Hola a todos ! bueno este es mi primer fic espero que les guste voy a tratar de actualizar lo mas pronto posible ojala les guste y porrrrfis dejen reviews criticas o no, todo es muy bien recibido n_n
Disclaimer : los personajes no me pertenecen (salvo los que si invente) todo es propiedad de JK Rowling
- Capitulo Uno: La carta
Cerró la puerta tras de si, costándole mas de lo normal, afuera había un viento terrible y las gotas de lluvia aun caían de sus rubios cabellos. Observo la sala de estar y corrió a cerrar la ventana que había dejado abierta, un charco de agua se extendía por el lustroso piso.
-Diablos! – saco la varita del bolsillo y limpio el desastre con un simple hechizo – Max! – grito mientras terminaba de acomodar las cortinas – Max ya llegué ! – sintió pasos rápidos a sus espaldas y sonrío aún sin darse vuelta al tiempo que sentía un tibio aliento cerca de su oído.
Max era muy importante para el, lo había ayudado a adaptarse a su nueva vida, lo había acompañado cuando se sentía solo, lo había escuchado y por sobre todas las cosas lo aceptaba tal cual era, lo quería por eso.
Se dio media vuelta y lo miro aun sonriendo.
-Alguna carta para mi ? – le pregunto a Max, su mirada era risueña y su cola azotaba de un lado a otro. Un hermoso ejemplar de Pastor Ingles volvió a elevarse sobre sus patas traseras apoyando todo el peso de su cuerpo sobre el de Draco- Tranquilo … tendremos que suspender la caminata de hoy el clima no nos ayuda…- acaricio su cabeza al tiempo que se dirigía a la cocina.
La cocina era espaciosa, por lo general muy luminosa, sobre todo por las mañanas, frente al fregadero había una enorme ventana que daba al patio trasero, era su parte favorita de la casa y aunque le costo entender como funcionaban esa serie de cacharros muggles, cuando por fin lo hizo se incorporo al enorme grupo que formaban ya los fans del microondas.
Max observaba sus movimientos, expectante ante lo que sabía iba a llegar, mientras Draco se dirigía a la nevera en busca de un suculento filete el cual trozo y puso en el microondas.
-Tendrás que esperar amigo… no todo es magia en la vida – suspiro y reparo por primera vez en los enormes ojos ambarinos que lo observaban desde una percha. Se acerco a la lechuza y desato la carta que tenia anudada en su pata. El ave ululó y salio por la ventana de la cocina que permanecía abierta aún cuando llovía. Miro el sello de la carta, era del ministerio, se pregunto si sería aquello por lo que había esperado tres años y un sentimiento de angustia y ansiedad lo envolvió suspiro y abrió lentamente el sobre.
Tras leer rápidamente sus sospechas quedaron confirmadas.
Sr Draco Lucius Malfoy:
A través de la presente nos vemos en la obligación de informarle que el día Viernes 7 de Marzo del corriente año se solicita su presencia ante los honorables miembros del Wizengamot a fin de llevar a delante el enjuiciamiento sobre su participación activa durante la guerra. Favor de presentarse a las 9:00 horas del día indicado. Se le recuerda que debe llevar su varita y la misma será confiscada mientras dure el juicio.
Atentamente
Arelix Mcgregor
Departamento de legislación y
Justicia
Ministerio de la Magia.
-Incendio…- dijo en voz baja agitando su varita sobre la carta, ésta empezó a arder hasta quedar reducida a cenizas. El ruido chillón del microondas lo sacó de sus cavilaciones.-A cenar Max…-
La mañana del domingo amaneció despejado, tenía planeado ir a Malfoy Manor a contarles a sus padres lo acontecido. Luego de la guerra y tras largas sesiones frente al Wizengamot su madre había sido exonerada completamente de culpa y cargo mientras que su padre fue condenado a dos años en Azcabán, tras cumplirse su plazo había regresado a la mansión para retomar los negocios familiares. Draco sabía que ya nada era igual, su padre se había convertido en la sombra del hombre que alguna vez fue, aquel hombre que admiraba y cuyos ideales lo habían deslumbrado sin darse cuenta que poco a poco era aquello que creía correcto, aquello que consideraba una verdad absoluta lo que había ido coartando lentamente su bien mas preciado, su libertad.
