Hola, esta es la primera vez que escribo y publico un fanfic, ha sido bastante complicado para mi hacerlo ya que la tecnología me supera y terminé publicando el borrador D:
Este fanfic es básicamente un Koumi o Mishirou y como soy una shippera compulsiva incluiré otras parejas como el Kenyako, Takari, Taiorato y algunos personajes de creación propia.
Disclaimer: Ni Digimon ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Toei Animation, Bandai y todos aquellos que llevan años explotando la franquicia x).
CAPÍTULO I
REGRESO A CASA
Hacia media hora desde que su vuelo de Nueva York había aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Haneda, media hora que estuvo sentada jugueteando con su pelo y mordiendo sus uñas. Su comportamiento se volvía cada vez más extraño,y no pasaba desapercibido para la muchedumbre, que miraba con recelo a la joven de larga cabellera color miel sentada sola con una maleta y un gran bolso a un costado de una pequeña tienda de recuerdos que se encontraba al interior del aeropuerto.
Mimi Tachikawa había regresado tras cuatro largos años de ausencia a su natal Japón.
Con la mirada taciturna observaba sus tobillos mientras balanceaba sus piernas al compás de la voz de la recepcionista que anunciaba los siguientes vuelos. La mente de Mimi viajaba absorta y se debatía en si había sido una buena decisión volver, después de todo, su manera de marchar dejó más de una herida en sus antiguos amigos, especialmente en Koushiro Izumi.
-Debí haber pensado mejor este plan, no pensé que me costaría tanto y eso que aún no he salido del aeropuerto- resopló para si.
-Mimi...- murmuro una voz que venía del interior del bolso de la chica.
-Perdón por preocuparte tanto Palmon, siento mucho arrastrarte siempre a mi caos.
Palmon alzó su cabeza del bolso, posó su mano sobre la de Mimi y la miro fijamente con aquellos enormes ojos verdes - Mimi, tu y yo somos compañeras y siempre estaremos juntas, aunque sea en un mundo lleno de caos.
Las palabras de su compañera Digimon gatillaron unas cálidas lágrimas que recorrieron su blanquecino rostro, a pesar de la tristeza, el coraje inundo su pecho y con su brazo izquierdo limpió las pequeñas gotas que aún recorrían su mejilla.
Mimi, cansada de su debilidad, decidió emprender el camino, pensó que si Japón fue el país en que inicio su vida, sería aquel en que podría renacer; se levantó raudamente de aquel pequeño banquillo y a paso firme caminó entre el tumulto de gente, dejando que el sonido de sus tacones la dirigiera a su nuevo hogar.
Mimi bajó del taxi y miro el post-it rosado donde tenía anotada la dirección para corroborar si era el lugar correcto, al confirmar que en efecto se encontraba donde debía estar, comenzó a analizar cada uno de los detalles de la casona frente a ella, su puerta color marfil, las paredes pintadas en un tono gris mineral con pequeñas ventanas a sus costado de color blanco y adornadas con pequeñas flores de suspiro color lila sobre el vendaval. La larga entrada de adoquines de piedra le daban a aquel lugar un aire imponente y elegante, dos adjetivos que gustaban a la castaña. Con la misma determinación que había mostrado en el aeropuerto Mimi caminó y dió dos golpes secos a la puerta, cosa que lamentó al minuto luego de notar que en un costado de la pared había un pequeño timbre color dorado. La puerta marfil se abrió y al otro lado de ella apareció una figura familiar, maternal, ahí de pie frente a ella, se encontraba una muchacha alta, delgada, de cabellera corta y rojiza vestida con una camisa color verde militar, unos vaqueros azules y unas zapatillas blanca.
-Mimi-chan- Exclamó con sorpresa Sora.
-Sorpresa- resopló débilmente la castaña mientras hacía un extraño ademán con las manos.
