¡Hola! De nuevo les traigo un nuevo fic. XD
estoy tan perdidamente enamorada de estos dos que no paro de idear historias en mi cabeza. XD
¡De todo tipo!
Esta vez intentare ser un poco más técnica, no ir apresurando las cosas y tomarme el tiempo de escribir cada capítulo para que no salga con mis chambonadas de siempre jeje n_nU
¡Espero que les guste!
PRIMER ENCUENTRO
Ciudad actual: Osaka
Lugar: Hospital central
Hora: 23hrs.
Fecha: 30 de marzo
. . .
El Hospital central de la ciudad de Osaka es destacado por sus grandes instalaciones distribuidas en un edificio con solo una planta baja color beige con blanco y puertas de cristal. Cuenta a demás con pequeñas aéreas verdes alrededor de éste, estacionamiento y área de ambulancias.
Esta institución y Hospital de salud de medicina familiar debe su fama a su oferta de diversos servicios como consulta externa, urgencias, medicina interna, pediatría, cirugía general, gineco-obstetricia, etc. A demás de ser el lugar de trabajo del renombrado Médico Grisha Yeager. Hombre de apariencia seria, largo cabello atado por detrás de su espalda, ojos cafés y sensatos, superpuestos unos lentes circulares, con un pequeño bigote y barba afilada ubicada en la barbilla.
Usualmente a esta hora, poco antes de la media noche todo está tranquilo, las enfermeras se encuentran de guardia y los pacientes descansan en sus respectivos cuartos, sin embargo…
Al final de un largo corredor se ubicaba el área de parto, unos gritos -apenas audibles gracias a las paredes que no dejaban escapar sonido alguno- llegaban a escucharse. Muy apresurado se encontraba el Dr. Yeager recorriendo ese pasillo acomodándose con dificultad su larga bata blanca, se le notaba ansioso y un tanto nervioso más que de costumbre pues el paciente que iba a atender no era de aquellos que acostumbraba no, definitivamente no lo era.
-¿Dígame en qué situación se encuentra?- preguntaba el doctor a una enfermera que le seguía el paso.
-Dr. La paciente está entrando en labor de parto, es mejor que se dé prisa-
Sin más el hombre llego hasta aquel cuarto, una mujer de corpulencia mediana, largo cabello desordenado, ojos azabaches y con el semblante más que pálido, se encontraba en una camilla semi-sentada de manera vertical –posición de parto-
-¡Carla!- el hombre se acerco a aquella mujer, le tomo de la mano y empezó a tranquilizarla. La mujer reaccionó ante aquel toque, relajándose un poco.
-¡Cariño! El bebé ya…- Carla trataba de articular sin embargo los dolores de parto no la dejaban.
-Lo sé amor, lo sé es por eso que ya estoy aquí, todo va a salir bien, tranquila- Grisha expresaba cada palabra con cierto temple que hacía sentir un poco mejor a su esposa. Sí, aquella mujer era Carla Yeager.
El médico, y compañero en el parto, colocó sus manos en la parte baja de la espalda de su esposa y le indicó que pujará hacia sus manos, animándola a inclinar su pelvis.
La mujer estaba pálida, sudaba, sus gritos no eran tan estridentes pero se notaba el dolor en su rostro.
-¡Vamos Carla puja! - incitó a la mujer. –Ya puedo ver su cabeza-
Y con un último esfuerzo, la mujer pujó, provocando éste un último alarido.
Y en aquel instante, en el que usualmente a esa hora, poco antes de la media noche todo está tranquilo, por sobre los pasillos del hospital, se escuchó un pequeño llanto.
El segundo hijo de los Yeager había nacido.
-.-.-.-.-.-.
Un pequeño niño de aparentemente unos siete años- no muy alto para su edad- cabello negro corto, ojos color verde y con el semblante serio, se encontraba sentado en la pequeña sala de espera fuera de las habitaciones de parto. Llevaba alrededor de una hora despierto, eran las siete de la mañana por lo que se tallaba con su mano izquierda sus ojos como para despejarse un poco.
-Hijo…- Escuchó que alguien lo llamaba.
Se trataba del Dr. Yeager.
-Lamento haberte traído a esta hora, pero tu madre tendrá que quedarse unos días más en el hospital y es tu oportunidad para conocer a tu hermano-
El mayor recargó la mano en el hombro del menor incitándole a que se levantara para indicarle el camino.
-Está bien padre- La voz de aquel menor atendía a una que no le correspondía, pues parecía a un niño de mucho mayor edad.
Ambos hombres se encaminaron a la habitación. La ahora madre por segunda vez se encontraba recargada en la camilla ayudada por varias almohadas, sostenía en sus brazos al pequeño ser que acababa de pasar su primera noche en el mundo.
