Podía sentir como el poder y la fuerza recorría cada parte de su cuerpo. Sonrío con benevolencia, cada gota de sangre inocente que salpicaba sobre su rostro lo llenaba de una satisfacción única. Los llantos y gritos de auxilio eran música para sus oídos. Su tez clara y sus ojos color zafiro contrastaban con el cielo carmesí. Se sentía soberano de todo, el mundo entero le pertenecía.
Despertó sudando en frío y con un brillo de temor sobre sus ojos. Había tenido ese extraño sueño otra vez. Se mantuvo pensativo sin moverse de su cama. Desde las últimas tres semanas, sus noches eran atormentadas por imágenes de angustia y muerte que lo tenían a él como antagonista principal.
Los primeros días pensó que sus pesadillas eran producto de las películas de miedo que miraba junto a su hermano mayor, Kevin, sin embargo, cuando se cumplieron dos semanas de sueños prácticamente idénticos, el joven McCormick comenzó a preocuparse. El hecho que más lo inquietaba era como lo retrataban a él sus sueños, parecía disfrutar de la destrucción que presenciaba, parecía entretenerle la desgracia de otros, parecía llenarlo verse rodeado de muerte y sufrimiento.
Suspiró cansado, no tenía caso darle vueltas al tema, era una pérdida de tiempo, después de todo, solo eran sueños. Miró su despertador y decidió levantarse, debía prepararle el desayuno a su pequeña hermana Karen.
Pensó ingenuamente que estos sueños no significaban nada, lamentablemente pronto entendería lo equivocado que estaba.
Hace mucho que tenía ganas de escribir algo relacionado al origen de los poderes de Kenny, así nace este pequeño fic n_n
Gracias por leer. c:
Ah, casi se me olvida:
Disclaimer: South Park y sus personajes son propiedad de Trey Parker y Matt Stone.
