Sam había notado un comportamiento extraño en su hermano mayor. Por lo general era un idiota, siempre mofándose de él, con sus bromas estúpidas, con esa manía de cantar las mismas canciones por horas y horas que duraba el viaje en la carretera. Pero en aquella ocasión, Sam Winchester podría decir con toda certeza: "Dean, ¡Eres un idiota!"

Todo comenzó luego de que terminaron una de sus cacerías. Como acostumbraban, fueron a un bar para relajarse y entonces apareció él, el causante de que su hermano mayor se comportara como un completo idiota: Castiel.

Sam ya se había percatado de las miraditas que se dirigía la parejita no declarada pero su hermano era tan idiota que no se atrevía a decirle lo que sentía al ángel, y al parecer, no se daba por aludido con las lascivas miradas que le dirigía Castiel.

Esa noche no fue diferente, Dean estaba haciendo el idiota de nuevo, como cada vez que tenía al ángel cerca. Sam disimuló una sonrisa cuando vio como ambos estiraban la mano al mismo tiempo para tomar la última cerveza que quedaba. Dean dio un respingo ante el roce de sus manos y la apartó rápidamente, tirando la cerveza y derramándola sobre la mesa.

-Lo siento- dijo atropelladamente Dean para tomar algunas servilletas y limpiar el desastre que causó- Lo siento mucho-

-Dean- fue lo único que dijo Sam, pues ya sabía que era culpa del ángel que su hermano fuera un completo idiota en ese momento.

-Yo lo limpiare, Dean- dijo Castiel tomando las servilletas que el cazador tenía en la mano y el rubio se levantó casi de un salto, golpeándose la rodilla con el borde de la mesa.

-Mierda- murmuro sobándose la rodilla.

-¿Estás bien, Dean?- pregunto el ángel con genuina preocupación y rodeó la mesa para acercarse a él.

-Estoy bien, Cas, todo en orden- Dean retrocedió cuando ese ángel invadió su espacio personal- Iré por más cervezas, voy a-

EL rubio se dio la vuelta y no alcanzó a terminar la oración, ya que se golpeó contra el pilar de madera que había tras él. Se llevó una mano a la frente y el rubor de apoderó de sus mejillas cuando escuchó la risa de Sam.

-¿Seguro que estás bien?- pregunto el ángel colocando su mano en la frente del rubio y este dio un respingo, retrocediendo rápidamente y volvió a golpearse con el pilar de madera.

-Mierda-

-Otro golpe de esos y quedaras aun más idiota- dijo Sam entre risas.

-¡Cállate enano!- soltó Dean para ir a la barra y Castiel sonrió, sentándose junto al castaño.

-Eres malo, Cas-

-¿Eh?-

-Lo haces apropósito ¿Verdad? Si Dean continua golpeándose de esa manera, quedara idiota para siempre, ¿Lo sabes?-

-No me importa, es lindo- contesto el ángel sonriendo.

-Díselo de una vez, Cas, ten compasión de Dean, en serio, lo dejaras idiota con todos los golpes que se ha dado por tu culpa-

-No es para tanto-

-Cas- Sam lo miró sonriendo- Ha chocado contra un montón de postes, se ha caído en el cuarto, en la ducha. Prácticamente se estampa con los muebles del cuarto cuando estás cerca. Ten compasión de mi hermano, lo dejaras idiota-

-Pero me gusta- se defendió Castiel sonriendo- Y aun si queda idiota, yo seguiré queriéndolo-

Sam suspiró resignado y sonrió al ver que su hermano regresaba con tres cervezas. Se quedó mirando a la parejita con sumo interés, y por unos segundos sintió pena por Dean, el pobre no tenía idea de que Castiel estaba jugando con él. Vio como el ángel se inclinaba sobre la mesa para pasar su mano por la comisura de los labios del cazador. Dean retrocedió bruscamente, cayéndose de la silla.

-Cas…- dijo Dean mirándolo desde el suelo y el ángel sonrió lamiendo su dedo.

-Tenías un poco de cerveza-Sam intercambio una mirada con Castiel antes de reírse.

Sí, es en esos momentos cuando los ve juntos, que Sam piensa que su hermano mayor, en definitiva, es un idiota.

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Gracias por leer. saludos! :D