El primogénito de los Yeager no se atrevía a adentrarse más que del marco de la puerta.
-Hijo, ¿no quieres conocer a tu hermano?- el doctor estiraba una mano para que su hijo se aproximara aun más.
-Vamos hijo, ven a verlo- La voz de Carla sonaba tan tranquila. -¿No es que estabas ansioso de conocerlo?, acércate no tengas miedo- persuadió al niño para que se aproximara hasta donde se encontraba su pequeño hermano. Y así lo hizo.
El hermano mayor empezó a examinar al menor.
Éste era aun muy pequeño para denotar a quien se parecía más, sin embargo podía imaginárselo pues el bebé Yeager poseía un abundante cabello castaño –al igual que su madre- unos ojos grandes de color verde esmeralda –parecidos al del hermano mayor- el color de piel se asemejaba al de la madre, un tanto bronceada a diferencia del hermano mayor que poseía el mismo tono de piel que el padre-más pálida-.
El mayor se quedo observando al pequeño, tal parece que observara un hermoso ángel-o así lo creía el muchacho- no se atrevía a tocarlo, sin embargo quedó hipnotizado por su hermano, esos ojos que, aunque el pequeño acabare de nacer unas cuantas horas atrás los tenía bastante abiertos y los mantenía muy expresivos y esa aura tan pura que emanaba…
No lo dijo en voz alta, pero se prometió a si mismo que siempre cuidaría de él, que sería el mejor hermano mayor que pudiese tener, lo protegería de todo y lo querría más que a nada. A pesar de la corta edad del hijo mayor éste podía ser tan sensato y serio respecto a sus sentimientos.
-¿Y bien? ¿No te parece hermoso?- preguntaba Carla a su hijo mayor al tiempo que notaba como observaba éste al bebé que tenía en brazos.
El chico observó a sus padres y de nuevo al bebé.
-Ciertamente lo es madre, es muy hermoso- el chico hablaba siempre tan formal, de una manera tan refinada, tal pareciere que era de forma monótona, sin embargo tanto éste, como los padres, sabían que esas palabras estaban cargadas de sentimientos-aunque nadie más lo notare-
-¿Cuál es su nombre?- Cuestionó el joven Yeager al recordar que aun antes del nacimiento no tenían un nombre.
-Eren- Respondió su padre.
-Será Eren Yeager- volvió a articular, con un tono indudable.
-Así que Eren… - susurro el mayor, atreviéndose por primera vez a tocar a su hermano, pasando una de sus manos de manera delicada por la cabeza del menor.
-Debes prometer que cuidaras bien de él, le enseñaras muchas cosas, y serás un buen hermano mayor- Carla pasó una mano acariciando el cabello de su hijo al tiempo que le musitaba esas palabras.
-Sí madre, lo prometo- respondió el chico. Esta vez sus ojos denotaban lo serio que se había tomado aquel compromiso, haciendo que Carla esbozará una delicada sonrisa consecuencia de la tierna escena que presenciaba.
-Bien, creo que es hora de irse jovencito, es momento de alimentar al bebé y de que tu madre descanse- espetó Grisha a su primogénito. Le dejó un tierno beso en la frente a su esposa, y miró de manera cariñosa a su hijo menor, se aproximo a la puerta y percatándose de que el chiquillo no lo seguía volvió a llamarlo.
-¿Levi? ya es tiempo, vamos-
El hijo mayor imitó a su padre, le dio un beso en la mejilla a su madre y dejó un tierno y cálido beso en la frente del pequeño Eren. - Bienvenido al mundo pequeño hermano- masculló para sí y el nuevo miembro de la familia, acto seguido salió de la habitación, no sin antes echarle el último vistazo a su madre y a su ahora muy amado hermano menor.
Aclaraciones: Cambie un poco las características de Grisha y Levi para que pudieran parecerse un poco más y pudiera tener sentido el que sean padre e hijo, al igual que los ojos de los hermanos, son de un color igual sin embargo perduran las características de sus expresiones.
Notas: La estatura de Levi a diferencia de los otros tres miembros de la familia podríamos atribuirla a los abuelos maternos (o así lo he inventado yo) puesto que el color de ojos de ambos tampoco se explica, daré el mismo razonamiento para éstos. Pues aunque Carla no los tenga verdes, su madre sí.
Los padres de Carla provienen de una ciudad (región) de Francia llamada Alsacia situada al este del país, en la frontera con Alemania y Suiza, cuya capital es Estrasburgo. De ahí que ésta conociera a Grisha cuyo origen es alemán.
Más dudas y aclaraciones sobre esta familia y el por qué radica en Japón irán develándose en los próximos capítulos.
Si dejan sus comentarios y dudas en algún Review también serán contestadas.
Espero actualizar pronto.
