UNA ANTIGUA PROFESÍA
Por
Keiko Urameshi
(AnneNoir actualmente)
Disclaimer: Todos los personajes del Manga y Anime Yu Yu Hakusho son propiedad intelectual y financiera de Yoshihiro Togashi.
No obtengo ninguna clase de remuneración ni beneficio por este trabajo más que sus valiosas opiniones. (Por las cuales no pueden demandarme -)
Notas:
-Natsu es un personaje de mi creación
- Signos:
-bla bla- dialogo
-bla bla- recuerdo
(Bla bla) mis notas
- Disfruten de la historia!!
-Vocabulario:
TODAI: es la mejor universidad de Japón se encuentra en Tokio. Solo entran alumnos seleccionados. No se si tiene facultad de medicina se que tiene muchas por eso se lo puse.
Yukata: Kimono de verano que se usa para el verano es muy fresco y suele usarse para estar en casa. También se usan para los festivales de verano. Y en algunos hoteles se les regala a los visitantes una yukata para andar en el hotel más cómodo.
Kei-chan: es la forma en Japón para decir "pequeña Keiko". Se usa como forma cariñosa de llamar a las personas menores que tu.
Konichiwa: es la forma de decir "buenas tardes"
Atzuko-san: "san" se le agrega los nombres de personas que son de tu edad o mayores que tu y les tienes respeto.
Sayonara: adiós en japonés
La torre de Tokio: Es como la torre Eiffel de Paris pero un poco mas baja y de color rojo. Esta situada en... ¡Tokio!
Natsu: el nombre de esta chica significa verano en japonés.
Prologo
Sus delicadas manos comenzaron a juguetear con el pequeño dije. Ya lo había visto muchas veces antes, ella siempre lo llevaba al cuello. No recordaba un día en que la hubiera visto sin aquella reliquia. Bueno, mientras estaba con vida, nunca la había visto sin el.
Nuevamente las lágrimas cayeron de sus ojos ya rojos e hinchados de tanto llorar. Pero no podía evitarlo, el recuerdo era muy reciente. Apenas habían pasado unos días. Ese remolino de tiempo que se le antojaba borroso en aquel momento.
El velatorio fue muy pesado. Unas pocas horas que para ella habían pasado como siglos habían transcurrido desde que había estado a su lado oyéndola hablar, despidiéndose. Necesito aquellas horas para entenderlo por completo. Había firmado autorizaciones, llamado a parientes cercanos, y visto a su padre derramar las lágrimas más amargas que en su vida hubiera visto. Horas viajando de la casa al hospital, y a la funeraria. Pero solo cuando, estando en la sala previa al cuarto funerario, comenzó a recibir personas que recordaba no haber visto durante la larga enfermedad de su madre, acompañándoles o brindándoles ayuda, personas que con un rostro lleno de lastima y compasión emitían un lastimoso "Lo siento" que resonó con tanta hipocresía en su cabeza, que no pudo evitar sentir coraje, sentir rabia por las palabras sin contenido. Ella lo sentía. Ella lo lamentaba. Ella se había pasado noches enteras pidiendo un milagro por la salud de su madre. Ella había estado hasta en el último segundo. Durante aquel tiempo no consideró a nadie digno de llorar una sola lágrima por su madre. Hasta que miró a su padre. Pálido, con las mejillas hundidas y profundas ojeras. Pero sereno. Y se sintió indigna, egoísta. Y presa de un repentino impulso salió de la estancia sin ser notada por nadie, camino hasta uno de los patios de la empresa y respiro tan profundo que sus pulmones no pudieron contener más aire. Y liberándolo lentamente se juro ser lo suficiente mente fuerte para que su padre pudiera sostenerse en ella. Sentía que el había perdido más que ella, el había perdido una parte tan importante de si mismo que Keiko no supo si pudiera superarlo con tanta facilidad.
Recordó fugazmente una situación similar, en donde ella había creído perder esa parte tan importante. Y Recién entonces comprendió como se había sentido la señora Atsuko aquel fatídico día… pero no pensó más en ello. No podía compararse. Además, aquello no importaba ya.
Luego el crematorio. En cuanto su padre sostuvo aquel jarrón de porcelana, se sintió tan asombrada que casi olvidó todo el dolor. ¿Su madre era… solo un puñado de cenizas? Toda esa mujer, todos esos recuerdos, aquellos brazos reconfortantes, las caricias suaves… Entonces entendió el significado de efímero. Y entendió lo efímera que era la vida, y una parte dentro de ella se lamento por todos aquellos años que había desperdiciado. Pero retuvo aquellos pensamientos y los volvió a encarcelar, hasta con cierta violencia.
