido.

Cuando descendieron y fueron trasladados al Hotel, Jia Lóng tuvo que admitir que el lugar era impresionante, era más parecido a la modernidad de lo que había imaginado, ya que cuando alguien mencionaba "Oslo", hasta ese momento, imágenes de cabañas y nieve en el empedrado eran todo lo que se venía a su cabeza. Sin embargo ahí estaba, en el balcón de ese gran lugar mirando al puerto, a los edificios. Quizás no era tan, tan, tan, malo.

–Mañana, nos moveremos a nuestro nuevo hogar. Por ahora hay que descansar.


– ¡Emil Baja a desayunar! – La voz de Aurora se hizo presente y Emil gruñó por lo bajo revolviéndose en sus sábanas, aquel día era en particular muy frio, no es que no estuviese acostumbrado, pero por mucho tiempo que alguien tuviese viviendo ahí, no podía negar que el sentimiento del aire frio colándose por todos lados de la cama, cuando se esta despertando, era todo, menos agradable.

–Si, Emil, ya levántate – Lukas dijo con sorna, adornando su faz con una sonrisa ladina mientras se cepillaba el cabello de manera grácil.

– ¿No es ese mi cepillo?

–Perdí el mio – respondió quitándole importancia al hecho mientras colocaba un broche en su flequillo – Apúrate, o te dejaremos sin desayuno.

Emil bufó, con ese "Te dejaremos "Lukas, sólo podía estarse refiriendo a Mikkel, su amigo de toda la vida, desde luego, Mikkel era ahora otro hermano mayor para Emil, lo cual era genial, era grandioso por que muchas veces Mikkel incitaba y ayudaba a Emil a hacer cosas que Lukas jamás le permitiría –en su afán del hermano mayor – y desde luego, Mikkel le cubría. Si, eso era fantástico, de no ser que en ocasiones, como las de esta mañana, Emil tenía que decir adiós a los Pancakes rellenos de frutilla y conformarse con los de mermelada ya que Mikk' – como él le decía– siempre terminaba escogiendo la comida que a Emil le gustaba más. No sabia si era por fastidiarlo o era natural, un malvado impulso natural.

Así sucedió con el helado de frutilla y cardamomo, con la sopa de cocoa, con los malvaviscos de chocolate, con el puré de patatas y con las albóndigas de cordero…

–Emil…–la voz suave y delicadamente irónica de Lukas lo sacó de sus pensamientos – Es en serio, no te querrás quedar sin pan ni yogurt, el de hoy creo que será de cereza.

Oh, su fruta favorita.

Emil se apresuró entonces a vestirse, lavarse la cara y bajar corriendo a desayunar sin molestarse siquiera en peinar su cabello, ya lo haría después cuando lograra evitar que Mikkel se quedara con lo mejor. No es que estuviera compitiendo, pero…estaba compitiendo.

Después de que llegara al comedor y se apropiara de un buen bollo con mantequilla en lo que el resto del desayuno estaba listo y esperaba por el oh tan buen jugo de moras con naranja, Emil se entretuvo en un reto de miradas con Mikkel quien, riendo, había aceptado que su hermano menor artificial se llevará la mantequilla de su lado de la mesa. Justo en ese momento, la puerta sonó.

–Mikkel, tu pierdes, abre – fueron las palabras de Lukas quien recién bajaba al comedor a desayunar y tomaba asiento después de dar los buenos días a sus padres. Mikkel, a regañadientes se levantó para abrir.

–Ahora que lo pienso, los vecinos de a lado, los que compraron la casa que se vendía, no se han presentado, ¿Serán ellos? – comentó Aurora recién llegando con el jugo de moras para el menor de sus hijos. Lukas y Emil se encogieron de hombros.

– ¡Steils! – Mikkel se dirigió al padre de los chicos entrando al comedor de nuevo – ¡te buscan en la puerta, un señor Wang Fu!

