El espejo y la máscara // The mirror and the mask.

Subaru Sumeragi es puro, transparente y frágil. Siente el dolor ajeno como propio, su tierna alma paga penas que no necesita pagar, sufre por los demás aunque no tenga que hacerlo. Es parte de su esencia sacrificarse por los demás, y en su preocupación lo demuestra. Jamás se preocupa por él, sino por aquellos que sufren. Y Subaru torna el dolor suyo, como si al hacerlo aliviase a la persona sufriente. Y cuando el dolor es demasiado se esconde en sí mismo, y no piensa, no habla, no come, no vive.

Por eso Hokuto-chan debe protegerlo, porque Subaru no se da cuenta de cuando las cosas llegan a su límite. Y ya que Subaru no se preocupa por si mismo, Hokuto-chan lo hace con creces y lo cuida solícitamente. Como en ese momento, en que Subaru esta en la frágil barrera entre el dolor y la locura, cuando esta totalmente encerrado en sí mismo.

Hokuto no resiste el sufrimiento de su gemelo, ella no debió haber dejado que eso pasase. Ella sabía, presentía, cual sería el trágico final de la historia, pero también deseó que no sucediese, decidió confiar en ese veterinario, en Seichirou Sakurazuka.

Y sus deseos habían quedado vacíos, Subaru estaba al borde de la muerte, encerrado en si mismo en esa cama, sin siquiera moverse un poco, sin voluntad de vivir y todo por amar a Seichirou, por 'corresponder' su amor.

Pero entonces esa cruel sorpresa le hirió, el toldo que cubría la mentira se levantó, y entonces, Seichirou, el Sakurazukamori había ganado la apuesta, y Subaru había quedado destrozado.

Hokuto recordó lo que alguna vez le había dicho al Sakurazukamori que si Subaru amara a alguien y ese alguien lo decepcionara, Subaru sufriría más de lo que el mismo podía resistir.

Pues, sus palabras se habían cumplido, Subaru sufría y no podría resistirlo. Y, tarde o temprano Seichirou mataría a Subaru, después de todo…El Sakurazukamori jamás abandona una presa.

Y Seichirou… ¿Qué era…porque herir a Subaru así?

Hokuto sollozó, ocultando su rostro entre sus manos, ella se había dado cuenta desde el principio, de la máscara que cubría el amable rostro del veterinario, o mejor dicho de la amable máscara que cubría el rostro del veterinario.

Sus sospechas eran correctas y su percepción mayor que la de Subaru a la hora de los sentimientos.

El Seichirou-san que ella había conocido, el Seichirou-san del que Subaru se había enamorado, probablemente no existiese en ese mundo. No era más que una máscara, una máscara capaz de destrozar el frágil corazón de Subaru.

Hokuto sollozó con más fuerza sobre la silla, mirando a su hermano casi sin respirar y sus pálidos colores…

La comparación resultante de sus pensamientos la hizo llorar con más fuerza.

Porque Subaru siempre había sido frágil, puro, transparente, una doble imagen de sí misma, y Seichirou siempre había ocultado su verdadero rostro, sus verdaderas intenciones.

Hokuto, con el rostro bañado de lágrimas que rodaban veloces por sus mejillas, se irguió, decidida a evitar la muerte de su gemelo, aun si ella tuviese que morir en lugar de él.

Ella confiaría por última vez en Seichirou-san, y les daría una oportunidad, intentaría que una pareja tan disímil como ellos pudiesen tener una oportunidad, aunque solo fuese posible en un futuro muy lejano, aunque Subaru odiase a Seichirou por lo que Hokuto iba a proponerle. Ella lo haría.

Por su gemelo, por su "amigo".

Lo haría por el espejo y la máscara, por la fragilidad y el cinismo. Lo haría por ambos.

Y Hokuto abandonó la habitación, decidida como nunca lo estuvo a evitar un suceso aunque este acabase con su vida…

Tal como lo haría…