Bajo el reflejo de la Luna

Bla bla bla (Palabras contenidas en razón del reto).

Bla bla bla (pensamientos).

Advertencia: Este fic contiene lemon, si no es de tu agrado leer escenas con contenido explicito sexual por favor abstenerse de hacerlo.

Este fic participa en el "Reto: La Pareja Ideal" del foro de InuYasha "Hazme el amor".

Capitulo 1

Kagome corría desesperada entre la espesura del bosque; podía escuchar los pasos a sus espaldas como un gran martillar en su cabeza; el rostro de la mujer estaba cubierto de lágrimas y de tierra que por las caídas que había tenido en su huída habían manchado su blanco rostro.

– Kami ayúdame. – rogó la mujer implorando al cielo por ayuda, las voces de las personas gritando su nombre la aterraban.

Ella era la sacerdotisa menor del templo al que todos los aldeanos iban a hacer sus plegarias, su familia era respetada y querida en su aldea; pero todo había cambiado cuando un poderoso Youkai se apropio de un valle cercano, este comenzó a cazar a los niños para comerlos, y las mujeres eran raptadas para ser sus amantes. De ese modo la joven había perdido a su hermano menor y a su madre.

Su abuelo había sido enviado meses después para cazar al Youkai, él era un Monge con mucha experiencia y sabiduría que deseaba vengar la muerte de su hija; pero no pudo combatir el poder demoniaco y terminó siendo también su víctima; cuando todos supieron de la muerte de su abuelo, el terror pudo con ellos, entonces encerraron al padre de la azabache que no tenía poderes espirituales como el resto de la familia en una pequeña pagoda cubierta de talismanes y lo obligaron a rezar por 100 días para que sus pecados fueron perdonados por Kami y el "malvado" los dejara en libertad.

Cuando la pagoda fue abierta solo los huesos de su padre se encontraron entonces, más crueles aún decidieron darla en sacrificio al Youkai para calmar su furia. Ese día ella había visto los huesos de su querido padre, ese día ella corría como loca para no morir.

Kagome no veía el camino, pues sus lágrimas nublaban su visión, ella lo había perdido todo; pero aunque no tuviera nada, morir siendo torturada por las manos de un Youkai la aterraba. Los aldeanos seguían de cerca sus pasos y eso hacía que su corazón latiera presurosamente.

Kagome sentía su respiración entrecortada y el aire ya no le llegaba a los pulmones correctamente por la falta de descanso, por lo que se detuvo e intentó tomar bocanadas de aire antes de seguir; los gritos se aproximaban cada vez más y los pasos ya estaban tan cerca que Kagome sabía que debía continuar corriendo pero su cuerpo ya no entendía esa orden por lo que dio dos pasos y cayó de rodillas.

– Ayuda. – susurró mirando la luna; ella era muy creyente, creía en Kami y en su grandeza por lo que desde el fondo de su corazón clamaba por su ayuda. Un grito retumbó en el bosque cuando uno de los hombres sujetó el hombro femenino.

– Maldita niña, todo lo que nos has hecho perseguirte. – gruñó el hombre y empujó el débil cuerpo de la mujer que cayó pesadamente al suelo. – Una mujer joven y virgen, pidió el Youkai, no entiendes que eres la última que sobra en la aldea, debes sacrificarte para que él nos perdone. – pronunció el hombre poniéndose en cuclillas y sujetando el rostro de Kagome. La mujer lo miró con odio; ellos habían elegido sacrificar a todos por mantenerse a salvo. – Levántenla. – ordenó soltando el rostro femenino entonces ella se arrastró hacia el otro lado intentando nuevamente huir. Vio un pie, entonces losujetó del tobillo con ambas manos manchándolo con barro.

– Por Favor, ayúdame. – rogó.

–¡ Que hacen humanos en mis dominios!. – gruñó el hombre moviendo sus garras; la joven escuchó el grito de terror de los hombres huyendo despavoridos y sintió pánico al escuchar esa sádica voz; también deseó huir, pero ya no tenía fuerzas, soltó el tobillo lentamente y se sentó sobre el suelo.

Entonces lo vio, la sonrisa más funesta que hubiera apreciado en mucho tiempo, los ojos rojos de un demonio, las garras que destrozaban con facilidad la carne humana. Los humanos los llamaban demonios, pero en ese momento para ella él se veía como un ser celestial con el reflejo de la luna a sus espaldas.

