Renuncia: Gurren Lagann es de Gainax.

Editado: 16/12/2018, así de la misma manera con todas mis historias. (aunque sea lo más mínimo) y cada cierto tiempo.

Notas: Esta historia se la dediqué a mi mejor amigo que es muy fan de esta serie y en verdad esperaba un Simon/Nia de mí pero me nació más esta brotp y que decir si le gustó. No me importa nada más.


El Camino del Taladro


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Excavar.

No hay que le motive más que excavar. Prácticamente es de Simon su alma, su todo, su él. Porque es en lo único que se ha considerado bueno hasta ahora.

Aunque, para él existe esa persona que te hace ver más allá de tus narices. Es quien es capaz de sacarte de tu mundo sin ninguna advertencia y con metas que pueden ser tan lógicas como unas completas locuras.

"Haz lo imposible, posible."

Diría él o es lo que puede acordarse pasado los años.

"Ah, es increíble que viva para contarlo. ¿No lo crees?"

Si es que alguien se entera de la historia, más que todas las personas que le han conocido y siguen viviendo o alguna que otra que también ya han partido de este mundo. No en vano, por supuesto. Todos ellos siguen viviendo en los corazones de todos. Sobre todo él, a quien Simon ha admirado desde que tiene memoria.

Se llama Kamina y esperaba que ese nombre jamás sea olvidado. Ni por él, ni por nadie.

No era (es) solo un compañero o amigo. Es la familia que nunca tuvo, la que ha estado ahí y le ha ayudado cuando más lo necesitaba. Su hermano de sangre.

Ah, se había dicho que Simon era muy talentoso con el taladro.

Kamina, al contrario, no lo era. De todas formas, es posible que crea de aquel hermano como un taladro.

"Aquel taladro que atraviesa los cielos, es el tuyo."

Porque excavar tenía un límite, un punto de mucha tierra que no te permitirá avanzar.

Avanzar…

Kamina siempre avanzaba. Sea la situación, él seguía adelante. Era un verdadero taladro que excavaba hasta lo imposible y aunque vivieran en un lugar donde los rayos de luz no tocarán, Simon estaba seguro de ver un cielo siempre rodeándolo.

Un cielo, ese que es azul y muy bello, del cual hablan tanto.

Debe ser por ello, que cada vez que escucha sus palabras siente aquella motivación recorrerle los poros.

Sobre todo, porque imagina un cielo que les rodea bajo tierra. Kamina no era solo un hermano después de todo. Era una luz que le alumbro el camino.

Su camino.

"Yo creo en ti, Simon. Creo en el Simon en el que tú crees."

(—Por lo tanto, debo de creer en mí mismo

Has crecido mucho, hasta eres más alto que yo

"—¿Enserio?

Fue lamentable. Lo siento mucho hermano"

¿Y ahora? ¿Qué es lo que eres Simon? No solo eres más alto, si no más grande. Gracias a ti, la Brigada Gurren ha dado un paso a la historia. Todos nos recordarán, a ti y a mí, los hermanos de sangre)

Simon se permitió, cuando Kamina señalaba hacia al frente y daba un paso, seguirle en todo. Detrás suyo, pero avanzaba.

(—En verdad, gracias hermano

No, gracias a ti por todo, Simon.

—¿Sigues conmigo?)

Pero, aún había pasos por seguir, (los quiere seguir junto a él) más, entiende que ya no puede ser así, pero a la vez es así.

Siempre…, pero…

Había un hermoso cielo tal como le habían descrito, tal como se lo había imaginado. Con estrellas esparcidas que, a pesar de estar en inmensa oscuridad, ellas brillaban con todo su esplendor.

Había un espacio por recorrer, un gran mundo por conocer. Era como excavar, después de todo.

(—Si te das cuenta…

— ¿Quién crees que soy?

Simon,

Simon,

Simon,

SIMON.)

Simon. Fueron los pasos de Kamina que le ayudaron a ser quien es y está más que agradecido.

( Simon, lo encontraste.

"Ah"

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"—No, enserio, muchas gracias hermano. Hasta que llegue el día en que nos volvamos a ver…")

Simon no volverá a detenerse, mucho menos, mirar hacia atrás.