El candil. Díaz Cancino Mónica Fernanda

Prender las linternas ya no era una opción las baterías misteriosamente se habían muerto lo único que utilizábamos para iluminar el camino era un pequeño candil que habíamos recogido en la sala a la entrada de aquel escalofriante edificio, mientras caminábamos podía oír los latidos de mi corazón lentamente acelerando con cada paso que daba un recuerdo de las historias que nos habían sido relatadas volvía a mi mente. Que tal si todas ellas eran ciertas?...

Quizás nunca volveríamos , pero no importaba …el solo hecho de sentir la adrenalina de ir hacia lo desconocido nos movía a seguir adelante; cada paso nos guiaba más cerca a la habitación donde todo ocurría , a la habitación de donde según se dice nunca nadie salía. Cada paso, cada crujido del suelo, cada sonido inexplicable proveniente de la puerta de la habitación principal nos hacia querer dar marcha atrás.

De repente hubo una ráfaga de aire frio que provoco que el candil se apagara, al notar esto, rápidamente busque los cerillos en mi bolsillo y lo encendí una vez más, para encontrarme cara a cara con la puerta de la habitación principal.

Mi corazón latía mas y mas rápido cada centímetro que acercaba mi mano a la perilla de la puerta, cuando finalmente logre la, los escalofríos recorrieron mi cuerpo…pero…ya no había marcha atrás…

Con todo el valor que pude juntar gire la perilla y empuje la puerta…al abrirla ,el aire dentro de la habitación hizo que el candil se apagase una vez más, trate de buscar los cerillos…pero una fría mano proveniente del interior de la habitación me tomo de ambos brazos y me jalo hacia dentro…

Solo pude oír los gritos y los rápidos pasos de mis acompañantes al dejarme dentro de ese lugar ,ya dentro de la habitación temerosamente tome una vez más mis cerillos y prendí el candil para así lograr ver el interior…cual fue mi sorpresa al ver a una chica sentada en cuclillas recargada contra la pared , escribiendo algo con su dedo , mientras rasgaba el ya bastante gastado papel tapiz de esa habitación, me acerque y note lo que ella había escrito : "de aquí ya nadie sale…..no con vida al menos"…..de repente sentí su fría mano tomando una vez más la mía ….sabía lo que seguía…así que simplemente de un soplido apague el candil…