Hola. Ésta es mi nueva historia. Es un poco diferente a las otras que he escrito, pero espero que os guste. En la serie nos han dado con cuentagotas datos de la biografía de los personajes, pues yo he cogido esos datos y los he modificado un poquito. Para empezar, no estarán por ejemplo ni Hayle ni Jack, ni probablemente Will ni Henry. La historia es un poco...sombría, y los personajes totalmente diferentes a lo que conocemos. Aún así, espero que la disfrutéis.
Capítulo 1: Aaron Hotchner y el lago helado
No había tenido una infancia feliz. Lo sabía cuando era niño, y lo sabía ahora. De vez en cuando, pensaba en ello, aunque enseguida intentaba cambiar su pensamiento. Sus circunstancias no habían sido favorables, no es como cuando naces rodeado de lujos y no te falta de nada, entonces lo difícil es no tener una infancia feliz, pero la suya no había sido así. Su padre era un borracho que apenas estaba en casa, y su madre un ama de casa abnegada que lo agobiaba a él y a su hermano pequeño porque su vida era tan aburrida que no tenía nada más que hacer. Y su hermano...tampoco le gustaba pensar en él.
Además, no es que vivieran en la indigencia, pero no les sobraba el dinero. Ya se encargaba su padre de gastárselo en whisky, bourbon o en cualquier bebida con más de 5 grados de alcohol. Tenían que racionarlo todo y no tenían grandes lujos. Y no es que Aaron fuera un niño mimado, o caprichoso que se antojara de todo lo que veía, al igual que su hermano pequeño, pero sentía envidia de su amigo Josh cuando en Navidad le regalaban una bicicleta nueva y reluciente y él tenía que conformarse con esa de segunda o tercera mano que sus padres conseguían de algún vecino.
Nunca lo reconocería, pero odiaba a su padre, esa forma que tenía de mirarlos a ellos y a su madre de superioridad lo ponía nervioso. Nunca había sido cariñoso, agradable hacia él o hacia su hermano. Lo más cariñoso que él recordaba que su padre le había dicho fue algún "hijo mío" de vez en cuando, si no estaba demasiado borracho y sí algo melancólico, cosa que pocas veces sucedía.
Él tenía doce años cuando una noche el sheriff del pueblo llegó a su casa y anunció que habían encontrado el coche de su padre empotrado contra un árbol. Había fallecido en el acto. Presumiblemente, iba borracho, había una botella vacía de whisky en el asiento del pasajero y otra por la mitad. La madre de Aaron y su hermano de cinco de años se derrumbaron, él se fue a su cuarto, se tumbó en la cama boca arriba, cerró los ojos y le dio gracias a Dios por llevarse a su padre.
Dos días después, en el funeral, todos se centraban en los pequeños. Sean se agarraba a las piernas de su madre, que se sostenía en una vecina, y Aaron, serio, no apartaba la vista del féretro. No derramó una sola lágrima. En realidad, a nadie le extrañó demasiado, siempre había sido un niño serio, que apenas expresaba sus sentimientos.
A partir de ese momento, su madre tuvo que empezar a trabajar para ganarse la vida. Por las mañanas de camarera, y por las tardes, en la biblioteca municipal ayudando a colocar los libros. Ahora era él el que tenía que cuidar de Sean cuando su madre no estaba y volvían del colegio, y eso lo superaba. Sólo tenía doce años y ése no era su cometido. Era un buen estudiante, y soñaba con conseguir un buen trabajo, escapar de su estúpido pueblo y alejarse de su madre y su hermano.
Para eso, había empezado a cortarle el césped a los vecinos, o repartir los periódicos o pasear los perros o cualquier otro pequeño trabajo para un adolescente y que le permitía conseguir unos pocos dólares. Pero siempre tenía pisándole los talones a Sean, y cada vez le molestaba más su presencia.
Una semana después de su decimocuarto cumpleaños, fueron a patinar al lago. Los inviernos en Minnnesota eran largos y fríos, y el lago que había a las afueras del pueblo siempre se helaba de Octubre a Marzo. Estaban solos los dos, los hermanos Hotchner, con el lago para ellos solos. Sean reía, persiguiendo a su hermano mayor, Aaron escapaba de él esbozando una escasa sonrisa. Se dio cuenta al pasar por tercera vez por el centro del lago, y con la cuchilla de su patín rasgó un poco más el hielo. Dio vueltas por el lago, con Sean persiguiéndolo, hasta que pasó. El hielo se rasgó por el centro, y el niño cayó dentro. Gritó, pataleó y le suplicó a Aaron que lo ayudara, mientras su hermano mayor miraba a cierta distancia e impasible, cómo el agua helada se tragaba a su hermano, sangre de su sangre.
Continuará...
N/A: No recuerdo si en la serie han dicho de qué ciudad es Hotch, así que me he inventado una, Minnesota, xD.