Todos fueron testigos de como el vaso de jugo que Aurora sostenía se estampaba contra el piso salpicando el blanco mantel de la mesa, sus ropas, las patas de las sillas.

– ¡mamá! – gritó Emil y después miró a su padre, cuya reacción había sido romper el periódico que leía a la mitad, con una cara de nerviosismo. – ¿Qué está pasando?

Tanto Aurora como Steils se apresuraron a llegar a la puerta, y sin poder evitar la curiosidad y necesidad de cotilleo, Mikkel, Lukas y Emil se dirigieron apresuradamente a espiar a través de las escaleras cuya vista daba a la puerta para ver de que se trataba ese asunto.

– ¿Quien es fangwho o como sea que se llame? – preguntó Emil.

–No lo se… – fue la única respuesta de Lukas que se encontraba mirando fijamente a sus padres mientras ellos recibían a un hombre asiático de edad mediana acompañado de una mujer también asiática, y sus dos hijos. – Maldición no se puede oír nada.

La plática se prolongó por varios minutos en los cuales, Lukas, Mikkel y Emil terminaron aburridos, sin poder salir de su escondite, aunque claro, no más aburridos que uno de los hijos del visitante quien se había cambiado de posición varias veces.

–Al menos no está por aquí cerca y no tengo que amargarme desde temprano con su presencia – Jia Lóng murmuró y su hermano mayor le miró fijamente.

– ¡Oh por favor! No es como si te fueras a casar ya, será cuando seas mayor. – susurró

–Que consuelo. – respondió rodando los ojos y fijando los ojos en un punto que no había analizado previamente con la mirada cuando había llegado. La escalera, y entre sus barrotes, tres pares de manos. Había alguien ahí, muy posiblemente se tratase de ella, quizás estaría analizándolo, evaluándolo. Un escalofrío recorrió su espalda. Que horror pensó y desvió la mira.

Los padres seguían charlando y de repente se hizo un silencio sepulcral, Fu, Chen e incluso Yao se miraban sorprendidos, como si no pudiesen procesar las palabras que, acababan de oír de parte de Steils y Aurora.

– ¿Un…varón?

Jia Lóng entonces prestó atención a lo que estaban diciendo, quizá, con suerte, la situación había cambiado.

– ¿Tuvieron un varón? ¡¿Por qué no nos lo dijeron?! – Chen había alzado la voz y entonces Jia Lóng sonrió para si mismo. Ya no tenía prometida.

Aquellas ultimas líneas si lograron ser oídas por los tres muchachos escondidos en las escaleras. Lukas y Emil se miraron mutuamente y después regresaron la vista a la platica.

–Al parecer hablan de ti.

– Y por qué de m…– Un gritó lo interrumpió y los presentes tuvieron que cerrar los ojos y taparse los oídos.

– ¡¿Estas diciendo que Emilía es varón?!- Chen gritó consternada, no estaba furiosa, estaba asustada.

Lukas miró a Emil con gesto de obviedad – Emilía ¿Eh?

– ¡Me estas jodiendo…! – respondió asustado y ante tal alarido todas las miradas se dirigieron a su dirección. A los tres no les quedó mas remedio que salir de su escondite y bajar para ir con los demás a la sala. De alguna manera, todas las miradas se posaron sobre Emil quien sintió unas ganas descomunales de que la tierra se abriera y se lo llevara consigo sin dejar rastro de él.

– ¿Él es el pequeño Emil? – el Sr. Wang preguntó mirándolo de pies a cabeza, Emil sintió un nerviosismo superior al de todos sus años de vida. No tuvo más remedio que asentir. – ya veo, ya veo. – la tristeza en su voz era notable.

–… ¿Qué está pasando aquí? – preguntó nervioso.

–Pasa, que tu, eras la prometida de nuestro hijo – Chen dijo al borde de las lagrimas–pero eres varón.

– ¡Ah! Ya veo, lo sien…– su cerebro había tardado en procesar la información – to… ¡¿Qué?!

