Disclaimer : Harry Potter y sus personajes pertenecen a JK y asociados , todos los derechos se reservan a sus respectivos dueños. Yo solo soy dueña de personajes que no reconocen y de las horas de ocio que le dieron vida a esta historia.

Summary: Todos vuelven al colegio a cursar su último año después de la guerra. Por órdenes de la nueva directora se deben realizar cambios para unificar a las casas, a partir de ahora tendrán que compartirlo todo, dormitorios, clases, traumas y secretos y hasta momentos íntimos. ¿Un beso robado no cambia nada, cierto?

Parejas: Draco x Harry, Zabini x Ron , Hermione x Pansy. Mas parejas a lo largo del fic.

Notas de la autora: Esta historia surgió una noche nada más porque si, se centra en los cambios que sufren los personajes después de la batalla de Hogwarts y en como hay veces que conocer a alguien puede cambiar tu mundo drásticamente. Espero que les guste y les pido sobre todo paciencia porque los capítulos son algo largos. Gracias por darle una oportunidad y espero que les guste. De antemano les digo que puede ser que me fallen algunas cosas como nombre, edades y todo eso así que si notan algo háganmelo saber.


- ¡Es un asco! – exclamó Ron apunto de desmayarse en las escaleras - ¿Cómo se les puede ocurrir tanta estupidez? –

-La verdad Ron, creo que es una idea brillante- murmuro Hermione tomando la mano de su novio, entrelazando sus dedos – Piénsalo, es lógico que los profesores y la directora crean en la importancia de unir las casas y limar todo tipo de asperezas entre todos los estudiantes. Digo, después de la guerra es lo mejor que se puede hacer –

-Es ridículo, es imposible que podamos llevarnos bien con algunos alumnos. Todos vivimos la guerra y sabemos quienes apoyaban ciegamente a Voldemort- murmuro arrugado la nariz. No podía creer que su novia estuviera apoyando un plan tan descabellado.

- Es precisamente por eso. Es difícil que las personas dejen atrás tanto horror así que es muy importante aprender a ser tolerantes y a perdonar- la castaña se calló enseguida cuando sintió como su mano era soltada con brusquedad.

- ¡Hay cosas que no se pueden perdonar! - grito alejándose de sus amigos, ignorando las caras de miedo por parte de varios chicos de primero y segundo.

Hermione se quedó quieta mientras veía la espalda de su novio alejarse entre la multitud de estudiantes. Sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos e hizo un tremendo esfuerzo para no ponerse a llorar. Se sintió repentinamente rodeada por un cálido brazo y sin pensarlo correspondió el gesto.

-Dale tiempo – murmuro Harry haciendo un suave masaje en su espalda – El cree que no podrá perdonar, pero sabemos que sólo necesita tiempo-

- ¿Y si realmente nunca perdona? – pregunto ella limpiándose los ojos con la manga de su túnica.

El pelinegro negó suavemente con la cabeza – Una cosa es perdonar y otra olvidar. Ron terminará perdonando, pero ninguno de los que vivimos la guerra podremos olvidarla –

Siguieron caminando lentamente para llegar a la torre de Gryffindor – Tu pareces bastante aliviado. Todos tienen esa mirada, como si estuvieran perturbados por algo, pero tú no Harry, hasta diría que estás feliz- la castaña sonrío al ver como su amigo también lo hacía.

-Es el primer año en Hogwarts que no temo por mi vida. Ya no hay ningún mago tenebroso queriendo asesinarme y eso me hace tremendamente feliz- exclamó el ojiverde – Aunque sí puedo decirte que es difícil, todo ha cambiado y la guerra está presente en todos, por eso también creo que es una buena idea la de la directora. Hay que estar unidos-

- ¡Exacto! – exclamó Hermione – Es un milagro que volvieran a abrir la escuela tan rápido y que se nos haya permitido volver para retomar nuestros estudios. Vamos a cursar séptimo como debía ser así que no entiendo la actitud de Ronald. – la expresión en su rostro volvió a cambiar, mostrado su enojo.

-Perdió a un hermano. Eso nunca lo podrá recuperar – la muerte de Fred fue algo que todos lamentaron, pero no como lo hicieron Ron y George. – Ginny me dijo que George está en casa de sus padres y que no ha salido de su habitación en todo el verano. Me dijo que al único al que deja entrar a su cuarto es a Ron y que los ha escuchado llorar por las noches. -

-Yo no tenía idea, Ron no me cuenta nada de eso- dijo sorprendida.

-Seguramente no quiere preocuparte. A mí tampoco me ha dicho nada y esperaba poder hablar con él en la habitación, pero creo que eso se dificultará un poco con los cambios que han hecho para los alumnos de los últimos cursos- llegaron a las escaleras de la torre y tuvieron que detenerse de la cantidad de gente que estaba ahí.

La mayoría de los alumnos de los últimos cursos se mantenían callados, esperando a que llegarán los prefectos para que les dieran la contraseña. Harry vio a lo lejos a varios de sus compañeros, pero evito hacer cualquier movimiento que llamara la atención, de vez en cuando se removía incomodo al notar como los estudiantes le señalaban y murmuraban.

Si ser el niño que vivió era incomodo ser el niño que venció no tenía precedentes.

Siempre le miraban con fijación, varios chicos le rodeaban para hablar con él e incluso algunos le miraban coquetamente. Tanta atención era demasiado para él.

Volvió a removerse con incomodidad – Tranquilo, pasará. Siempre sucede, solo hay que dar tiempo a que se hable de otra cosa que no sea la guerra y veras como todos verán a otro lado- le dijo la castaña intentando animarlo.

-Tendría que ser algo increíble para que olviden el hecho de que pelee contra Voldemort- murmuro entre dientes volviendo a sentir escalofríos, alguien le miraba fijamente, podía sentirlo.

-Al paso al que vamos es probable que eso sea pronto- murmuro alguien a su espalda.

Al girarse vieron la cabellera roja inconfundible de la menor de los Weasly -¡Ginny! – exclamó Hermione abrazándola.

-Hola cuñada, hola Harry- saludo la chica abrazando fuertemente a cada uno – Es toda una locura, pero mi deber como nueva perfecta es darles terribles noticias así que, síganme-

La chica se abrió paso entre la gente, pidiendo permiso hasta llegar al cuadro – "Moscas de chocolate"– exclamó y enseguida el cuadro se abrió.

Entro con paso decidido y detrás de ella entraron todos los demás, los de primero se quedaron embobado viendo a su alrededor. Harry sintió nostalgia al verlos con la boca abierta, preguntándose si así se habría visto el en su primer año.

-Bien, Casius y yo somos los prefectos de este año- dijo señalando a un rubio con ojos canela, un compañero de su mismo curso – A los nuevos les digo que cualquier cosa que necesiten estamos para ayudarlos- sonrió encantadoramente- Los dormitorios están subiendo las escaleras. Chicos al lado izquierdo y las chicas del lado derecho. Ya están sus pertenencias en las habitaciones así que les pido que los alumnos de primero, según, tercero y cuarto suban a acomodarse y bienvenidos a Hogwarts- espero un momento para que los alumnos mencionados siguieran su camino.

