0o0o0oo0o0o0 Primavera o0o0o0oo0o0o0
KibaHina
Chiiiachan
Era mi primer año en la universidad y las mañanas se habían vuelto difíciles, despertaba con los gritos de mama y una almohada sobre la cabeza para no escucharlos tan fuerte, lo que también era costumbre era que siempre estaba retrasado para ir a la universidad.
-¡Kiba despierta!.- gritaba la señora Inuzuka fuera de la puerta de su hijo.
-Si mama ya te escuche.- decía sin ánimos y con la voz rasposa.
-Pero esta vez levántate jovencito, no quiero tener que venir a tirarte agua.
Dios todos los días era igual, sé que soy algo dejado en cuento a levantarme, se que luego de no alcanzar a tomar desayuno me arrepentiré de no ser más responsable, pero no puedo... definitivamente yo debería tener las clases en la tarde.
Como nunca decidí poner todo mi esfuerzo y me levante con pesadez de la cama, sentía como las sabanas calientitas se pegaban a mi cuerpo, pero tenía que hacerlo para que mama no siguiera gritándome y para tomar un buen y calmado desayuno, bueno sin olvidar que no quiero que mama entre con ese vaso de agua fría sobre mi rostro.
Salí de mi habitación y me dirigí al baño para darme una ducha caliente, después de todo era invierno... uno muy frio.
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-Kiba y ese milagro que estás listo.- decía su única hermana mientras comía unas tostadas.
-Cállate y acostúmbrate a verme más seguido en la mesa por la mañana hermanita.- decía mientras llenaba un tazón de cereal.
-Vamos Kiba esto no te durara mucho, te conozco mosco.- decía riendo mientras se ponía de pie y pasaba a su lado, despeinándolo.
-Eres realmente odiosa Hana.- el moreno solo seguía comiendo su desayuno.
-Es el primer día que tomas desayuno con nosotros y armas este alboroto Kiba.- decía mientras le serbia un vaso de jugo de naranja.
-Vamos mama, no digas eso, no paso nada, solo somos amigables.- tomo un trago largo de jugo y continuo.- ya deberías acostumbrarte a nuestra convivencia mama.
-hahahaha... claro hijo si no lo estuviera estarían con su abuela en el campo.- Kiba solo pudo poner mala cara y seguir con su cereal.
Quizás no era el chico más inteligente pero había quedado en la universidad de Tokio, una de las mejores de la ciudad, mama siempre me gritaba pero siempre me decía que estaba orgullosa de que pudiera quedar en lo que yo quería y donde yo quería. Era increíble que a pesar de ser alguien dejado y tengo que admitir que a veces soy molesto, como puedo yo a veces caerme mal...
Salí de mi casa mirando el reloj de mi celular no podía creer que era temprano, no podía creer que era uno de esos días que no tenía que correr a tomar el metro.
Camine derecho por la avenida que daba a unos grandes árboles, luego paso por la esquina doblando sin siquiera pararme a mirar si alguien venia, parase que si este era mi día de suerte.
Tercera persona
No pudo notar al girar la esquina que una chica venia igual de distraído que él, la chica miraba el húmedo asfalto y el solo miraba como el sol era cubierto por unas nubes color gris.
-Auch.- se escucho después de un golpe sordo en el suelo, la chica se encontraba en el suelo mientras que el la miraba asustado desde arriba.
-Oh... perdóname, no te vi.- ayudándola a ponerse de pie el podía sentir como temblaba por el contacto con su tibia piel.
Cuando ambos estuvieron de pie el moreno no dijo nada, solo pudo quedar mirando aquellos ojos blancos y su nívea piel, ella sostenía un sonrojo en sus mejillas al darse cuenta que la miraba de una manera rara, como si le provocara nervios o un no sé qué, que no pudo notar.
-N-no fue mi c-culpa, perdóname iba distraída y no te vi.- dijo mientras bajaba la mirada.- perdón, debo irme.- termino diciendo con una pequeña reverencia, pasando a su lado y dejándolo solo.
Había dejado al chico de pie en la esquina mirando como ella se perdía en la lejanía, había quedado anonadado nunca había visto unos ojos así, nunca había visto a una chica como ella.
Seguro que era su día de suerte.
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Había llegado hace 10 minutos a la universidad privada de Konoha y se encontraba sola sentada en una de las bancas que daban al enorme jardín de cerezos. Desde que llego había estado pensando en el chico con el que había chocado.
