Unexpected Love
Por Hotaru Albatou
Nota de la Autora: Quizás les sorprenda a todos, el hecho de que este fanfic haya aparecido a mi nombre y no al de Akai Demon, como figuraba en los dos primeros caps. Pero la verdad es que este fanfic "Unexpected Love" lo estoy escribiendo yo, Akai Demon era sólo un seudónimo que inventé. Me imagino que se estarán preguntando "¿para qué hice esa tontera?" y honestamente les digo que no hay una razón de peso que justifique mi actitud. En parte fue vergüenza al qué dirán de las personas al ver que estaba escribiendo un shoujo-ai y en parte porque sentía que no estaba siendo cien por ciento consecuente con lo que pienso. Los que ya han leído mi otro fanfic, "Boys don't Cry" sabrán muy bien que mi personaje favorito es Dilandau, y que, aunque respeto todas las opiniones al respecto, nunca me ha gustado mucho verlo como un personaje para escribir o dibujar yaoi (de hecho me da escalofrío pensarlo ) y lo mismo se aplica con Celena (yuri en este caso). Aunque Celena no me gusta en la forma que me gusta Dilandau, es otro de mis personajes favoritos y le tengo mucho cariño, y si me preguntaran con qué personaje de Escaflowne me gustaría que fuera pareja, ese sería indiscutiblemente con Gadeth. Sin embargo, en alguna parte de mi extraña cabeza, comenzó a surgir esta idea... y una vez que tuve el bosquejo en mi mente, no pude no dejar de escribirla. De hecho en algún momento se volvió una necesidad. Lamentablemente, había escrito mucho más que dos capítulos cuando me decidí a tomar esa identidad falsa y publicar dos capítulos cuando mi PC se averió y perdí toda la información que tenía en él, incluyendo todo lo que había escrito de este fanfic. La impresión de ver que había perdido todo lo que había escrito me deprimió tanto que decidí dejar el fanfic botado y no continuarlo. Además, desde que había publicado los dos capítulos no había obtenido ningún review, lo que reafirmó mi decisión de no seguir escribiendo. Sin embargo, curioseando por la sección en español de los fics de Esca, me encontré con la grata sorpresa de que tenía un review ¡uno al fin! Aquello me emocionó mucho y me incitó que le hablara a una amiga sobre lo que estaba escribiendo, ¡y a ella también le gustó! Luego de eso, otra persona más también me dejó un review y con eso creí que no era justo para esas personas que comenzaban a leer mi historia y que les había gustado que no la continuara. Por lo menos a mí me pasa que no me gusta entusiasmarme con un fanfic y después darme cuenta que está incompleto, por último, creo que si no se puede continuar el fic, lo mínimo es avisarle a las personas que la historia ya no podrá continuar.
Y la razón por la que me decidí a poner mi nombre (o nick en este caso) es porque es MI historia, algo que yo misma creé y quiero ser yo la que reciba las críticas de todos ustedes, tanto las buenas para sentirme orgullosa de lo que escribo, y las malas para asumir mis falencias. Así que les pido a todos ustedes mis más sinceras disculpas y espero que las acepten de buena forma. Yo por mi parte le agradezco a esas dos personas que leyeron esos dos capítulos y me dieron su parecer, sus opiniones fueron las que me incitaron a seguir con este fanfic.
Bueno, y ahora hablando sobre el fanfic en sí, aquí vienen algunas acotaciones:
-Los dos primeros capítulos pueden verse algo extraños para las personas que hayan leído "Boys don't Cry" la verdad es que cambié un poco mi forma de escribir para no ser descubierta :P. Sin embargo, eso va cambiando una vez que lean los capítulos venideros.
-A diferencia de mi fic anterior, espero que este no me tome tantos capítulos terminarlo. Lo que sí quiero advertir es que no será tan oscuro y explícito en cuanto se refiere a escenas de tipo sexual o violentas. Este fic tendrá un tono más suave.
-Por último, espero que esta historia no sólo la vean como un yuri, sino como una historia de amor entre dos personas que jamás se imaginaron juntas y que por cosas del destino ahora lo están.
