UNA NOCHE DE INSOMNIO JUNTOS

Han pasado casi dos años desde que la Generación Dorada de Japón consiguió el Campeonato Mundial Juvenil de Futbol. Sus integrantes se han enfrentado a un sinnúmero de obstáculos, lo que en un principio parecía que les abriría las puertas del mundo se convirtió rápidamente en una carga para cada uno de ellos.

Pero como siempre, acostumbrados a luchar y a no amilanarse ante nada, sacaron la fuerza de los antiguos Samurái y demostraron al mundo de lo que estaban hechos y que no había sido una casualidad la obtención del título mundial.

Ahora, se encontraban ante otro reto, los Juegos Olímpicos de Madrid; el camino fue largo y sinuoso pero con las genialidades de Matsuyama, Misugi y Misaki consiguieron el pase deseado y solo esperaban la inauguración para que junto a Ozora, Wakabayashi y Hyuga consiguieran la presea dorada.

Sanae Nakazawa, estudiaba la carrera de biología marina en la Universidad Complutense como parte de un intercambio con la Universidad de Tokio, amaba su carrera pero en el fondo la decisión de mudarse la tomó para estar más cerca de su eterno y despistado amor Tsubasa Ozora. No dudó un instante en aplicar para el programa de intercambio en cuanto supo que el capitán japonés había sido enviado al equipo B del Barcelona, sabía que esa era una terrible prueba para el joven y aunque no estarían en la misma ciudad por lo menos ya no los separarían diez mil kilómetros de distancia.

Conocía todas las rutas de los trenes para recorrer el país, siempre hacia hasta lo imposible por acompañarlo en cada uno de sus juegos aunque tuviera que cargar con media biblioteca para cumplir con sus deberes, tal y como lo hizo en Japón y ahora que empezaba la preparación final para los Juegos Olímpicos el entrenador Kira las había mandado llamar, a las antiguas managers quienes en su opinión eran tan importantes para el equipo como los mismos jugadores.

Cuando recibió la noticia de su incorporación al primer equipo comenzó un cambio en la vida de Tsubasa, con la ayuda de Sanae comenzó a buscar una nueva casa y a decorarla, sin duda él nunca lo habría hecho eso era algo de lo que las mujeres se encargaban, para él solo con tener un techo y una cama donde descansar era suficiente, al menos eso creía hasta que se vio dueño de su propio lugar; claro, no después de unas cuantas discusiones sobre el color de la pintura, el mobiliario, la decoración y las interminables horas que pasaron de compras para lograr todo eso. En compensación por sus molestias le regaló la cámara fotográfica que tanto deseaba y una copia de las llaves de su casa para que la usara cuando así lo quisiera.

Y llegó el día, ella pensaba que se encontraba entrenando por lo que llego temprano para tratar de sorprenderlo con su cena favorita aunque él lo único que notaba era el sabor de la comida. Entró pero un ruido proveniente de la cocina la alertó, caminó sigilosamente y notó una sombra adentrarse en la alacena, el joven le hizo una seña para que guardara silencio

"Tsubasa, estas aquí"

"Shhhh baja la voz, aquí estoy pero también están Taro, Genzo y Kojiro"

Enarcó su ceja intrigada por la actitud de su amigo y pregunto también en un susurro "¿y donde están?"

"Están ocupados"

"¿Haciendo qué?"

"¡Me andan buscando!"

En eso la puerta se abre de golpe y un chorro de agua baña la cara y el cuerpo de ambos

"Te encontré bastardo" el rostro de Wakabayashi palideció al ver que no solo había mojado a su amigo sino a una inesperada visita

"Déjame algo a mi si este maldito me bañó con la manguera" intervino un empapado Kojiro cometiendo el mismo error que el portero del Bayern.