Esperaron hasta que solo quedaron alumnos de quinto, sexto y séptimo. Esta vez fue Casius el que tomó la palabra, sacó un pergamino y lo desenrollo aclarándose la garganta antes de hablar- Por orden de la directora de Hogwarts se les informa a los alumnos de los cursos de quinto, sexto y séptimo que debido a las nuevas medidas de reintegración postguerra los dormitorios serán compartidos. – los murmullos y quejas no se hicieron esperar.

-Dos magos de cada casa compartirán habitación y dichas habitaciones estarán ubicadas en las cuatro casas. Cada integrante de este intercambio fue seleccionado detenidamente por el profesorado y la pareja de cada casa fue elegida dependiendo el curso y la habitación en la que estuvieron en sus primeros años en la escuela. -

-Eso tiene sentido, si nos van a dividir lo mejor es tener a alguien en que confías – murmuro la castaña buscando con la mirada a su novio encontrándolo sentado en uno de los sofás frente a la chimenea.

- Les pido de la manera más atenta que acepten con buena voluntad estos cambios, es de inminente necesidad que aprendamos a dejar de interponer el rencor y el orgullo sobre la posibilidad de hermandad y paz. Necesitamos paz y después de estos tiempos tan obscuros estarán de acuerdo conmigo. Les agradezco su cooperación y espero que todos logren hacer amigos sin importar los colores que tengan en sus uniformes. – terminó de leer el rubio volviendo a enrollar el pergamino.

- ¿Están bromeando? – exclamó Dean enfadado - ¿Quieren que convivamos con todas las demás casas? ¿Con la de las serpientes? Esas rastreras apoyaban a Voldemort, por culpa de ellas muchos de los nuestros murieron –

Mucho asintieron apoyando a Dean, no querían tener que convivir con los estudiantes de Slytherin. Pensaban mantenerse lo más alejado posible de ellos y terminar sus estudios para poder elegir su carrera y cada quien seguir su camino, pero ahora les pedían convivir e incluso dormir lado a lado. – Si quieren hacer el intercambio entre las otras tres casas está bien pero no si eso quiere de ir que voy a estar con esos mortifagos- agregó otro chico.

-Son órdenes de la directora, no nuestras- se quejó Ginny al ver como todos comenzaban a reclamarle a ella. – Tampoco estoy de acuerdo, pero si queremos negarnos hay que hablar directamente con la directora en lugar de discutir entre nosotros. Estoy segura que las otras casas también nos apoyaran- exclamó la pelirroja.

Todos fueron subiendo el tono a cada segundo para mostrar su desacuerdo, listos para ir en masa a quejarse. Sin embargo, una débil risa comenzó a llamar la atención de todos los alumnos.

Hermione miraba boquiabierta a Harry que extrañamente se estaba muriendo de la risa. Todos le miraron perplejos.

-Lo lamento… - murmuro cubriéndose la boca con la palma de su mano – Es solo que es gracioso escucharlos hablar así-

- ¿Qué es tan gracioso para ti, Harry? – pregunto Dean acercándose al pelinegro con una fiera expresión. - ¿Te da risa que tengamos que compartir cuarto con unos malditos asesinos? –

-Creo que este año compartiría cuarto con asesinos aunque no hayan hecho lo del intercambio- murmuro el ojiverde sonriendo débilmente.

- ¿Enserio? ¿Esa es tu respuesta? ¿Quién es el asesino? ¿Neville? ¿Seamus? ¿Yo? No espera… ¿Ron? - su entrecejo se arrugó en molestia, señalando a cada uno de los mencionados con la mano. - ¿Somos asesinos, Harry? –

-Claro que lo son- respondió subiendo los hombros – Los vi peleando en la batalla y matando como todos los que tuvimos que defendernos-

- ¡Es diferente! - exclamó Seamus.

-No lo es, acabaron con la vida de alguien, eso es ser un asesino, aunque sólo se hayan estado defendiendo. Creo que la mayoría de los de séptimo somos asesinos- a pesar de que lo miraban incrédulos continuó usando un tono de voz cálido y amable.

-Esos hombres eran mortifagos, mataron a nuestra gente, a nuestros amigos, a nuestros hermanos- murmuro Deán dirigiéndole una mirada a Ron – A nuestros padres. ¿Ya se te olvidó? ¿Olvidaste a tus padres? – murmuro con los dientes apretados.

Harry con tristeza negó suavemente – Nunca se me olvidara la gente que perdimos ni el dolor que sentimos, pero tampoco olvidaré que el odio hacia un grupo de gente fue lo que generó todo este conflicto- miro a sus compañeros de casa y por primera vez hablo con voz fuerte y decidida, como su verdadero líder – No se me olvida que los seguidores de Voldemort pensaban que eran superiores, que eran diferentes y que no querían mezclarse con seres que consideraban inferiores. Yo no cometeré ese error, esos prejuicios deben desaparecer para que todos podamos seguir adelante, debemos convertirnos en personas mejores de lo que fuimos o ahora seremos nosotros los que comenzaremos otra guerra. ¿Eso es lo que quieren? ¿No fueron suficientes muertes? ¿No fue suficiente dolor para ustedes? –

- ¿Entonces esperas… que nos volvamos amigos de las serpientes, así como si nada hubiera pasado? – la pregunta de Ron le hizo inquietarse. Él tampoco estaba preparado para volverse amigo de los estudiantes de Slytherin pero sabía que no quería pasarse su último año en Hogwarts peleando.

-No, digo que le demos una oportunidad a los cambios que nos pide la directora, siempre la escuchamos cuando era jefa de nuestra casa, no veo por qué eso deba cambiar ahora que es nuestra directora. Dejemos que las cosas sigan su curso y no se… estar abiertos a nuevas experiencias, nuevas amistades. Tal vez nos sorprendan- terminó de decir ya a en un tono más bajo al darse cuenta que todos le miraban

-Harry tiene razón – dijo Neville – Creo que ya peleamos suficiente, debemos dejar atrás todo para poder seguir adelante. Además… no nos están pidiendo demasiado, solo es este año y solo son los dormitorios, estaremos juntos en nuestras clases y demás actividades- los chicos y chicas comenzaron a cambiar sus expresiones y algunos asintieron en silencio – Podría ser divertido-

-Si bueno, tampoco es como si tuviéramos otra opción- murmuro Ginny con los brazos cruzados. Saco otro pergamino, desenrollándolo – Nos dieron una lista con las parejas y las casas donde van a alojarse este año-

El silencio de la sala era demasiado pesimista, para la mayoría era un castigo lo que estaban viviendo, poco a poco todos los de quinto y la mayoría de los de sexto ya estaban emparejados – Ginny Weasly y Danna Macao – murmuro la pelirroja mirando a su pareja, la morena le saludo débilmente con la mano, no parecía que se llevarán especialmente bien. – Ahora, la lista de los de séptimo-

Empezó – Hermione Granger y Lavender Brown – Ginny hizo una breve pausa mirando a la novia de su hermano con un poco de lástima-Hufflepuff- murmuro, continuando con las chicas de la lista.