Que hermosa te has puesto Sora, Mimi miraba con ojos atónitos a la pelirroja, su amiga siempre fue una niña muy bonita y el estilo tomboy que llevaba le quedaba muy bien, pero la persona que tenía ante si era una mujer, la mejillas redondas de Sora ahora eran pómulos finos y alargados y su pelo rojizo le llegaba a los hombros, dando a su rostro un marco que la hacía parecer una pintura renacentista.
-Pensé que llegarías la otra semana- Sora hizo una mueca de sorpresa y arqueo ambas cejas, después de todo Mimi no era precisamente lo que pensó que encontraría al abrir la puerta.
-Sé que esto es algo repentino, yo solo... quise adelantar mi viaje... yo solo quise volver- Miraba al suelo con nerviosismo mientras mordía el interior de sus mejillas.
-Te eche de menos Mimi...-.
Y antes de que pudiera contestar "yo también" Mimi fue atrapada por los brazos de Sora, quien la envolvió en un fuerte abrazo, dejando a ambas tan cerca una de la otra que Mimi pudo percibir su perfume, "bambú" pensó y sonrió para si, la nostalgia invadió a ambas mujeres y tan solo un instante retrocedieron en el tiempo volviendo a ser aquellas niñas que una vez viajaron al Mundo Digital.
Sora soltó del agarre a su amiga y de un jalón la entró a la residencia, Mimi con maniobras en el aire y como pudo se sacó sus tacones antes de llegar al interior de la casa. La pelirroja soltó su mano, se giró hacía ella y con una gran sonrisa pronunció "¡Bienvenida a la residencia femenina Sakura, Mimi-chan!".
No muy lejos de la residencia Sakura, en la biblioteca de la Facultad de Ingeniería de la Todai, se podía ver un muchacho de cabellera roja sentado en uno de los mesones y tecleando en su laptop con gran agilidad. Movía su pie derecho intranquilo mientras miraba fijamente el portátil que se encontraba frente a él. Tecleaba y solo se detenía para sorber de aquella botella de té oolong que Tentomon le había comprado.
-Koushiro-han, Koushiro-han- Insistía el Digimon que se encontraba a su lado.
-Ahora no Tentomon, es de vital importancia que termine este programa dentro de los próximos días.
-Koushiro-han, llevas dos días sin dormir... y sin ducharte-.
-Es imperioso que termine de procesar estos datos, no tengo tiempo para tonterías-.
-No creo que tomar una ducha se pueda considerar como tontería- Tentomon aleteaba preocupado alrededor de Koushiro, pensaba que las palabras de Joe se harían realidad como profecía, Koushiro nunca encontraría novia y si un día se reproducía lo más probable es que sería por Mitosis- Mira, sé que estas preocupado Koushiro-han, este asunto de Mimi-han te ha alterado los nervios, pero no creo que crear un programa para no encontrarte con ella durante su estadía en Japón sea la solución a lo que sucedió entre ustedes.
Koushiro paró de teclear y se quedó unos minutos en silencio con la cabeza semi caída mientras la luz del portátil le daba en la frente, musitó algo por lo bajo, levantó del suelo la vista, sorbió otro trago de su preciado té y prosiguió con el incesante tecleo.
-¡Salud! - Gritaban cuatro jóvenes y cuatro digimon sentados alrededor de una mesa de caoba mientras bebían y charlaban animadamente celebrando la llegada de su antigua compañera. Las chicas reían recordando sus desventuras juveniles, mientras los digimon se dedicaban a atiborrar sus estómagos de comida a la vez que se hacían recíprocos cumplidos sobre lo poco que habían cambiado en comparación a las veinteañeras a su lado.
-Ha pasado tanto tiempo desde que estuvimos todas juntas, estoy tan feliz- Chilló Miyako mientras habría su cuarta lata de cerveza.
-Miyako tiene razón, creo que la última vez que nos reunimos de esta forma fue para mi cumpleaños- Repuso Hikari mientras se echaba un turro de papitas a la boca-.