-Odio el nombre que le di al fic, pero no se me ocurrió nada mejor. Así que encantada acepto sugerencias TT.
Sin nada más que decir y esperando que disfruten la lectura, los dejo con el primer capítulo.
Capítulo I: Regreso a Gaea
Ya han pasado dos años desde que tuvimos que separarnos y aún recuerdo tu rostro como si lo hubiera visto ayer... Hitomi se encontraba recostada encima del escritorio con los ojos cerrados. Apenas oía lo que el profesor les hablaba y francamente no le importaba. Nada le importaba, ni los estudios, ni el atletismo... nada. Lo único que hacía todo el día era pensar en Gaea, en Fanelia, en Asturias... en Van. Cuando llegó a su casa, no había nadie en ella. Se dirigió a su habitación y se echó en la cama. Poco a poco las lágrimas comenzaron a aparecer en sus ojos y apretando fuertemente la almohada sollozó. Dios, ¿será que nunca encontraré otro amor? Y en ese momento se vio envuelta por un gran pilar de luz y sintió que se elevaba por los aires... cuando despertó, se dio cuenta de que estaba en Gaea.
-Hitomi, despierta-
Hitomi se dio cuenta de que alguien le golpeaba suavemente la cara. Abrió los ojos lentamente y sus ojos encontraron los de Van. Se sentó sobresaltada al darse cuenta de quién estaba frente a ella. ¿acaso estaré soñando?
-No puedo creer que estés de vuelta- le dijo Van. Tenía una cálida sonrisa en los labios y sus ojos brillaban.
-Yo... yo tampoco lo creo... - le respondió y sin pensarlo dos veces se le tiró a los brazos. No podía creerlo, al fin volvía a sentir su aroma, ver su cara, oír su voz. Al fin volvía a estar con la persona que más amaba.
-¿Hitomi, qué haces aquí?- Merle le gritó al ver que entraba en el gran comedor. En los dos años que habían pasado, había cambiado mucho, se podía notar que había crecido, que se había vuelto más señorita, sin embargo, ese halo de niñez todavía permanecía intacto. Y eso Hitomi lo notó cuando sin previo aviso se le colgó al cuello.
-¡no puedo creer que estés de vuelta con nosotros!- le decía mientras la ahorcaba con sus abrazos.
-yo también estoy muy feliz de verte, Merle- le dijo Hitomi. Y era verdad, extrañaba mucho todo eso. Extrañaba a Van, a Merle, a Allen, extrañaba la tranquilidad de Fanelia y la calidez de la gente, extrañaba todo ese mundo. Pero aunque no sabía bien por qué había regresado a Gaea, trató de no pensar en alguna calamidad, quizás sólo estaba ahí porque su deseo de volver fue tan grande que se le fue concebido, así que decidió no preocuparse del asunto y le propuso disfrutar todo el tiempo que estaría ahí, lo que era algo que también desconocía.
Celebraron la llegada de Hitomi con un gran banquete. Los rumores de que la chica de la Luna Fantasma había regresado no tardaron en recorrer toda Fanelia y a pesar de que había gente que temía que la desgracia nuevamente llegara a Gaea, eran los menos. De todas formas, todos estaban felices de que el rey Van Fanel volviera a sonreír. Por supuesto que a este gran banquete invitaron a mucha gente, y no podían faltar todos aquellos con lo que compartió tantos momentos en su anterior estadía. En esa gran fiesta se encontró con Dryden, con Millerna (al parecer, las relaciones entre ellos dos marchaban a la perfección) también pudo ver a Allen junto a Eries. Eso la puso muy contenta, en verdad, hacían una pareja muy bonita. Incluso, estaban los tripulantes del Crucero, los que avivaban más el ambiente de fiesta. Todos ellos eran antiguos amigos, sin embargo, había alguien con quien nunca tuvo la oportunidad de compartir. Se trataba de la hermana de Allen, Celena Schezar. Claro, sabía bien quien era, y sabía todo lo que había sufrido y las cosas terribles que pasó. Pero sólo sabía eso. Cuando la guerra terminó, no tuvo muchas oportunidades de verla o de intercambiar alguna palabra. Y eso se debía a que la mayor parte del tiempo se encontraba durmiendo. Eso era lo único que recordaba de ella, que dormía mucho y que se cansaba con facilidad. Al parecer, no había cambiado mucho, ya que según podía ver, seguía teniendo ese aire de delicadeza y fragilidad que había notado en ese entonces. De hecho, sólo estuvo unos minutos y luego se retiró.