-Tiene que ser una broma-murmuro la castaña acongojada, escucho una risilla y procedió a acertarle un fuerte codazo en el estómago al niño que vivió – Deja de reírte- se quejó.

-Jajaja no puedo evitarlo jaja de todas tus compañeras te tuvieron que poner con la ex de tu novio jaja – dijo Harry entre risas.

No podía contenerse y Hermione seguía riñéndole mientras la pelirroja continuaba con la lista.

-Harry Potter y Neville Longbottom – todos voltearon a ver al joven Potter y el compartió una mirada con Neville, sonriendo levemente.

-Creí que te pondrían con Ron- dijo Hermione.

Harry miro a su mejor amigo y este lo sonrió tristemente, también le hubiera gustado estar con él pero estar con Neville no le desagradaba – ¿Slytherin? - murmuro Ginny incrédula.

Esta vez hubo exclamaciones de horror y el oijiverde contuvo lentamente el aliento.

No esperaba aquello, aunque si lo pensaba era algo lógico, el joven que venció al mago obscuro haría más influencia en la casa escarlata, donde habitaban sus más fieles seguidores. Una jugada maestra.

-Ron Weasly y Dean Thomas en Ravenclaw – la mirada de Ginny fue a la cara de su hermano, este parecía tranquilo y sin ninguna expresión se puso de pie para ir al lado de su pareja. Era bien sabido que los dos chicos tuvieron sus discusiones cuando él moreno comenzó a salir con la hermana del pelirrojo.

Hermione tomó la sudadera de Harry para que le siguiera hasta que ambos llegaron al lado de Ron - Inesperado, ¿no? – dijo la chica intentando no parecer nerviosa.

-La verdad no del todo. Harry simboliza demasiado, así que era obvio que lo mandaran a la casa de Slytherin. Lo que si me sorprendió fue tu pareja- se mordió el labio conteniendo la risa, enseguida Harry volvió a reír.

- ¿La mía? ¿Qué me dices de la tuya? Vas a compartir habitación con el ex novio de tu hermana-murmuro enojada, pero a la vez agradecida que su mala fortuna hubiera hecho que su novio sonriera.

- Ya, lo siento, lo siento-murmuro el pelirrojo rodeando el cuello de su novia para atraerla hacia él y besarla con lentitud.

Harry hizo una mueca de asco – Uggh eso es horrible chicos, es como ver a mis hermanos cometer incesto- dijo sacudiendo los hombros. Los tres rieron y por unos segundos el terrible peso de los años se desvaneció, dejándoles sentirse como unos chiquillos de primer año.

La lista continuó, pero ninguno estaba prestando atención, se sentaron juntos en el mismo sillón de siempre, Hermione recargada en el pecho de su novio y este le besaba de vez en cuando el hombro o la abrazaba más cerca. Harry hablaba de cosas sin mayor importancia, contándoles de sus planes de vender Grimmauld Place y comprar algo menos lúgubre, quería una casa con enormes ventanas por donde entrará la luz, estaba harto de los cuartos diminutos y obscuros en los que tuvo que vivir la mayor parte de su vida.

-Tal vez puedan mudarse conmigo- dijo emocionado.

-Eso suena genial- expresó Ron sonriendo – Se imaginan viviendo los tres juntos, sin ningún adulto que nos diga como tender las camas o que cepille mis dientes –

-Ron, nosotros seremos los adultos y créeme que siempre te diré que laves tus dientes si quieres poder besarme- le reprimió la castaña.

La expresión de Ron le hizo volver a reír más fuerte de lo que les hubiera gustado ya que varios se giraron para verlos con reproche.

-Bien, ahora júntense con su pareja y diríjanse a su nueva casa. Los prefectos les estarán esperando en las entradas de los dormitorios para enseñarles las contraseñas y sus respectivas habitaciones – al terminar de dar indicaciones Ginny se acercó corriendo a sus amigos. Abrazando con fuerza a Hermione después a su hermano y por último rodeo el cuello de Harry con sus brazos. Depositando un leve beso. – Cuídense chicos. Ya saben que está siempre será su casa- les dijo.

-Tranquila Gin, sabemos cuidarnos, nada malo nos sucederá y tu más vale que no seas tan mala con los miembros de las demás casas- expresó Ron señalándola.

-Obvio no, jamás haría eso. Todos necesitamos un respiro después de vivir todo eso el año pasado. Como sea… vayan con sus parejas y mucha suerte – les dijo la pelirroja.

Neville se acercó a ellos con un poco de timidez – Hola chicos. Bueno, al menos no estaré solo en Slytherin-murmuro posando sus ojos en Harry.

-A mí también me tranquiliza que seas tú mi pareja. Sé que cuidaras de mi- le dijo Harry sonriendo amablemente, siempre le había agradado el castaño y después de todo lo que habían vivido lo consideraba uno de sus amigos más cercanos y queridos.

Lavender y Dean se acercaron pausadamente. - ¿Lista? – pregunto la chica dirigiéndose a Hermione.

-Pues pensaba bajar con Ron, Harry y Neville- respondió intentando no sonar grosera pero su respuesta no pareció gustarle mucho la otra chica que le miro con enojo.

- ¿Por qué no bajamos todos juntos? Y así vamos dejando a todos en sus respectivas casas- dijo rápidamente el de lentes, intentando salvar así la situación.

Dean asintió con la cabeza – Por mi está bien, así no tenemos que irnos de Gryffindor solos. Se siente extraño pensar que no dormiremos juntos en nuestra casa-

-Es muy triste-murmuro Lavender.

-Venga chicos, no importa donde estemos siempre seremos amigos. Además de que solo nos quedaba un año aquí, cada uno elegirá que quiere hacer y eso no significa que dejemos de ser amigos- Ron intento animarlos y poco a poco surtió efecto. Después de todo era cierto, si la guerra no hubiera empezado de todos modos tendrían que separarse, la escuela hubiera acabado y ya no estarían en el castillo.

- ¿Qué creen que sucederá con estos cambios? – pregunto Neville, ya todos caminando para llegar a sus nuevas casas.

-Pues será extraño, pero creo que es una experiencia única. Conoceremos las demás casas y podremos conocer gente diferente. Será entretenido – dijo una animada Hermione

Ron asintió acercándose a su novia para abrazarla – Solo esperemos que los de las demás casas también quieran llevarse bien o será un verdadero desastre-

- Según las cartas dicen que este año será una nueva etapa de aprendizaje y autoconocimiento – murmuro Lavender con ojos soñadores.

