Saludos a todos, esta es una nueva historia que escribo, me gusta el tema que va a trata, tratare de hacer lo mas entendible posible.

Espero les guste

Capítulo 1: Nace el Sexy Boy.

Hola soy Natsu Dragneel, pero todos me conocen como Salamander. Tal vez se pregunten porque me llaman así, pues digamos que soy Salamander, el imán de las chicas.

Exactamente, soy como muchos llamarían un Casanova, mujeriego, ramero, libertino, o como también me han llamado el enemigo numero uno de las mujeres. Se lo que están pensando, como esos apodos no dañan mi autoestima, fácil, yo simplemente me defino como un "Sexy Boy".

Eso sí, debo confesar que no siempre fui un sexy boy. Antes era un sujeto común y corriente, no digo que explotar el lado seductor de una persona conlleve a ser catalogado diferente del resto, pero como decirlo… digamos que no todos podemos tener una chica por noche, y no me refiero a citas, sino que mas bien situaciones que no son para menores de edad.

Bueno, como les decía, antes era como todos, por ejemplo, me vestía casi siempre de la misma forma, pantalón de tela anchos ya que me gustaba sentir el rose de la tela con piel intima… pensándolo bien, tal vez debí omitir ese detalle. Bueno, también me gustaban las camisas a cuadros, y a veces las combinaba con corbatas, pero no siempre. Los zapatos que usaba eran corrientes, de un color generalmente negro y de planta baja ya que me gustaban por lo cómodos que eran y finalmente remato mi look, con mi cabello rosa peinado hacia un lado.

Además de mi forma normal de vestirme, debo admitir que tenía un pequeño, por no decir gran problema de autoestima, el sexo opuesto era una zona casi prohibida para mí, ya que mis nervios y mi constante miedo de sufrir en colapso nervioso al entablar una conversación con una mujer, era algo que iba más allá de mi control.

Flash Back

El número 69, pase por favor. habló una joven, que era la recepcionista del banco.

Yo estaba en la fila para solicitar un préstamo, cuando oí decir mi número, el 68, sabia perfectamente de mi problema con las mujeres pero respire profundo y me acerque a la recepcionista.

—…ho…la, yo…soy…Natsu… Drag…Dragneel. hable entrecortadamente, pero al menos logre reprimir mi impulso por salir de allí.

La recepcionista me miro algo extraño ya que yo sudaba más de lo normal, pero afortunadamente lo pasó por alto. Bien señor Dragneel, dígame cual es su solicitud.

Yo… yo, quisier un prestar…tar…mo, de doci… docientos… dolo…lares. respondí pero las palabras no se oyeron exactamente como yo hubiese querido.

Disculpe señor Dragneel, pero no le comprendí nada, ¿es usted extranjero?

Ella se acerco un poco a la ventanilla de la recepción quedando enfrente de mi cosa que me puso aún mas nervioso de lo que ya estaba. El deseo de salir de allí aumento, pero había tanta gente y parecía que todos me miraban, que termine quedando totalmente estático, y comencé a perder el hilo de la conversación.

La recepcionista seguía enfrente de mí y me seguía preguntando si era extranjero. Señor entiende lo que le digo… señor.

Aye.. yo ser… de o…otro país, no… hablar bien español. no fue de las mejores ideas que eh tenido, pero al menos conseguí que la recepcionista se alejara de mi y las personas dejaran de prestarme tanta atención.

Oh, ahora entiendo, y ¿de que país viene? pregunto nuevamente, y al no saber que decir comencé a ver la salida del banco, pero estaba llena de personas, así que regrese mi vista a la recepcionista que seguía viéndome.

E..e… yo ser del Australia. conteste su pregunta con el primer país que se me vino a la mente.

Bueno, y dígame señor Dragneel, que necesita, ¿un deposito?, ¿un préstamo…? apenas dijo préstamo asentí con la cabeza, por lo que ella capto a lo que venia.

¿De cuanto es el préstamo que necesita?

—… doci… entos… dólares. con gran esfuerzo la recepcionista logro entenderme, y vi como comenzaba a sacar el dinero y lo contaba.

Me sentía tan contento, por primera vez hable con una mujer sin salir corriendo o hacerme el sordo para luego alejarme.

Eran un gran logro debía de admitirlo, pero desafortunadamente no contaba con lo que sucedería al final.

Aquí esta señor Dragneel. hablo cordialmente la mujer mientras estiraba su mano donde contenía la suma de dinero que yo solicitaba.