"era lindo... pero se me quedo mirando de una manera rara, espero poder encontrármelo de nuevo"
Era su primer año en la carrera de derecho y ya tenía varios amigos, pero la mayoría de ellos eran tan superficiales y codiciosos que a veces prefería solo estar sola... pero si tenía a una amiga de verdad, ella era una chica que se podía confiar, una chica que era completamente diferente a ella, era alocada y gritona... pero la estaba aprendiendo a apreciar mucho.
-Hinata!...- una rubia se acercaba con los brazos en lo alto al ver a su amiga.- ¿porque siempre llegas tan temprano?.- termino diciendo mientras se sentaba a su lado acurrucándose a su lado.- hace un frio de mil demonios.
-Temari, este es el invierno mas frio en el que he estado.- dijo también acurrucándose mas a su amiga.
-¿Y entonces qué demonios haces sentada aquí afuera?.
-B-bueno hace frio p-pero es linda la vista, me relaja.
-Estás loca, vamos a dentro mejor.- dijo tomando una de las manos de la Hyuga y llevándola a dentro del edificio detrás de ellas.- vamos Hinata date prisa que se me congela el cerebro.- Hinata solo pudo reír por las cosas que decía su amiga.
-Listo definitivamente cambia mucho la temperatura, ahora si puedo pensar sin pausas.- dijo sentándose en uno de los sofás de la gran sala donde se encontraban las escaleras pasa subir a las salas del lado A de la universidad.- que clase tenemos a primera hora...?
-No sé, me da lo mismo.- dijo la peliazul con algo de pereza.
-¿Qué te pasa amiga?, ¿sucedió algo malo?.- pregunto la rubia mirándola de una mera seria y preocupada.
-No nada, es solo que hoy tropecé con un chico que me pareció lindo, pero él me miro de una manera rara, sentí que algo le molestaba de mis ojos raros.- dijo mirando hacia la gran ventada que mostraba el tan lindo jardín.
-Ammm... eso, bueno tu sabes que tus ojos son únicos, solo tu familia los posee, personas que no conozcan y no sepan de dónde vienes ten por seguro que les parecerá raro ver unos ojos perlados como los tuyos.- vio que su amiga bajaba la mirada con una triste sonrisa.- vamos Hinata no te pongas así, sabes que te haya parecido que los miraba raro no significa que no le hayan gustado.- termino diciendo mientras le daba una palmadita en su espalda.
-Si claro... puede que tengas razón.
-Claro que tengo razón...- comenzó a reír de una manera tan graciosa y fingida que contagio a su compañera que reía junto a ella.
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-Kiba-kun vamos después de clases a dar una vuelta al parque.- decía una chica de cabellos plateados y grandes ojos verdes que se encontraba sentada detrás del.
-No puedo ir Miku, después de clases le prometí a mama que la acompañaría a comprar las cosas de la despensa, aparte no tienes frio como para ir a dar una vuelta.- dijo tratando de zafarse de la invitación de su compañera.
-Bueno si hace frio, pero es la idea Kiba-kun, así tu vienes y me abrazas todo el camino.- decía poniendo una de sus manos en la espalda del moreno.
Desde que entro a su primera clase había estado pensando en esos ojos perlados hermosos, en un comienzo le habían parecido algo raros, bueno bastante raros, pero después de eso, después de pensar en cómo se sonrojaba, en como escondía sus ojos bajo ese flequillo era inevitable no encontrarlos lindos.
El profesor de su primera materia del día se hacía presente y comenzaba hablar de inmediato, no preguntaba nombres, no hacía preguntas de ninguna índole el solo entraba y hablaba de que trataba y esperaba que ellos tomaran atención y apuntes, después de todo en la universidad no podías esperar a que el profesor se pusiera a escribir en la pizarra como lo hacían en la secundaria para lo que entraría en la prueba. Todo era más difícil, pero también todo era más interesante.
No pudo estar al 100% en clases, sus pensamientos estaban en otro lugar con una persona que ni siquiera conocía. Pensó en como podría quizás encontrársela de nuevo mañana, pensó que tal vez tenían el mismo horario de entrada, pensó también en que si la volvería a ver, él le preguntaría su nombre.
Kiba tenía varios amigos que había hecho en la universidad, uno de ellos era un tipo que a veces le parecía que era el pero con el cabello rubio y un poco mas idiota, su rubio amigo estaba completamente enamorado de una chica de su clase que siempre lo rechazaba, como era posible que alguien pueda seguir insistiendo sabiendo que siempre será la misma respuesta un gran "NO"... pero así era su amigo, un maldito perro faldero.