Sin embargo no le guardaba rencor, la soledad y el estar alejado del mundo mágico lo habían ayudado a ver las cosas con mayor claridad.
Cuando se llevaron a su padre a prisión su madre prácticamente lo había obligado a abandonar Malfoy Manor e instalarse en el mundo muggle, creyendo que así le sería más fácil llevar adelante la espera para su juicio, evitando la condena social. Tras varias discusiones en las cuales Narcissa trataba de hacerle entender que era esa aberración al mundo muggle lo que, entre otras cosas, habían arruinado sus vidas. Llegaron a un acuerdo, Draco se iría a "tratar de sobrevivir" entre muggles siempre y cuando pudiera seguir una carrera en el mundo mágico.
Fue así como tras preparar sus exámenes de séptimo año durante el verano posterior a la guerra obtuvo las calificaciones necesarias para estudiar en la academia de Medimagia. Actualmente cursaba su tercer y ante último año, estaba especializándose en magia oscura ya que algún provecho sacaría a tantos años de ver de cerca su práctica. Como sus calificaciones eran de las mejores de su curso el y dos de sus compañeros integraban un grupo de investigación en ése área junto con medimagos más experimentados.
Parpadeó varias veces, los rayos de sol que se filtraban por la ventana caían sobre sus ojos. Se levantó de la cama y se estiró elegantemente, se dirigió al baño y tras una ducha rápida se vistió, miro su reflejo en el espejo que le devolvió la mirada con gesto aprobador- definitivamente el verde esmeralda es tu color- dijo guiñándole un ojo.
Odiaba viajar por red flu pero era lo más directo. Desayunó en silencio con su madre en el jardín la cual tras dejar su taza en el platillo lo miró…
-Vas a decirme a que debo el honor de tu visita, aunque déjame adivinar por la sombra debajo de tus ojos puedo saber que no pasaste buena noche y tu repentino silencio solo me dice que hay algo que evidentemente temes contarme- se acerco sobre la mesa mirando a su hijo a los ojos, agrego en voz más baja- cuando y a que hora es ?-
- Este viernes… a las nueve pero te prohíbo que vengas! y no quiero que le digas nada a mi padre, es algo que quiero hacer solo.. – concluyo resueltamente sintiéndose un poco mas maduro y mayor que minutos atrás.
- Como tu decidas… estaré en el ministerio el viernes a las nueve de todas formas- dijo su madre sonriendo
- No dudaba que así fuera- le devolvió la sonrisa, una sonrisa sincera que últimamente solo dedicaba a su madre mientras le daba un mordisco a su panquecito.
La mañana del juicio llegó mas rápido de lo que hubiera querido, años de espera e incertidumbre y ahora tan solo dos horas lo separaban de la decisión que podría cambiar su vida, sabía que si iba a Azcabán terminaría igual que su padre aún aunque le dieran una condena menor.
Se encontraba frente al espejo nuevamente analizando los últimos detalles de su vestimenta se había decidido por un traje negro con una camisa del mismo color y una corbata gris muy oscuro, llevaba el cabello ciertamente menos engominado que en su época de Hogwarts, podía vislumbrarse la influencia muggle en su corte de cabello el cual hacía que su pelo se viera un tanto alborotado, pero era un desorden fríamente calculado, no irían a decir que había perdido la elegancia.- Tranquilo, te ves bien- le dijo su reflejo- y no te preocupes estoy seguro de que ocurrirá algo que evite lo peor- el Draco real se encogió de hombros- si tú lo dices-
Bueno hasta acá el primer capitulo algo corto pero los otros ya estan un poco mas avanzados. Besos a todos !
