Permítanme aclarar que no es un KenshinxTomoe.
Summary: Kenshin debía aceptarlo, quizás a veces no se sentía muy cómodo en la intimidad con Tomoe, su fogosa esposa y necesitaba ayuda,…pero, ¿De Quíen? AU K&K
1. De Pudor y Sexo
"Lo has visto? El de la derecha, el que sigue bebiendo después de 5 cervezas ya"
"Sí…tan guapo, a pesar de que está ebrio"
"Pero la tristeza se le ve en los ojos…casi siento pena y eso que ni le conozco…"
"Mejor sigue sirviendo, tonta, o descubrirá que hablamos de él"
Y eso importa ahora? Pensó Kenshin con desgano. Aún estando algo ebrio y sentado en una lejana mesa Kenshin escuchó los comentarios de las camareras del bar y es que siempre se pudo decir que tenía ciertos talentos tanto físicos como intelectuales que iban un poco más allá de lo normal.
De partida era pelirrojo de ojos violetas, quizás no era un fortachón fornido pero tenía la musculatura suficiente, su familia desde generaciones ha practicado el Hiten Mitsurugi Ryu y fue ganador de bastantes torneos gracias a la tradición familiar. Con esfuerzo y dedicación logró sacar su carrera de profesor de matemáticas, quizás no tan al gusto de Hiko, su padre, pero era lo que le gustaba. No era muy alto…y…bueno, a la envidia de sus amigos, siempre tuvo mucho éxito con las mujeres llegando incluso hasta casarse con Tomoe, una mujer reservada y tranquila que conoció en la universidad donde trabajaba.
En fin…Himura es un buen hombre.
Es así como llegamos a la pregunta del millón
¿Qué diablos hace este aquí, bebiendo? …
"Señor..ehm" la camarera que se le acercó no puedo evitar cohibirse al sentir su intensa mirada sobre ella "s-señor, se encuentra bien?"
"Si, tráeme otra"
"B-bien…supongo" Partió corriendo
Kenshin miró la mesa cansado y triste. Por qué?...Por que estas cosas le pasaban a él? Había hecho algo malo?. Molesto de repente por algo que no sabía, tomó la cinta que sujetaba su largo cabello en una coleta alta y soltó. Sus rojas hebras se dispersaron por su sweater negro y le cubrieron parte de la cara pero no le importó.
"Aquí tiene" Dijo la camarera con voz chillona, tanto excitada por la exótica apariencia del pelirrojo como asustada por su mirada.
"Gracias"
La camarera se alejo, suspirando.
Kenshin siguió bebiendo. Y hubiera seguido de no ser por una ruda mano que le quitó la botella de cerveza de la boca bruscamente, haciendo que un poco de líquido resbalara por su boca. Con torpeza se limpió con el reverso de su manga. Si, ahora hasta él mismo se daba cuenta, estaba ebrio.
"Con que aquí estabas, Kenshin"
"Sano…"
El aludido se sentó frente a él, mirándolo con el ceño fruncido
"¿Qué haces aquí? y ebrio además…"
"Déjame en paz, Sano"
"Kenshin, te fuiste diciendo que irías a buscar tu bat a tu casa y no regresaste jamás. Los chicos terminaron aburridos y se fueron, estuve buscándote hasta el cansancio…" Sanosuke suspiró y retomó la pregunta "¿Qué haces aquí? ¿Qué te pasó?"
Kenshin miró a su amigo. Aún le quedaba Sano. Aquel pensamiento le llenó de repentina confianza. Debía contarle por necesidad
Un suspiro liberó, listo para empezar. Sano miró sus ojos y vio el pesar. Algo malo había pasado.
"Es Tomoe…yo.."