Come como una bestia pero tiene la contextura de un pollo Mimi estaba estupefacta antes los carentes modales de Hikari al comer, la chica había engullido la mitad de un paquete de papitas de 420 gramos ella sola, esta no es la hermana de Taichi, es Taichi con senos.
- ¿Cuál cumpleaños? Porque si te refieres al último estoy casi segura que nadie más que Takeru estuvo contigo, te dio una fiesta privada si mal no recuerdo-Miyako le dio dos golpes de felicitación en la espalda a Hikari logrando que esta última escupiera el sorbo que recién había dado a su cerveza y que infelizmente terminó en la cara de Piyomon.
- Perdón Piyomon- la cara de Hikari había pasado del blanco a un tono rojizo tomate- Y no, no me refería a ese- Pronuncío molesta mientras se zafaba del agarre de Miyako- Estoy hablando de cuando cumplí 15, obviamente ese fue el último cumpleaños en que estuvimos todos juntos-. Termino su frase no sin antes fulminar con la mirada a la soplona de su amiga.
- Recuerdo que ese día Daisuke se tropezó con tu gato y cayó de espaldas en la torta de cumpleaños ¡Taichi y Agumon estaban furiosos!-.
-Que mala eres al recordar eso Tailmon eres igual a tu compañera pensó Miyako pero decidió no exteriorizar aquel pensamiento, ya había molestado con su anterior comentario a su amiga y no quería terminar durmiendo en el sillón nuevamente.- Ojalá compartiera cuarto con Sora- bufo para si.
-¿Dijiste algo Miya?- Hikari la miro fijamente.
- Eh si... decía que Daisuke se esforzó tanto ese día por lucir bien frente a ti y tus padres, y al final solo termino con el trasero lleno de crema- comentó Miyako entre risas - Hasta siento un poco de lástima por el pobre, pero solo un poco-.
- Es verdad, recuerdo que Taichi nos pidió desesperado a Yamato y a mi si podíamos ir a por otra torta mientras el entretenía a los invitados.- musitó Sora por lo bajo con la mirada clavada en sus manos.
El tono con que la muchacha había pronunciado aquellas palabras no paso inadvertido para ninguno de los presentes, quienes nerviosos se miraban de reojo entre si y lanzaban miradas al aire esperando que alguien supiera que decir. Cuando el silencio se hacía cada vez más incomodo Mimi se paró de su asiento y de forma efusiva gritó: RECUERDAN CUANDO ME TEÑI EL PELO ROSA.
Hikari, Miyako, Sora y los cuatro Digimons la miraron con los ojos abiertos como platos para luego estallar en una risa ensordecedora, no sabían que era más gracioso, si el recuerdo de Mimi con el pelo rosa y estrellas en el pelo o el hecho de que se encontrase de pie con una expresión seria en su rostro, una mano apoyada en la mesa y la otra apuntando su cabeza. Sea cual fuese la respuesta, la conversación retomo el rumbo ameno que llevaba hasta antes del recuerdo de Sora y las chicas siguieron conversando sobre la universidad, los muchachos, las fiestas a las que irían ahora que llego Mimi y lo afortunadas que eran al poder vivir todas junto a sus compañeros Digimon en aquella Casa.
-QUIERO UN NOVIO, NO QUIERO MORIR VIRGEN- Repetía Miyako entre sollozos.
-Cállate Miya, los vecinos llamarán a la policía... de nuevo- Hawkmon le asió el brazo intentando calmarla.
-Nunca pensé que Miyako bebiese tanto- Dijo Mimi sorprendida.
-Yo nunca pensé que tendría que compartir cuarto con ella-.
-Creo que es hora de irnos a dormir – Sora se levanto de la mesa y tomo la mano de Piyomon- Hikari te ayudaremos a llevar al bulto de alcohol hasta su pieza-.
