¿Hola¿Hay alguien por aquí? Yiou-juu, a ver, soltemos el rollo 'pa ver si alguien vive: no mentira, no soy tan cruel. Bueno decir que no soy más que una lectora asidua a esta pagina y a estos fanfictions, les he cogido enormemente el gusto, y buehh tuve esta idea y la fui transformando poco a poco hasta llegar a esto y bueno a ver que les parece, tengo una semi-idea de como se desarrollará la historia y planeo durarla un poco...ya me diran ustedes y ni sigo porque si no la riego con tanto palabreo...
Disclaimer: Ni los personajes, escenarios, pociones y hechizos me pertenecen a mí, solo uno, la situación y unas cuantas horas de música inspiracional, xD.
-------------------------
Efecto Elfo Domestico
Capitulo 1: Espectáculo Vomitivo
Esa noche estaba impasible, más que nunca en mucho tiempo, apenas habían pasado tres meses desde que el inicio de las clases de su séptimo año habían dado inicio, tres meses habían pasado y además no habían señales de Voldemort, sin embargo era tiempo restado a su estudio y ella cada vez se ponía más tensa en cuanto pensaba en los éxtasis, por eso había decidido dedicar todo su tiempo al repaso de lo aprendido, incluso se había olvidado de cenar en las últimas semanas, no solía tener mucho hambre al desayuno y Lavender junto con Parvati seguían diciéndole que estaba en los huesos. Pero esa mañana en especial había resultado horrible, había discutido con Harry y con Ron que le reprochaban el hecho de que se pasará más tiempo entre libros y pergaminos que con sus amigos-según Ron- Harry parecía más preocupado por su estado y al ella responder malhumorada Ginny le había levantado la voz argumentando que solo se preocupaban por ella.
Aunque luego de las clases dobles de pociones, ambos, tanto el pelirrojo como el moreno, la habían esperado a un lado de la entrada al aula para hacer las pases, tal hecho la había conmovido aunque de cualquier forma casi pateo a Ron a la hora de la cena porque tan solo parecía tener boca para estar pegado a Lavender y ni siquiera había hecho un comentario más allá de un "aha" pero de cualquier forma había resuelto por dar la ronda sola para tener tiempo de pensar en un horario que le dejara algo más de tiempo y no estar tan…apartada de sus amigos.
Y entonces tropezó y hubiera caído al suelo desparramada si no se hubiera apoyado sobre la pared de piedra que se encontraba a su lado derecho, entonces se dio cuenta de que el espacio menos iluminado-si cabe- que el pasadizo por el que antes caminaba no era especialmente la zona por la que tendría que patrullar, además el terreno estaba en ligero descenso y recordó haber doblado por varias esquinas y recodos y fue entonces donde lo vio, saliendo ,con el cabello rubio hacia atrás, con la barbilla elevada hasta el techo y con una mueca de satisfacción en el rostro, del almacén del profesor de pociones y entonces, como quien ignora y no reconoce aquella punzada en el pecho que advierte desdicha futura, frunció el ceño y arrugó la nariz mientras se ponía en equilibrio de nuevo caminando hacia él con paso decidido.
Él giró el rostro con elegancia y la vio allí, caminando hacia él con una mirada severa y expresión decidida en el rostro, mirándolo como si fuera una vil rata rastrera, un vil ladrón, alguien de su clase…sintió unas tremendas ganas de asfixiarla con lo que más cercano tuviese. Voila, ese viejo montón de pergamino mohoso en el almacén de Snape parecía tentador.
-¿Qué haces a estas horas hurgando en el almacén del profesor Snape?
-Soy prefecto-respondió mientras se tomaba la molestia de arquear una ceja.
Acaso creía que ese conjunto de vocales y consonantes respondían todo, simplemente lo hacia más denigrante, aunque para él no hay nada más denigrante que ser él mismo, pensó.
-Y yo no hurgo, Granger, solo tomaba algo prestado-concluyó con su típico tono de cansancio.
-¡Eso es mentira!-chilló Hermione casi descargando algo de su enojo con él, tenía la oportunidad y no iba a repudiarla- estabas tomando algo sin autorización ¿Y así te haces llamar prefecto?
