Por mayraexitosa
Capitulo 1
No quiero estar sin ti.
Hay estaban una pareja de hermanos, comprando la despensa de la semana, apenas y completaban para todo y ambos trabajaban, ya habían pasado muchas cosas, ambos vivían juntos en un departamento en Chicago, ella era enfermera en un hospital y él trabajaba en un restaurant muy famoso de cocinero.
Ella tenía tiempo de haber perdido el amor de un hombre al que adoraba, ahora se refugiaba en su compañero al que todos consideraban su hermano, el estaba muy feliz por contar con ella, pues no recordaba nada de su vida, pero contar con esa hermosa dama, le había devuelto las ganas de vivir, y detenerse en el camino.
Pasaban los meses, él se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de su compañera, a la que respetaba como a nadie, cada día le era más difícil ese respeto, pues ya le estaba causando insomnio, pasaría que ella tuvo que viajar, salir fuera, extrañarla, después algunos accidentes y detalles que marcarían su vida, el recordaría su pasado, una discusión enorme para defenderla de un matrimonio falso, hizo que los uniera de nuevo, ahora ella solicitaba la anulación, se iba alejándose dejando una carta de despedida, pues Albert se había convertido en un imposible para ella.
Querido Albert,
Gracias por todo, requiero irme lejos por mi trabajo, que gracias a ti he recuperado mi libertad, ahora ya no soy tu hija soy nuevamente tu amiga como desde que nos conocimos, sé que pronto te irás a Escocia por mucho tiempo, lo escuche decir a la Tía Elroy y a George, te deseo un feliz viaje, que todo sea para bien, que sigas tan feliz como te he visto últimamente, no tengo la fortaleza para despedirme de ti personalmente y he tomado la decisión de irme y superar la perdida irremediable de mi gran amigo Albert pues ahora se convirtió en un príncipe de esos de los cuentos de hadas ahora según sé, tendrá pronto una princesa, tal vez algún día la conozca, pero ahora tengo que irme, cuídate mucho, no podré escribirte por un tiempo, porque todavía no sé mi nueva dirección, trataré de estar aquí para la boda de Annie y Archie, les deje una carta de despedida, y ahora a seguir adelante, ya no contaré con mi rescatador oficial, pero prometo cuidarme mucho y quererte siempre.
Con todo mi cariño
Candy White
-George, sabes a qué hora llegó esta carta, está en mi dormitorio, Candy hace cuanto que se fue
-Joven William, ella se fue hace un mes, según me dijo Dorothy, se despidió muy amable de su Tía y ella dejo esta carta sin avisarnos, así que no sabíamos que estuviera en su dormitorio.
- Habla con Harrison y dile que necesito encontrar a Candy, requiero encontrar a donde se fue.
Un mes atrás, Candy fue a ver a Tom quien ya contaba con una bella novia, prometida llamada Gelsie Gallofe, se casarían en un año, dijo que intentaría volver que el hospital la había enviado fuera de estado, así que solo fue a despedirse. Jim también ya tenía novia, estaba muy feliz con la hermosa dama Karely Lowell quien se veía que adoraba a su hermanito, sonreía muy animada por ver tan felices y realizados a sus hermanos.
La Señorita Pony ya se había ido al cielo hacía algunos meses, ahora solo contaba con la hermana María quien se despedía de Candy porque no podrían verse por un tiempo. Ella sabía que Candy estaba huyendo del amor que sentía por un imposible. Albert ocupaba el corazón de su pequeña Candy y ella como madre sufría en silencio.
Candy para ahorrar dinero por tener que ocupar un nuevo lugar en su nuevo trabajo, que no era realmente enviado por el hospital, sino recomendado por Patricia su amiga se dirigió por sus propios medios hacia Michigan, donde con meses de trayecto llegaría a un lugar llamado Kalkaska, cerca de un hermoso paraíso lleno de lagos, una hermosa ciudad un bello hospital, la esperaba, donde ella se especializaría como enfermera, recomendada por algunas amistades de Paty quien se fue a Inglaterra para superar el dolor de la perdida de Alister y se alejaba de su grandiosa amiga Candy.
Pasaban meses, Candy ya contaba con un hermoso departamento con vista a un bello lago, ella recordaba mucho su hogar, este aun más pequeño con una sola habitación, a gracia de estar trabajando y esforzándose superaba la tristeza de haber perdido a su mejor amigo Albert del que se dio cuenta estaba muy enamorada, no podía ser correspondida, a su familia le puso distancia, se dedico a su trabajo y oraba porque todo estuviera bien.