-Bueno… espero que no se pongan pesados porque todos saben quienes son los responsables de que estallara la guerra- dijo Deán cruzándose de brazos.

- El culpable fue Voldemort- la voz de Harry volvió a sonar dura y enseguida hizo que el moreno se callara – No todos ellos querían estar del lado obscuro-

Hermione y Ron sabían a qué se refería, había chicos en la casa de Slytherin que fueron casi obligados a hacerlo para proteger a su familia, todos vivieron horrores. Hubo heridas en los dos bandos.

Llegaron a la casa de Hufflepuff. Varios chicos y chicas ya estaban ahí junto a los prefectos de la casa amarilla– Bien, hasta aquí llegamos nosotras- dijo Hermione, jalo del cuello a Ron dándole un lento beso para después rodear el cuello de Harry – Cuídense mucho y mañana nos vemos en el gran comedor. Todo saldrá bien, ya verán – Les dijo intentando animar a los leones, pero era bastante inútil decir aquellas palabras con la voz rota por las lágrimas que se esforzaba en contener.

-Nos vemos luego chicos-Lavender se despidió abrazando a los cuatro chicos, haciendo el abrazo con Ron un poco más tardado que con los otros.

Los prefectos recitaron la contraseña y las puertas de Hufflepuff se abrieron para que ese pequeño grupo de estudiantes entrarán a la que sería su nuevo hogar y varios de la casa de los tejones se despedían, comenzando a caminar en direcciones diversas.

-Esto será una locura-murmuro Ron al ver a tanto alumno caminar con tristeza.

-Solo exageran, solo dormiremos en otras casas eso no significa que dejaremos de ser amigos y nos veremos en todas las clases y en las comidas- Harry quería sentirse positivo y motivado, aunque si resentía un poco dejar de dormir con sus amigos, amaba poder compartir con ellos momentos de risa antes de dormir o sus peleas en la mañana.

Llegaron a un cruce, tenían que tomar diferentes caminos, unos para ir a la torre y los otros dos a las mazmorras. – Suerte chicos- dijo Dean con pesar.

-Mañana me cuentas todo-le dijo Ron a Harry antes de darle un fuerte abrazo – Rayos, no quiero ser sentimental- murmuro sin poder soltar a su mejor amigo.

-Yo también voy a extrañarte – murmuro. Era difícil dejar ir a Ron, muy difícil.

Neville y Deán Esperaron pacientemente a que los dos chicos se separaran para que cada pareja fuera a su respectiva casa. Ron y Deán continuaron su camino y Harry se quedó en su lugar hasta ver como la figura de su hermano desaparecía por una esquina.

- ¿Vamos? – escuchado a Neville y distraídamente asintió. Bajaron las escaleras lado a lado en completo silencio.

Cada uno perdido en sus pensamientos. Voces de otros estudiantes se comenzaron a escuchar y vieron a varios chicos y chicas ya listos en la entrada de la sala común de Slytherin y no parecían muy contentos de estar ahí.

-Hola Harry, Neville- Luna se acercó a ellos con una dulce sonrisa, su cabello trenzado y su ropa llena de pequeñas hojas y ramas – Parece que compartiremos casa –

-Eso es genial Luna- exclamó Harry abrazando a la rubia.

-Al menos tendremos a varios conocidos- murmuro Neville señalando a Padma Patil que estaba hablando animadamente con un chico de Ravenclaw.

-Te lo dije, no es tan malo. – Harry callo al ver como la puerta se abrió dejando ver a un chico de cabello castaño y corbata verde.

-Bienvenidos, soy Edwing Baid, prefecto de Slytherin. Cualquier duda que tengan con gusto les ayudare, la contraseña de la casa "Pluma de fénix"- la puerta volvió a abrirse y el chico educadamente se hizo a un lado – Pasen por favor. –

Poco a poco los alumnos fueron entrando hasta que llegó el turno de Neville y de Harry.

Intuitivamente el castaño tomó la muñeca del pelinegro y este le dirigió una mirada llena de confianza, mostrándole que todo saldría bien.

La sala de Slytherin, diferente de la que estaban a acostumbrados que era acogedora y cálida esta se sentía ajena y fría, por primera vez Harry sintió que tal vez no había sido tan buena idea.

El grupo que estaba afuera ahora estaba en su nueva casa. A mitad de la sala les esperaba una chica rubia de ojos color verde olivo. – Bienvenidos soy Susan Adleleen. Las mujeres del lado izquierdo y los hombres del lado derecho, sus pertenencias ya están aquí en sus respectivas habitaciones, las habitaciones van de los cursos más nuevos a los últimos cursos. –

Entonces tendrían que buscar en los últimos cuartos - ¿Vamos? – pregunto Harry jalando levemente a Neville que aún lucia al borde de un ataque de nervios, el chico asintió y lado a lado se dirigieron a las habitaciones de los chicos. Se despidieron a lo lejos de Luna y ella alegremente movió su mano despidiéndose también.

Era extraño estar ahí Harry ya había visto antes la sala común de Slytherin pero no se quedó admirándola por mucho tiempo, ahora tendría todo un año para acostumbrarse y recorrer cada detalle del lugar.

Los de los cursos más pequeños ni siquiera se molestaron en salir, una gran diferencia, los Gryffindors son más curiosos y siempre estaban al pendiente de lo que sucedía con los estudiantes de su casa.

Las habitaciones que aún estaban vacías o faltaban alumnos estaban con la puerta abierta, como una clara invitación. Asomaron la cabeza por algunas sin tener éxito hasta que Justin salió corriendo de una de las habitaciones - ¡Harry! ¡Harry! ¡Aquí! – exclamó el chico entusiasmado.

-Hola Justin, ¿También te toco en la casa de Slytherin? – pregunto el pelinegro sabiendo de antemano la respuesta.

-Por desgracia, pero cuando entré a mi habitación me sentí más seguro, tus cosas estaban ahí así que… ¡soy tu compañero de habitación! – el chico sonrió encantadoramente parecía en verdad aliviado. Como si la llegada de Harry fuera todo un acontecimiento. – Ven- le tomó de la mano jalándolo para que entrará a una de las habitaciones.

Neville les siguió con una sonrisa divertida al ver la cara de angustia de Harry al ser literalmente arrastrado por el Hufflepuff.

En cuanto cruzo el umbral distinguió sus cosas y las de Neville a cada lado de una enorme cama matrimonial. Ese detalle tampoco pasó desapercibido por su amigo de cabellos castaños.

- ¿Solo hay cuatro camas? – pregunto Neville.

-Sí, perece que compartiremos cama con nuestra pareja de casa. – respondió Justin – También pensamos que era algo terrible- murmuro.