-Hitomi, me alegra mucho verte de nuevo- era la voz de Allen la que la sacó de sus pensamientos.
-Allen, no sabes lo feliz que estoy- le devolvió la misma mirada cálida con la que Allen acababa de saludarla.
-Ya me lo imagino... al parecer el deseo de estar con Van fue mucho más fuerte- este comentario hizo que Hitomi se sonrojara como tomate
-Bueno, me imagino que tu me entiendes, quiero decir- le respondió pícaramente Hitomi- tu sabes lo que se siente al estar con la persona que amas-
Allen se quedó muy sorprendido con el comentario, pero no pudo evitar mirar a la princesa Eries, quien se encontraba en un rincón de la sala, observándolo. Había una complicidad en sus miradas, que indicaban que no necesitaban de palabras para saber lo que sentían el uno por el otro
-Sabes que me alegré mucho cuando supe lo de ustedes- dijo Hitomi.
-Bueno, qué puedo decir de ella. Ha sido un gran apoyo y una gran compañera y ha estado conmigo en los momentos más difíciles- la mirada de Allen se nubló por un momento. Aguardó silencio por un largo momento. Hitomi supuso que se refería a Celena.
-¿por qué se retiró tan temprano?- le preguntó Hitomi.
-Es que estaba muy cansada, tu sabes con eso de...-
-Hitomi... tanto tiempo sin verte- exclamó Dryden muy animado, tomándole las manos a Hitomi
-Dryden san- apenas le respondió, apenada por la tan efusiva bienvenida. Detrás de Dryden se encontraba Millerna.
-Es un gusto tenerte de vuelta Hitomi- le dijo acercándose para abrazarla. A pesar de que al principio no podían ni verse, a medida que el tiempo pasó las dos se hicieron muy buenas amigas.
Así siguió el resto de la velada, con mucha comida, mucha música y mucha alegría. Hitomi se sentía tan bien en ese ambiente que deseo quedarse ahí para siempre. Ese comentario la entristeció un poco. Si eso pasaba, ella ya no volvería a ver a su familia de nuevo. La melancolía la envolvió y decidió salir a la terraza para tomar un poco de aire y ordenar sus pensamientos.
Salió por una de las puertas principales. Afortunadamente nadie se dio cuenta de su ausencia, pero estaba segura de que eso no duraría por mucho tiempo. Caminó por los pasillos hasta que llegó a una terraza. Ahí apoyó sus brazos en la baranda y tomó un poco de aire frío. Se quedó contemplando la Luna Fantasma, su antiguo hogar. Viví muchas cosas hermosas en la Tierra, pero mi verdadera razón de vivir está aquí... padres, los extrañaré mucho... sólo espero que me comprendan. En eso estaba cuando sintió una mano en su hombro. Se dio vuelta y se encontró con los ojos de Van. Se notaba preocupado.
-Hitomi, ¿pasa algo malo?-
-No, no es nada- le respondió tratando de ocultar sus sentimientos.
-¿Estás segura?- insistió. Hitomi se quedó callada por un momento, y luego dijo
-Es sólo que... extrañaré a mis padres, eso es todo-
-¿Es que no quieres...? quiero decir, que, si tu quieres... bueno, si los extrañas, yo... - Van trató de decir algo, pero no era muy bueno para esas cosas.
-Van, quiero quedarme en Gaea, es lo único que quiero- le contestó Hitomi, dándose cuenta de lo que Van quería decir-
Van desvió la mirada y apretó los puños fuertemente. De pronto, se ruborizó y tomó valor para mirar a Hitomi a los ojos.