Envío carta a la hermana María diciéndole su nuevo hogar, su éxito como enfermera profesional, sus nuevas amistades contaba con vecinas una de ellas Varnice Caneto una linda dama de padre italiano y madre americana que era enfermera, vecina de Candy, de cabello obscuro, tez bronceada muy coqueta, la otra compañera era Monic Berts una joven castaña de ojos cafés muy hermosa ella doctora muy profesional con una hermosa sonrisa, muy perseguida por el Doctor Paul Morrison este un eterno enamorado de la linda doctora, alto de cabello obscuro y ojos azules quien para Candy le recordaba un poco a Ster.
El joven dueño de los departamentos de las damas, que vivía en el primer piso un galán muy interesante de cabello castaño, ojos grises muy atractivo llamado Luis Vanuatu, de quien Varnice estaba perdidamente enamorada y el no se daba cuenta.
Candy vivía sola en el departamento, con los meses, compró detalles, cuidaba de su hogar, las noches eran frescas, el invierno muy fuerte pero valían la pena al ver los paisajes tan bellos que se daban en aquellos lugares.
Mientras pasaban meses, Albert no se fue a Escocia, estuvo en contacto con las amistades de Candy y la hermana María por fin recibía carta de ella, Albert la visitaba constantemente para saber el paradero de grandiosa amiga Candy, asegurándole a la hermana María que era urgente encontrarla, el día llegó y la hermana María habló con Albert,
-Sir William, me apena decirle que no debo darle la dirección de Candy, ella se fue huyendo de usted, no es justo que ahora que esta rehaciendo su vida, reacomodándose en otro lugar usted desee ir a buscarla por una urgencia que desconozco.
-Hermana María, porque huiría Candy de mi, si ella ya no cuenta con el apellido Andrew, nadie la obligará a nada, no es justo que me niegue verla, preguntar porque dijo que el hospital la había enviado a un trabajo, siendo esto una mentira.
-Por lo mismo Sir William, porque usted dejo de ser Albert el hombre del que se enamoró mi hija.
Albert se quedó helado al escuchar esta afirmación, no podía creerlo la carta que Candy le dejaba era una despedida definitiva porque lo amaba, sabía que ella no era adecuada para él. Sin poder rebatir lo que la hermana le había confirmado, el se retiraba con la cara de sorpresa, la hermana María se quedaba triste al ver que era cierto era un hombre maravilloso pero también sabía que el amor de Candy por él era imposible.
Albert en la mansión en Lakewood no dormía recordaba la conversación de la hermana María y del porque Candy se había despedido sin verlo a la cara, ella le había sucedido lo que a él cuando vivieron juntos, se habían enamorado, no se dijeron nada, ella se había ido a un lugar lejos de todos, para poder olvidarlo, al saber que se iría a Escocia, que todo aquí lo recordaba, que fácil fue, así podía olvidarme, pues todo nuestro mundo estaba aquí, ella me gano, huyo de mi, antes que huyera de ella.
Lloraba sin creer lo que estaba sucediendo, Candy estaba enamorada, ahora esta rehaciendo su vida, eso es… rehaciendo, ya tendrá pareja, estará con alguien, alguien la amará… amárala, más que yo imposible… imposible, es nuestra relación un imposible. Tener todo en la vida, responsabilidades, un cariño tan limpio, que me ama y dejarlo ir, por ser imposible, no, yo no la dejaré escapar de mi, ella es lo que más amo. Tomo su mochila, como en los viejos tiempos, dejo todo, despareció, preocupando la situación ante George. Dejando una nota, unos documentos, para algunos detalles pendientes.
Por la noche alguien entraba al hogar de Pony, revisaba la correspondencia, veía la Carta de Candy saliendo por la ventana, escapando, de ahí, no sin antes ver bien la nueva dirección de Candy, se fue, llegó a Michigan, rentó un departamento frente al de Candy, ahora traía barba y bigote, estaba dispuesto a todo para recuperar a su Candy.
Llegó un domingo, la doctora llegó en su auto ese día tenían picnic en el lago, Candy lucía hermosa, Varnice las acompañaba, se iban, tenían que aprovechar que todavía había sol y Candy reía mientras un hombre en una ventana con una capa muy misterioso la observaba irse, el contaba con automóvil, de inmediato se enlisto para seguirlas.