En la cama de al lado estaba un chico de cabellos rojizos y ojos color avellana acomodando sus cosas – Él es Irving, es mi compañero, no se tomen a mal que no los salude, desde la guerra no puede hablar-

-Espera ¿Es enserio? ¿Literalmente no puede? ¿Lo hirieron con algún hechizo? – pregunto Harry preocupado.

-No lo sé, yo no estuve con él, pero esta mañana en la estación sus padres me vieron y me informaron eso, al parecer él no quería volver, pero sus padres quieren que supere el trauma que tiene. Me alegra que haya sido mi compañero, siempre fuimos amigos y eso no tiene por qué cambiar-el semblante de Justin se entristeció.

Harry se quedó sin saber muy bien que decir o hacer, pero se asombró cuando vio como Neville camino hasta Irving ofreciéndole su mano con una dulce sonrisa en el rostro – Hola Irving, es bueno verte. Es genial que seamos compañeros-

El pelirrojo estrecho su mano y asintió correspondiendo la sonrisa.

Fue entonces que el joven Potter lo recordó. Habían dicho que cada habitante de cada cuarto había sido escogido a la perfección, para que estuviera en el mejor ambiente posible. La calmada presencia de Neville podría ayudar mucho a alguien con problemas como los de Irving además de que a él lo habían puesto ahí también para algo, quizás también estaba ahí para darle seguridad al joven pelirrojo.

-Hola Irving-saludo extendiendo le la mano. El chico abrió los ojos y sonrió aún más – Soy Harry, seremos compañeros este año, espero llevarnos bien- Irving asintió enérgicamente, luciendo mucho más animado que antes.

Un sonido en la puerta les hizo voltear a los cuatro y ahí parado con elegancia estaba Blaise Zabini con su cabello negro y sonriendo con burla mientras con su mano sostenía la mano de Draco Malfoy que está a sentado en el suelo.

De un rápido brinco el rubio se puso en pie - ¿Estás bien Draco? – pregunto su amigo intentando contener la risa – Fue una fea caída-

-Si Blaise estoy bien-dijo apresuradamente, acomodándose el cabello con la mano – Buenas noches- saludo dirigiéndose a sus cosas, se quedó viendo la habitación dándose cuenta que solo había cuatro camas - ¿Qué rayos? –

-Así es, parece que compartiremos cama con nuestro compañero de casa- dijo Harry, intentando sonar amable. Extrañamente tenía una ligera sospecha de que lo pondrían con el heredero de los Malfoy así que verlo entrar no le sorprendió en absoluto.

Él era el más indicado para poder liderar con el rubio, lo había hecho por años y después de lo que pasó el año anterior esperaba que las cosas se aligerar a un poco entre ambos. Lo que menos quería era tener que estar peleando con sus compañeros de habitación, así que lo mejor era intentar llevarse bien.

-Una verdadera desgracia, bueno al menos todos nos conocemos entre nosotros… - Draco se giró y al ver a los tejones parpadeo un poco – Creo que no los conozco-

-A mi si me conoces Malfoy- dijo Justin con enojo – Tú y tus gorilas solían hechizarme en los pasillos-

-Creo que habla de Crabbe y Goyle- le murmuro Blaise ya sacando sus artículos personales. Draco bajo la mirada luciendo apenado, pero no dijo nada, no se disculpó, solo se dio media vuelta para comenzar a sacar sus cosas.

Harry se quedó observándolo, su piel estaba más pálida que antes, tenía unas ligeras ojeras con su cabello le llegaba hasta los hombros y estaba libre de cualquier producto, el flequillo le cubría sus ojos un poco.

- ¿Enserio? ¿No dirás nada? – continuó Justin, sintiéndose repentinamente valeroso al ver que el rubio se había enroscado como la víbora que era. - ¡Me debes una disculpa! – grito acercándose al rubio y jalándolo violentamente de la túnica.

-Una disculpa no cambiará lo que hice, no te hará sentir mejor- replicó el rubio sin moverse.

-Siempre serás así, una serpiente orgullosa a la que no le importa nada ni nadie. Causaste tanto daño a tanta gente, tú y tu mal nacido padre- parecía que en cualquier momento le solitaria un golpe en el rostro, Justin tenía la cara roja de furia y los dientes apretados.

Blaise tomó el cabello del Hufflepuff haciendo un fuerte y doloroso agarre – Suéltalo- le ordenó.

-Creo que no se dan cuenta, su señor ya dejó de existir y todos sabemos lo que son. No pasará mucho para que el ministerio encierre a todos ustedes en Azkaban y terminen sus días pudriéndose con los dementores-

- ¡Justin! – grito Harry ya con su varita en mano al igual que Neville, ambos apuntándole al tejón – ¡Suéltalo! –

El chico pareció confundido por la actitud de Harry aflojando un poco su agarre, cosa que el rubio utilizo para soltarse. Enseguida Blaise soltó el cabello del Hufflepuff acercándose a su amigo, preguntándole si se encontraba bien.

El rubio asintió con la cabeza acomodándose la ropa. - ¿Enserio? El y su padre servían a ya saben quién, su padre está arrestado y esperando juicio- grito Justin

-Él no te estaba haciendo nada y por si no lo notaste el será nuestro compañero de habitación así que lo mejor será que dejen el pasado donde está. Todos hicimos cosas durante la guerra de las que nos arrepentimos o cosas que nos obligaron a hacer- Harry odiaba que una persona atacará a otra sin un motivo, Justin se estaba dejando llevar por el resentimiento y el odio cosa que solo terminaría hiriéndole más, Draco no tuvo opción, él lo sabía y siempre estaría en deuda con el rubio por lo que pasó en la mansión Malfoy sin mencionar lo que hizo su madre, les debía a los Malfoy. Así que ayudaría a Draco si estaba en su poder – Sé que eres un buen chico Justin así que te pido que dejes atrás eso, eres mejor que eso-

El chico pareció más calmado y con los ojos vidriosos asintió dándose vuelta para proceder a sacar sus cosas.

-Te lo agradecemos Potter- dijo la voz de Zabini, jamás había escuchado esas palabras de un Slytherin y menos dirigidas hacia él con tanta sinceridad – No solo por esto sino… por destruirlo, de verdad, gracias –

-Lo hicimos todos juntos – respondió Harry sintiendo su cara y sus orejas calientes de la vergüenza – Perdonen a Justin ha sido un largo día – murmuro sin apartar la vista del ojiazul que asintió levemente con la cabeza, abrió la boca para decir algo…

- ¡Hola a todos! – saludo desde la puerta un chico de cabellera dorada y ojos color miel. Los Ravenclaw habían llegado.

El otro chico de cabello castaño obscuro saludo a todos menos escandalosamente, ingresando a la habitación con una enorme cantidad de libros entre sus brazos, Neville corrió a ayudarle al verlo a punto de caer – Gracias Longbotom- dijo el chico mirando a su compañero con sus intensos ojos, uno color verde y el otro color azul.

-Ah no es problema- dijo el Gryffindor sintiéndose apenado, el chico le conocía y él no tenía ni la menor idea de su nombre, de ninguna de las dos águilas que acababan de entrar.