Habían esparcido sus cenizas en un templo cerca de Tokio. Su madre había vivido toda su niñez en aquel templo, por lo que pensaron que eso seria lo mejor. Y pensó que sería más agradable poder rezarle en un templo a su querida madre, a saber que sus restos estaban rodeados de muerte. No estaba segura de lo que ella hubiera preferido, se había asegurado de jamás hablar acerca de aquel ineludible acontecimiento, pensando que tal vez así se pudiera evitar. Pero ella siempre lo supo, ambas.
La joven volvió sus ojos inundados en lágrimas, a las fotos que había sobre su cama. Habían sido muy unidas, ella siempre estaba, siempre la esperaba, y aguardaba. Sonaba lejano pero no hacía mucho ella la había recibido con una sonrisa. No le contaba todo, pero sintió que debería haberlo echo, ella jamás la hubiera juzgado. Aunque hubo cosas en su adolescencia que no se imaginaba contándole… si hubiera sabido donde de había pasado aquella semana en la que supuestamente había ido a una casa de campo de Shizuru…
Sobresaltada intento borra aquel nombre de su cabeza, y no dejó que todo lo que venía detrás salieran a su memoria.
Tardo en aceptarlo, pero lo había echo. Y se dio cuenta de que siempre estuvo presente la señal de que su vida no seria muy larga, desde que tenia memoria ella había sido débil, muy seguido tenia recaídas. Por lo que sabía, su padre había puesto el restaurante por ella. Pasaban más tiempo juntos, y se aseguraba de poder cuidarla el máximo posible. El restaurante estaba impregnado en sus detalles y su esencia. Se preguntó si su padre podría seguir haciéndolo todo solo. Aunque ella estuviera enferma, su padre jamás había vivido sin su madre. Eran la clase de parejas que con el paso de los años se arraigaban más el uno al otro, y ahora que ella ya no vivía en la casa, las cosas habían cambiado mucho. Demasiada soledad.
Habían pasado la primera noche juntos en la vieja casa donde había vivido casi toda su vida. Habían llegado y el se había puesto a cocinar, se quedaron en el restaurante toda la noche hablando de ella, de los buenos momentos. Y aunque se le había agarrotado la garganta al escucharlo llorando y relatando toda su vida con aquella mujer a la que tanto amaban, solo un par de silenciosas lagrimas escaparon de sus ojos castaños y procuro ocultarlas de la vista de su progenitor. Había sido fuerte por el. Su padre rechazo su ofrecimiento de quedarse con el más tiempo, no quería que dejara de lado su vida ambos debían superarlo y para ello necesitaban volver a la rutina, y eso no sucedería si ella no volvía a su apartamento con su vida en la capital. Había muchas cosas nuevas en su vida. La universidad, su departamento y Natsu eran algunas de ellas.
Natsu era la hija de la actual sacerdotisa del templo donde había sido criada su madre y donde habían esparcido sus cenizas. La conoció cuando entro a la TODAI. Entonces ella se había mudado a un pequeño apartamento en Tokio, bastante cerca de la universidad, que era bastante más de lo que podía pagar, sin embargo su beca para la universidad le cubría aquel lujo. No conocía a mucha gente y Natsu se había comportado muy amablemente con ella. No tardaron en convertirse en amigas.
Ambas estudiaban medicina. Natsu era un año mayor que ella ya que había perdido un año de primaria por un accidente en su niñez, según le había contado a Keiko. Aquel primer año en Tokio fue hermoso para Keiko, su madre solía visitarla seguido e iban al Templo donde vivía Natsu y sus cuatro hermanas junto a su madre. Las mujeres no se habían visto en años y aquello subió el ánimo de su madre. Pero luego de aquel fugaz año de felicidad las cosas no se sostuvieron y comenzaron las recaídas, demasiado seguidas. Le diagnosticaron tuberculosis. El tratamiento fue rápido ya que los antibióticos eran muy efectivos pero la enfermedad la dejo muy débil y no paso mucho tiempo antes de que recayera nuevamente.