Llegaron a un lago cercano, Candy de inmediato puso la mesa, otro auto llegó, en él venía Luis y el Dr. Paul, quien de inmediato entregó un hermoso ramo de rosas a la doctora y ella muy sonriente las recibía, alguien de lejos los observaba, el joven Luis mostraba un gran interés en Candy y Varnice lo notaba se entristecía, Candy solo recordaba a su gran amigo, decidió dejar en claro para que Varnice pudiera conquistar a su amable vecino.
-Mi buen Luis, tengo novio, solo que no está aquí, pero pronto vendrá, es un hombre muy bueno, se los presentaré cuando llegue, Luis de inmediato no decía nada y se respetaba que Candy estuviera enamorada. Varnice estaba que no cabía de la felicidad al escuchar que Candy tenía novio. De inmediato dijo
-Candy ¿Cómo es tu novio?
-Es grandioso Varnice, pero me da tristeza mencionarlo cuando lo extraño tanto.
-Te comprendo amiga, lo note desde que ingresaste al hospital, mira que no sabía que era por tu novio, pensaba que era porque habías perdido a alguien, Candy sonreía con tristeza, de inmediato cambio todo y sirvió el picnic,
Mientras tanto Albert desde lejos se moría de celos al pensar que ese joven que la acompañaba, podía ser con quien estaba rehaciendo su vida, pues vivían en el mismo edificio de departamentos, se angustiaba, se sentía haberla perdido, pero no se daría por vencido, la conquistaría a su manera.
Días después salía al hospital con Varnice, para trabajar, la seguía conociendo todas las actividades de Candy. Varnice se fue de largo para ir a la modista por un vestido nuevo ella entraría en otro turno ese día, mientras Candy saldría tarde, pero la sorpresa fue que alguien le había llevado un hermoso ramo de flores silvestres y lavanda, ella se sonreía y lloraba, ahora con ese ramo recordaba el jardín de la casa del refugio de Albert en la parte trasera había flores silvestres y lavanda, tan olorosa como esa, Candy abrazó cariñosamente el ramo, preguntó quién se lo había dejado, la dama solo atino a decir que la florería lo había llevado para Candy White, ella se sorprendió. Pero ese día fue muy feliz, las flores estaban muy bellas, no podía pensar en nadie solo en Albert.
La noche llegó, el frío estaba intenso, Candy se cubría con un suéter ligero, pues solo estaba fresco pero ese día, ya se intensificaba el frío, caminaba, estaban solitarias las calles, ella llevaba su hermoso ramo, se abrazaba por el frío, a lo lejos vio a un hombre con capa, le dio un poco de temor, era un hombre solitario, recargado en un auto y pensó, si me sube y me lleva, pasando tan cerca de él, mejor me voy por otro lado, cruzo la calle para evadirlo este se sorprendió, pues debía seguir derecho a su departamento, dio la vuelta cuando trato de buscarla, ella corría, este se sonrió, estaba huyendo de él.
Llego a su departamento asustada, de inmediato entró, alguien saludo y se asustó
- ¡Ah! eres tu Luis, pensé que alguien me seguía,
-Buenas noches Candy, todo bien
-Si, Gracias, buenas noches está haciendo mucho frío
-Si, cúbrete hoy es de esos días con los comienzos del invierno
Mientras tanto Albert entraba a su departamento, observaba que ella estaba sola, ponía café para calentarse, la miraba con ternura recordando todo, cuando vivían en el departamento de Chicago, vio como acomodo sus flores, sonreía, estaba muy contento, había llevado sus flores a su departamento.
Abrió la carta con la que se despidió de él, leía un pedazo de la carta
…no tengo la fortaleza para despedirme de ti personalmente y he tomado la decisión de irme un tiempo y superar la perdida irremediable de mi gran amigo Albert pues ahora se convirtió en un príncipe…
-Candy, no puedo estar sin ti, no quiero estar sin ti.
Candy cenaba sola, Albert lloraba, al verla seria, escribiendo, supongo que le escribiría a su madre le diría, -hoy me asuste con un hombre que llevaba una capa se veía muy malo, será un traficante de mujeres, pobre George fue confundido por ella cuando la rescató en México. Se reía de cuando ella se lo platicó.