-Nunca nos hemos presentado formalmente, yo soy Charles y el chico bicolor es Adam. Mucho gusto en conocerlos a los seis y espero nos llevemos bien en nuestro último año- la amabilidad y gran desenvolvimiento del rubio le hizo a Harry sentirse cómodo, parecía que el chico estaba feliz con el extraño revoltijo de casas. - ¡Rayos! Eres… - murmuro – No lo puedo creer, ya viste Adam, Harry Potter-

-Lo veo Charles, no lo asustes - respondió el castaño sonriendo.

-Y Neville Longbotom-dijo de nuevo demasiado alto-y… ¡oh por dios! ustedes son Malfoy y Zabini-

-Les pido perdonen a Charles, es demasiado impresionable. Le apasiona la historia, toda clase de historia, a decir verdad. Ustedes tienen cierta fama en el mundo mágico y en la escuela así que por ende son para el… ¿Cómo decirlo? ¿celebridades? - les explico Adam con tranquilidad agarrando a su amigo de la muñeca para que fuera a desempacar.

-Es que son muy muy famosos-exclamó el rubio.

-Lo sé, lo sé- murmuro Adam bastante acostumbrado al comportamiento hiperactivo de su compañero de casa.

Harry y Neville no pudieron evitar sonreír, parecía que la última adquisición de su habitación proveniente de la casa azul serían personas muy divertidas. Aligerarían por completo la tensión que podría llegar a darse.

- ¡Mira una sola cama! – exclamó de nuevo Charles.

-La veo, la veo- respondió con resignación el otro.

Todos sonrieron, Zabini y Malfoy incluidos. Si, la presencia de esos dos en particular les serviría mucho.

Cada uno sacó sus cosas, colocándola en sus pequeños burós que estaban a cada lado de cada cama. Los Hufflepuff fueron los primeros en terminar así que ambos estaban sentados en su cama, viendo a sus demás compañeros.

Harry terminó y tomó su lugar en su cama estirándose cual largo era, soltando un quejido de satisfacción. - ¿Notaron que todas las camas tienen doseles de color crema? No hay nada en el cuarto del color de nuestras casas- murmuro Charles, ya sentado en la orilla de su cama.

-Supongo que es para comodidad de todos y unificarnos- dijo Zabini colocando un portarretratos en su buró.

- ¿Quiénes son? ¿Los de tu fotografía? – pregunto esta vez Adam recostado boca abajo dejando sus piernas al aire.

-Son mi madre y mi hermana menor- respondió sinceramente.

- ¿Puedo? -pregunto Neville extendiendo su mano para que le pasara la fotografía, todos esperaban una negativa, todos menos Draco que extendió su mano para que Blaise le pasara la foto y se la llevó a Longbotom.

Los Ravenclaw invadieron la cama de los Gryffindor, aplastando a Harry en el proceso para que los cuatro vieran la fotografía. – Tu hermana es muy bonita- dijo Adam

-Sí que lo es-murmuro con orgullo Blaise

- ¿Ya va en Hogwarts? – la pregunta de Harry hizo que la mirada de Blaise cambiará. - ¿Dije algo malo? –

-La hermana de Blaise no asiste a Hogwarts, su padre se llevó a su hermana y a su madre cuando el Lord regresó, no las ve desde entonces- respondió Draco con tristeza.

-¿No vez a tu madre desde hace tres años?- preguntó Justin, poniéndose de pie y sentándose también en la cama de los leones para ver la foto.

-Desde hace casi cinco de hecho- respondió – Mi padre cree que las mujeres no deben estar metidas en asuntos importantes como lo era el Lord, así que solo nos quedamos él y yo en casa-

-Pero ahora ya Voldemort no existe, tu familia podría volver- Harry miro al Slytherin con un nudo en el estómago, él sabía a la perfección lo que se sentía estar solo y por la mirada de Blaise supo que el chico se sentía así desde hace casi cinco años.

-Bueno es complicado. Con lo del arresto de mi padre y los juicios, no puedo… no he podido encontrarlas. Mi padre nunca me dijo donde las había mandado- Blaise miro fijamente un punto en la pared, repentinamente poniendo cara de asombro. Dándose cuenta de que había revelado algo verdaderamente íntimo de su familia a chicos a los que apenas conocía.

Todos notaron su rostro así que cada uno con rapidez se miró, pero fue Harry el que terminó hablando - ¡Quiero comprar una casa! – fue lo primero que se le ocurrió para cambiar el tema.

- ¿Una casa? – pregunto Draco desconcertado.

-Sí, bueno para irme a vivir ahí cuando acabe la escuela. Digo seguiré estudiando una carrera y eso, pero… quiero un lugar al cual llamar hogar- dijo con una leve sonrisa.

-Pensé que Sirius te había dejado Grimmauld Place – murmuro Neville.

-Lo hizo, me dejó la casa y la fortuna de los Black pero no quiero vivir en un lugar lleno de recuerdos malos. Mi padrino odiaba estar en esa casa así que no quiero ese lugar para mí y para Teddy –

- ¿Quién es Teddy? – pregunto Justin.

- ¡Oh esperen! – se bajó de la cama aventado un poco a Charles, busco en el cajón de su buro y saco una fotografía – Él es Teddy- le extendió la foto a Blaise y este la tomo con lentitud. La cara de un sonriente niño que se movía alegremente entre los brazos de Harry – Es el hijo del profesor Lupin y de Tonks. Ambos fallecieron en la batalla de Hogwarts así que vive con su abuela-

-Mi tía Andrómeda- murmuro Draco – Mi madre y ella hablaron durante el verano- se acercó a Blaise para ver la foto. – Es bellísimo-

Todos los demás chicos invadieron esta vez la cama de los Slytherin para poder ver la fotografía y soltando exclamaciones de ternura ante el pequeño bebé que no paraba de moverse en los brazos de un asustado Harry.

Draco y Blaise compartieron una mirada, era tan raro estar conviviendo de esa manera con alguien ajeno a su casa, pero esa extraña sensación de camaradería no era algo desagradable.

-Entonces… ¿vas a comparar una casa para llevártelo a vivir contigo? – pregunto Adam tomando la fotografía y devolviéndosela a Harry.

-Es mi ahijado así que si, ese es el plan. Le debo mucho al profesor Lupin, cuido de mi cuando era más joven, fue una de las primeras personas que me hizo sentir querido- el pensar en Remus aún dolía, murió luchando como un héroe y se encargaría que a su hijo no le faltara nada, ni económico ni emocional, malcriaría a ese niño a más no poder.

-Es un gran plan, seguro que el niño te quiere mucho- Neville también quería al profesor Lupin así que se sentía feliz de saber que su hijo tendría a alguien como Harry para criarlo.