La sonrisa que se había formado en mi rostro se borro abruptamente cuando recordé que para que el dinero cambiara de manos, debía de hacer contacto piel con piel, y eso era algo para lo que no estaba preparado todavía.

Cada segundo que pasaba, era una eternidad, comencé a sudar de una manera exagerada, la gente se volcó a mirarme ya que les parecía extraño que no me moviera en lo absoluto, parecía un muerto, ya que apenas respiraba.

Comencé a ver que la gente rumoreaba y me veían fijamente. Como pude acerque mi mano lentamente ante la mirada de la recepcionista que seguía con la mano estirada ofreciéndome el dinero.

Estaba a unos escasos milímetros de la mano de la recepcionista. Mi rostro estaba de todos colores y sudaba a más no poder.

Sumado lo tembloroso que me encontraba, de pronto no me pude contener y salí corriendo del lugar ante la mirada de todos.

¡Señor, su dinero! grito la recepcionista mientras yo corría en dirección a la salida del banco.

¡Se lo regalo! conteste mientras corría, derribe a cuantas personas se me cruzaron hasta que llegue a la puerta y de una patada la abrí, y seguí corriendo hasta que me perdieron de vista.

Fin Flash Back

Si alguien se pregunta si en verdad yo soy protagonista de la anterior escena, tristemente debo decir que si, claro que ahora no me parezco en absoluto a mi antiguo yo.

Pero eso era antes si me vieran ahora se sorprenderían del cambio que logre, ya que como dije antes, en la actualidad soy el "Sexy Boy", un sujeto que desborda sensualidad por donde lo miren, y para eso mi estilo de vestir cambio totalmente. La ropa tradicional que solía usar, la cambie por unos pantalones ajustados casi siempre jeans, botas de vaquero, chaquetas de mezclilla sin mangas o camisas de colores llamativos y también sin mangas. Y aparte de todo eso llevo en mi cuello una bufanda blanca de cuadros, y si piensan, que esa prenda destiñe mi ropa sexy, están en un gran error, ya que esa bufanda es una prenda que irradia sensualidad, sumado mi cabellera rosa que ahora la llevo alborotada.

Y si alguien quiere saber como fue que me convertí en lo que soy ahora, pues tiene que ver directamente con una mujer, de hecho mi primera y única novia.

Comenzare por el principio, la mayoría se preguntara como rayos, conseguí novia, tomando en cuenta que no le podía plantar cara a ninguna mujer.

Pues digamos que con el tiempo, y producto de mucho esfuerzo de mi parte, y en verdad mucho esfuerzo, logre forjar una relación con una chica que era colega mía en el trabajo. Yo era publicista en una agencia y ella era secretaria de uno de los gerentes.

Debo ser sincero antes de proponerle un noviazgo, yo sabia perfectamente que clase de chica era, según mis colegas ella había salido con todo el departamento de publicidad, pero a mi no me importo, puede que fuera porque estaba enamorado, o mas bien desesperado. Quería salir con una chica pero a pesar de mis avances, lo más lejos que lograba era saludarlas, conversar y no por mucho tiempo, pero el contacto físico seguía siendo cero.

Y ahí fue donde entro ella, como la veía constantemente debido a lo cercano que era con el gerente, comenzamos a tener animadas conversaciones, que poco a poco se fueron haciendo más habituales y prolongadas, y en algunas ocasiones la fui a dejar a su casa en mi coche.

A pesar de la cercanía que comenzaba a tener con ella, mi problema con el resto de las mujeres seguía igual, aun no podía actuar de manera perfectamente normal con ellas.

Pero no me importo nada, para que necesitara hablar con todas las mujeres, era suficiente con poder hablar con la chica que me gustaba, y que afortunadamente mi amor era correspondido, o al menos eso creía yo.

En una de las fiestas de la agencia, la fui a dejar a su casa, y ahí fue cuando me arme de valor para proponerle que fuera mi novia. No fue sencillo pero al menos me correspondió.

Flash Back

La chica que me gustaba y a la que pronto le propondría que fuera mi novia iba sentada junto a mi en mi auto, siempre me era fácil entablar conversación con ella, pero en ese momento me encontraba muy nervioso, sentía miedo de declararme y ser rechazado, pero no podía seguir esperando mas tiempo, si no me declaraba pronto alguien podría ganármela, y como no, si ella era tan guapa. Además de eso, en el departamento, o más bien en toda la agencia, comenzaban a haber rumores de mi posible homosexualidad, debido a que jamás me habían visto con mujeres.