Saliendo de clases para ir a comer algo al casino del lugar Naruto buscaba desesperado a la chica de cabellos rosa que lo estaba volviendo loco.
-Naruto deja de buscarla, ¿la viste hoy en clases?.- pregunto sarcástico el moreno.
-No, no la vi, pero no está de más buscarla un poquito, quizás llegara más tarde, tu sabes cómo son las chicas.
-Entonces deja de buscarla...- dijo mientras entraban al casino dirigiéndose a comprar algo para calmar el hambre.- hoy vi a una chica con los ojos perla.- dijo de la nada mientras que su amigo aun buscaba una cabellera rosa.
-¿Una chica de ojos perla?...- mientras buscaba hora algo para comprar.- si la memoria no me falla creo que por los ojos podría ser una Hyuga.
-¿Una Hyuga?... te refieres a la familia más poderosa de Japón verdad...?
-Sí, mis padres cuando era más pequeño me hacían ir a sus almuerzo con la familia.
-Entonces la conoces.
-Ammm... bueno quizás la conozca, sabes ella no es la única de la familia con esos ojos, todos ellos los tienen.
-Bueno he oído de su fortuna y eso, pero no tenía idea de que todos tenían los mismos ojos.- dijo el moreno mientras tomaban asiento en una de las mesas del fondo donde en ese momento no había nadie.
-Mi padre con Hiashi Hyuga hace un par de años atrás me hicieron salir con una de sus dos hijas.
-Enserio, saliste con una de esas chicas Naruto?.- pregunto este expectante a que le digiera como era esa chica y deseando que no fuera con la que tropezó esta mañana.- ¿y qué paso?
-Era la chica más hermosa que había visto, era tierna y muy dulce... pero las cosas no funcionaron, su primo era un odioso creo que no me pasaba.- dijo poniendo una de sus manos en su cabeza.- aparte yo nunca pude enamorarme de ella… igual creo que en ese tiempo era más inmaduro.- termino diciendo mientras que su compañero ponía cara de duda sobre lo último que había dicho.
-Bueno las cosas arregladas nunca funcionan.- termino por decir, pero aun seguía con la misma expresión.
-Kiba esto parece conversación de chicas no de machos...
-Aaah quieres que hablemos de hombres entonces, eres un idiota de seguro era ella la que nunca pudo quererte por lo idiota que eres...
-JA! Eso es lo que te gustaría creer, pero ella me dijo que me amaba...- lo dijo sin pensar en los recuerdos que le vendrían a la mente. Ella saliendo corriendo mientras le declaraba lo que sentía por el... el diciéndole que no compartía el mismo sentimiento mientras que caían lagrimas de sus ojos.- bueno pero eso ya paso, de seguro que ahora está con un chico mucho mejor que yo.
-Claro, cualquiera es mucho mejor que tu Naruto.
-¿Y tú te crees mejor que yo tarado?...
-Claro.
-Te recuerdo quien soy y las notas que me saco.
-Aaah unas estúpidas notas no te hacen mejor que yo idiota.
-Eso es lo que tú crees...- término diciendo mientras reía burlón.
Después de eso no quiso seguir preguntado sobre la Hyuga, no quería saber si era ella la que se había declarado con su rubio amigo. Las clases pasaron normal a excepción de Miku que a cada momento le preguntaba si irían a dar una vuelta al parque, definitivamente no había sido suficiente con decirle que tenía que ayudar a su madre. Las chicas no le parecían para nada una molestia, de hecho si fuera por el querría que todas las chicas de su clase estuvieran locas por él, pero era algo que no pasaría jamás, al menos le quedaba la loca he introvertida Miku que siempre quería salir con él, decía que amaba sus lindas marcas en su rostro.
Pero el no podía sacarse de la cabeza a esa chica de blancas perlas...
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-Cuídate mucho Hinata, nos vemos mañana.- decía despidiéndose de su amiga que tomaba otro camino.
-Adiós Temari, nos vemos mañana.- sonreía mientras veía que su amiga se perdía en la esquina del frente.
Su casa quedaba a unas cuantas cuadras de la universidad, siempre caminaba hasta llegar a un parque cerca pero nunca había querido sentarse o atravesarlo, cosa que esta vez aria, tomaría el camino más largo atravesaría el parque y quizás, solo quizás tomaría asiento para poder relajarse antes de llegar a casa.