Charles asintió emocionado – Pero tendrás mucho trabajo, criar a un niño y asistir a la universidad será difícil. -

El chico tenía un punto, ya le habían dicho eso antes, la señora Weasly, Hermione, Andrómeda. Le dijeron que su carrera también era muy importante.

- ¿Ya pensaron lo que quieren hacer después de terminar Hogwarts? ¿A qué universidad irán? ¿Qué quieren estudiar? Los exámenes de ingreso son difíciles así que tendremos mucho que hacer – Adam como buen Ravenclaw pensaba en el futuro.

-Pues, yo quiero ser profesor de Herbología- agregó Neville con las mejillas rojas – Ese es mi sueño, ya revisé algunos planes de estudio, pero aun necesito varios requisitos. Sin mencionar los exámenes y las pruebas de ingreso-

-Lo harás excelente, eres muy bueno en esa materia y siempre que me has explicado alguna cosa lo haces perfecto. Tienes paciencia y siempre estás dispuesto a ayudar- dijo Harry – Yo aún no sé muy bien que hacer… digo Ron y yo siempre quisimos ser Auores pero ahora… no creo que quiera pelear toda la vida-

-Aun tienes tiempo para pensar en eso- dijo Justin intentando animarlo – Irving y yo queremos estudiar leyes mágicas. Siempre dijimos que lo haríamos, ¿cierto? – el pelirrojo asintió uniéndose al grupo, sentándose en un extremo de la cama.

-Bueno, yo quiero ser Historiador- dijo Charles – así que ustedes deben contarme todo para poder escribir mi libro sobre la verdadera historia de los alumnos que sobrevivieron a la guerra. – todos rieron ante la mirada acusadora del chico.

-Yo quiero ser medimago- Adam subió levemente los hombros – Siempre quise ser útil ayudando a la gente herida o enferma. –

Todos miraron a los Slytherins para que contarán también sus planes. El primero en hablar fue Blaise – También quiero ser medimago-

Esperaron con la mirada fija en el rubio, el único que faltaba – No lo sé, ¿de acuerdo? –

- ¿Cómo que no lo sabes? – pregunto Charles – pensé que ya tenías un plan trazado –

-El plan no era mi plan-dijo malhumorado, no quería hablar de ello, todos ellos no entenderían, solo un Slytherin podría entender sus palabras y sus quejas.

Aun así, Harry creyó entender a qué se refería el rubio, había veces en las que uno cree no tener control sobre su propio destino. Lo sintió así por mucho tiempo, demasiado tiempo así que entendía perfectamente al heredero Malfoy – Aún tenemos tiempo para decidir, o bien. Podríamos tomarnos un año para pensarlo, ¿no? –

-Eso no suena mal-coincidió Charles – Podrían tener aventuras por un tiempo-

-Créeme, ya no quiero más aventuras. Tuve suficiente para toda la vida- soltó una risa nerviosa haciendo que todos le miraran. Con toda la locura del año pasado todos habían tenido aventuras para toda la vida.

El silencio volvió a reinar el lugar, todos aún sentados y recargados en las dos serpientes de su pequeño grupo – Deberíamos dormir. Mañana inician las clases- todos concordaron con Neville así que poco a poco cada uno se dirigió a su propia cama. Comenzando a cambiarse a ropa de dormir.

Harry desató su corbata, aventándola sobre su baúl, al igual que su camisa. Siempre de espaldas a los demás, sin notar que varios de los chicos presentes le observan, se colocó una playera gris y unos pantalones rojos. Cuando giro vio que todos estaban ya cambiados.

Cada uno con su propio estilo, los Hufflepuff traían puestos pijamas de manga larga, uno de color azul y el otro de color negro.

Los Ravenclaw, eran otra historia. Charles se quedó con una camiseta blanca y sus boxer azules mientras que Adam traía puesta una camiseta azul y unos pantalones grises. Rio al ver como el rubio se metía entre las sábanas de un gran salto y el otro se quejaba por su falta de consideración.

Los Slythering traían pijamas en colores grises, parecían caras y suaves al tacto. Mientras que su compañero traía una sudadera roja y un pantalón negro. Neville se acostó de su lado de la cama, casi al borde de caerse para darle un buen espacio a Harry. – Si duermes ahí te caerás, puedes pegarte más, no me molesta- murmuro el pelinegro ya acostado.

-Nunca había dormido con alguien así que es raro- dijo Neville en voz baja.

-He dormido en la misma cama que Ron así que estoy acostumbrado a esquivar patadas y abrazos- respondió riendo haciendo reír al otro.

-Ron tiene pésimos hábitos para dormir- susurro el castaño.

-Totalmente, pobre de Dean – aquello volvió a hacerles gracia, pero sus risas callaron cuando sintieron que alguien les había aventado una almohada que se estampó justo en la cara de Harry.

- ¡Cállense de una vez! – grito Justin mitad en broma mitad enserio.

-No queremos saber lo que hacías con el Weasly en la cama, Potter-grito Zabini haciendo reír a todos.

Harry se sonrojo levemente así que decidió dormir dándole la espalda a Neville. Así poco a poco fue escuchando a sus compañeros caer dormidos, decidió no moverse mucho al notar el leve ronquido de Neville.

Sufría de insomnio desde hace algún tiempo, así que estaba acostumbrado a dormirse tarde, cosa que al parecer no podría hacer con sus nuevos compañeros que ya dormían despreocupadamente.

Se quedó mirando al techo, pensando en sus dos amigos. ¿Qué estarían haciendo? ¿Con quién les habría tocado? A pesar de que no conocía a algunos y con otros había tenido discusiones todo había resultado bien. Todos estaban dispuestos a poner todo de su parte para una buena convivencia ese año.

Se giró levemente para poder ver a la cama de al lado. Distinguía el cabello patinado de Draco, incluso el rubio también había cambiado y se preguntó cuánto habría cambiado el durante la guerra. Es decir, a veces sufría de ataques de ansiedad e incluso de pánico, pesadillas recurrentes y en ocasiones alucinaciones.

Los únicos que sabían de eso eran Ron y Hermione porque a veces ellos también sufrían de eso. Esperaban que con el tiempo las cosas mejorarán y todos esos miedos se evaporaran. En verdad esperaba que así fuera.

- ¿No puedes dormir? – la voz le saco de sus pensamientos. Frente a él los ojos de Draco le miraban, brillando en la oscuridad del cuarto.

-No quería despertarte- susurro para no molestar a los otros chicos.

-No lo hiciste, Potter. Sufro de insomnio así que me quedo una gran parte de la noche despierto- confesó desviando su mirada al techo.

-Entonces ya somos tres- Charles estaba incorporado en su cama, su voz sonó algo fuerte así que tanto Harry como Draco le hicieron señas para que bajara la voz.

