¡Hola! Decidí hacer una historia sobre lo que yo creo en pasaría en un mundo "más real" con nuestros personajes. Espero les guste mi propuesta.
Disclaimer: Los personajes de "The Tyrant Falls in Love" le pertenecen únicamente a Hinako Takanaga.
Senpai…me acostumbré a decirle así a Souichi Tatsumi desde que entre a la universidad. Ha pasado tanto tiempo pero a la vez siento como si mi vida se hubiese detenido aquel día. Desde ese día he buscado respuestas pero solo obtengo más preguntas. Seguí a mi corazón por años, no me quise arrepentir nunca de no haberlo intentado.
-Morinaga, ¿qué estás haciendo?- preguntó Souichi irritado, a veces olvidaba que estaba en el laboratorio con él. Simplemente me perdía en su rostro, imaginándome besándolo, imaginándolo cerca de mí. Yo era un enamorado, un enamorado sin reparo y no me importaba.
-Eh, nada. Perdón senpai, a veces me distraigo un poco pero ahora mismo continúo con el trabajo.- dije sonrojado.
Se acercó a mí con una mirada fulminante y me soltó un golpe en la mejilla, -¿Qué estás pensando, idiota? ¿Acaso estás pensando en cosas asquerosas?- me preguntó, -No, senpai, no siempre estoy pensando en "eso", tienes que creerme. Sé que este es el laboratorio y aquí no se me ocurriría volver a intentar algo.- respondí con temor a un segundo golpe. –Más te vale, Morinaga, que yo no quiero que alguien ande pensando yo soy homosexual…-
Respiré. Al menos no hubo un segundo golpe pero sus palabras siempre tenían una forma particular de herirme. Yo sé que detestaba, más bien odiaba, a los homosexuales (como yo) sin embargo Senpai vivía en mundo de contradicciones. Disfrutaba de mi compañía, no se alejaba de mí, incluso habíamos tenido sexo varías veces…pero aun así odiaba todo lo relacionado con dos hombres.
-Morinaga, es tarde y tengo hambre. Deberíamos pasar por algo de cenar y descansar, mañana nos espera un día realmente pesado. ¿Qué dices?
Sonreí estúpidamente, ese hombre me elevaba al cielo pero después me bajaba de la manera más cruel, -Vamos a casa.-
Durante el camino note que estaba más serio de lo normal, usualmente hubiera hecho preguntas pero poco a poco entendía que a veces Senpai quería su espacio y no pretendía invadirlo. Pero de repente paro en seco y volteo a verme.
-Oi, Morinaga… ¿Qué no vas a empezar a cuestionarme?
-¿S…sobre qué?, respondí con algo de nerviosismo.
-Mmm, sobre porque he andado tan serio, que si ya me hartaste, que si estoy pensando en alguien más.
-Eres cruel Senpai-, respondí frotándome la cabeza, -Esta vez no quiero ser una molestia, tus razones has de tener para estar en silencio y quiero respetar eso-
-No eres una molestia, tonto, ya te lo he dicho muchas veces. Pero me da gusto no andes husmeando en mis asuntos como acostumbras.- dijo con la mirada fija a mi rostro, después siguió caminando.
No entendía que quería Senpai de mí. A veces parecía que me buscaba afectivamente, otras solamente era un asistente y otras una persona más en el mundo. Sé que le complicaba entender nuestra relación (o lo que fuese que teníamos) pero ni siquiera como amigos se dejaba llevar. Últimamente pensaba que tenía yo motivos ocultos para obligarlo a tener sexo o algo por el estilo. Yo sé a veces me dejaba llevar pero tampoco pretendía violarlo. Era frustrante que Senpai no se diera cuenta que lo amaba, que lo amaba tanto que hubiera dado mi vida una y otra vez por él.
Después de comprar la cena llegamos a casa, el día estaba bastante agradable. Una noche en junio. Ese día las cosas comenzaron a complicarse aún más, recuerdo bien esa fecha como si me la hubiera tatuado y la viera cada día para nunca olvidar. Cenamos en silencio, estando en el mismo lugar pero a la misma en distintos.
-Morinaga,- dijo rompiendo el silencio –tengo algo que decirte, supongo es el momento indicado para hacerlo.- Lo voltee a ver, estaba serio. Su rostro era frio, pareciera que el hombre nunca hubiera sonreído en su vida, mi corazón empezó a latir más fuerte, sentía las manos que sudaban y comencé a sentirme mal pero intenté disimularlo.
-¿Senpai? ¿Qué pasa?-
-Creo que es hora de darle fin a todo esto. Va más allá de todo lo que creo.-
Tragué saliva, -Senpai, yo te amo. Eso lo sabes, no es fácil para mi irme de tu lado. Sí me voy, será para siempre.-
-¡¿Me estás chantajeando, idiota?!- gritó.
-¡No! Simplemente que sería muy doloroso para mí. No podría ser tu amigo, sería aún más complicado. No quiero obligar a Senpai a hacer nada de lo que se arrepiente…pero, pensé que con el tiempo…-
-¿Qué con el tiempo me gustaría? Que idiota eres. Por supuesto que no. Ni aunque me dieran mil años contigo aceptaría esto. Está mal, va en contra de todo. ¿Qué no quieres casarte? ¿Que no quieres una familia?-
-Mi familia eres tú…- dije con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas esperando brotar. Senpai se quedó inmóvil.
-Morinaga…yo, simplemente con el paso del tiempo me doy cuenta que no puedo esperar tanto para ser las cosas que quiero ser. Yo nunca te prometí un final feliz, ni siquiera te prometí un inicio. Eres especial y por eso me quedé mucho más tiempo contigo pero entiende, cada día que pasa "eso" me arrepiento mucho. No hay día en que no sienta culpabilidad. Tú eres homosexual, yo no.-
-Sí, yo soy el problema Senpai. ¿Qué te gustaría hacer? ¿Mudarte?- dije secamente.
-No seas tonto, esta también es tu casa. Supongo por un tiempo las cosas en ese aspecto se quedaran tal cual, simplemente te pido pares a las demás cosas… ¿podrías hacer eso?- Sentía su mirada fija en mí, pero yo no me atrevía a mirarlo. Su mirada quemaba pero no pensaba voltearlo a ver y permitir que me viera a los ojos, porque mis ojos parecían ríos llenos de agua y su brillo moría lentamente.
-Sí, no te preocupes.- dije con la cabeza agachada, con la manga de mi suéter limpie las lágrimas de mi rostro, me esforcé por fingir una sonrisa y me levanté del suelo, -Bien Senpai, iré un rato al bar de Hiroto. No me esperes despierto, ya sabes, yo tengo llave. Nos vemos en la Universidad.-
-Morinaga…- susurró mientras abría la puerta y me retiraba del lugar.
Espero les haya gustado el inicio de esta historia ^^ , espero sus comentarios.
