Disclaimer: Personajes de J.K Rowling, quien no es capaz de regalarme a los Slytherins para mí solita. Rubia egoísta.
I.
Porque decidiste tomar ese atajo hacia el infierno
Donde todo es más gris, donde todo es invierno
Y no pudiste decirle que no
A esa línea que separa a la vida en locura y realidad
No puedes entender cómo ese sentimiento que siempre te fue tan ajeno ha ido apoderándose de cada fibra de tu ser hasta embargarte por completo. Sucedió tan gradualmente que, cuando te diste cuenta de lo que pasaba, ya era demasiado tarde para poder remediarlo.
Nunca nada es oportuno. Y amar a la locura en persona tampoco.
Vuelves a cerrar los ojos y hundes tu rostro en la almohada, con la esperanza de que la imagen de Luna Lovegood se esfume de tu cabeza de una buena vez. Pero mientras más te esfuerzas en olvidar, más nítidos se hacen los recuerdos. Rememoras su exageradamente largo pelo rubio, sus grandes ojos azules, su aroma tan delicioso que, puedes jurar, no es ningún perfume sino su olor natural… y tus pensamientos comienzan a ir más allá; te imaginas profanando su cuerpo virginal, poseyéndola, tomando lo que, ya sabes, jamás te pertenecerá. No mientras esté en tus manos evitarlo.
Das media vuelta y te encuentras con la mujer que ha dormido contigo. Es todo lo opuesto a la que recién estabas soñando; es pelinegra, de ojos oscuros, piel morena.
Sientes que te invade un arranque de lujuria al pensar en Luna de esa manera. Despiertas a tu acompañante con las intenciones muy claras y ésta no tarda en comprenderlo. Te acoge entre sus brazos otra vez, bien dispuesta, y se repite lo que sucedió durante la noche. No dudas en ahogar tu frustración en un acto vulgar como es el sexo vacío y sin sentido. No te importa que sea todo lo opuesto a la mujer que en verdad deseas, ni tampoco cuando la oyes gemir debajo de ti un nombre que no es el tuyo, descargando todo su odio y despecho en ese encuentro carnal. Porque es exactamente lo que tú estás haciendo.
Después te dejas caer a su lado, sin mirarla. Aún así, eres consciente de las lágrimas que ahora deben estar humedeciendo su rostro, calladamente, del mismo modo en que ella está agradecida de que finjas que no lo notas.
Es la primera vez en tu vida que te recorre una pequeña oleada de compasión. Por más venenosa que sea, y por más fuerte que intente parecer, no lo es tanto como quisiera.
—Te entiendo.—dices de pronto.
—No, no lo entiendes, Blaise.
Luego de limpiarse los últimos rastros de su silencioso sollozo, se levanta y se viste. Sigues sin mirarla. Desde que Malfoy se casó con la menor de las Greengrass, ha estado buscándote con más frecuencia, y lo entiendes, aunque ella, como terca que es, insiste en que no es así.
Pansy Parkinson se va sin despedirse, dejándote sin más compañía que la desgracia que ambos comparten por un amor imposible.
Sí, tengo una obsesión por las parejas raras. Simplemente amo el Blaise/Luna :B
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