¡Hola! Bueno lo primero de todo, esta historia NO es mía. Su autora es The Fictionist y amablemente me ha dado permiso para traducirla, así que todos los reviews serán para ella :) La historia está completa y tiene 151 capítulos.

No se cada cuanto podré subir un nuevo capítulo, pero intentaré no tardar n.n

Mientras estaba traduciendo, cosa que he hecho lo mejor que he podido, hay cosas que si las traduces literalmente no tienen sentido, pero lo hice lo mejor que pude :) Lo digo por si alguien lo lee en inglés no diga "Eh, esto no significa esto"... claro que no, si no no tiene sentido u.u xD

Espero que os guste ^^

…...

Prólogo y capítulo 1

Harry bajó la mirada hacia la mesa de Gryffindor, ignorando las miradas que el personal y los otros estudiantes le enviaban. Era la fiesta de apertura y se veía diferente, y lo sabía. Se veía y actuaba diferente. ¿Cómo no iba a hacerlo?

Había sido un verano extraño, incluso para sus estándares. Viajes en el tiempo. Acababa de pasar un año en 1943, el quinto año de Tom Riddle en Hogwarts. Todo cambió el año pasado, con la Cámara de los Secretos y el ascenso del Señor Oscuro ... no es que Tom no había sido el Señor Oscuro. Lo era la mayoría de las veces.

Sin embargo, no era Voldemort. Harry podía verlo ahora.

Sonrió con cierta nostalgia para si mismo. Era inconcebible que pudiera pasar un año como Harrison Evans, la otra mitad de dúo Slytherin, y no cambiar. Sin embargo, no era el tipo de cambio que pudiera ser explicado. Ron y Hermione podían sentir que era diferente pero él ni siquiera sabía por donde comenzar a explicar el porqué. Ellos se asustarían, completamente.

Las teorías y rumores, por lo que había podido escuchar, era que la muerte de Cedric lo había traumatizado a lo grande. Eso no había sido particularmente fácil, y él lo admitía, pero no era por eso. No lo era.

–¿Harry? – preguntó tentativamente Hermione.

–¿Hmm? – miró hacia arriba, lo que le obligó a prestar atención y salir de sus pensamientos.

–¿Estás bien?

–Bien – sonrió brevemente. – Estoy bien. – Empujó otro tenedor lleno de espaguetis en la boca.

–Pareces... diferente. – dijo ella.

–¿A si? – respondió con suavidad. – ¿Diferente en plan bueno o malo? – le guiñó un ojo. Ella le miró sorprendida por un momento. Confianza en sí mismo, otro cambio, lo sabía. Era simplemente que Tom siempre había exigido confianza, o al menos aparentarla. Era parte de ser un Slytherin, tenía que dar un imagen de confianza o los buitres te rasgarían en pedazos.

¿Por qué estaba pensando en Tom, de todos modos? Se había acabado. Este era su tiempo ahora, se volvería loco si seguía pensando en volver allí. Voldemort aun estaba aquí.

–Simplemente diferente. – se cubrió ella. Él se encogió de hombros con simpatía.

–La gente puede cambiar – dijo suavemente. Él lo había hecho y esperaba que Tom no lo haría. Había esperado mucho... ya que Voldemort parecía estar aún aquí y... Salazar ¿no se sentía eso como un trozo de hielo a través del estómago? Salvo que el universo de Tom se hubiese convertido en uno alternativo, si es que eso existía.

Habría otro él, posiblemente, viviendo con sus padres. Tom probablemente sería el Ministro de Magia en cuanto tuviese treinta años. Los labios de Harry se curvaron ligeramente. Zevi Prince, por supuesto, sería un maestro de pociones que recorriese el mundo mostrando sus locas habilidades. Dejó esos pensamientos. No podía pensar en ello. Simplemente no podía. Ahora sólo deseaba que su corazón obedeciese a los aspectos lógicos de la mente.

–Supongo que sí – coincidió Hermione, estudiándolo.

Antes eso le habría hecho cambiar de opinión y querer contárselo todo pero después de haber estado bajo la intensa psique y evaluaciones de Tom, el escrutinio de los demás parecía bastante pálido en comparación. Allí iba de nuevo. Pensando en el pasado. Era difícil adaptarse. Casi había caminado hacia la mesa de Slytherin cuando entraron en el Gran Comedor, y las pequeñas ocurrencias de Malfoy (Draco) sólo sirvieron para divertirlo. Casi lo había llamado Abraxas, porque maldita sea, ellos se parecían.

Se comió otro bocado de pasta. La clasificación había terminado, con varias nuevas incorporaciones a todas las casas. Se retorció las manos en su regazo, a falta de algo que hacer. Se sentía extraño estar aquí, surrealista. En realidad, no debería haberlo hecho, pero lo hizo. Casi deseaba el estar de vuelta en 1943, lo cual era ridículo, porque la gran parte de su tiempo estaba tratando de encontrar un camino de vuelta. ¿Quién sabía que lo único que tenía que hacer era ser golpeado por una maldición asesina? Era, simplemente, que finalmente había aceptado su lugar allí, y ahora estaba de nuevo en su tiempo.

