Pudo verlo claramente.

Bodhum.

Sonrió, se apartó de la puerta y comprobó que la puerta que estaba viendo estaba disparciendose, pero no la importaba. Había vuelto a un lugar donde ella solía estar, pero, sin embargo, se dió cuenta de algo.

En la orilla de la playa, había alguien, alguien a que Serah reconocería fácilmente.

Se aproximó con lentitud y miró mas de cerca, intentando que sus esperanzas no fueran en vano, suspiró y apresuró el paso. Se detenió, y pudo observar una chaqueta larga beis, y un gorro negro puesto en la cabeza, dejando una corta melena rubia, pudo verlo. Lo estaba viendo, era un reencuentro. Lo era. Serah apretó sus manos, y dejó caer una lágrima por su mejilla cuando por fin murmuró con suavidad:

-¿Snow..?

El tardó unos segundos en reaccionar, y cuando por fin lo hizo, se giró.

No podía ser real, Serah no se lo podía creer, y creo que menos Snow. Era Serah en carne y hueso, y era Snow en carne y hueso también. Ambos se miraron, sonríeron por un momento y Snow se puso de pie, la miró por unos instantes que parecían ser eternos.

El tiempo pareció congelarse cuando Snow cogió la mano de Serah con delicadeza, pudo sentir su mano, tan material y tan cálido, Serah pareció asombrada, apenas recordaba como era el tacto de Snow, y lo estaba experimentando sin embargo de nuevo. Snow pareció dudar de su mirada, pero al fin y al cabo, era Serah, por su mirada, quizá también por el collar que el mismo la regaló como símbolo de casamiento. Snow tiró de su mano y Serah se acercó con lentitud, Serah derramó otra lágrima y no pudo evitarlo, y le abrazó con fuerza, pegándose a su cuerpo. Hundió su cabeza en su pecho mientras lloraba, y Snow rió mientras la acariciaba la cabeza.

-Serah, por fin-la cogió pos hombros y la miró con dulzura, secó sus lágrimas y finalmente volvió a cogerle de la mano-. Ven, cariño.

Snow se sentó en la orilla, y sentó a su lado a Serah. El soltó con suavidad su mano y puso su cabeza en su hombro mientras Serah volvía a mirar con cariño el cielo de Bodhum, un atardecer anaranjado, como aquel donde Serah le confesó a Snow que era una lu'Cie, y que deberían separarse, y sin embargo, Snow no lo hizo, no se separó de ella ni mucho menos, la ayudó, la trató de ayudar, y lo hizo.

Serah le miró, pudo sentir que Snow sonreía, y le abrazó con más dulzura, Snow la sentó en su regazo y la miró por unos segundos.

-Siento haberme ido-susurró Snow-. Me quedaré contigo, y ya para siempre.

Ella sonrió y le acarició la mejilla, mientras el la cogió de la mano con la que acariciaba su suave piel, y la apretó con fuerza.

-Tenemos toda la eternidad-respondió Serah.

Snow la acercó a ella, y presionó sus labios contra los finos labios de ella, y los sintió con suavidad y con ternura, Serah derramó otra lágrima, y Snow la acercó a ella con lentitud, y ella apoyó sus manos en sus hombros, mientras que Snow la mantenía sujetada en los brazos. El beso duró unos segundos cuando Serah se separó y lo miró con cariño, y lo abrazó, apoyando su cabeza en el pecho de el.

-Te quiero, Serah.

Snow pudo oír como Serah soltaba un gimoteo, y se secó las lágrimas rápidamente mientras Snow la abrazaba con ganas besando su frente y acariciando su pelo.

-Te quiero, Snow.

Volvieron a besarse apasionadamente en un atardecer precioso en Bodhum.