Draco se quitó de encima las sábanas, saliendo de la cama – Síganme- murmuró y enseguida los otros dos lo hicieron. Muy despacio y sin hacer el menor ruido abandonaron la habitación. Cerrando tras de ellos. – Es mejor no molestarlos, vengan-

Recorrieron el camino hacia la sala común y en cuanto llegaron las expresiones de Harry y Charles cambiaron a unas llenas de asombro.

El techo del lugar estaba lleno de estrellas, reflejándose un bello escenario del cielo nocturno. – Increíble – murmuro el Ravenclaw. – Es un hechizo como el del gran comedor –

-Impresionante-murmuro Harry.

-Todas las demás casas tenían una linda vista así que a los de la casa de Slythering se les ocurrió hacer esto. – Draco miraba con orgullo lo que su casa había hecho en la sala común. – Sólo se puede ver en la madrugada-

-Es muy hermoso-dijo Harry sentándose en uno de los sillones siendo imitado por los otros dos chicos.

Se quedaron en silencio unos segundos cuando un impaciente Charles murmuro – Bien, ¿Cuándo van a contarlo? –

- ¿El qué? – pregunto Malfoy confundido.

- ¿Por qué sufren de insomnio? Bien yo primero. Rompí una promesa, una muy importante a una persona que quiero en verdad- su semblante alegre desapareció.

- ¿Qué promesa rompiste? – le preguntó el león.

Soltó un largo suspiro antes de responder – Le prometí que cuidaría de esta persona, pasara lo que pasara y no pude hacerlo. Cuando la guerra se volvió tan real y horrible mis padres decidieron que lo mejor era irnos de Inglaterra, así que terminé en un lugar de Italia. Escondido como un cobarde mientras esta persona terminó aquí, en Hogwarts, solo-

Harry no se esperaba que tan rápido se contarán cosas así. Creyó que sus compañeros se sentirían igual de incómodos como para abrirse totalmente con el así que no sabía muy bien que decir.

-No pudiste evitarlo. Tus padres te llevaron para protegerte, esa persona debe entender eso- las palabras de Draco sonaron tan comprensivas y gentiles que Harry dudo por un segundo que realmente fuera el mismo Malfoy que había conocido durante sus primeros años de Hogwarts

-Lo peor es que esta persona si lo entiende, es demasiado gentil y no me culpa de nada, pero… Eso no quita que yo haya fallado. – se quejó, cansado de que le dijeran que todo estaba bien, que nada era su culpa. – Me escondí mientras él estaba aquí, peleando, asustado. –

-Todos estábamos igual, tuviste la suerte de tener a alguien que deseo protegerte, eso no es malo y esa persona sabe cuánto querías protegerlo así que debes dejar de culparte por cosas fuera de tu alcance- Harry subió sus piernas al sillón, rodeándolas con sus brazos – Hay veces en las que ninguno puede controlar lo que sucede y tienes la suerte de que la persona a la que según tu lastimaste no te culpe-

-Pensamos diferente, pero, en fin. Ahora ustedes-murmuro mirando a los otros dos chicos - ¿Quién va primero? –

Harry no sabía muy bien cómo poner sus pensamientos en orden, solo podía resumir todo en una pequeña frase – Tengo recuerdos y… sueños sobre momentos de la guerra así que es difícil que me duerma o que pueda dormir durante toda lo noche-

Draco y Charles le miraron fijamente, nadie sabía a ciencia cierta lo que el niño que vivió tuvo que vivir durante la guerra porque él no había querido dar ningún tipo de información a ningún medio. Estuvo peleando junto a sus dos amigos, embarcados en una misión que aún desconocían, si ellos tenían traumas por la guerra Harry seguramente estaría peor.

-A mí me pasa algo parecido. Hay imágenes que no se van de todo y no puedo controlarlo muy bien así que me quedo en la cama hasta que el cansancio me vence- Draco miraba a todos lados para evitar ver la lastima en los ojos de su antiguo rival.

A pesar de que ninguno dijo nada se sintieron tranquilos de estar ahí, solos los tres. Disfrutando de esos minutos solos, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Hablando de sus miedos y dejándose calmar por la compañía de personas que también habían sufrido.

Harry no se dio cuenta en que momento comenzó a sentirse extrañamente tranquilo. Tal vez era la cercanía de sus dos compañeros. Charles a su izquierda y Draco a su derecha, repentinamente el Ravenclaw se puso de pie. – Creo que intentare volver a dormir- murmuro moviendo mucho las manos, parecía algo ansioso.

-¿Estás bien? – pregunto Harry a lo que el chico movió la cabeza, despidiéndose con un gesto de la mano. Lo vio alejarse de nuevo, corriendo más rápido de lo normal, dejándolo solo con Draco.

Pensó mil veces en levantarse e irse a dormir, pero cuando Draco le preguntó - ¿Quieres ir a dormir o prefieres…? – sus dudas se desvanecieron.

-Me quedaré, después de todo no podré dormir- dijo con tranquilidad, quedándose en su lugar con los ojos puestos en el techo de la sala común, ver esas estrellas le hacían calmarse, le hacían sentir libre.

- Lo lamento- Harry volteo a ver a Draco, incapaz de creer lo que estaba escuchando.

- ¿Por qué? – pregunto.

El rubio miro sus manos – Ese día en mi mansión yo… lamento no haber ayudado –

El pelinegro se acomodó en el sillón mirando a Draco mientras negaba suavemente con la cabeza – Me ayudaste, sabias que era yo y lo negaste. Me salvaste cómo pudiste y te estoy agradecido por ello-

Malfoy agacho la cabeza un poco, no queriendo ver a Harry, se seguía sintiendo mal por lo ocurrido, por todo lo que hizo y lo que no hizo – Vivimos momentos complicados, cosas horribles y aun así estamos aquí. Tu y yo tuvimos suerte y hay que aprovecharlo –

-Es un lindo gesto lo que quieres hacer con el hijo del profesor Lupin- dijo Draco cambiando de tema drásticamente.

-Espero hacerlo y que sea bueno para Teddy, no sé nada de ser padre y esas cosas así que lo más seguro es que tenga muchos errores- respondió, le había agradado el cambio de tema, no podía lidiar con las disculpas y los agradecimientos y las emociones así que prefería charlar de otras cosas menos sentimentales.

-Nadie sabe ser padre hasta que lo es. Así son las cosas – se recostó en el respaldo, viendo el techo fijamente – Harás un gran trabajo-

-Gracias. Podrías ir a visitarlo. Digo… es tu sobrino en todo caso- murmuro Harry también acomodándose igual que el rubio.

Draco sonrió – No creo que les guste a todos que yo me acerque al niño-

-Al que le tiene que gustar es a Teddy- y de pronto de nuevo todo quedó en silencio, el ojiverde no apartaba su vista del techo, se sentía tan extrañamente cálido, como nunca antes se había sentido, cerró los ojos porque sus párpados pesaban demasiado.

Una calidez y comodidad inigualable le rodeo y lo que no había sucedió en años sucedió esa noche, se quedó profundamente dormido.

CONTINUARÁ…

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