Cuando llegamos a su casa, antes de que se bajara del auto, la detuve, y ahí fue cuando me arme de valor y le hable.

—Me… Meredy, necesito… hablar contigo. —dije esperando que de algún modo lo que tuviera que decirle fuese audible.

—Si Natsu, ¿Qué sucede? —respondió con una sonrisa, que si bien era tan linda, al final conseguido ponerme mas nervioso de lo que estaba, por lo que comencé a sudar y fue algo notorio.

—Sa… sabes… jase tiempo… q…que… t…u… —para mi mala suerte ese día todos los miedos que había dejado de sentir con ella regresaron.

—Natsu, ¿te encuentras bien? —pregunto ya que mi dificultad al hablar producto de mis nervios era notorio.

— ¿Po…por… que… lo pregun…tas? —arremetí acomodándome en el asiento para tratar de parecer relajado.

—Pues… estas sudando de una manera sorprendente, estas temblando como gelatina, y tienes un tic en el ojo que me esta preocupando.

Al menos le preocupo, pensé en ese momento, es señal de que le importo, así que decidí seguir con mi declaración esperando que todo saliera bien.

En un impulso, tome sus manos, algo que jamás creí lograr, pero que gracias a la adrenalina que experimentaba en ese momento conseguí. La mire fijamente y luego respire profundo.

Agradecí mentalmente que ella no se soltara de mi agarre, pensando que intentaba aprovecharme, por lo que decidí hablar.

— ¡Meredy, me gustas, quisieras ser mi novia! —producto de todo el nerviosismo que tenia, no me di cuenta y mi tan anhelada declaración termino siendo un grito de guerra.

—Sabes, no era necesario que me gritaras. —respondió mientras yo aun no obtenía un si o un no.

—Entonces, ¿que dices? —pregunte tímidamente, ya que temía de su respuesta.

—Obvio que acepto tonto, tú también me gustas. —al oírla mis nervios desaparecieron totalmente, debido a que la respuesta era la que tanto anhelaba.

Fin Flash Back

De ahí en adelante comencé una relación con Meredy, era genial salir con ella, era divertida, linda, amable, no me presionaba ya que cuando comenzamos el noviazgo, yo le revele mi problema con las mujeres y ella me acepto a pesar de ello.

Cuando le revele mi trauma o mi debilidad por así decirlo, Meredy se saco un gran peso de en sima, ya que producto de mis miedos a veces la rechazaba cuando el ambiente se ponía muy intenso, y producto de ello se le paso por la mente que los rumores de la agencia eran ciertos, y que yo era gay, y solo la quería de pantalla para encubrir mi supuesta homosexualidad.

Pero solucionado el malentendido todo fue pura felicidad, nos volvimos inseparables, una pareja solida, que se amaba, incluso me presunto formalmente a sus padres, y también a sus amistades.

Pero como dicen por ahí nada es para siempre, o al menos nuestra relación no fue para siempre.

Flash Back

Era un día normal para mí, hasta que recibí una llamada de Meredy. No me pareció extraño hasta que me cito en el parque de la ciudad.

Pensé positivamente, y se me ocurrió que tal vez podría ser una sorpresa que me tenía preparada. No era ni mi cumpleaños, ni tampoco estábamos de aniversario ya que apenas llevábamos cinco meces, pero a mi novia le encantaba celebrar cualquier cosa.

Cuando llegue al parque de Magnolia busque por todos lados, ya que el lugar era grande y mi chica no me había dado muchos detalles.

Después de unos minutos la divise estaba de espaldas pero la identifique por su hermoso cabello lila.

—Hola amor feliz cinco meces, cuatro días y diecisiete horas… —dije mientras la abrazaba por detrás esperando sorprenderla.

Por alguna razón, que desconocía en ese momento Meredy, se zafo de mi agarre y se coloco delante de mi, con no muy buen aspecto.

—Natsu, debemos hablar. —apenas formulo esa frase, inmediatamente supe que algo no andaba bien, pero mantenía la esperanza de que no fuera nada grave.

—Lo siento pero… debemos terminar. —al oírla mi mundo se vino abajo, no entendía que fue lo que hice mal, en toda nuestra relación me esforcé lo mas que pude por hacerla feliz, pero aparentemente no era suficiente.

Me quede estático, sin poder responder nada, sus palabras fueron como un balde de agua fría para el cual no estaba preparado.