"¡Par de idiotas deténganse!" ordenó Tsubasa

"Jajajaja que bueno que te vi entrar Sanae si no también te hubiera mojado" dijo Taro quien portaba una pistola de agua al igual que el resto de los jugadores

"Y porque no nos dijiste imbécil, ya mojamos a la pobre de Sanae" reprochó Kojiro

"Ah picarones ¿que estaban haciendo en un lugar tan oscuro? ¿Por eso no dábamos contigo?" bromeo Genzo

"Déjenlos en paz, Sanae acaba de entrar en la casa, la vi desde el balcón" le ofreció una toalla a su amiga para que se secara "y a que debemos tu visita Sanae"

"¿Qué no puedo visitar a mi amigo? Lo que no esperaba era un recibimiento así, ni verlos a ustedes"

"Obviamente no, pero como el entrenador Kira nos reunirá en la ciudad pues decidimos venir antes y divertirnos un poco, es increíble la diversión que puedes conseguir con algunos globos y un par de pistolas de agua" explicó Taro

"Claro cuando no te hacen trampa con la manguera o el sistema de riego del jardín" reprochó molesto Kojiro después de lo sufrido con Tsubasa

"Oh por Dios, ¿no habrán dañado los tulipanes? ¡Miren como han dejado los pisos! ¡Son de madera!" exclamo Sanae mientras revisaba los rastros dejados por los jóvenes

"¿Cuáles son esos tulipanes?" preguntó confuso Genzo a lo que Taro solo se encogió de hombros

"Los que rodean la fuente" respondió molesta

"Ah no te preocupes" contestó aliviado, "por esa parte no anduvimos, y por los pisos ni te alarmes, se secan solos, malo lo que sucedió en mi casa cuando jugamos con pistolas de gotcha, ¡las paredes aun guardan la historia de esa batalla! Como sea, déjame decirte querida Anego"

"¡No me llames Anego!" respondió furiosa

"Ok, me disculpo, Sanae, pero verás, somos hombres solteros, vivimos solos para que nadie nos diga nada ni nos llame la atención, si quisiéramos cuidar las cosas o que nos regañaran pues viviríamos con nuestros padres o estuviéramos casados"

"Es cierto Wakabayashi" intervino Kojiro "la última vez que me regañaron fue cuando mi madre me visitó en Italia, les juro que había limpiado la casa pero para ustedes las mujeres si no lo hacen por sí mismas entonces no está limpio, amo a mi mamá, pero les juro que fueron las tres semanas más largas de mi vida"

"Sus argumentos son validos" aclaró la joven "pero después de que ustedes se divierten, ¿Quién se encarga de recoger este desastre?"

"¿Limpiar?" dijo extrañado Kojiro "¿Cómo para qué?"

"Tal vez deberíamos escuchar a Sanae" dijo Taro "recuerden la última vez que cocinamos en mi casa, durante una semana no pude usar la cocina y tuve que contratar una muy costosa empresa de limpieza, además de cambiar algunos gabinetes"

"Eso es culpa de Tsubasa" se defendió Genzo

"¿Y yo como iba a saber que si no le hacía hoyos a la papa el microondas iba a explotar? Además de que te quejas Taro, si la olla donde cocinabas la salsa también explotó y quedó toda pegada en el techo"

"Y el perro de Genzo se llevó la carne" agregó Kojiro

"Santo Dios, ¿cómo han sobrevivido solos tanto tiempo?"

Los jugadores levantaron sus hombros y su cara no mostraba la más mínima preocupación

"Ni te molestes en averiguarlo que nunca lo sabremos"

La atención se desvió hacia la puerta donde las demás managers del equipo hacían su entrada

"Yukari, Yoshiko, Yayoi, que gusto verlas" expresó Sanae saludando a cada una de sus amigas que sin duda también habían recibido la carta de parte de la Federación.

"Primero las tres M de Misugi, Matsuyama y Misaki y ahora las tres Y de Yukari, Yoshiko y Yayoi, creo que debemos buscar gente con otras letras" dijo en voz baja el portero al delantero de la Juventus quien solo atinó a asentir

"Hola chicas, bienvenidas a mi casa, disculpen el desorden, porque no pasan al comedor que creo que es el único lugar decente" explicó Tsubasa mientras se rascaba la nuca con su mano derecha como solía hacerlo cuando estaba nervioso o avergonzado "podrías atenderlas Sanae, nosotros enseguida las alcanzamos" señaló a sus amigos que subieron a cambiarse las empapadas ropas.

"Bueno Sanae, supongo que todas estamos aquí por lo mismo" inició Yukari

"Así es, vine a responder al llamado del entrenador, después de todo ya terminaron las clases en la universidad y no regresamos hasta el otoño"

"Si, nosotras también aceptamos, que sería un verano sin los chicos" dijo sonriente Yayoi

"Por supuesto, es demasiado tiempo sin ellos" agregó Yoshiko

"Ah por Dios, que voy a hacer con ustedes, se supone que venimos a ayudar a conseguir la medalla olímpica" expresó Sanae

"Mira quien lo dice, la que aceptó cambiarse a una universidad en otro continente solo para estar más cerca de su amado Tsubasa, ni digas nada que si nosotros estamos mal tu estas enferma" espetó Yukari

Sanae se puso roja como un tomate, ellas tenían razón y esperaba que este momento fuera la oportunidad que estaba buscando para que el capitán japonés por fin diera el gran paso.