Keiko se levanto de la cama y miro el reloj en su mesita de noche, eran las 21:45. Dejó el dije en un pequeño alhajero y fue hasta el baño. Se mojo el rostro con agua helada que hizo que sus ojos ardieran, y se ató el pelo en una trenza no muy prolija. Estaban entrando en verano y hacia mucho calor, así que estaba vestida en una bonita yukata de color blanco, pensó que la simpleza y delicadeza de la ropa en contraste con su pálida piel le daban una apariencia muerta. Se miro en el espejo sin mirarse realmente, este le devolvía una imagen que no le decía nada. El cabello castaño no estaba tan cuidado como debería, y los rasgos finos eran los de una mujer, sus veintitrés años habían echo mella, pero sus ojos aún recordaban a aquella niña de secundaria que muchos no lograrían reconocer en ella a simple vista.
Salió del baño casi como una autómata, y yendo a su diminuta cocina saco una jarra de té helado de la heladera del cual de sirvió un vaso. La garganta seca agradeció el liquido frio pero a Keiko le produjo malestar, hacía unos día que no comía muy bien, y solía devolver si intentaba comer más de un par de bocado de comidas solidas, Natsu la reprendía por el falto cuidado a su cuerpo. Esa misma mañana habían peleado por eso. Natsu la visitaba todos los días y almorzaba con ella. Pero para la muchacha la situación se había dilatado demasiado, así que ante la total negativa de Keiko a probar bocado, la muchacha le amenazó con llamar a su padre, y aquello enfureció mucho a Keiko, su padre no debía tener más preocupaciones. Keiko le grito a Natsu, y le exigió que no se volviera a meter en su vida. Pero la muchacha no le grito y solo le dijo calmadamente antes de retirarse:
-Creo que la que no lo supera eres tu, te escudas diciendo que lo haces por tu padre, pero el lo ha enfrentado mejor que tu. Hundirse así, en la autocompasión y la tristeza, no es una actitud fuerte, Keiko. Fortaleza es enfrentar las cosas de frente, llorar lo que debas llorar y aceptar la ayuda de las personas que te quieren si la necesitas, no siento lastima por ti Keiko, lo sabes. Piénsalo
Y lo había pensado mucho.
Volvió a su cuarto y recogió todas las fotos de la cama sin mirarlas, y las guardo en una caja. Si quería sobreponerse debía guardarlas por un tiempo, al menos hasta que la herida sanara.
Volvió a tomar el dije, tal vez también debería guardarlo. Pero algo se lo impedía. Ese dije era especial, su madre lo quería mucho y se lo había dado especialmente para ella, cuando se lo entrego fue el ultimo momento. Recordaba perfectamente el momento.
--------------------------------------------Flash back-------------------------------------------------
Keiko corría lo más rápido que podía. Había tardado más de lo esperado, las calificaciones se las habían dado rápido, sin embargo era probablemente la última vez que vería a la mayoría de sus amigas en unos dos meses, hasta el comienzo del próximo año lectivo, ya que la mayoría pertenecían a ciudades más lejanas que la suya de Tokio y pasarían todo el verano con sus familias. Se habían emocionado demasiado despidiéndose y se le había pasado la hora, se sentía algo culpable.
Ese día debía cuidar de su madre y había perdido el tren. Para poder ir de la capital al pequeño barrio donde vivía había un viaje de al menos una hora. Y el próximo tren salía unos quince minutos luego del que debería haber tomado.
La joven entro apurada en su antigua casa, su padre estaba atendiendo el restaurante por lo que fue el primero en recibirla.
-¡Keiko¿Que fue lo que sucedió?- Su padre se notaba preocupado.
-No me sucedió nada no te preocupes- la chica le sonrió dulcemente- ¡Lamento haber llegado tarde!
-No te preocupes Atzuko se quedó un rato mas aun esta arriba con tu madre-
-¡Muy bien! Entonces voy subiendo-la joven se encamino a la otra habitación.
-¡Espera¿No vas a decirme como te fue?-El hombre parecía desconcertado.
-Pensé que nunca lo preguntarías! Pase con 92.7-Le anunció orgullosa de si misma
-Eso es genial Kei-chan!-su padre sonrió.-tu madre se pondrá muy feliz cuado lo sepa ve a contárselo.
-¡Claro!-
Keiko subió al piso superior casi saltando. Cuando llego a la habitación de su madre golpeo suavemente.
-¿Puedo pasar?-la chica espero la respuesta
-¡Adelante!-Se oyó la voz de la señora Atzuko
Keiko entro en la habitación.
-¡Konichiwa! Lamento haber llegado tarde Atzuko-san.