Eran las 4:00 de la tarde y Kenshin había quedado de ir a jugar basebol con unos amigos después del trabajo. Kenshin se sentía bien y con el presentimiento de que hoy sería un buen día, no era normal que en pleno miércoles el director permitiera la salida de todo el personal de la universidad a las 2:00 cuando en verdad la salida era a las 6:00, además cuando fue a llenar el estanque del auto fue grande su sorpresa cuando se dio cuenta de que la mujer le decía que era gratis por ser él; sin olvidar que cuando iba camino a su auto se encontró con mil yenes en el suelo. Era el destino, pensó Kenshin. Apurado en su auto, apenas llegó a su apartamento, entró y busco entre sus cosas con un sigilo ya hecho costumbre por su entrenamiento.
Ya cuando estaba listo y tranquilo, con su bat en mano, se permitió un momento para verificar si todo estaba en orden. Y es que ese fue su error. Habiendo visto que todas sus cosas estaban bien se alarmó cuando sintió unos ruidos extraños proceder de su habitación. Pensando que podía ser su esposa, caminó hasta la habitación y lo que encontró no le gustó…
Se oyeron gritos pero nadie salió lastimado. Lo único que terminó lastimado fue el matrimonio de Kenshin y Tomoe y claro, la racha de suerte.
Sanosuke guardó silencio por un momento hasta que se decidió.
"Ya veo….y----…con quién estaba?.."
"Kiyosato Akira" -dijo Kenshin como si escupiera veneno con cada sílaba
Sano palideció
"Pero!! No es ese tu amigo de la infancia?!" gritó
"Así es" Kenshin miró sus manos y la mesa.
"Vaya…Kenshin…ejem, tu me perdonarás pero,…Cómo es que eso pasó? Tan santa que se veía Tomoe…"
"Supongo que es porque yo…" Kenshin se detuvo y abrió los ojos por el descubrimiento.
Era él, el de la culpa?...No, no podía ser!, él no había mandado a Tomoe a la cama con Akira! Se sonrojó por aquel pensamiento.
"por que tu..?" siguió Sano, expectante
Kenshin se quedó cabizbajo. Quizás..había descubierto el porque de la infidelidad de Tomoe.
"Kenshin"
El aludido miró a Sanosuke quien le miraba seriamente.
"Lo que te pregunto es por que soy tu amigo y bueno,…tenemos confianza verdad?"
"Si"
"Tú…" Sano se rasco la nuca, nervioso, "bueno,..tú satisfacías bien a Tomoe?"
"Sano!" Dijo un alarmado Himura, con el bochorno en las mejillas.
"Vamos responde! De hombre a hombre!"
Kenshin reflexionó. Bueno,…hace 5 meses que no tocaba a su esposa, eso era malo?. Realmente no sabía la respuesta
"Hace 5 meses que no la tocaba"
He ahí el problema principal de Himura
Era inteligente, lindo, divertido, simpático, culto…todo lo bueno ecepto por aquel problema.
Kenshin venía de una familia EXTREMADAMENTE conservadora
El tema Sexo no existía
Erradicado por el pudor.
Todo eso derivaba en terribles problemas de inseguridad. Hiko jamás habló con él de esos temas. Y su madre murió antes de que él recién se diera cuenta de que había algo más detrás de las cigüeñas y los repollos. Realmente se preguntaba como había logrado pasar la luna de miel (que duró dos días).
"5…meses?"
"Si…"Suspiro Kenshin "Que quieres que te diga Sano?, mi matrimonio es un fracaso, solo duró medio año" se avergonzaba de admitirlo
"pero Kenshin…yo creí que se amaban…"
"Aún la amo Sano, no tengo idea por que…"
"Bueno Kenshin, tu debes saber que, a pesar de que es lo primero que se va, el deseo es muy importante en el matrimonio…El sexo – Kenshin dió un respingo- mantiene la chispa entiendes?"
"Que quieres que haga Sano?...No puedo ir allá a….a….bueno tu sabes, no regresaré a los brazos de Tomoe, lo que hizo estuvo mal"
"Y no lo justifico, amigo. Sólo te digo que el sexo –Kenshin dio otro respingo- es importante. Alguna vez hablaste de tu falta de atención con tu ella? Tenías alguna razón para no estar con ella?"