"Mejor pongamos en orden este lugar, parece campo de batalla" se levanto para buscar los artículos de limpieza.

"No es necesario, tampoco somos unos desconsiderados" unos brazos fuertes y un fragancia conocido la envolvió por la espalda "nosotros comenzamos, nosotros limpiamos, porque mejor no utilizan sus habilidades para preparar algo delicioso a estos cavernícolas hambrientos" utilizaba su sonrisa irresistible, ¿acaso ese hombre tenía idea de lo que le hacía a sus nervios? Pensó en sus adentros y solo se limitó a asentir mientras el tomaba el trapeador de sus manos.

"Nunca has usado un trapeador en tu vida ¿o me equivoco Wakabayashi?" señaló Kojiro al ver la forma en que su amigo trataba de secar los pisos.

"obviamente no" respondió molesto "y nunca lo hubiera hecho si no se te hubiera ocurrido la brillante idea de atacar a Tsubasa con un globo lleno de agua"

"Y menos si tenía la manguera en sus manos" agregó Taro que sacaba un cubo con agua

"Apresúrense que ya va a estar lista la cena" ordenó Yukari quien llevaba los platos al comedor

"Ves lo que ocasionas Hyuga, ahora hasta tenemos que obedecer a Yukari" se quejó Genzo

"¿Mi culpa? Será la de Tsubasa si ya Sanae se había ofrecido a limpiar pero noooooooo como iba a dejarla si lo que quiere es quedar bien con ella, ¿porque no solo la invita a salir? Noooooooo el muy cobarde solo espera que ella adivine sus pensamientos"

"Deja de quejarte y termina de limpiar"

"Por cierto, ¿en dónde vamos a dormir? Porque con la llegada de las chicas seguramente tendremos que compartir habitaciones"

"Claro que no, nosotros no compartiremos habitación contigo, hablas, roncas y lanzas golpes" se defendió inmediatamente Taro

"Y que me dices de Genzo, el de pronto se tira de la cama a detener el balón"

"La cena está lista" gritó Sanae desde la planta baja, inmediatamente los jóvenes soltaron sus instrumentos de limpieza y en un tiempo record estaban todos alrededor de la mesa.

"Bueno y ahora si van a decirnos que hacen aquí, acaso hay una convención de managers" bromeo Genzo

"No precisamente, nosotras también fuimos convocadas por el entrenador Kira para apoyarlos en la etapa final rumbo a los Juegos Olímpicos" explicó Yukari

"Bueno, al menos Matsuyama no estará de mal humor y no nos liaremos a golpes" dijo de forma ruda Kojiro aún así hiso que Yoshiko se abochornara

"Ah pero yo no quiero otra escenita como la de la final de la copa del mundo, ya me dolían mis lesiones y aparte soportar las declaraciones amorosas de Ryo" advirtió Genzo

"Si, porque no aprenden de la discreción del Príncipe del campo y su tímida asistente"

Ahora fue el turno de Yayoi para mostrar el rojo de su rostro

"¿Bueno pero ustedes están propuestos a molestarlas?" dijo molesta Sanae y tratando de evitar que a ella la incomodaran también.

"¿Y cuando tienen que presentarse con el entrenador?" preguntó Tsubasa tratando de ayudar a su amor

"En un par de días" respondió ya más calmada Yayoi

"Oh, igual que nosotros, y ¿Dónde se supone que pasaran esos días?" preguntó intrigado y a la vez preocupado el portero por tener que estar junto a sus amigos

"Mi casa es su casa" ofreció galantemente Tsubasa, sobre todo porque sabía que si ellas se iban a un hotel Sanae también lo haría

"Hey! Un momento, tu nos dijiste eso primero a nosotros" reclamó el portero

"¡No es cierto!" se defendió "ustedes llegaron arbitrariamente a mi casa, me agredieron cuando tranquilamente cuidaba de mi jardín y todavía entran a hacer un desastre y se niegan a limpiarlo, si tengo que elegir, las elijo a ellas"

"¿Y cómo nos vamos a acomodar para dormir?"