Y siguiendo las ordenes de Sora y como pudieron, las tres chicas y los cuatro digimon transportaron el largo y delgado cuerpo de la anteojuda hasta la habitación purpura del fondo del pasillo.
¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? ¿agua? No, por favor no, déjenme... ¡ayuda! Por favor, me estoy ahogando, ayuda, Palmon, Sora, Koushiro... alguien... ayúdeme.
-Mimi, Mimi, Mimi despierta-.
-¿Qué... paso?... ¡Sora, Palmon!-. Gritó Mimi, sudaba frío y sus manos tiritaban.
Sora y Palmon se sentaron a un costado de la cama de Mimi y cogieron las manos de la castaña para confortarla.
-Mimi tuviste una pesadilla- Palmon la miraba con preocupación mientras le estiraba una toallita para que se secará la frente.
-Mimi... Palmon me dijo que tienes pesadillas recurrentes, que sueñas que te ahogas, sabes que puedes contarme lo que sea- Sora le sonrió de forma maternal mientras estrechaba con fuerza la mano de su amiga.
-Sora... yo cuando me fuí no fue por la razón que todos asumen, yo me fui de Japón porque...
TOC TOC, TOC TOC. Un fuertes golpeteo irrumpió la conversación de las chicas. TOC TOC, TOC, TOC. Los golpes se volvían cada vez más incesantes y agarraban más fuerzas. Sora pensó en la posibilidad de que fuera un ladrón pero descarto la idea ya que ¿qué ladrón golpearía la puerta del lugar que pretende robar?
-Probablemente el peor ladrón del mundo- Murmuro Mimi.
Sora rió al darse cuenta que por la cabeza de su amiga había pasado exactamente el mismo pensamiento. Palmon y Piyomon se pusieron delante de las chicas, abrieron la puerta de la habitación con sigilo y cuando se disponían a caminar hacía la sala de estar escucharon una voz conocida.
-Hermano ¿Qué haces aquí? Son las 5 de la mañana-.
Hikari agotada por el molesto sonido, había cogido un rodillo de cocina y abierto la puerta sin que nadie lo notara.
-Perdón Hikari, Kou y yo nos hemos pasado de copas en el bar, no podemos volver a nuestras casas en este estado ¡mamá me mataría!.
-¿Por qué no fueron a la oficina de Koushiro en vez de molestar a las 5 de la mañana?-.
-Eshtab fhumiganyo- Dijo el pelirrojo en un idioma inteligible.
-Asumo que lo que intenta decir es que están fumigando- Señalo Hikari para si- Esta bien, pueden dormir en el sofa, pero no hagan ruido las chicas están durmiendo. Hoy tuvimos una gran fiesta de bienvenida para Mimi y nos acostamos tarde.
-¿¡MIMI ESTÁ AQUÍ!?- gritó Taichi olvidando que estaba en una casa que no era la suya a las cinco de la mañana.
Piyomon y Palmon se movieron de puntillas por el pasillo hasta dar con la habitación de Sora y Mimi.
-Dígannos que es lo que está pasando, hemos oído a Hikari hablar con alguien.
-Mimi...-.
-¿Qué sucede Palmon?-.
Palmon estaba dubitativa, no sabía si era necesario comentar la llegada de los dos intrusos a la residencia, mal que mal asumía que Taichi y compañía se retirarían antes que las muchachas pudieran percatarse. Ensimismada en sus pensamientos no reparó en que a cierta digimon ave también se le preguntó que estaba pasando y antes de que pudiera incluso reaccionar y tapar el pico de su compañera esta ya se encontraba frente a Mimi y Sora.
-Sora, Sora- Aleteaba Piyomon efusivamente- Taichi y Koushiro están aquí.
Palmon carraspeo su garganta, Piyomon aleteo más fuerte, y a Sora y Mimi se les desencajo la mandíbula; hubieran preferido que fuera un ladrón.
Si llegaron hasta el final del primer capítulo, gracias por leer :).