Kenshin se sentía abrumado. Sano estaba siendo demasiado directo para su gusto
"Es el trabajo Sano. Siempre hice lo mejor que pude para que ella tuviera la comodidad que merecía. Hasta hice horas extras."
"Así llegabas cansado y no tenías tiempo para ella no?"
"Si, supongo…"
Sanosuke parecía pensativo y Kenshin se preguntaba que artimaña estaría pensando.
"Bueno, yo tenía el presentimiento de que tarde o temprano ibas a necesitar esto, así que…" Decía cuidadosamente mientras buscaba entre sus bolsillos dando con un papel blanco que le entregó despreocupadamente.
"Qué es esto?" dijo Kenshin mientras leía el papel lentamente y comenzaba a alarmarse
"Es la dirección de trabajo de un sexólogo"
"SEXÓLOGO! NO NECESITO UN SEXÓLOGO"
Todo el bar se silenció, mirando al hombre que había gritado y que ahora estaba mirando a su acompañante con una mezcla de indignación y bochorno.
Sano lo miró con molestia.
"Por que no gritas más fuerte? Así se entera toda la ciudad"
El movimiento en el bar retomó su ritmo, olvidando el grito rapidamente. Kenshin se tranquilizó un poco y miró a Sanosuke con interrogantes ojos violetas mientras se amarraba nuevamente su olvidado cabello, esta vez en una coleta baja con las mejillas mas rojas que un tomate.
"Y en que me va a ayudar un sexólogo?"
"Bueno estos tipos podrían ayudarte con tu timidez, y de paso salvas tu matrimonio"
"No sé si quiero salvarlo Sano. Quizás lo habría soportado si hubiera sido un desconocido, pero es Akira,…,mi amigo. Yo lo consideraba tan importante"
"Bueno,…pero piensa que Tomoe no es la única mujer en el mundo. Lo que te aprendas con el doc se lo puedes enseñar a la próxima que se te cruce. Así le muestras a esa lo que se pierde"
"Sano…" Kenshin miró de un lado a otro, esperando que no hubiesen escuchado.
Esa manera de hablar de Sano…
"Bieno,…irás o no?"
Kenshin lo pensó con cuidado. Bueno,…quizás si, tenía un problema.
Y si preguntarle a un sexólogo era la respuesta?...
"Bien, lo intentaré" Dijo, no muy confiado. Al menos lo intentaría
"Si!, lo harás bien Kenshin, confío en ti!"
"A propósito" recordó algo muy importante " Es hombre o mujer?"
"Por supuesto que es hombre! No se puede confiar en las mujeres con estos asuntos!" grito Sano
Error
Lamentablemente no se dieron cuenta de que hoy la clientela del bar era mayoritariamente femenina
Y que era mayoritariamente de buen oido…
Rapidamente Kenshin pagó las cervezas, y él y Sano salieron corriendo de las miradas furiosas de las mujeres.
Ya estando lejos, Sano miro a Kenshin, a quien se le había pasado un poco la borrachera después de la plática
"Bueno entonces iré mañana a ver a ese señor…¿sabes su nombre?"
"Genzai,…creo"
"bien" Himura sonrió, agradecido. Aún en los pozos más profundos de la dolencia siempre podía contar con que Sano estaría ahí para ofrecerle ayuda.
"Gracias, Sagara"
"De nada, profe"
Kenshin no pudo evitar reir.
Hoy no era su día tampoco. No quiso volver a su casa después de lo ocurrido, asi que buscó un hotel modesto donde pasar la noche, desafortunadamente todos estaban ocupados, "maldita temporada de turistas" pensó Kenshin. No le quedo otra. Tuvo que buscar un motel, vaya broma. Y ahí, rabioso por Tomoe, nervioso por su cita con el sexólogo y abochornado por los ruidos extraños que se escuchaban a través de las paredes (y que le recordaban a Akira) pudo dormir….2 horas. No le quedo dinero ni para comida ni para algo que le quitase el molesto dolor de cabeza producto de la resaca. Y para colmo, el MALDITO calentamiento global le jugaba en contra. Ayer hubo sol quemante y hoy llovía torrencialmente. Kenshin no tenía ropa abrigada, ni paraguas ni auto. No podía pedirle ayuda a Sanosuke ya que no le quedaba batería en el celular.