"Fácil, ustedes tres en la recamara del fondo, Yayoi y Yoshiko en la habitación de huéspedes y Sanae y Yukari en la mía"

"¿Y tu dónde vas a dormir?" preguntó preocupada Sanae

"En la sala, el sillón se convierte en cama, no se preocupen por mi" movió su mano tratando de restarle importancia al asunto

No se preocupaba por donde dormiría él, sino porque ella estaría en su habitación, en su cama, posaría su cabeza en su almohada y se cubriría con sus sabanas, claro acompañada de Yukari pero eso no le restaba nervios, por el contrario sabía la cantidad de bromas de que sería objeto por parte de su amiga.

Un bostezo por parte de Genzo y de Kojiro desvió la atención del capitán japonés quien había notado la inquietud de la joven después de mencionar los arreglos de los dormitorios.

"Señoritas, son muy amables por la comida que nos prepararon, ahora si nos disculpan, estos jugadores se van a descansar" declaró el portero

"Un momento" lo detuvo Yukari "¿quién va a lavar los platos?"

"Yukari tiene razón" intervino Tsubasa "además, los Ozora tenemos un lema, el chef no lava los platos"

"Afortunadamente eres el único Ozora aquí, así que con su permiso nosotros nos retiramos"

"¿Tu hermano es aún muy pequeño verdad Tsubasa?" preguntó Yukari

"¿Eh? Si, apenas tiene siete años, porque la pregunta"

"Bueno porque mi madre siempre ha dicho que si encuentro un hombre que por propia voluntad lave los platos entonces que no lo deje ir y me case con él, y como tú ya estas ocupado…"

"¿Eh?" solo atinó a decir mientras su cara cambiaba de todos los rojos posibles

"Claro Yukari" se inmiscuyó Genzo, "¡con un hombre así hasta yo me caso con él!" guiñó el ojo "bueno, que descanses mi amor" se despidió del mediocampista antes de irse a la cama

"¡Huye cobarde!" gritó amenazándolo con una cuchara solo para después volverse hacia la mesa y comenzó a levantar los platos y vasos "bueno mis amigos, como siempre nada mas ustedes y yo, ese es el único inconveniente de ser soltero, siempre te tocan los platos" dijo resignado

Todos se retiraron a sus habitaciones, con excepción de Sanae que esperaba estar sola para, como siempre, ayudarlo con las labores.

"Hazte a un lado" ordenó la manager

"Claro que no, las reglas son las reglas"

"Si, pero da la casualidad que yo no soy una Ozora" dijo sonriente y enseñándole la lengua en forma juguetona "por tanto las reglas no aplican conmigo"

No todavía pensó "¡y como porque no dijiste eso antes! Hubiera obligado a los demás a ayudarme"

Se movió a su costado derecho para hacerle espacio a su amiga, si bien quería impresionarla al hacerle saber que podía ser un buen esposo y que no temía a las actividades domesticas, pero también le encantaba compartir esas actividades con ella.

"Que esto quede entre nosotros, porque si mi madre se entera te apuesto a que se viene un mes completo para reeducarme"

"No te preocupes capitán, tu secreto está a salvo conmigo"

Se encontraba profundamente dormido, pero unos extraños movimientos a su lado lo hicieron levantarse de golpe

"Qué demonios…"

"Shhhh tranquilo, soy yo"

"Eso es lo que me preocupa, que eres tu…" se quejo adormilado

"Es que me vine porque ya no aguanto las patadas de Taro hazme un lugarcito"

"Que bien molestas Genzo, pero a ver con que te tapas porque yo nada mas tengo esta sabana y por supuesto que no te la voy a compartir"

"Mientras no me golpees no importa lo demás"

Una hora después nuevamente era movido de su lugar, ahora se trataba de Taro quien no soportaba los ronquidos de Kojiro

"¡Y ahora que!" gruñó Tsubasa

"Es que Kojiro ronca, y hace ruidos muy feos, a mi me asusta, mejor me vine con ustedes"

"Joder" masculló

No podía dormir, por un lado Genzo y por el otro Taro que se movía peor que un gusano

"Cabrones, porque me dejan solo", gruñó Hyuga desde el pasillo "no escuchan que feo hace el perro de la vecina"

"Échale la culpa al perro ni que el pobre animal hablara japonés"

"¡Bendito Dios ten piedad de mi!" se levanto Tsubasa "saben que trío de gallinas, ahí se quedan y yo me voy a su habitación"

"Pero conste que te advertimos de los ruidos del perro"

Para cuando llegó se topó con Sanae quien iba saliendo de la habitación

"¿Tampoco te dejan dormir?"

