Historia original: Tumblr prompt, de alwayswritewithcoffee
Historia en dos capítulos
Cuando la bala impacta en su objetivo, ella está simplemente confusa. Hay un agudo y cegador dolor en su esternón, uno que hace que sus rodillas parezcan de gelatina, le roba la respiración y le hace difícil pensar, entender qué es lo que acaba de pasar exactamente.
Los chillidos de la gente, el ruido de pies que corren y el grito distante de Castle son más pistas, indicios de que algo ha ido terriblemente mal; pero la respuesta sigue fuera de su alcance. Lo que sea que está pasando le concierne a ella, y nota el cálido y reconfortante peso de las manos de Castle en sus brazos, mientras se queda suspendida en el aire durante un glorioso momento.
Entonces hay otro estallido de dolor, el suelo estrellándose contra su espalda al tiempo que su compañero le cubre el cuerpo con el suyo. Es esa sacudida; el absoluto terror que asoma en los ojos de su compañero, lo que le trae de vuelta a la realidad y la saca de su confusión para ofrecerle una clara imagen de lo que ocurre.
Le han disparado en el pecho, y la sangre que cubre los dedos de Castle es suya. Se está desangrando en la hierba. La presión no es lo suficientemente fuerte como para mantenerla con vida. Sobre ella, Castle está susurrando palabras sin sentido, ruegos y plegarias incesantes, pidiéndole que siga respirando, que no se muera; diciéndole que la ayuda está en camino.
Entre el shock y la pérdida de sangre, formar palabras es casi imposible, pero Kate está segura de una cosa. Aquí, en una soleada tarde de mayo, con el aroma a hierba y sangre, con las manos de Castle en su pecho y sus palabras en el oído, ella va a morir.
– Kate, quédate conmigo – él está murmurando las palabras como si fueran una oración, con los ojos brillantes por las lágrimas sin derramar; esas piscinas azules un tono más oscuro que el cielo contra el que está recortada su cara. – Por favor, quédate conmigo.
Su boca se abre para formar algo más, su cara mostrando una ternura que la llenaría de alegría en diferentes circunstancias. En el fondo, ella sabe que él la quiere. Lo ha sabido durante mucho tiempo. Como también es consciente de que se ha mantenido apartado a causa de su relación con Josh; el tío que nunca ha tenido la más mínima esperanza de competir con el hombre por el que ella debería haberlo arriesgado todo.
Porque ahora es demasiado tarde. Una ligera mirada hacia abajo es todo lo que necesita para saber que ha perdido demasiada sangre, igual que el frío que ha empezado a extenderse sin pausa desde los dedos de sus manos y pies. Y, en realidad, no puede sentir casi nada en este momento. Solo la fría sensación de cómo su vida se le escapa del cuerpo; cómo todo lo que ella ha querido y soñado nunca llegará a suceder.
Y lo primero de esa lista es Richard Castle, y nunca haberle dado la oportunidad que él merecía; nunca haberle dicho lo desesperadamente enamorada de él que está.
Hay un húmedo torrente de lágrimas que ella solo nota en el momento en que nublan su visión, el cálido arrebato perdido en el tartamudeante y disperso sendero de un cuerpo que está de camino a un total colapso.
El negro reborde que se abre camino hasta su línea de visión un momento después le produce una nueva oleada de terror, sus dedos aferrándose como garras a la tela del traje de Castle mientras exhala la sombra de un suspiro; el arrepentimiento llenándole los pulmones y el corazón.
Pero concentra su energía, reúne la determinación para decir una última verdad mientras Castle le ruega una vez más que no se vaya, que siga luchando porque la ambulancia está en camino.
– Castle… – su voz suena como un graznido, prácticamente un estertor. – Rick… te quiero.
Consigue articular su última frase, y es recompensada con un ligero cambio en la respiración de su compañero, un breve brillo de placer formándose en sus ojos con el fantasma de una sonrisa.
– Yo también te quiero – susurra en respuesta, las palabras acariciándole los oídos el segundo antes de que la oscuridad finalmente la reclame.