En otras palabras, ese día estaba jodido.
Al menos había logrado encontrar el lugar a pie.
Que no era lo que esperaba.
Un antiguo edificio de tres pisos, parecía del Barroco, pero con la pintura descascarada. La acera a su alrededor estaba sucia. La puerta era angosta con manillas de un metal que quiso ser el reemplazante del oro sin éxito (otra manera de decir fantasía). Las ventanas estaban sucias y los marcos gastados también. Este cuchitril parecía a punto de caerse…
Definitivamente no era lo que esperaba.
Será otra broma de Sanosuke?...
Kenshin revisó bien la dirección y estaba correcta. Debía de ser aquí.
Avanzó a la maltrecha puerta y tocó a golpes (dudaba que el timbre funcionase). Después de 10 minutos abrió la puerta, una linda joven de mirada astuta y labios rojos, ataviada con un (demasiado) apretado vestido burdeo y las uñas rojas como sus labios. Kenshin se sonrojó cuando la vió mirarlo de pies a cabeza concentrándose más en cierta parte de su anatomía.
"Eh...señorita?..." al fin ella lo miró a la cara y esbozó una provocativa sonrisa.
"Adelante, por favor…" La mujer arrastraba las palabras mientras lo dejaba pasar.
Ahora si que Kenshin estaba asustado.
No habré ido a parar a un burdel?...
Observó la sala. Si afuera estaba todo horrible adentro no estaba tan mal. Era una sala decorada acogedoramente. Con sillones, mesitas y un gran escritorio. Había una chimenea y en el piso había una gruesa alfombra. Todo en tonos sobrios y oscuros, basados en el rojo.
Kenshin se dió la vuelta y se encontró con la mujer acorralándolo. Asustado y abochornado retrocedió un paso.
"Y dime, cariño eres real?" Ella puso una mano en el pecho de Himura. "soy Megumi y tu?"
"K-Kenshin…" De a poco se iba alejando pero ella se acercaba el doble
"Kenshin" sus rojos labios se abrieron sensualmente pronunciando su nombre haciendo que Himura se sonrojase hasta la punta de su cabello "Tímido, eh?"
Megumi se acercaba cada vez más y Kenshin sudaba y tragaba duro sin poderlo evitar. Ni Tomoe se le había acercado así antes.
"Yo…"
"La timidez excesiva es un problema de inseguridad, sabes? Afecta a muchas cosas en la vida real" Ella lo interrumpió y se alejó rápido. "La mayoría de las veces es inculcada por los padres. Padres no extrovertidos, hijos inseguros" Avanzaba hacía su escritorio balanceando las caderas. "vienes a ver a Genzai, verdad?" Se sentó en su silla y tomó un lápiz.
Kenshin estaba sonrojado y se sentía mal por sus palabras pero aún asi respondió.
"Si, me recomendó un amigo que lo viera…y bueno, supongo que sí tengo un problema" agregó con pesar.
"Oh,…pobrecito" Megumi hizo un puchero "Megumi puede ayudarte, sabes?..." Volvía a arrastrar las palabras para provocarlo.
"Ah…Genzai,…él está?" La interrumpió antes de que esta vez comenzara una insolación.
"Noup"
"Qué?"
"Genzai no está"
Todo había sido en vano.
"Y cómo es que no esta? A donde fue?"
"Oh Kenshin,…Siéntate y te explico"
Kenshin obedeció, sentándose en la cómoda silla que estaba en frente de Megumi. Ella sonrió.