-Yo no tengo porque darle explicaciones de lo que haga o no a una mugrosa sangre-sucia
Dibujo una suave mueca de asco en su fino rostro antes de ver como la chica enrojecía hasta la frente de una forma insana y tubo que contener una risita de satisfacción. Hizo un suave y casi imperceptible movimiento con la mano izquierda. Casi…
-Dámelo-exigió ella estirando el brazo haciendo que el chico retirase la cara un poco para que la mano de la castaña no impactase en su perfecta nariz.
-No sé de que me hablas-arqueó una ceja- ¿Sabes que creo? Que el pasar tanto tiempo rodeada de libros viejos te esta afectando al cerebro
-Te exijo que me lo des, Malfoy
-Tú no me exiges nada, sabihonda-una mueca de orgullo se apoderó de su pálido rostro.
Y había aguantado uno, dos pero no toleraría tres insultos más de parte de la cochina boca de Draco Malfoy en un jodido día, para ser exactos. Si no se lanzaba sobre él y lo destripaba con sus propias manos era porque no deseaba una suite segura en Azkaban en esos momentos y porque no le daría el gusto, lógicamente. Aún no entendía porque se sulfuraba tanto así de repente por uno de sus habituales piropos-noten el sarcasmo.
-Me lo vas a dar a la de tres…uno
-¿Qué te crees, eh? Que no ves que ni el cabeza rajada ni el pobretón están por aquí para protegerte, estás a mi merced, a menos que trates de asfixiarme con tu conocimiento aplastante…
-Dos…
-¡Cállate ya!
Como odiaba el hecho de que se mostrase altiva ante sus comentarios agrios, odiaba que le ignorase frente a todo el mundo, odiaba sus aires de perfecta prefecta, odiaba su mugroso orgullo, odiaba que no tratase de asesinarlo o cuando menos torturarlo, odiaba que le contradijese, odiaba que no le tomase como un Malfoy y por no mencionar su estirpe lo odiaba todo ella.
Simplemente detestable-pensó
-Uno-no estaba dispuesta a ser más condescendiente con él, arrojó sus manos sobre la que Malfoy escondía en la manga de la túnica y percibió el cuerpo de una pequeña botella, la tomo con algo de fuerza y un temblor recorrió su columna vertebral amenzando con hacer que sus piernas se doblen cuando una de las totalmente pálidas y alargadas manos de Malfoy se poso con violencia sobre las suyas, parecía que no le importaba si le arrancará la manga de la túnica.
Asco- se obligo a pensar.
-Suéltame, Granger…
-¡No actúes como un crío y dame eso!
Forcejearon durante unos segundos más y entonces un crack los distrajo, él había soltado las manos de la Gryffindor para disuadirla por otros medios mucho menos delicados y ella había soltado la botellita al sentir como las manos del Slytherin se aflojaban en torno a la misma y se posaban con brusquedad-ambas- en torno a sus hombros, ahora ambos observaban en pequeño charquito violáceo que burbujeaba en el piso, salpicado por pedazos de cristal y soltando hélices de un aroma a arsénico.
-¿Qué hiciste, Granger? Es que acaso te pone tan nerviosa que te toque que rompes todo a tu alrededor…cualquier otra chica gritaría o se derretiría en mis brazos pero¿acaso tu tienes que ser tan torpe y mojigata?-la soltó luego de zarandearla un poco no sin antes percibir cierto temblor y calidez en donde sus manos reposaban.
Hermione no tubo el tiempo de responder ácidamente porque cuando abrió la boca dispuesta a hacerlo sintió un aroma a arsénico, azufre y algo carbonizándose abriéndose pasó por sus fosas nasales e ingresando con violencia por su boca entreabierta, empezó a chasquear la lengua tratando de deshacerse del horrible sabor que le dejo y comenzó a sentirse mareada sintiendo el aroma adentrarse hasta más allá de su propia alma.