El destino lo odiaba.

Con una venganza.

Terminaron de comer, mientras que Harry trató de participar en la conversación en torno a él con lo mejor de su capacidad. Dumbledore se levantó para hablar.

Y un brillo blanco creció en el centro de la habitación.

Todo el mundo lo miró, en una mezcla de terror y curiosidad. Harry sintió su interior retorcerse. No, no podía ser. Esa luz ... era tan familiar. Las voces que salían de ella eran cada vez más fuertes, como un tren corriendo por un túnel.

–¿Estás seguro de que funcionó? – Ese era Alphard.

–¿Estás diciendo que Tom se ha equivocado? – Y ese era Lestrange, tan servicial como siempre.

Tuvo la extraña necesidad de estallar en una carcajada histérica cuando cinco figuras se formaron en el medio de la sala. Alphard Black. Cygnus Lestrange. Abraxas Malfoy. Zevi Prince. Tom Riddle. Todo el mundo se quedó boquiabierto.

–¿Qué significa todo esto? – exigió Dumbledore.

Vio a Tom dar al anciano una mirada por encima, con el labio ligeramente levantado al ver las túnicas multicolores con abejorros en ellas, y a continuación, analizar con sus ojos a través de la sala antes de centrarse en el director una vez más.

–Estoy buscando a alguien – dijo Tom. – Harrison Evans. – Hubo un rumor de murmullos a través de la sala. Harry se mordió el labio, el Heredero de Slytherin siempre tuvo un don para el drama. –¿Es posible que lo conozcan como Harry Potter?

Cada rumor cayó al instante en silencio, con los ojos puestos sobre él como un letrero de neón. Pensó que también podría ponerse de pie y hacerlo oficial. Tom sonrió.

–¿Así que todavía estás vivo, entonces? Maldición. Tenía esperanzas de lo contrario.

A Harry se le escapó una sonrisa.

–No – respondió él, pensativo. – Sigues sin ser gracioso. Yo que tu renunciaría a tu sueño de ser un comediante... ¿qué estás haciendo aquí?

–Buscándote – explicó Abraxas. – Tom extrañaba no ver tu carita bonita alrededor y decidió que tenía que ir a por ti. Favoritismo descarado, eso es todo lo que estoy diciendo...

Harry arqueó una ceja ligeramente ante la explicación. Tom puso los ojos en blanco como respuesta. La sonrisa de Harry se agrandó.

–Oh, siempre supe que me echarías de menos – bromeó.

–Aquello era aburrido – dijo Tom. – Nadie a quien hospitalizar. – Harry abrió la boca, la cerró y la abrió de nuevo.

–Eso fue una vez – frunció el ceño. Tom sonrió.

–¿Qué está pasando aquí? – Dumbledore preguntó, sonando, de alguna manera, tanto débil y como forzado. Harry se dio cuenta de repente que todavía estaban de pie en medio del Gran Comedor.

–Harrison Evans es Harry Potter – declaró Abraxas. – Y decidimos imitar al niño maravilla e ir de visita al futuro, en su caso...

–No digas "pasteristic" (N/T: Lo siento, pero no se que significa) – murmuró Zevi interrumpiéndole – ¡No es una palabra!

–Pasteristic – continuó Abraxas con aire de suficiencia – día de fiesta. ¿Es ese el Sombrero Seleccionador? Muy bien, ¿supongo que pueden conseguir algo de espacio en los dormitorios de Slytherin?

Dumbledore frunció el ceño ligeramente, la falta de brillo en sus ojos. Harry aprovechó para mirar hacia atrás a la mesa de Gryffindor.

Ron estaba como si le hubiesen pegado un puñetazo. Hermione parecía aturdida. Sus ojos fueron atraídos hacia Ginny, que estaban fijos en Tom con absoluto terror. Su rostro estaba pálido. Harry sintió una punzada de simpatía. Mierda. No había pensado en eso.

–No estoy seguro de si sería posible – dijo el director con fuerza. Tom sonrió; encantadoramente, escalofriante.

–¿Vamos a ir a buscar alojamiento en otro lugar, entonces? – preguntó cortésmente. – ¿Tal vez con mi yo futuro? – Dumbledore palideció ante las implicaciones y Harry frunció un poco el ceño.

–¿Cuánto tiempo has estado aquí, Tom? – preguntó. Tom simplemente puso una mirada inocente, antes de que su expresión cambiara y comenzara a acercarse hacia él. Harry tropezó cuando le empujaron al pasillo por la corbata de Gryffindor. Tom lo empujó hacia el Sombrero Seleccionador.

–Vuelva a sortearlo – ordenó. El Sombrero parpadeó a los dos, si es que un sombrero puede parpadear. A pesar de todo, Harry supuso que el sombrero no estaría dispuesto... –Gryffindor – dijo Tom. – Tienes que estar bromeando. Maldita sea, realmente eras el corderito de la luz.