"Me encantan los chicos como tú,…pareces virgen actuando de esa forma. En fin, te explicaré, Genzai, como tu debes saber bien es sexólogo. Un profesional bastante reconocido y famoso; probablemente jamás hayas escuchado de él porque la sociedad de hoy aún tapa el tema de la sexualidad, pero a cuchicheos la gente se informa bien y para no alargar más esto, tan famosa se hizo su consulta que juntó dinero suficiente y se fue de luna de miel con su mujer"
"Y…cuándo vuelve?"
"Ehm…sinceramente no sé, quizás 5 meses a lo mucho"
"Oh,…vaya" Kenshin miró el suelo. Su luna de Miel había durado 2 días, y ese vejete pensaba pasar 5 meses con su mujer a solas. Aquello lo desalentó. Tomoe lo engañó porque el no supo dedicarle tiempo. Seguramente ella le habría ayudado con sus ataduras y habrían superado la crisis. Y él no estaría ahí. Y no la habría perdido.
Básicamente estaba ahí por ella…Pensaba que si se convertía en alguien seguro de sí mismo ella volvería a él, y no tendría que estar buscando afecto en los brazos de alguien más.
"Te urgía mucho verle, no?"
"Si, pensaba que él me ayudaría"
Megumi lo miró sumirse en la tristeza, algo dentro de ella le obligaba a que le ayudase. Esta debilidad suya por los chicos buenos…
"Bueno…quizás no todo está perdido Ken-san"
Kenshin le devolvió la mirada con esperanza renovada en sus violetas orbes. Al fin, luz.
"Me ayudará?"
"Hoy es su día de papeleo, pero, no creo que le moleste tener un paciente ahora y menos si ese paciente es como él" Megumi parecía hablar consigo misma. "Bien, te ayudare, espera un momento" comenzó a buscar entre sus fichas hasta que dió con una que estaba vacía. "Tus datos por favor, nombre, edad, teléfono y dirección. Así te registraré como un paciente"
"Himura Kenshin,…tengo 28" Kenshin se sonrojó cuando escuchó a Megumi ronronear cuando escuchó su edad "el teléfono es….(Hana protege la identidad de los personajes….)y la dirección es….(Hana protege a Kenshin de las fanáticas) eso es todo"
"Bien, espera un minuto" tomó el teléfono y apretó un botón. "Tengo un paciente aquí…si….sé que hoy es tu día libre pero es alguien especial…te encantará te lo aseguro…si ya está registrado…por supuesto que vale la pena…vale, ahora lo mando….heehee" Megumi colgó y lo miró sonriente "Sube al tercer piso, encontrarás un pasillo con dos puertas. Toma la de la derecha, cariño y suerte" le guiñó un ojo.
"Mu-muchas gracias Megumi-san" Kenshin se paró con torpeza y se dió la vuelta encontrando rapidamente la escalera. Y comenzó a subir
Llegando a tercer piso Kenshin miró a la derecha y encontró la puerta. Se acercó y con cautela la abrió, entrando con paso prevenido.
La habitación era grande comparada con la recepción. Tenía un sillón con una pequeña mesa de té y había una cama para extrañeza de Kenshin.
"Llegaste"
Aquella voz hizo que a Kenshin se le erizaran todos los vellos de la nuca. Un escalofrío recorrió su espalda. Tragó saliva.
"Date la vuelta, cariño, quisiera verte bien"
Tanta emoción en un solo día…
Kenshin se dió la vuelta y encaró a la persona que estaba hablándole, con valor a pesar de lo tembloroso que estaba.
"Vaya, la zorra tenía razón, eres un ángel"
Kenshin se sorprendió ante la manera de hablar de aquella…señorita
Y es que frente a él estaba la mujer más bonita que hubiera visto jamás.
"Kamiya Kaoru, sexóloga"
Fue ahí cuando todo comenzó
"Y tú, como te llamas?"
………
Continuará…
Hace tiempo que tenía esta idea en la cabeza.
Seguiré con ambas historias paralelamente.
25 de "The Erotic Lilly" Kp. 2
Heehee
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