Meredy me veía, esperando que yo dijera algo, pero las palabras no me salían. Me dolía el pecho producto de lo que me acababa de decir.

De un momento a otro vinieron a mí todos los momentos felices que pase junto a ella, y de algún modo esos mismos me dieron la fuerza para responderle.

—No se me ocurre la razón por la cual quieras terminar… así que, ¿porque no me dices tú? —finalmente pude salir de mi retardo y formular una frase, y me sorprendió que fuese con suma facilidad.

—Natsu, quisiera decir que soy yo, pero estaría mintiendo… no puede seguir cargando con tus problemas. —parecía sincera por lo que me arremetí a escucharla, esperando que con el pasar de los minutos mi corazón no saliera mas destrozado de lo que ya estaba.

—Llevamos cinco meces, y tu jamás me has tocado, apenas si nos besamos… no puedo seguir con esto…

— ¿Lo que quieres es sexo? —pregunte esperando que esa simple acto para algunos, y que para mi era un enorme paso, solucionara todos mis problemas pero no fue así.

—No, no se trata solo de sexo, tus traumas, me están afectando en mi vida social. —respondió secamente, y dejando atrás la sutileza, por lo que supuse que vendría lo peor.

— ¿A que te refieres? —aparentemente yo mismo me quería hacerme mas daño, ya que seguía escuchando lo que tenia que decir.

—Natsu, mi madre dice que eres extraño, que no eres de fiar. —me sorprendió que su madre fuese un factor en nuestro rompimiento.

— ¿Porque piensa eso de mi?

—Ella dice que actúas extraño cuando estas a solas con ella, a demás me comento que le habías dicho que eras extranjero, y que venias de Australia, y se perfectamente que no vienes de allá.

—Puedo explicarlo… tengo doble nacionalidad. —arremetí esperando que me creyera pero con una mentira como esa era lógico que no.

—No mientas Natsu, no tienes pasa porte. —definitivamente nadie creería eso.

—Y no solo mi madre no confía en ti, mi padre cree que eres drogadicto, ya que siempre estas temblando y sudando mas de lo normal. —eso no lo vi venir, en mi vida me habían asociado a la drogadicción pero siempre ahí una primera vez.

—Pero lo peor de todo, es que mis amigas dicen, que eres un pervertido y que siempre las ves con miradas lujuriosas. —eso tenia explicación, debido a mis problemas con las mujeres, ya que a pesar de salir con Meredy mi trauma prácticamente seguía intacto.

—Pero amor… tus amigas me ponían nervioso. —arremetí en mi ultimo intento de hacerla entrar en razón, pero resulto ser en vano.

— ¡No me llames así!, ¡terminamos! y no ahí nada que nos haga volver, por lo que no me llames, no me busques, ¡y no quiero volver a verte! —definitivamente no íbamos a volver así que mi dolor seguía intacto.

—…Pero trabajamos donde mismo… —hable esperando que no se irritara mas, pero obtuvo el efecto contrario.

— ¡Lárgate de ahí entonces! —grito llena de furia y se marcho dejándome ahí solo.

Espere a que se alejara para dirigirme a mi coche, y largarme a mi casa, probablemente a llorar, amaba a esa mujer, pero aparentemente ella no me amaba de la misma forma.

Me dolía el corazón a más no poder, como era posible, ayer me abrazaba y decía que me amaba, y ahora me gritaba y me decía que no quería volver a verme.

Pero dentro de todo la comprendía, yo era un enorme problema para ella, no la podía satisfacer como mujer, y aparte sus familiares y amigos me detestaban.

No quedaba más que irme a mi hogar, y llorar por horas y horas escuchando música romántica, y abrazando al gato que siempre se colaba en mi apartamento.

Cuando llegue al estacionamiento donde había guardado mi coche, divise a Meredy, quien ahora besaba a un sujeto, que no lograba ver ya que estaba de espaldas.

Me acerque escondiéndome entre los autos para poder oir lo que decían.

—Esta todo listo mi amor. —hablo el hombre que logre reconocer como el gerente de la agencia en la que trabajábamos Meredy y yo.

Laxus Dreyar era con quien se besaba mi ex, un hombre de unos treinta y cinco años, rubio, alto, fornido, ideal para ella, todo lo contrario de mi, estatura promedio, complexión delgada, en simples palabras un perdedor.

—Claro que si, ya termine con Natsu como me lo pediste. —ahora Meredy respondió para luego seguir besándolo.