-Hitomi... yo...- la tomó de los brazos y la acercó lentamente hacia él.
Dios, me va a besar... pensó Hitomi. Al fin, el momento que tanto había esperado iba a pasar. Sin embargo, no podía creer que estaba tan tranquila.
-Van- susurró ella, comenzando a cerrar sus ojos, lista para sentir los labios de su amado. Sin embargo, un extraño ruido los distrajo
-¿Qué fue eso?- preguntó Hitomi. Se asomó al balcón para ver de donde venía el ruido. Van también se acercó a mirar. Hitomi miró a todas partes, pero no encontró nada. Siguió mirando por otro instante hasta que vio una figura que caía de una de las ventanas y que cayó como si fueran un gato. Era una persona, pero no sabía quien era. La persona miró hacia todos lados, como asegurándose de que nadie estaba observando, luego comenzó a caminar lentamente, y al mirar hacia arriba, notó la presencia de Van y Hitomi. La persona se detuvo, los observó, y luego, siguió caminando hasta que empezó a correr hasta el bosque.
-Van, ¿quién era?- Preguntó Hitomi
-Me lo suponía- dijo Van para sí, algo molesto -que más podía esperarse-
-Van...-
-No te preocupes, Hitomi- le respondió Van. Hitomi se quedó mirando la figura, que de pronto se perdió en la oscuridad del bosque.
-Será mejor que entremos- le dijo Van, adelantándose a ella.
-Tienes razón- le respondió Hitomi, siguiendo a Van y entrando al castillo.
Después de aquella noche, Van y Hitomi no tuvieron muchas oportunidades de estar así de juntos nuevamente. Fanelia estaba progresando lento, pero seguro, después del ataque de Zaibach, quedó completamente en ruinas, por lo que la reconstrucción tardaría mucho tiempo. Además, había muchos tratados y congresos a los que Van tenía que asistir, debido a su condición de Rey de Fanelia. Sin embargo, esto no amainó los ánimos de Hitomi, comprendía a la perfección los deberes de Van y la hacía sentirse orgullosa la forma en que manejaba estos asuntos. La gente lo quería mucho ya que era un rey justo. Por lo general, en las tardes, Van se encontraba ocupado, así que ella se dedicaba a dar paseos por el castillo, caminar por las calles. A veces, Merle la acompañaba, otras veces, lo hacia sola. Luego Van llegaba en la noche, cenaban juntos, conversaban. La vida era tranquila y sencilla.
-Trabajas demasiado- Hitomi le dijo a Van, quien se encontraba afanado revisando unos papeles en su escritorio
-A veces creo que no es lo suficiente- le respondió Van desde su escritorio, sin levantar la cabeza. Hitomi le hacía compañía mientras leía un libro. Sin embargo, comenzó a sentir el peso de la rutina. Entendía que estuviera ocupado, a pesar de que Fanelia estaba casi totalmente reconstruida, siempre había uno que otro problema por resolver. Dejó su libro al lado y se acercó a él. Lo abrazó por la espalda y le susurró en el oído.
-Necesitas descansar, ¿por qué no te tomas unos días?-
Van se quedó paralizado. Aún le costaba acostumbrarse a esas manifestaciones de cariño por parte de Hitomi, y no era que no le gustaban, al contrario. Era sólo que todavía le costaba mostrar sus sentimientos. Ese era su carácter.
-Me gustaría hacerlo, pero sabes que no puedo- con estas palabras, Hitomi se sintió algo decepcionada y volvió a sentarse en su silla para retomar su lectura. Van la observó sin que ella se diera cuenta y se dio cuenta que ella tenía razón.
-Dentro de unos días, habrá una cumbre en Asturias... los gobernantes de todo Gaea estarán presentes... si quieres, podrías acompañarme-
-¿En serio?-
-Por supuesto. Además, podrás visitar a Dryden y Millerna ¿quieres ir?-
-¡por supuesto que sí!- le respondió Hitomi con una gran sonrisa -No veo a Allen y a los demás desde aquel banquete- agregó. Hace mucho tiempo que no visito Asturias.