–Ya le he sorteado dos veces – se quejó el sombrero. – No voy a hacerlo de nuevo. Hace que me duela la cabeza. – Harry miró al resto de sus Slytherins e instantáneamente limpiaron sus expresiones de simpatía y acuerdo.

–Entonces, sólo di Slytherin – dijo Tom rotundamente. – Y no tendrás que ir a ninguna parte cerca de su mente retorcida.

–¿Mente retorcida? – repitió con delicadeza. – ¿Viniendo de ti?

–Gryffindor – respondió Tom, como si eso lo diría todo. – Supongo que es por el complejo de héroe.

–¡No tengo un complejo de héroe! – insistió.

–No – dijo sarcásticamente Lestrange. – Si que lo tienes. Es patético.

–¿Qué? – Harry inclinó la cabeza, sonriendo. – ¿Cómo tú?

–¡No soy patético! – Cygnus siseó. Harry simplemente sonrió, viendo como el otro se ponía cada vez más y más agitado en su insistencia.

Así fue como consiguieron el alojamiento sorteado.

Finalmente, tal vez una media hora y un par de intentos fallidos para que la población estudiantil fuese a sus dormitorios, las cosas estaban tomando un orden.

El grupo de 1943 tenía camas en los dormitorios de Slytherin y sus horarios. Tom argumentó que necesitaban seis camas, y Harry rotundamente se negó a ser sorteado de nuevo haciendo que Abraxas, Zevi y Alphard intercambiaran apuestas y galeones.

Al fin, sin embargo, todo estaba yendo por buen camino. El alumnado, previamente restringido por el personal y la curiosidad de ver cómo las cosas eran resueltas, explotó en preguntas y conversaciones. Hermione le había asegurado que iban a hablar en la sala común, pero por ahora ella tenía que ayudar a los de primer año como Prefecta. Lo mismo hizo Ron. Los otros Weasley tenían una hermana pequeña angustiada a la que consolar. Harry se sentía un poco culpable por no ir con ellos.

–¿Eres realmente Harrison Evans? – Un Slytherin, a quien recordaba como Theodore Nott, cuestionó con voz de asombro.

–Hola – dijo Harry torpemente. Los Slytherin presentes estaban, en su mayoría, mirando a todos ellos, formando opiniones y planes, ya que trataban de encajar esta nueva información en un plan de acción.

–Pero, eso significa que eres Tom Riddle – murmuró Nott, con los ojos relucientes y una postura cuidadosa.

–¿Estás tal vez relacionado con Pollux Nott? – preguntó Tom con un vago interés.

–Es mi abuelo – dijo Nott. Tom asintió con la cabeza.

–Mm, te pareces a él. – fue todo lo que dijo.

–¡Potter no puede ser la misma persona que Harrison Evans! – exclamó Pansy Parkinson, estúpidamente en la opinión de Harry. – Evans es como... – se detuvo cuando comenzó a sonrojarse.

–Te lo aseguro, lo es. – dijo Tom con frialdad. – ¿Parkinson, verdad? – Pansy miró hacia abajo, sometida. Harry suspiró. A Tom nunca le había gustado mucho Cassius, su abuelo.

–¿Puedes dejar la construcción de tu pequeño imperio por una noche? Tsk. Tienes un complejo de superioridad impresionante. – dijo.

–No es un complejo de superioridad si él es realmente el mejor – espetó Cygnus defensiva. – Por lo menos, superior a ti. Tom, ¡te suplico que me dejes enseñarle a Evans el significado de respeto!

Tom estaba ligeramente divertido. Harry se echó a reír, con una ligera crueldad que estaba bastante seguro de que había recogido del heredero de Slytherin.

–Oh, Superior – dijo él burlándose efusivamente – ¡Te suplico que me dejes enseñar algunos trucos a Lestrange! ¡Incluso podría encontrar algunas galletas de perro y un collar, sería adorable! – él agitó sus pestañas. Cygnus parecía furioso, Zevi, Abraxas y Alphard eran, por el contrario, claramente alegre.

–Maldita sea, es bueno tenerte de vuelta Harry – dijo Alphard.

Harry sacudió la cabeza.

El interrogatorio continuó.

Mucho más tarde, ante la firme insistencia del maestro, los Slytherin (del pasado y del presente) se dirigieron a las mazmorras mientras que Harry se fue a la torre. Ahora que había superado la sorpresa, su estómago estaba empezando a agitarse con la idea de lo que sus amigos pensaran.

Aún tenía que presentar a sus grupos del pasado y del presente, y francamente, no le parecía una cosa mala en absoluto. Podrían hacer caso omiso a su opinión y nunca hablarse entre sí. Por supuesto, sería genial si pudieran llevarse bien... pero dudaba mucho que lo harían.

Hubo un silencio mientras caminaba a través del retrato, sólo para ser confrontado por las caras sombrías de la mayoría de Gryffindor. Ginny estaba en el sofá, con los brazos de Fred y George a su alrededor. Sintió otro golpe de la vergüenza.

–Hola chicos – dijo mientras se preparaba.

–¿Hay algo que olvidaste mencionar, Harry?

...

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