El Youkai la miró fijamente y se acercó exhibiendo sus garras, la joven quedó helada en el suelo y tembló de pavor al sentir el filo contra su cuello, aún así no bajó la mirada, la fijó en el iris azul del demonio quien la miraba.

– ¿Qué haces en mis dominios sacerdotisa, viniste a matarme?. – indagó el joven al mirarla usando la ropa que utilizaban las sacerdotisas. La mujer quedó muda, mientras el filo recorría su cuello. Simplemente no podía contestar por el terror que sentía ; entonces el hombre la sujetó por la cintura y la levantó sobre su hombro.

– Suél…tame. – tartamudeó la mujer golpeando la espalda masculina; la joven tomó un collar del bolsillo de su traje y realizó un cántico, la energía espiritual envolvió el objeto y prontamente este bordeó el cuello del demonio.

– Osuwari. – gritó la mujer. Y el Youkai sintió una extraña presión que logró que estampara su rostro contra el suelo, la mujer gimió al caer sobre el cuerpo masculino, se paró y corrió alejándose del hombre, ella sabía que ese hechizo la ayudaría, agotaba su poder espiritual, pero era muy bueno para usarlo como última alternativa.

Kagome estaba aliviada; había logrado huir de dos amenazas en un solo día, incluso se estaba alejando para siempre de su aldea podría encontrar otra aldea y finalmente tratar de olvidar todo, aunque dudaba seriamente que eso fuera posible. Nunca podría olvidar los gritos de su padre rogando que lo liberaran.

Inuyasha se levantó cuando ese extraño efecto terminó y gruñó maldiciendo a la hembra que lo había subyugado, olfateó el aire buscando su olor y lo siguió corriendo a toda velocidad, pronto pudo verla pero antes de poder alcanzarla.

– Osuwari, osuwari, osuwari. – las palabras dichas por la mujer una y otra vez detuvieron que éste pudiera alcanzarla, entonces la mujer siguió corriendo, le había asustado la rapidez del hombre, y no se explicaba ¿Por qué la seguía?.

Inuyasha gruñó audiblemente; esta vez, estaba enojado, despedazaría a esa mujer, con ese pensamiento corrió tras ella pero el delicioso olor de su sangre lo abrumó seguidamente de un grito ahogado.

Inuyasha llegó al lugar y se topó con la figura de un Youkai lobo, sobre la mujer, ésta estaba siendo retenida por dos lobos que mordían el brazo femenino, esparciendo el líquido carmesí por el pasto. La mirada chocolate se fijó en Inuyasha y éste pudo ver en ellos alivio por lo que no pudo reprimir su instinto protector.

– Aléjate, ella es mi presa. – gruñó. Los dos lobos soltaron a la mujer por orden de su líder y atacaron a Inuyasha que con sus garras los destrozó.

– Como te atreves a matar a mis amigos.– Gruñó, estaba enojado, pero su mejor cualidad era medir la fuerza del oponente por lo que inmediatamente supo que solo no podría vencerlo. – Volveremos a encontrarnos bestia. – anunció el hombre antes de convertirse en un remolino de viento. Inuyasha entonces se acercó a la mujer quien tenía la ropa desacomodada mostrando el vendaje bajo su ropa y sus ojos acuosos, el olor apestoso de lobo cubría todo su cuerpo y por eso él sabía donde había tocado.

– Kuso. – gruñó. Kagome lo vio acercarse; podía decir "La palabra mágica", pero se sentía agradecida; ese youkai había dicho que ella olía bien y que sería su mujer; la había asustado y como ya no tenía otro collar, no podía someterlo, por lo que si el peliplateado no llegaba quizá hubiere muerto.

Inuyasha la cargó estilo nupcial, el pecho masculino era cálido y escuchar el latido de su corazón era tranquilizador por lo que la mujer cerró los ojos dejándose transportar. Kagome abrió los ojos al ser depositada en el futón, y se sobresaltó al ver el rostro del ojirojo muy cerca de su rostro, por lo que se alejó abruptamente.

– ¿Dónde estamos?. – indagó la mujer, mirando la amplia cabaña.

El hombre se paró y sacó su Hitoe, pasándole a la mujer quien miró extrañada la prenda de color rojo en sus manos.