– ¡Oh por favor, cálmate, ni que fuera el fin del mundo! – Su padre había alzado la voz en pánico.

–Fueron comprometidos antes de que tu…o bueno…Emilía naciera, por que creímos que ibas a ser niña, estábamos seguros… pero hubo un error y bueno…eres varón… pero nunca…avisamos a… –Intervino Aurora.

–Bueno, pues entonces… – miró a Jia Lóng – Que bueno que soy varón.

Jia Lóng lo miró, no pensaba ponerse en plan de pleito con un niño al que apenas conocía, si bien él también se sentía aliviado de que la situación hubiese cambiado, tanto a su favor, no podía evitar tomarse personal aquel cometario. "Que bueno que soy varón".

–De hecho – respondió el chico – Si fueras chica…uy– hizo un gesto de escalofrío y miró a su hermano mayor. – Creí que habías dicho que sería linda.

Es-la-gue-rra. Pensó Emil, quien a pesar de no tener un ego lo suficientemente alto para considerarse un adonis, poseía cierta dignidad que le decía "Eso que acaba de decir, es un insulto". – ¿Y contigo querían comprometerme? – respondió y no pudo evitar reprenderse mentalmente. No a ti Emil, a Emilía.

–No tienes tanta suerte– Jia Lóng respondió rápidamente – Aunque tampoco es que en verdad parezcas un chico. – Atestó con una sonrisa ladina, mirándole de frente y en cuánto vio el gesto de Emil – una curiosa mezcla de rabia y frustración- no pudo evitar pensar. "bingo".

Los padres y hermanos de los chicos permanecieron estupefactos al verlos atacarse mutuamente desde el primer instante. Casi podían jurar que era una pena que hubiera tenido que ser así, quien sabe, si Emil hubiese sido chica por seguro que se hubieran llevado bien. Pensaron.

–No entiendo – Mikkel les miró a todos con bastante consternación – ¿Qué hay de malo en que Emil sea varón?

Todos compartieron una mirada confusa y luego miraron a Mikkel, incluidos Jia Lóng y Emil quienes interrumpieron su duelo de miradas para observar al chico.

–… Que si Emil es varón, no hay compromiso, desde luego – el Sr. Wang rompió aquel incomodo silencio y Mikkel ladeó la cabeza.

– ¿Por qué no? , el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en Noruega.

De repente, como un chispazo, los ojos de los padres se iluminaron y Emil maldijo, a sus padres de mente abierta, a Lukas por no intervenir y permanecer de pie, con una sonrisa burlona dibujada en su rostro, por seguridad que el mismo estaba esperando que Mikkel dijera aquellas palabras.

Pero sobre todo maldijo a Mikkel.

– ¡Tu! , te juro que voy a hacerte la vida pedazos y pedirás que te mate, y lo voy a hacer pero sin piedad y entonces yo me encargaré de escribir blasfemias en tu epitafio – Emil atestó disfrutando cada silaba de su amenaza con ponzoña. Y Mikkel, el aludido le miro sorprendido antes de echarse a reír, no fue el único.

–Eso fue patético – Jia Lóng aseveró cruzando los brazos acomodándose aún mas en el sofá.

– ¡¿Ah si?! No te preocupes, también a ti te cumpliré mi patética amenaza.

– ¡Que violento! – Chen dijo llevándose la mano a la boca, pero su esposo puso una mano en su hombro.

–Se llevarán bien, eso es seguro.

– ¡Ni hablar! – respondieron los dos chicos al unísono.

–Quien sabe, probablemente esta unión nos convenga mas de lo que pensábamos – Steils habló por fin y sonrió elegantemente.

–El plan sigue en marcha entonces. – Fueron las palabras del Sr. Wang.

"Esto no puede estar pasando" Pensaron ambos chicos.

La nuestra es una tonta y ridícula comedia romántica
Fin del Capitulo 1


¡Gracias por tomarse la molestia de leer!