-No te preocupes tu madre y yo nos entretuvimos un buen rato-Atzuko se puso de pie-De cualquier manera ya me voy. Voy a salir con unas amigas esta noche. ¡Sayonara!
-Adiós Gracias por esperar-Se despidió la castaña
-Adios-dijo la señora Yukimura sonriendo débilmente.
-No fue nada-
Una vez Atzuko hubo salido de la habitación Keiko beso a su madre en la mejilla y se sentó a su lado como cuando niña.
-Y dime cariño ¿como te fue en el examen?-Sus palabras eran dulces, pero sumamente débiles.
-Muy bien aprobé con 92.7.-
-Eso es esplendido. Siempre supe que te iría bien.-La madre sonrió con algo de tristeza.-Presiento que Hoy va a ser un día especial ¿sabes?
Keiko se sorprendió ante este comentario. Miro a la autora de sus días. Su rostro se veía más cansado y pálido que el día anterior. Tenía ojeras y su voz era débil. Pero una sonrisa cubría su rostro, una sonrisa mas grande que cualquier otra que hubiera visto en mucho tiempo, y sus ojos se encontraban melancólicos.
-¿Por que dices eso?-Keiko se encontraba confundida.
-¿Keiko sabes que soy muy feliz?-
La aludida sonrió
-Si lo se-
-¿Sabes que te quiero mucho, cariño?-
Keiko se dio cuenta hacia donde se dirigía esto.
-Si lo se, yo también te quiero mucho mamá-Keiko se levanto y comenzó a aprontar algunas pastillas. Sus manos temblaban. Su madre la miro con más cariño aun.
-Keiko ¿puedes sentarte a mi lado, quiero decirte algo cariño?-
-Es hora de que tomes tus medicinas-Susurró, pero no pretendió que la voz le temblara.
-Las tomare luego, ahora quiero hablar contigo.-Keiko se voltio y la miro a los ojos-Ven siéntate a mi lado-
La muchacha accedió y se arrodillo en el suelo al lado de su madre.
-¿Que sucede?-
-Sabes, últimamente me he sentido muy cansada, mi cuerpo ya no tiene energías...-
-Eso es normal tuviste una recaída ya volverás a sentirte bien-La muchacha la interrumpió.
La mujer negó con la cabeza.
-No cariño, mi cuerpo es muy débil ya no volverá a recuperarse.-La señora Yukimura miro como su hija bajaba la mirada- ¡Pero no te pongas triste cariño! Tú no sabes como rebosa mi alma de júbilo. Tengo todo lo que quise siempre, tengo un hombre maravilloso a mi lado, tengo una hija de la cual me puedo sentir orgullosa, hice todo lo que quería hacer. Keiko fui más feliz de lo que pensaba ser. No puedo arrepentirme de nada.-La mujer sonrió.-Pero hay dos cosas que quisiera-Keiko la miro a los ojos, no podía hacer nada para evitar lo que iba a suceder.
-Dime mamá¿que es lo que sucede?-su madre busco dentro del cuello de su camisón y saco un collar con un pequeño dije. El adorno era una pequeña perla azul con un espiral de oro rodeándola.
-Mira Keiko-La chica miro el pequeño dije. Su madre siempre lo había llevado con ella nunca se lo quitaba-Esto es algo muy preciado para mi, es el único recuerdo que tengo de mi madre, de tu abuela. Ella murió cuando era yo una niña.-
-Si lo recuerdo tu me lo contaste-
-Este dije no tiene ningún valor material, sin embargo tiene un gran valor sentimental para mi. Keiko te pido que te lo quedes. Por favor llévalo siempre contigo.-La mujer se lo quito y lo extendió a su hija.
-Mamá no podría... es algo muy importante para ti.-
-Por eso mismo Keiko, eres mi única hija ¿a quien más podría dárselo?-
-Esta bien...-Dijo no muy convencida, tomo el dije y lo coloco en su cuello.
-Te queda mejor a ti que a mi cariño-La madre sonrió. Keiko solo hizo una mueca.
-Y por ultimo quiero que me prometas algo.-
Keiko la miro extrañada
-¿Que cosa?-
-Que no vas a dejarte rendir.-La joven abrió su boca para decir algo pero su madre se le adelanto- escúchame Keiko, no importa que sea lo que te espere, no importa lo que te hieran, siempre levántate y sigue adelante nunca te rindas. Prométemelo-Esta vez su madre se encontraba seria. Keiko dudo pero luego se lo dijo.