"No, apenas había huido de Yukari y me alcanzó, mis oídos me duelen de escuchar todas las malas palabras que le lanza al pobre de Ryo"

"Probablemente se las merezca" su mirada se clavó en ella, eran las 3 am y aunque su cabello estaba revuelto y su cara mostraba los signos del desvelo para él era la mujer más hermosa del mundo

"Te ves linda hasta cuando te vas a dormir" él mismo se sorprendió de lo que dijo pero era algo inevitable

Ella se sonrojó, pero no quería bajar la guardia, pues con Tsubasa nunca se sabía "si, pero cuando me despierto la historia es otra"

Ambos se quedaron callados no queriendo romper el encanto del momento pero incapaces por el miedo de dar un paso más allá

"uh, deberías volver a mi cama, digo a tu cama, bueno, tu entiendes, después de todo ya se quedó sola otra vez"

"Si, eso haré"

Justo cuando emprendía el regreso a la sala la voz de su amada lo detuvo "Tsubasa"

"Si"

"¿Y tu dónde vas a dormir?"

"Pues me haré un lugar junto a los tres cochinitos, ¿porqué?" preguntó

"Pues, verás, yo decía…" su lengua se trababa y cada vez hablaba más lento y más bajo

"Decir que" el tomó su barbilla y la obligó a verlo directamente a los ojos

"Que si no te molesta, y sobre todo si tienes un dormir tranquilo podríamos compartir tu habitación" dijo en un susurro

Se sorprendió por su propuesta, el corazón le latía apresuradamente aunque su mente le decía que no debía hacerlo, su corazón daba brincos para que aceptara

"Solo si tus intenciones son puras, porque de lo contrario tendrás que reparar mi honra y pedirle mi mano a mi furiosa mamá" dijo como forma de aligerar el ambiente

"Tonto, mejor vamos a ver si podemos dormir aunque sea un par de horas"

Una situación difícil, incomoda para ambos y de igual forma era intrigante, provocador

Por fin vas a compartir la habitación, ¡la cama! Con Sanae Nakazawa, oh Dios mira esa cara, y ese cuerpo, ¿Por qué sonríes como un idiota? Vamos muévete pensaba.

"¿Estás bien?"

"Eh, uh, solo pensaba ¿cual lado de la cama prefieres?"

"No lo sé, siempre he dormido sola" dijo mientras reía nerviosa

"Igual yo, bueno pido el derecho"

"Ok"

Amigo, es la mujer de tus sueños, haz algo, bésala, tómala en tus brazos y hazle el amor salvajemente, oh no, pero somos amigos, los amigos no hacen eso, los amigos se cuidan, se apoyan, no hacen el amor.

"¿Tsubasa?"

"Si"

"Mis pies están fríos, ¿podría ponerlos junto a los tuyos?"

"Claro"

Claro que no están fríos, ¿será esto una señal? No claro que no, imagínate lo vergonzoso que sería por la mañana y más con la casa llena de gente…

"Tsubasa"

Ella se giró para quedar frente a frente

Oh Dios, Oh Dios, ¿Qué estás haciendo?, ¡¿Qué estás haciendo?

"¿Está todo bien?"

"Sí, claro, todo bien, ¿tú estás bien?, necesitas algo, ¿otro cobertor?"

"No, yo estoy bien, gracias"

"Ah" suspiró "¿no me vas a violar verdad?"

"Buenas noches Tsubasa"

"Buenas noches Sanae"

Estúpido cobarde, no mereces tener un pene.

Después de unos momentos incómodos en que ambos se quedaron viendo hacia el techo incapaz de moverse, el sueño los venció y sus cuerpos reaccionaron automáticamente, en uno de sus movimientos ella estaba acurrucada junto a él, utilizando su brazo como almohada mientras el envolvía su cuerpo en forma protectora, cada uno soñando con el otro y sin notar que sus amigos ya los habían fotografiado.

"Uno nunca sabe cuando necesitará chantajearlos"