Camino ajena a todo lo que sucedía a su alrededor, podía ver el parque desde la media cuadra atrás y le pareció lo más tranquilo y hermoso que había visto, nunca había reparado en las rosas y flores de múltiples colores que adornaban los verdes pastos rodeando una enorme pileta con un par de ángeles en el centro, uno tocando el arpa y el otro con una trompeta. Todo muy bien cuidado para que pudieran permanecer en esa época de mucho frio.
Las pequeñas bancas que rodeaban la pileta invitaban a tomar asiento mientras que veías como algunos niños jugaban, parejas enamoradas besándose... ese lugar le estaba gustando, tomo asiento en una de las bancas y comenzó a observar a su alrededor. Como nunca se había dado cuanta de un lugar tan hermoso como este, como no notarlo si siempre pasaba por este lugar apurada o con él en su mente. Había pasado mucho tiempo desde que no lo veía y desde que se le declaro y aun así estaba en su mente.
"No sé porque no puedo dejar de pensar en alguien que ya me rechazo… soy una tonta, que haré con Sasuke-kun… nuestro maldito compromiso de familia."
Eran más de las 14:00 horas y ya había pasado como 20 minutos sentada esperando a que algo en ella o en el lugar cambiara, cosa que sabía que jamás pasaría a menos que fuera que los niños ya no eran tantos en el parque y que algunas parejas ya no estaban. Hoy en la noche tendría que asistir a una comida a solas con Uchiha Sasuke, hijo del hombre que era el principal socio de su padre, en un comienzo habían decido comprometerla con el mayor de sus hijos, pero el dejo todo por irse a otro país con el amor de su vida… y así fue como al no tener otra opción Uchiha Sasuke se convierto en el heredero y prometido de Hinata.
-Como quisiera poder tener el valor necesario como Itachi-kun.- dijo mientras miraba hacia el frente donde una pareja reía y jugaba a las cosquillas.- Ni siquiera tengo con quien escapar…
Quizás no podía olvidar a ese chico, pero tampoco lo había intentado, en el fondo de su corazón ella quería siempre tenerlo presente aunque eso le costara sus preciados sueños de noche. Y él, Sasuke era un chico hermoso, atrevido, capaz de volver loca a cualquier chica que él quisiera incluso ella pensaba en el de una manera intranquila, la ponía nerviosa cuando se proponía tenerla más que cerca, muchas veces se pregunto si de verdad Sasuke quería algo más que un falso compromiso entre ellos, se había imaginado la vida junto con él, controlando las empresas de la familia, se había imagino con él en la cama, besándose. Al intentar pensarlo se sonrojaba y maldecía por desear algo así teniendo en la mente a otro hombre a parte de él.
-No soy lo que todos piensan… no soy la niñita de buenos pensamientos, ya no.- dijo aun mirando a la pareja riendo.- No lo quiero… pero me gusta.
Se levanto de la banca para seguir su camino hasta su casa…
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-Sabes Kiba deberías darle una oportunidad a Miku, a parte que me tiene arto con eso de los recaditos.- dijo el rubio que caminaba a su lado.
-¿Recaditos?.- pregunto sin saber a qué se refería.
-Sí, los que siempre te manda pero pasan por mi primero… ella dice que le da vergüenza decírtelos a ti.
-Espera un minuto Naruto, no he recibido ningún recadito… Nunca!.- dijo cabreado de su amigo.
-Aps!... bueno pero es lo mismo de siempre, tu sabes.- dijo poniendo cara de despreocupación.- quiere salir contigo, que te quiere, que quiere conocer a su cuñada y su suegra… miles de estúpidos recados que creo que no te hubiera gustado escuchar estos últimos días.- termino diciendo mientras cruzaban una gran avenida que los conducía a un parque muy cerca de la casa del rubio.
-jajajajaja… esa chica está loca, como puedes decirme que le dé una oportunidad si dice esa manganada de estupideces.- dijo aun riendo.
-Yo lo digo porque de verdad que me tiene harta.
-Bueno si quieres tu sale con ella, pero a mi déjame solito por el momento.- termino diciendo mientras que veía como una chica muy parecida a la de hoy en la mañana venia en dirección a ellos.- es ella.- dijo tan bajito que Naruto no pudo oírlo.
Ella no los había notado aun ya que miraba nuevamente el asfalto.
Estaban solo a unos metros cuando el rubio noto de quien se trataba y sin pensarlo la saludo como si fueran los mejores amigos, como si se vieran siempre, como si la relación entre ellos hubiera sido la mejor de todas… cosa que ninguna era cierto. Nunca hablaron después de que ella se declaro, no se veían hace más de un año, sus padres si tenían alguna comida o reunión jamás asistía.
