Bueno, este es mi primer fic publicado y posiblemente el único así que espero que lo disfruten.

Como a muchos, me encanta el personaje de Remus y me quedé con ganas de saber más sobre él y su relación con Tonks, así que voy a llenar ese hueco. Algunas escenas de como se fueron conociendo y enamorando. Vistas desde el lugar de Remus, por supuesto. Es un fic algo cursi, introspectivo y con poca acción. Un fic de Harry Potter sin Harry Potter.

La idea original fue hacer unos pocos oneshot breves como para un fic de un capitulo. Una lectura corta para sacarme las ganas de escribir. Al final, fue más largo de lo previsto, en vez de una noche tomó una semana escribirlo, y por eso lo separé en capítulos para que no fuese un solo capítulo tan largo.

Disclaimer: nada de esto me pertenece, por si aun alguien no lo sabía, no acepto demandas. Los personajes y el contexto son de JKR


El dilema del lobo

No supo como sucedió, cuando dejó de ser una simple relación entre colegas para ser una amistad y luego amor. No supo si las cosas se dieron naturalmente o si ella las forzó para ir ganando confianza. Lo único certero es que desde que esa chica Tonks había llegado a la Orden, su vida había cambiado.

En principio no le había llamado la atención más que al resto de los miembros de la Orden, lo cual de todos modos no era poco. Aquella bruja de aspecto siempre cambiante pero igualmente llamativo, juvenil, alegre y torpe, no sugería la imagen de eficiente aurora con que la habían anunciado. "Se lleva las mesas por delante", decían algunos, escépticos, "¿Cómo hará para esquivar los maleficios?"

Lo cierto es que los pocos que habían tenido la ocasión de verla en acción decían que era muy diferente cuando estaba "en su medio". Remus sabía muy bien que los prejuicios no llevan a nada bueno y optó por no juzgarla por las apariencias. Aunque ese pelo rosa chicle... vaya que era rara, pensó en la primera reunión de la Orden en que ella estuvo y se sorprendió a si mismo sonriendo.

Pero además de la chica nueva y alocada, Tonks era sobrina de su mejor amigo Canuto. Y se llevaban bien. Charlaban largo rato recuperando años perdidos y peleaban como chiquillos con frecuencia. Así fue que un día Remus recibió una presentación más personal. La que recordaba como la verdadera vez que se conocieron. El entró a la cocina de Grimmauld Place, poco después de una transformación, lo cual lo traía malhumorado y sin muchas fuerzas. Tonks y Siruis compartían una bebida mientras charlaban animadamente.

- ¡Mira quien ha llegado! - Exclamó Siruis, con una euforia algo artificial según pudo notar Remus. Seguro no era jugo de calabaza lo que bebían - Sobrina, he de presentarte a un gran hombre y algo más que eso -le dirigió a Remus una mirada cómplice - Mi amigo Remus Lupin.

-Encantada - dijo ella, sonriendo ampliamente luego de la altisonante presentación. Remus también rió un poco. Este Sirius y sus payasadas. Pensó.

Payasadas o no, esas pequeñas escenas le alegraban los momentos grises. Y es que nada iba muy bien por ese entonces. Además del regreso de Voldemort, Remus debía lidiar con sus propios demonios. Los tiempos que venían se presentaban más oscuros aún para los licántropos como él. A su vez él iba envejeciendo. Era joven aún pero notaba como año a año lejos de acostumbrarse a sus transformaciones, le costaba más recuperarse de ellas. Previo a la reciente restauración de la Orden del Fenix, apenas tenía pequeños trabajos en que ocuparse y si no era un desocupado completo era porque Dumbledore y otros magos conocidos de años lo llamaban para alguna tarea menor: le tenían lástima y él lo sabía. Y dependía de esa lástima para subsistir. Otros lo ignoraban o lo miraban con desdén. Incluso en la Orden del Fenix, impregnada del espíritu tolerante de Dumbledore, había podido percibir esa incomodidad desdeñosa ante su presencia por parte de algunos miembros.

En eso venía pensando cuando entró a la cocina y se encontró con tan algarábico panorama. No quería ser descortés así que aceptó la invitación de Sirius de sentarse a tomar algo con ellos.

- ¿Sábes Tonks? - le dijo Siruis a su sobrina - él es el único amigo que me queda de Hogwarts. Eramos cuatro. Los Merodeadores.

- Oh, sí, Los Merodeadores - dijo ella socarrona, poniendo los ojos en blanco para que Remus lo viera. Por lo visto no es la primera ni la segunda vez que Siruis mencionaba a sus amigos del colegio. - ¿Y tú cual de ellos eras? - Agregó dirigiendose a Remus.

- ¿Eh? - preguntó este, desconcertado

- Tu apodo. Sirius me dijo que él era Canuto, y estaba Cornamenta y no recuerdo que otros dos.

- Ah eso - dijo Remus, comprendiendo - yo soy Lunático.

- Lunático... - a la chica parecía agradarle el nombre -. Pues no pareces muy lunático que digamos - agregó observándolo con atención - ¿Por qué te llaman así?

Remus se incomodó, sospechó que ella no sabía lo que él era y antes de que pudiera conjeturar al respecto la actitud de Sirius despejó toda duda.

- Basta, sobrina - intervino de golpe -. ¿No ves que el pobre es tímido y llegó cansado? - el aspecto de Remus ayudaba mucho a esa escusa - No lo hostigues a preguntas.

- Está bien, lo siento - replicó ella ofuscada por la interrupción - Sólo estaba interesándome.

En lo que restó de la charla Tonks casi no habló, como si temiera que cualquier intervención suya por inocente que fuera, fuese a ser censurada. Aunque luego de conocer mejor a la muchacha, Remus notó que posiblemente lo hiciera para que notaran que estaba molesta por la reacción de Siruis. Por otra parte, Remus no se quedó mucho más. Se recostó a descansar.