-Lo prometo mamá-La mujer sonrió mas tranquila
- Me encuentro muy cansada. Voy a dormir cariño, dile a tu padre que no olvide cerrar las ventanas del restaurante.-Su respiración era débil.
Keiko la miro. Frente a sus ojos, la estaba perdiendo frente a sus ojos.
-¿Mamá...?-Se le corto la voz no pudo hablar mas. Eso no podía estar pasando no podía ser verdad...
Keiko la volvió a mirar, ya no había ningún movimiento.
¿La había estado esperando, estuvo soportando hasta que ella llego? Y ella había perdido tiempo charlando con amigas y remoloneando…
El frasco de pastillas en sus manos callo al suelo.
-¡Keiko!-La voz de su padre se estaba acercando ¿como iba reaccionar¿Que iba a decirle?
Los pasos se acercaron a la habitación. Pero Keiko no quiso contestar enseguida.
-Llama al hospital…-Murmuró, aun sabiendo que de nada servía.
------------------------------------------fin del flash back --------------------------------
Ante el recuerdo las lágrimas volvieron a fluir de los ojos de la joven.
"no puedo seguir haciéndome esto"
Natsu tenía toda la razón.
Se dirigió hacia el bacón que había en su edificio. Salio y respiro profundamente. No había llorado hasta que se encontró sola por que sabía que cuando comenzara no podría detenerse. Pero tenía que controlarse. Miro hacia la ciudad. Su departamento estaba en el piso quince por lo que podía ver a bastante distancia. A lo lejos se alzaba majestuosa la torre de Tokio. Era raro pero en los 3 años en los que había estado en la capital nunca la había visitado.
Un ruido interrumpió sus pensamientos. El teléfono no dejó de sonar y la contestadora se encargo de contestar a la insistente persona.
-Habla Keiko Yukimurae en estos momentos no me encuentro puede dejar su mensaje después del tono o volver a intentarlo mas tarde –Su alegre voz que había sido grabada unos tres años atrás dejo paso al tono para que la persona de otro lado hablara.
-¡Keiko¡No me ignores!-En el rostro de Keiko se dibujo una sonrisa. Natsu nunca dejaba de preocuparse de ella. A pesar de su pelea de la mañana, y la forma en la que le había gritado, ella seguía llamándola con aquella voz infantil y preocupada.-NO voy a pedirte que conteste por que puede que aun estés molesta, pero tenemos que solucionar esto para mañana. No pienso dejar que te quedes encerada allí. Tomate las pastillas que te di y duérmete ahora que mañana voy a estar a las a las 9:00 en tu casa. Vamos a ir las dos a pasear un rato. ¡Keiko! Las vacaciones solo duran tres meses ¡¡¡no puedes quedarte encerada allí durante todo el verano!!! Bueno, eso era lo que quería decirte espero que estés mejor mañana... Adiós- Keiko escucho todo con una sonrisa. No se había dado cuenta pero Natsu siempre estaba a su lado cuando la necesitaba...
Ella vendría a las nueve así que tendría que levantarse temprano. Hacía días que no dormía bien por las pesadillas. Pero al menos debía intentarlo.
Se dirigió a la cómoda y tomo las pastillas. Se sirvió te helado y se tomo dos pastillas y se recostó en la cama, cerro los ojos y al instante el sueño la tomo. Esas pastillas si que eran efectivas.
Fin del Prologo
Terminado el 19/9/2004 a las: 17:40 PM.
Fin de la reedición: lunes, 01 de octubre de 2007 3:32 AM
Notas de la Autora:
¡Bien, finalmente comenzamos de nuevo!, todo un logro… Espero que todos los que estén por allí tengan las ganas de volver a releer todos los capítulos nuevamente. Para que no fuera tan aburrido me he encargado de que todos estén algo cambiados. He agregado más descripciones, eliminando lo que me parecía demasiado malo, y mejorado otras cosillas. Este prologo, por ejemplo, está bastante cambiado al original. Mejorado creo yo, pero eso lo decidirán ustedes. Como siempre todas las dudas que puedan tener, solo tienen que dejar un mensaje y yo se las contestaré, también de esta misma forma, espero recibir críticas constructivas (Lo cual no significa solo felicitaciones, que son igualmente bienvenidas ). Lo único que pido es respeto, con el que yo misma les trataré a ustedes. Más información, sobre está historia, la subiré a mi Perfil ¿OK? Todo claro, y de otra forma, existen los reviews.
Cariños a todos