-Hinata!... hola tanto tiempo sin verte.
Ante tal llamado levanto la mirada y reconoció su voz y sus rubios cabellos, era él, el que no había dejado de ocupar sus recuerdos.
Después de todo era ella, era ella de quien Naruto hablaba hoy en la mañana. Kiba la miraba mientras que el rostro de ella se teñía de un rosa pálido al mirar a su amigo.
-Na-Naruto-kun, eres tu.- dijo sin pensarlo, lo había querido ver desde siempre, era cierto que ambos vivían muy cerca pero sus caminos nunca se cruzaron, ella vivía al lado sur de ese enorme parque, mientras que el rubio vivía del lado norte de este, muy cerca pero lo bastante lejos para no verse nunca.- si, bastante tiempo.- dijo mirando hacia otro lado.
-Sí, mucho… y dime que es de tu vida, ¿qué haces?.- pregunto sin siquiera presentar a su amigo que se mantenía mirando cada uno de los gestos tímidos de la chica ante ellos.
-B-bueno estoy estudiando derecho en la universidad de Konoha, es mi primer año.- término diciendo y mirando al chico que se encontraba al lado de su rubio sueño.- Disculpa, soy Hyuga Hinata.- término presentándose mientras que le sonreía al moreno.
-Ah, sí, bueno yo soy Inuzuka Kiba, mucho gusto Hinata.- se había quedado mirándola desde que la vio acercarse y no había podido siquiera decir una palabra hasta que ella se presento.
-Oh, perdón tu sabes Hinata que no soy bueno con las presentaciones…- dijo riendo en forma de disculpa.
-Está bien, ahora sé quién es.- dijo mostrando una tierna sonrisa.
-Naruto siempre tan despistado.- dijo el moreno tratando de acusar a su rubio amigo.
Ahora si no cavia duda, la forma de mirarlo y sonrojarse le decía que si alguna vez dejo de quererlo ahora mismo habían regresado cada uno de esos sentimientos hacia su amigo, increíblemente había pensado en decirle a Naruto que le diera más datos de ella, pero luego había desistido de todo tipo de acercamiento inútil hacia ella. Era una chica rica, y si alguna vez sus padres de verdad habían acordado un compromiso con su amigo que ahora estaba roto hace tiempo, de seguro ahora mismo ya le habían buscado otro tipo de la misma clase social. No tenía oportunidad.
-Disculpa, etto...- decía tímidamente la ojiperla mirando al chico de cabellos castaños que reacciono con la mirada tímida de ella sobre él.
-Sí, dime?.- Su mirada tímida y sus mejillas rosa pálido lo embelesaron, dejo de respirar por unos segundos después de contestarle, pensaba en miles de cosas que podría ella decirle, que iba a intentar quedar a solas con el rubio, si podría repetir su nombre ya que le había parecido tan insignificante que ya no podía recordarlo... pero sobre todo que sus pensamientos insistían en la mañana de hoy y que ella lo recordara.
-¿Tu eres el chico de hoy verdad?...- dijo poniendo inocentemente un dedo sobre sus labios en forma de pregunta.- eres con el chico que choque.- bajo su cabeza un poco y comenzó a pedir disculpas.- perdón, yo no estaba mirando.
El único rubio del lugar alternaba su mirada entre la ojiperla y el moreno, mientras que la chica seguía disculpándose.
-Hey no te preocupes, si fue mi culpa también... al igual que tu iba mirando para otro lado y no te vi, lo siento.- termino diciendo y ella dejo de agachar la cabeza.
-Está bien.- dijo ella con una sonrisa tímida.
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El techo de su habitación era la nueva entretención de esa tarde. era blanco, el techo de su habitación era del color de sus ojos, blancos, sus ojos denotaban una inseguridad escondiendo el oscuro de una vida... o eso era lo que el noto al despedirse de ella.
Naruto había quedado sorprendido al darse cuenta de que la chica de la cual hablaba su amigo era nada más ni nada menos que Hyuga Hinata, con la chica que había estado saliendo y el rechazo.
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HELLO!
AMMM... que puedo decir esta es otro fic que solo espero que dure pocos capítulos... y he decidido subir lo que tengo... porke! ammm bueno porke kiero saber si existe alguien interesado en que continue esta historia...
si existe alguien que kiera que la continúe, bueno solo pídanmelo, o... se quedara hasta a ki. =)
comentarios... porfisss
