-Sigue Peeta sigue- le digo en mi momento de lujuria mientras jadeo y siento a Peeta dentro de mi. Con fuerza me penetra y me besa el cuello con una inmensa pasión.
Sentia como su lengua exploraba cada pequeño rincón de mi boca, esa clase de sensaciones son las que me gustan y me exitan todavía mas.
El sentir las suaves yemas de sus dedos acariciando mi espalda durante el acto de relaja hasta que llega un momento en el cual mis musculos se tensan de repente. Peeta aumenta la velocidad y los jadeos cada vez son mas constantes, ya no me besa, ya no tiene tiempo porque ahora el grita.
Llega el momento en el cual ambos gritamos de inmenso placer; yo llegue al orgasmo al sentir a Peeta en mi una y otra vez, y Peeta bueno, yo supongo que… a espera! ¿Qué es eso que siento dentro de mi? ¿No se habrá orinado o si? Pienso angustiada por instante pero luego recuerdo mis otras veces con Peeta, había cierto momento del acto en el cual el me avisaba o se quitaba a la fuerza y sacaba un líquido blanco disparado con mucha fuerza hacia algún lugar del suelo; supongo que habrá sido ese mismo liquido solo que esta vez dentro de mi.
Nunca lo había tocado pero no puedo evitar meterme la mano y sacar un poquito, por lo menos para sentir como es, es frio y un tanto viscoso; parece leche recién sacada de Lady.
Peeta me mira y me besa apasionadamente otra vez y se rie de mi curiosidad.
-Cuando eso me salió por primera vez me asuste- me dijo Peeta
Me rio y lo sigo besando aunque en verdad quiero que me cuente.
-Estaba en la escuela viéndote como jugabas con un vestido football con tus amigas, de pronto una ráfaga de viento te levantó el vestido Katniss y no pude evitar dejar de verte. Yo tenía apenas 12 años y no entendía muchas cosas, en especial de este tema. Cuando me pare me di cuenta que estaba duro y parado. No quise que nadie me viera sin embargo salió el semen y moje el pantalón al instante. Sentí mucho placer pero a la vez vergüenza porque mis amigos se rieron de mi- me conto Peeta a cerca de su primera erección.
Me rio un momento y luego acurruco mi cabeza caliente sobre su hombre igualmente caliente. El me abraza y juguetea un rato mas con mis pechos, los lame y les da pequeños mordisquitos que me hacen gritar y desear mas de el.
El miembro de Peeta recobra fuerzas y se vuelve a parar y esta vez yo le beso el cuello y paso mi lengua por todo su cuerpo hasta llegar al lugar deseado el cual disfruto como una paleta de hielo. Lo sobo, lo beso, lo toco y lo lamo, ll hago mio frotándolo entre mis pechos y dejo que se deescarge otra vez en mi, pero no en mi cara si no ahí abajo porque me gusto como se sentia en mi cuerpo cálido una sensación fría como el semen de mi amado.
De pronto suena el timbre de la casa en donde estamos viviendo. Ambos nos miramos yo tapándome el pecho con las sábanas.
-Quien va?- le pregunto a Peeta
-Voy yo, tu cambiate con calma- me dice Peeta parándose abrochándose ya el cinturón del pantalón.
Me tranquiliso un rato esperando a que Peeta baja aunque cuando escucho la voz de Haymitch quiero bajar.
Me cambio inmediatamente, una blusa holgada y unos pantalones bajo descalza a saludar a Haymitch
-Por que tan despeinada preciosa?- me pregunta Haymitch
Cojo a Peeta de la mano, ambos nos miramos, nos reimos y nos damos un beso apasionado aunque un tanto corto.
Haymitch se aclara la garganta para que no sigamos besándonos pero esque la pasión todavía habita en nosotros y quiero dejarme llevar pero Peeta es mas penoso y el no lo haría con Haymitch aquí
-Chicos, chicos ya paren!- nos grita Haymitch
Ambos paramos por su grito y lo vemos fijamente.
-Yo solo venía a invitarlos a comer en 2 semanas porque cumplo 45 años y lo celebrare en mi casa- dijo Haymitch
-Esta Bien Haymitch, ahí estaremos- respondió Peeta en nombre de ambos
Pronto Haymitch salió y Peeta me recargo sobre la puerta metiéndome la mano adelante bajo el pantalón, me empezó a tocar
-me dejaste con ganas de mas Katniss- me dijo con una voz tan sexy que no me pude resistir.
Un grito se me sale cuando su dedo jugueteando bajo mi pantalón encuentra ese agujerito. Me apena un poco que quizá Haymitch nos alla escuchado pero no me importa en realidad, cuando estoy exitada y sola con Peeta en casa no hay quien me pare, soy una maquina de hacer el amor
-Hasme tuya- le digo a Peeta entre jadeos y sus piros.
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