– Ve afuera hay una fuente de agua termal, báñate que apestas a lobo, lava tu ropa y ponte eso. – gruñó. La mujer asintió a la orden y al salir miró impresionara el vapor saliendo del agua, era enorme y hermoso, por lo que prontamente empezó a desvestirse. El peliplateado salió de la cabaña y apoyó su espalda por la pared mirando maravillado la espalda de la mujer y todo lo que llegaba a ver cuando la joven se quitó por completo la ropa e ingresó al agua suspirando complacida. Kagome lavó su ropa y también la herida y luego salió del agua liando su cuerpo con la prenda dada por el hombre.

Cundo ingresó en la cabaña él ya había prendido fuego y la miraba con un extraño brillo en los ojos. Kagome se sentó en un costado cruzando sus piernas.

– Gracias. – susurró la mujer. Entonces el demonio la miró fijamente, nunca nadie antes le había agradecido por nada, por lo que se sintió extraño, y también necesario para alguien, un nuevo sentimiento lo abordó en la boca del estómago y se acercó lentamente al rostro femenino.

– Osuwari. – pronunció la mujer estampando el rostro del hombre por centésima vez en el día; también se sintió extraña, esos ojos que antes la aterraban en ese momento le habían gustado. Tanto que casi había accedido al beso.

Cuando el rostro del hombre finalmente pudo despegarse del suelo este gruño molesto. Kagome observó inquita como el hombre abandonaba la cabaña refunfuñando, pero extrañamente ella ya no le temía.

Inuyasha también quitó todas sus ropas y se lanzó al agua, el sonido alertó a la mujer quien curiosa miró por la ventana mirando el hermoso ser Kagome miró emboada como el cabello mojado se pegaba a su rostro, los amplios hombros.

Kagome él también es un Youkai, como el maldito que mató a toda tu familia. – se recriminó en pensamientos, no podía darse el lujo de verlo de otro modo, más que un ser repugnante un monstruo. Por lo que se alejó de la ventana reprendiéndose y aunque deseaba volver y apreciar la hermosa figura y su blanca piel se recordaba que no podía o más bien no debía.

Cuando Inuyasha volvió a la cabaña la mujer lo esperaba sentada, exhibiendo sus torneadas piernas, el hombre tragó duro y se sentó en pose india del otro lado intentando ignorarla. Ambos quedaron en silencio u largo minuto y cuando el hombre cruzó sus brazos sobre su pecho con la intención de dormir.

– ¿Cómo te llamas?. – la pregunta lo asaltó.

– Inuyasha. – contestó escuetamente.

Kagome sintió su corazón latir rápidamente al oír su voz, se odiaba a si misma por el hecho de emocionarse. Pero lo hacía.

– Inuyasha. – susurró repitiendo el nombre, el hombre reaccionó a su nombre de una mala forma; antes de que la mujer pudiera sentarlo se acercó a la ella y cubrió la boca femenina con una mano, mientras que con la otra recorrió la pierna expuesta de la mujer. Kagome reprimió un deseo de gemir al sentir sus garras rozando la piel de su muslo interno y se sintió un ser sucio porque su cuerpo reaccionaba gratamente al toque del hombre.

Una lágrima rodó por la mejilla femenina y luego otra, el hombre quedó estático al oler y aroma salino. Y se sintió finalmente un monstruo, el no hacía eso a las humanas ni a ninguna hembra, por lo que soltó la boca femenina y se alejó cabizbajo y arrepentido.

Kagome miró la expresión del hombre y se sintió peor, deseaba abrazarlo y consolarlo, no entendía que le sucedía, las palabras abandonaron sus labios sin proponérselo.

– Inuyasha ayúdame, vence a Sukumo y seré tuya para siempre. – ofreció la mujer, la expresión en el rostro del hombre fue indescifrable para la mujer y ella debía arrepentirse pero no lo hacía su corazón latía emocionado ante la idea.

Continua

Hola. Bueno este fic lo escribí para participar del reto " La Pareja Ideal" del foro de InuYasha "Hazme el amor". Lo escribí un poco apresurada pues el tiempo límite se acercaba jeje pero espero que haya quedado de su agrado, no entiendo mucho como será la votación, pero es mi mayor deseo que pasen un momento agradable leyendo, así que muchas gracias a aquellos que le dieron una oportunidad y lo leyeron hasta el final.

Obs. El Fic debe ser un two-shot por lo que habrá otro capítulo en breve. Y como siempre lo pienso la pareja ideal de Inuyasha sería yo (XD), pero como es imposible a la única que lo presto es a Kagome por ello mi fic siempre será sobre ellos.

Las quiere

Mizune - Mei