Abrió los ojos que había cerrado levemente hasta entonces y entre borrosas y difusas imágenes pudo ver a un Malfoy de rodillas en el suelo, con una mano presionando ligeramente su abdomen, pudo notar como su rostro adquiría diferentes tonalidades de verdes y luego observo entre asqueada, horrorizada y confusa como el platino joven arrojaba todo lo que había, posiblemente, comido desde que llegó a Hogwarts. Se tambaleo un poco y al bajar la mirada hasta él pudo ver su rostro desdibujado con una sonrisa de satisfacción, ella terminaría como él o peor.
Se llevo ambas manos a la boca, mientras el chico se levantaba del suelo y se limpiaba con la manga de la túnica un hilo de liquido pastoso que le caía hasta la punta de la quijada, comprendiendo que eso no sería suficiente para contener todo lo digerido hasta ahora se echo a correr, buscando un cuarto de servicio o lo más parecido a eso para desechar todo.
No quería terminar dando un espectáculo como el de Malfoy y mucho menos, mientras tanto, ser encontrada por Filch o por algún profesor, lo que sería aún peor, así que corrió con toda la fuerza que sus piernas le permitieron con las manos pegadas a la boca, corrió y corrió lo que a ella le parecieron siglos y cuando al fin se detuvo de golpe frente al retrato de una adormilada dama gorda, la miro con gravedad. Vio a todos lados. No había nadie.
Esperando lo obvio abrió la boca resignada a intentar musitar la contraseña y sintió como su boca se inundaba de un amargor asqueroso mientras se llevaba una mano al adolorido vientre por estar en esa situación tan violenta, se sentía mareada, horriblemente mareada, se tambaleo un poco y estuvo a punto de caer un par de veces antes de que pudiera enfocar con la vista todo de nuevo con claridad.
-¿Her-Hermione?-escuchó una voz lejana y unos cuantos pasos
-¡Hermione¿Qué te ocurre?-sintió unas manos cálidas posarse en su espalda y otra en uno de sus hombros.
-Hermio…ugh ¿Qué coño es eso?-miró el charco a los pies de la chica- Nos dijiste que iba a estar de ronda…parece que hubieras estado de chupeta mejor dicho…
-Calla…te…Ronald-logró musitar la chica con dificultad, a cada palabra que daba el amargor en su boca era mayor, ya estaba algo más estable y enfoco a sus amigos con dificultad mientras se tapaba la boca con una mano-…¿Qué hacen fuera a estas horas?
-Bueno, nosotros-Ron se había sonrojado hasta las orejas y comenzaba a molestarse por notarlo- explícaselo, Harry.
-Fuimos a las cocinas para comer algo, Ron tenía hambre y yo también, pero ¿Qué te paso a ti?
Hermione casi sonrió al ver la quijada de Ron arrastrándose en el piso por la soberana sinceridad del moreno con gafas. Pensó en disuadir la pregunta de su amigo pero algo dentro de su pecho la impulsó a responder mientras una idea revoloteaba en su cabeza.
-Debió caerme algo mal en la cena, ya saben que no he probado en estos días tanto bocado como hoy…debió ser eso-respondió con celeridad, nunca se la había dado bien eso de mentir pero prefería eso a contarles su pequeño encuentro con Malfoy.
-¿Segura?-Harry la miraba con clara preocupación mientras daba palmaditas rítmicas a su espalda.
-Si, segura…
-Bien, entonces entremos a la sala de una buena vez, tanta amabilidad de los elfos domésticos me dio sueño…
Y sonrió al notar como su amiga lo miraba con censura mientras murmuraba un hechizo limpiador para aquel desastre que había causado. Una vez que ingresaron a la sala común tras despertar a la dama gorda que no se mostró muy amable ante el gesto, el trío dorado se separó despidiéndose cada uno para acudir a sus camas y rendirle cuentas a Morfeo.
Fue entonces cuando Hermione se arropo con las sabanas que sintió algo diferente dentro de ella, algo que no supo identificar y tubo que regañarse a sí misma al sentir como su estomago vibraba ante la clásica sensación de nervios, se arropo aún más y se giro quedando de costado, cerró los ojos y se obligó a pensar que solo se estaba poniendo paranoica, mañana ya sería otro día, este asunto estaría olvidado.