No quise seguir escuchando que mas hablaban mientras se besaban, ya que de seguro, no era nada bueno sobre mi, yo ya sabia que era una lacra, por lo que no necesitaba que alguien mas me lo dijera o lo insinuara.

Comencé a caminar sin rumbo, no me sentía bien como para conducir, el shock de que tu novia te deje es impresionante, pero saber que también te engañaba, eso es algo que no se le desea ni al peor de los enemigos.

—Llevaba mucho tiempo caminando, Meredy me cito al parque alrededor de las siete de la tarde, y ya eran mas de las once y yo seguía caminando sin rumbo.

De pronto me vi en el muelle, estaba todo oscuro aunque en algunos lugares había pequeños faros que iluminaban las estrechas calles de muelle.

Me senté a orillas del mar, estuve así un buen rato, admirando las olas como chocaban con los roquerías.

Al cabo de un rato sentí frio, decidí que ya era hora de marcharme, tanto había caminado, que para regresar a donde había dejado mi coche tardaría hasta la mañana.

Camine un rato por el muelle antes de irme, y en ello encontré una bufanda de color blanca, se veía nueva, por lo que me sorprendí de que estuviera allí. Producto del frio me la puse, rede mi cuello con dicha prenda, y comencé mi camino en dirección a la salida del muelle.

De pronto oí una voz, más bien un susurro, pero claramente logre identificar mi nombre.

—…Natsu Dragneel… —busque por todo el muelle al responsable de aquella voz, pero fue inútil, en el lugar no había nadie además de mi.

—…Natsu Dragneel… aquí abajo… —oí nuevamente la voz y al estar parado en la orilla del muelle, baje la vista al mar que estaba frente a mis pies.

Definitivamente no podía creer lo que veía, era mi reflejo, pero se movía por voluntad propia, por así decirlo.

—…Oye… te queda bien la bufanda… —hablo dejándome helado por la impresión.

—Tal ves el padre de Meredy, no estaba equivocado y si soy un drogadicto. —hable en voz alta intentando encontrar una explicación razonable a lo que veían mis ojos.

—…Que drogas ni que nada… escúchame bien Natsu Dragneel, esta es la ultimas vez que te llamaras así, desde ahora serás Salamander… un sexy boy.

No sabia que hacer, jamás había conversado con mi propio reflejo, era tan extraño, sobre todo porque este hablaba.

—…Oi…ga… se…ñor…re… fle…jo… —no sabia como responderle así que hice lo primero que se me vino ala mente.

—…Pobre tonto, con razón sigue virgen a los veinticinco años. —hablo mientras ponía una mueca de disgusto.

— ¡Oye! —ese reflejo no era nada amable ni considerado.

—Escucha con atención, esa bufanda te dará lo que te hace falta. Bye bye. —hablo al ultimo para desaparecer y dejar a mi reflejo de toda la vida.

Después de esa experiencia paranormal, me fui lo más rápido que pude del muelle y apenas encontraba un vidrio de alguna tienda o algo revisaba si mi reflejo se movía o no, afortunadamente, estaba tan callado como de costumbre.

Cuando llegue a la entrada de Magnolia, tome un autobús, para llegar, mas rápido al parque y recoger mi coche.

Iba de lo mas tranquilo sentado junto a la ventana, cuando en el reflejo del vidrio pude apreciar como una joven bastante guapa me estaba mirando, y luego se paraba de su asiento, y se sentaba junto a mi.

Eso me sorprendió, pero por alguna razón, no sentí miedo de ella, al contrario la encontré exageradamente atractiva, y no solo yo, mi hombría también lo hacia.

Pasaron un par de segundos, y la chica se abalanzo sobre mi me beso, y no de una manera tierna, sino que de una forma salvaje, llena de deseo, y de alguna forma, yo correspondí por inercia.

Fin Flash Back

Ese es el momento exacto en que me volví un Sexy Boy, son extraños los sucesos que me llevaron a la que soy en la actualidad, pero no me arrepiento de nada, al contrario estoy más que agradecido.

Siempre pienso en como sucedieron las cosas, y que bueno que sucedieron así ya que de no haber sido asi seguiría siendo virgen.

Aqui termina este primer capitulo, espero allan disfrutado de el tanto como yo disfrute al escribirlo.

No se exactamente cuando suba otro capitulo, ya que sigo trabajando en mi anterior fic pero tube un problema y no puede actualizar pero tratare de hacerlo pronto, asi seguir con los fics en paralelo.

si tienen algun comentario o critica, no duden en dejar un review.

Nos vemos bye bye