Prelude to the 6th symphony
(Para leer esto, se aconseja que se ponga una pieza clásica, o una de esas introducciones tan chulas de los grupos de power metal)
Imaginemos por un instante que el anime de Naruto llega a alcanzar al manga. Si, si, vamos. Situemoslo en el instante en el que Sasuke se va a por el Hachibi (Ese rapero tan molón, amos), y que Pein tiene que coger la renfe para llegar a Konoha (De aquí se explicaría de que tarde tanto, claro está), y de mientras, Naruto se ha ido con el maestro Yoda, digo... ese sapo tan molón llamado Fukasaku (¿Así se llama? Bueno, si no se llama asín, le llamaremos una licencia libre del creador para decir que ese es el nombre.)
Pues claro está, se ha llegado al nivel del manga, con lo cual, se ha de crear un argumento argumental gigantesco de relleno.
Pierrot así pues, demos un hipotético caso, empieza a crear un personaje de relleno, que será el nuevo malo (Riete tu de Sora y su pseudo-jiinchuriki).
Desgraciadamente, los pobres de Pierrot no se esperan que alguien les bloqueé el ordenador (Licencia creativa. No le busquéis el porque. Es asín y listo. Sí queréis otra explicación, se podría decir que, el túmulo de mensajes contrarios al relleno de Pierrot se ha ajuntado para crear un super-virus masivo cuando una noche de luna llena y un satélite artificial se coloca delante suyo, provoca que los ordenadores se bloqueen. ¿No les ha gustado? Peor que lo del aliento de Kyuubi no puede ser, asín que...).
El resultado de esto, es que, el ordenador a empezado a escribir por su propia cuenta, y a animar, el fin del anime. ¡Con dos cojones!
Y aquí nos encontramos...
