Disclaimer: Personajes Masashi Kishimoto.

¡FELIZ AÑO! Que la pasen muy muy bien les desea.

~Cherryrrehc

Había acabado la guerra, y con ella los derramamientos de sangre sin propósito aparente. Ella era sobreviviente de dicha guerra, afortunadamente y aunque el pueblo de Konoha parecía restablecerse ella aún recordaría las veces que vio a alguien morir ante sus ojos perla, las veces que cargó con un cuerpo herido sobre sí misma. La guerra, simplemente, había generado en ella un sentimiento de repulsión hacia la violencia y un sentimiento de costumbre hacia la presencia de sangre.

Recordó la primera vez que la vio, roja, caliente y viscosa, la asoció enseguida con dolor. De niña aprendiendo a usar el kunai se lastimó y sin ser llamada la sangre brotó de la herida.

Después la vio de otra persona, compañeros, amigos que cuando niños cometieron el mismo error de cortarse con su propia arma y cuando crecieron y tuvieron batallas, la vio salir de heridas que amenazaban con matar al portador de la misma.

Ella era una ninja, la sangre era algo tan usual, tan normal, tan insignificante. Pero ahora… no había sangre y ella estaba más asustada que nunca.

- Hinata-chan – habló él- ¿Ya estás lista? – preguntó.

Ella se miró al espejo rápidamente saliendo de su ensimismamiento. Se veía bien, era el último día del año y asistiría a una fiesta junto con su esposo. Porque sí, su sueño más anhelado hace algunos meses se volvió realidad y su adorado Naruto Uzumaki ahora era su esposo.

- Si, ya… ya voy – salió del cuarto de baño y le brindó su mejor sonrisa, se sonrojó al ver que él la miraba con la boca abierta - ¿Me… me veo mal, Na… Naruto-kun? –

Él solo sonrió – Estás más que hermosa – con ello le besó la frente y la tomó de la mano – Vamos –

Y entonces llegaron a la fiesta, todos sonreían, todos gozaban y ella sonreía igual, pero no se sentía a gusto y entonces sucedió.

- Quiero hacer un brindis – dijo Sakura Haruno de la mano de Sasuke Uchiha, sí, Sasuke había regresado a Konoha.

Todos tomaron enérgicamente su copa de champaña. Todos menos ella, y todos lo notaron.

Para nadie era un secreto que la Hyuga no gustaba del alcohol, pero… era víspera de año nuevo y ella iba a rechazar una simple copa de champaña.

Naruto la miró - ¿Qué pasa Hina? –

Ella lo miró, parpadeó y tras tomar aire le confesó la noticia que hace dos semanas su cuerpo le había entregado, cuando la sangre que normalmente veía cada mes no hizo acto de presencia. Y hace dos días Tsunade confirmó sus sospechas. Tomó la mano de Naruto que sostenía la de ella, y los alejo un momento de la multitud que veía todo aquello con signos de interrogación flotando en sus cabezas.

- ¿Y bien, me dirás qué te pasa? – preguntó Naruto preocupado.

Hinata volvió a suspirar, de nuevo tomó su mano y la puso sobre su vientre, Naruto abrió los ojos sospechando cuál era el problema, que en realidad no era ningún problema.

- Naruto-kun yo… estoy… -

- ¡VOY A SER PAPÁ! – gritó para todos antes de que Hinata siquiera terminara de darle la noticia.

Todas las mujeres dieron un grito colectivo y los hombres quedaron boquiabiertos, pero la cara más sorprendida era la de la futura madre.

Naruto la abrazó y le dio tantas vueltas como le fue posible, dejándola algo mareada.

- ¡Oh! Lo siento Hina-chan ¿estás bien? – preguntaba desesperado revisando todo su cuerpo - ¿Está bien el bebé? –

Hinata sonrió y lo besó delicadamente – Todo está perfecto –

Aquella noche Naruto sonrió más que de costumbre y Hinata lo amó más que nunca. Y lo amó aún más cuando al acercarse las doce de la noche y el comienzo de un nuevo año, el susurró despacio: Mi propósito para este año es… ser el mejor papá del mundo, dattebayo.